La manera que ella tenía de ver la vida era impresionante, era como si no tuviera miedo a morir en cualquier momento.
Hacía las cosas apostando a ganar, arriesgando todo.
Era miércoles por la tarde y estábamos en el comedor, degustando la rica comida "nótese el sarcasmo" que daban en la cafetería cuando por los pasillos corriendo pasó Brian gritando a los cuatro vientos.
— "¡Aisha murió!"
Me atraganté con la pasa que recién había metido en mi boca, Ángel giró los ojos aburrida por mi forma de ser. Los chicos que nos rodeaban se alteraron, unos sollozaban mientras otros comentaban acerca de "lo buena que fue la morena en vida", eran tan falsos los comentarios como las personas que los decían.
Loretta una "amiga" cercana a Aisha, dentro de lo que cabía la palabra amistad para las populares del instituto, que estando presentes se mostraban buena gente y por la espalda se apuñalaban, se arrojó al suelo fingiendo un desmayo.
Sofía, otra de las supuestas amigas gritaba como una desquiciada ¡mi amiga murió! ¡¿Por qué?! ¡Te extraño tanto! echándose al suelo y dándose golpes en el pecho.
Me provocó migraña de tan solo mirar, bufé y miré la sonrisa traviesa que se formaba en la cara de mi amiga. Ay, no, no, no.
—Deberíamos reunirlas a todas en un mismo sitio. —Murmuró, sentí como un escalofríos recorrió mi espina dorsal.
Ángel en serio disfrutaba el dolor ajeno. Pero, ¿por qué?
Terminó de comer y se puso en pie haciendo un ligero movimiento con la cabeza para que la siguiera, la verdad a mí se me había pasado cualquier gana de comer que antes tuviera al escuchar la terrible noticia.
Por más que odiara a Aisha no quería que muriera.
—No pongas esa cara, era obvio que falleciera para estas fechas si el veneno se concentraba en su cuerpo.
Di un respingón y la idea llegó de golpe a mi cabeza, Ángel dijo que se encargaría de rociar los bombones y las flores con veneno pero no pensé que hablara en serio. Tenía ante los ojos a una psicópata que disfrutaba lo que había hecho y no le importaba en absoluto lo que pudieran decir los demás.
—Siéntate, —ordenó.
Como una tonta acaté su orden y me senté a su lado, en ese momento era peor que una perrita siguiendo a su amo luego de haberlo maltratado.
—Sabes lo que hiciste... —chasqueó la lengua, se encorvo un poco y tosió. — La mataste con eso, no debimos hacer nada en un principio, en lo que se enteren iremos a prisión.
—Yo no lo hice, fue Seth. —Río por lo bajo.
Ángel se veía realmente mal, para lo hermosa que ella era... claro porque de igual forma la seguían viendo linda.
Su piel estaba un poco más pálida, tenía ojeras y al cabello le faltaba un poco de brillo. Los labios resecos y delgada, no parecía estar bien para mí la chica que se había vuelto su mejor amiga con los años.
—¿Te sientes bien?— indagué con miedo a que soltará una de sus frases sarcásticas.
—Sí, Britt... Solo tengo una gripa de mala muerte que pronto se me va a quitar.
Ah, es eso.
La castaña no era muy resistente a las enfermedades virales, cada que pescaba un resfriado o una tos caía en cama por días. Siempre debía ir a verla cuando salía de clases, llevando galletas y helado que mamá compraba.
—Deberías volver a casa hasta que mejores— negó con una expresión cansada y tomó asiento en uno de los puestos libres del salón.
—Estaré bien mientras no se lo digas a tu mamá o a la mía— me arrojó una de sus miradas fulminante, porque una vez cayó desmayada en la cancha de futbol y salí corriendo a decirle a nuestros familiares para que la socorrieran.
Al final en cuanto despertó se molestó tanto que no quiso hablar conmigo por semanas. Por suerte no guarda tanto resentimiento dentro de su frágil cuerpo, y delicada mente.
El salón de clases se empezó a llenar al sonar el timbre y el profesor de matemáticas entró furioso.
—Saquen una hoja, lápiz y borrador tienen un examen sorpresa hoy.
Los abucheos no tardaron en llegar pero con una sola mirada los chicos callaban y hacían caso. No tenía ni una de idea de lo que estaba escrito en la pizarra, tampoco lo que suponía debí responder y menos lo que molestaba tanto al viejo gruñón.
Ángel dio una mirada de soslayo en mi dirección murmurando un "viejo amargado", reí por lo bajo y seguí jugando a adivinar cuál era la respuestas. Faltaba poco para que terminara la hora cuando por la puerta entró el director con la mamá de Aisha.
Ay, Dios mío.
La garganta se me secó de repente y tosí frenética. Ángel sonrío al profesor en cuanto mencionó que debía ser atendida por la enfermera.
—Yo la acompaño —Comprendí que sin querer hice una buena jugada para escapar de lo que sea que se aproximaba.
—Bien, llévela y vuelva pronto.
Asintió y colocó uno de sus brazos sobre mis hombros, actuando perfectamente como si de verdad me sintiera enferma.
Ángel ocultaba algo, algo grande que no se atrevía a contarme.Caminamos por los pasillos actuando durante un rato largo, al llegar a la esquina de la enfermería por arte de magia la tos desapareció tan rápido como llegó.—Ahora sí que iremos a la cárcel... —comenté pegando la cabeza en la pared, estaba aterrada hasta la mierda y las cosas que pasaban alrededor no me ayudaban mucho.—No lo... —dejé de escuchar a mi amiga, el impacto de algo pesado cayendo al suelo me hizo voltear y fijarme en el cuerpo de la chica.Atraganté un nudo que se formó y vi mi vida pasar ante mis ojos, no por miedo a que me atraparan, sino, porque la única persona con la que contaba en todo este mundo había caído desmayada y parecía un papel de lo pálida que estaba.Corrí gritando desenfrenada a la enfermera que leía uno que otro documento, se lo arranqué de las manos y le dije que mi mejor amiga no reaccionaba, ella se paró lo más rápido humanamente posible y al llegar a donde estaba Ángel pasó algo que tem
Debí pensar antes de actuar, debí gritar lo que callaba. Pero no podía, ya había sellado con sangre ese pacto de amistad.No pude dormir en todo la noche luego de escuchar lo que tenía para pedir, tampoco me dio hambre por la mañana y llegué pareciendo un zombie al instituto. En cambio, mi amiga parecía tan fresca como una lechuga, con una sonrisa radiante y un vestido de invierno nuevo.La habían dado de alta para que descansara pero a ella le daba igual eso, lo que más quería era cumplir su deseo y lo que yo más anhelaba es que se retractara y dijera que nada de eso era cierto.— ¡Britt!— gritó a centímetros de mi oreja, había caído dormida sobre la mesa de estudios en la biblioteca.Aunque no era del tipo que solía comerse los libros por las mañanas, solo en ellas podía tener el lugar para mí y las locuras de ideas que tenía mi amiga.—¿Estás segura de esto?— deseaba que dijera un rotundo "no" pero fue lo contrario.Dejo de ver su largo mechón de cabello y sus ojos hermosos y larga
Debieron de darle un premio por ser tan ingenuo, pero no, creo que Ángel le dio algo mucho mejor.— Britt, Britt, Britt— Negó varias veces alrededor, y riendo me señaló. — Podemos llegar a un acuerdo ¿no crees?Arrugué la nariz y lo miré por el rabillo de mi ojo. ¿A qué se refería con acuerdo?, él quería algo más y si eso lo silenciaba pues bien.—¿Qué quieres?— pregunté con la garganta seca y lamiendo mis labios, tenía sed y mucha por culpa del idiota ante mí.—Bien. —Entrelazo sus manos y sacó pecho— Yo quiero una cita con tu amiga y ella no para de evitarme, pero estoy seguro que con este pequeño secreto que sé de ustedes ahora si va a querer salir conmigo. Lo malo es que no le puedo decir que conozco esto o de ser así es capaz de acuchillarme por la espalda, así que tu como buena amiga le dirás que acepte mis invitaciones y listo.Ju, pobre tonto.—Por supuesto. —Lo miré con desconfianza y alcé el rostro— ¿Pero cómo sabré si de verdad vas a callar y no dejarás por ahí a alguien má
Ángel estaba loca, pero dentro de toda su locura había algo de cordura que la volvía un peligro para la sociedad.—¡Está loca! ¡Te juro que lo está!— Dylan miraba mi actuación con gracia y admiración.Estaba realmente fascinado con la idea de que mi amiga y yo peleáramos por lo que pasó con Aisha. Mentí un poco con respecto a lo sucedido y dije exacto lo que Ángel me había comentado "Aisha murió porque envenené su agua días antes en la cafetería del instituto, mucho antes de su repentina caída que aseguro no es mi culpa".Ni mi amiga ni yo queríamos que se supiera la verdad, ella porque necesitaba tiempo para lograr su más anhelado sueño y yo porque había prometido con sangre estar para ella hasta el final.—Entonces... Ángel está molesta porque le contaste la verdad.— Asentí y continuo – bueno, con sinceridad tiene toda la razón de estarlo, eres un peligro para la sociedad ese impulso tuyo de odio en su contra por "haberte maltratado durante el colegio" es un tanto... Estúpido.Mordí
La belleza que ella tenía opacaba cualquier mal que pudiera presentar en su cabeza.Un olor asqueroso llegaba a mi nariz mientras dormía, me moví un poco para alejarlo pero ahí seguía hasta que opté por abrir los ojos y mirar como la castaña estaba cubierta de sangre de pies a cabeza, observando sentada en la silla del escritorio.Me levanté impactada sin nada que decir y ella parecía saber qué efecto causaba en mí.La habitación se encontraba medio oscura a excepción de esas partes en donde la lámpara que mamá me regaló para mi cumpleaños, iluminaba.—¿Qué...— no podía siquiera preguntar lo obvio, estaba en un trance del cual costaba salir por sí solo.Resopló y encendió la luz de la habitación. Luego volvió a tomar asiento y me miró con cansancio en el rostro.—Me encargué del policía que vigilaba la casa de mamá y papáSi antes estuve en shock pues en ese momento entre en otro mundo, una paralelo donde mi mejor amiga decía haber matado a un uniformado que nos podía llevar directo a
Suele pasar que la belleza y la inteligencia no vienen agarradas de mano, pero ella era uno de esos casos en los que traía a ambas domadas y juntas.—Deja de morderte la uña —Comentó acostada boca abajo mientras revisaba aburrida su teléfono.No lograba comprender como podía estar tranquila una noche de viernes luego de haberle quitado la vida a dos policías.Respiré profundo y la miré desde mi cama.— ¿Qué haremos si se enteran de lo que hiciste?Siguió jugando con el teléfono e ignorándome, hasta que me harte de ello y se lo arrebate de las manos logrando que su rostro de porcelana tuviera un cambio drástico. Las líneas de expresión aparecieron en cuanto frunció el ceño y se puso en pie para tomar la bolsa de plástico en donde había metido el cuchillo. El vestido lo había puesto a lavar con el quita manchas especial de mamá y en poco menos de unos minutos ya estaba como nuevo.—Voy a encargarme de que nadie se entere... —Luego de la cena le había pedido a mamá una de sus palitas plá
Ella tenía un método para hacer las cosas, era buena en ello. Y yo, no comprendía nada de lo que pudiera llegar a explicar.El domingo pasó para mamá y para mí de manera lenta, como si haber visto el cadáver de la pelirroja nos hubiera arruinado el tiempo. Mi progenitora había cerrado puertas y ventanas, apagado el televisor y desconectado el internet, pues no quería recordar nada de lo que con mucho horror presenció durante el día anterior.Ángel se cambió al apenas llegar colocándose de nuevo el vestido rosa y se marchó a casa. Según su buena actuación se encontraba "muy traumada" y deseaba pasarla en su hogar junto a sus padres, quienes "veía como sus ángeles guardianes" eso dijo. Pero era obvio a lo que iba en realidad, necesitaba pasar desapercibida y para ello debía de usar a los adultos como camuflaje.Ya para el lunes por la mañana me encontraba frente a mi casillero con una cara de muerta por el trasnocho, era difícil callar a la consciencia cuando estaba en plan "voy a destr
Mientras más tiempo pasaba, las cosas para ambas iba empeorando de alguna u otra manera.— Britt —Ángel saludó con su mano en el aire, para que Dylan notara que ya habíamos vuelto a ser amigas como antes.— Ey, amiga —imité una mala versión de una chica cool que vi en la televisión por la noche.Ángel me miró con cara de ¿enserio? y tomando mis hombro nos llevó a la biblioteca. Entramos y miramos a los lados, el bibliotecario estaba sumido en uno de sus tantos libros de tapa gruesa y poco le importó nuestra presencia.En las mesas del centro se hallaban un grupo de animadoras hablando acerca de bandas pop de chicos del momento, en las últimas sólo estaban los del club de ciencias sociales seguro buscando algo nuevo para sus cerebritos llenos de información.Caminamos mirando a la pared del lado izquierdo en espera de que nadie nos reconociera, aunque antes eso fuera imposible por andar con la chica más linda y popular del lugar, en estos meses había cambiado drásticamente puesto que y