Ella tenía un método para hacer las cosas, era buena en ello. Y yo, no comprendía nada de lo que pudiera llegar a explicar.El domingo pasó para mamá y para mí de manera lenta, como si haber visto el cadáver de la pelirroja nos hubiera arruinado el tiempo. Mi progenitora había cerrado puertas y ventanas, apagado el televisor y desconectado el internet, pues no quería recordar nada de lo que con mucho horror presenció durante el día anterior.Ángel se cambió al apenas llegar colocándose de nuevo el vestido rosa y se marchó a casa. Según su buena actuación se encontraba "muy traumada" y deseaba pasarla en su hogar junto a sus padres, quienes "veía como sus ángeles guardianes" eso dijo. Pero era obvio a lo que iba en realidad, necesitaba pasar desapercibida y para ello debía de usar a los adultos como camuflaje.Ya para el lunes por la mañana me encontraba frente a mi casillero con una cara de muerta por el trasnocho, era difícil callar a la consciencia cuando estaba en plan "voy a destr
Mientras más tiempo pasaba, las cosas para ambas iba empeorando de alguna u otra manera.— Britt —Ángel saludó con su mano en el aire, para que Dylan notara que ya habíamos vuelto a ser amigas como antes.— Ey, amiga —imité una mala versión de una chica cool que vi en la televisión por la noche.Ángel me miró con cara de ¿enserio? y tomando mis hombro nos llevó a la biblioteca. Entramos y miramos a los lados, el bibliotecario estaba sumido en uno de sus tantos libros de tapa gruesa y poco le importó nuestra presencia.En las mesas del centro se hallaban un grupo de animadoras hablando acerca de bandas pop de chicos del momento, en las últimas sólo estaban los del club de ciencias sociales seguro buscando algo nuevo para sus cerebritos llenos de información.Caminamos mirando a la pared del lado izquierdo en espera de que nadie nos reconociera, aunque antes eso fuera imposible por andar con la chica más linda y popular del lugar, en estos meses había cambiado drásticamente puesto que y
Ángel fingía bien, muy bien. Era la mejor en lo que hacía y yo, lo sabía.Era noche de películas en familia, mamá había preparado la cena mientras yo arreglaba el sofá para luego indagar entre el catálogo de N*****x lo más reciente.Suspiré hondo y me recoste un poco sobre el sofá costoso de mamá, cuando el timbre sonó.Ángel estaba cubierta de sangre de pies a cabeza en cuanto abrí.— ¿Puedo pasar? —preguntó con la voz baja y gimoteando.Tenía el rostro cubierto con sangre y lágrimas, me daba cierta pena verla de esa manera.—Dame un segundo —giré y busqué con la mirada a mi progenitora, la escuché en la cocina y con un asentimiento de cabeza y varios movimientos le di a entender que debía correr a mi habitación. Lo cual hizo de inmediato, por mi parte caminé hasta la cocina y fingí una enorme sonrisa.— Mami —volteó— Ángel llegó ¿no te molesta que pasé la noche aquí o sí?Soltó una risita por lo bajo y negó. —Sabes muy bien que no cariño, prepararé otro bol de palomitas para nuestra
Poco a poco el tiempo pasaba y las cosas ya no eran igual, ella se deterioraba cada minuto, segundo, tras cada inhalación de viento fresco.Era lunes por la tarde y Ángel apenas y podía mantener abierto los ojos. Llevaba rato mirando sus movimientos en cuanto noté que tardaba en comprender los ejercicios que colocaba el profesor de matemáticas.Usualmente ella muy lista y los terminaba de primera, entregaba y se sentaba de nuevo para molestarme. Pero ese día era diferente, puesto que se sentó tras de mí en completo silencio y cada dos minutos luchaba con no caer de cara contra la mesa.—Muy bien chicos, retirense. —Indicó el profesor dando la espalda y borrando todo lo escrito en la pizarra.Guardé mis cosas y voltee, Ángel se había dejado vencer por el sueño y caído dormida con los brazos cruzados y su plumón manchando el rostro.—Piss.. Ángel... —Dije bajito, con miedo de interrumpir uno de esos sueños de placer que por lo general se tienen los días de lluvia.—Ya acabo la clase, ¿p
La personalidad de Ángel era tan espeluznante que a veces llegaba a parecerse a un demonio en carne y hueso.Era sábado por la mañana y ya me encontraba tras el mostrador de una tienda escondida, donde Dylan no pudiera ver mi figura y Ángel pudiera encontrarme con facilidad.Ella llevaba una bonita falda de color durazno y una camisa mangas largas para ocultar un cuchillo que opto por llevar en caso de ser necesario. Dylan, por su parte tenía puesto un jean negro con unos converse y chaqueta de cuero sobre una franela color vino. Su estupida sonrisa causaba muy mala espina y cada dos minutos revisaba su teléfono, como esperando algo.Respiré hondo.Y entonces lo vi.Desde el otro lado de la vitrina, con lentes negros y simulando que era uno de esos vendedores ambulantes estaba Seth. Mirando cada cierto tiempo a donde se encontraban sentados Angel y Dylan. Con los dedos temblándome marqué su número y espere con paciencia hasta que él se fue al fondo, por donde casi nadie lo veía y resp
Estaba enferma mentalmente, daba miedo y su lado humano cada día parecía desvanecerse con los rayos del sol.Un olor perturbador llegó a mis fosas nasales haciendo que reaccionara, a paso lento pero seguro. Abrí los ojos poco a poco dejando que se acostumbraran a la luz y cuando por fin lo hicieron empecé a notar que todo a mi alrededor era de un color blanco, pulcro.Algo en mi cabeza hizo clic y de inmediato capte en donde estaba, en el hospital.Mire a todos lados en busca de alguien que pudiera darme información de lo ocurrido, pero solo me encontraba acompañaba de un paciente en coma y el constante sonido del tic toc del reloj en la pared.—Buenos días, florecita.Mamá entro a la habitación con los ojos hinchados y un evidente cansancio. Caminando lento y bostezando, espere a que tomara asiento a un lado de la cama en la silla y se diera el tiempo necesario para decirme en qué carajo estaba metida.—Ángel está... —dejó las palabras al aire, recordé todo lo sucedido de inmediato c
Ángel sí estaba enferma, pero de la cabeza de eso no cabe duda alguna.Entre abrí los ojos y bostece luego de un delicioso sueño cuando escuche su voz.—Despertaste. Abrí tanto los ojos de la sorpresa en cuanto la note a ella, sentada jugando con un bisturí en mano mientras miraba la televisión de la habitación.— ¿Como has logrado salir sin supervisión? Ayer a penas y llenaste a todos de alegría con tu "milagroso despertar" Ángel hace una mueca y de inmediato me mira con su cara pálida y ojos sin brillo. —Vamos Britt, ya debes saber que no hay que hacer preguntas de las cuales no quieres respuestas. Pero esta bien —suspira— te diré que hay una enfermera que "tragicamente se arrojo de la ventana de mi habitación" por que mi situación le recordó algo de su pasado. Frunzo el ceño de inmediato y un nudo se instala en mi estómago, cuando noto por primera vez la bulla a nuestro alrededor. Miro en dirección a la televisión y doy con lo que mantenia a mi mejor amiga tan entretenida, en e
A veces las personas piensan que los demonios son monstruos con formas espantosas que se esconden en la oscuridad y hasta debajo de nuestras camas... Pero no es así, los hay más vistiendo ropa de seda y aparentando ser buena gente justo como ella... Con un rostro bonito y una mirada tentadora. Ángel, ella es uno de esas cosa que nadie es capaz de aceptar que exiten en la vida real. —Ni lo pienses, no lo voy a hacer. —Ángel viene detrás de mí con una enorme sonrisa plasmada en el rostro. —Oh, ¿Por qué eres tan aburrida? solo será una vez ¡Lo juro! —La miro por sobre el hombro y pienso en serio en si debo o no creerle, pero claro ella siempre va un páso adelante y apareci mi mamá de la nada entrando a mi habitación muy feliz. —Listo, ya hable con el psicologo y está dispuesto a verlas a las dos juntas. —Miro a mi amiga quien ríe con cierta maldad y luego a mi progenitora, ella no tiene idea de lo que se viene. *** Veinte minutos de camino y ya nos encontrabamos en el lugar, bajamos