8“Vampiros en Sunny Village”Los pies de Eva dan un paso hacia adelante, con el corazón en las manos, y un dolor intenso que comienza en su espina dorsal, y termina en la parte más baja de su estómago. Su boca quiere pronunciar alguna palabra, sin embargo, le es casi imposible al ver como la policía recoge
9“El aroma de Sebastián Drake”La piel rasposa de las manos de Sebastián, tomaron con posesividad las suaves mejillas de Eva. Sus pies intentaron moverse hacia atrás buscando la manera de zafarse de su agarre, sin embargo, su enorme cuerpo se lo impidió. Un suspiro largo brotó desde lo más profundo de la garganta del 10“El regreso de Zeekiel” Una vez el pie derecho de Eva tocó el camino de piedras de granito de su universidad todos los ojos se posaron sobre ella. Miró por encima del hombro por última vez a Sebastián antes de recordar: “— 11“El celo de un Alfa”El sonido de las gotas gruesas de la lluvia golpeaba con fuerza las ventanas del coche de Sebastián. Ambos se miraron fijamente a los ojos sin decir ninguna palabra, las manos del pelinegro seguían sosteniendo con fuerza el volante, como si con esto lograra reducir un poco sus más bajos deseos.Su mirada detalló suavemente la nuca de la mujer ante él, su lengua dejó un disimulado ras10
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PrólogoLos hombros temerosos de Eva se sacuden sin cesar una vez la puerta de cedro de la casa de su vecino rechistó tanto que ni siquiera los relámpagos de aquella noche lluviosa pudieron ocultar.Sus manos temblaron por un instante, sus rodillas se sentían tan débiles que podía notar que en cualquier momento se podía desmayar. Su panza rugió por un instante quizás intentando ignorar el hecho que estaba irrumpiendo la morada de un hombre: Que no conocía, y que le había caído mal desde el primer momento que conoció.—¿Hola? —Eva se maldijo así misma al escuchar su voz quebrarse, odiaba el hecho de sentir miedo por una tontería, y menos por un tipejo que la mojó con su manguera de jardinería el día anterior cuando apenas iba a salir a trabajar. —¿Hola? Mierda.Gimió, al ver como un plato con pizza se hallaba delante de ella totalmente roto. Sus pies dieron un paso hacia atrás, mientras que rápidamente buscó su móvil en el bolsillo trasero de sus pantalones, buscando la forma de llamar
1“Ojos noche”—¡Ya voy, Ed!Eva gritó, al escuchar al regordete de su jefe pedirle que lleve más cervezas a la mesa número cinco. Sus pies se detuvieron delante de dos hombres latinoamericanos que le observaban las piernas con tanto deseo que le provocaron casi de inmediato arcadas.—¿Cuánto por la mamada?Entonó uno, mientras que el otro se reía.—¿Cuánto cobra la puta de tu madre?Encaró, mirando la pequeña libreta en donde anotaba los pedidos en donde anotaba los pedidos de los clientes del bar de mala muerte en donde trabajaba desde que cumplió la mayoría de edad.—Eres una zorra…Uno de ellos se levantó, para pegarle.—Sabes que en este lugar hay cámaras, ¿Verdad, Thomas?—¿Qué?Ella estaba mintiendo.—Le diré a tu esposa en que te gastas el dinero.—No serías capaz…Eva sonrió convencida.—¿Quieres probar que tan loca me vuelvo con los viejos verdes como tú?El mexicano negó, para que se fueran, lo último que quería era tener una pelea en un lugar en donde estaban ilegales. —No
2“La chica ruidosa”—¿Eva?La voz su madre la hizo separarse un poco del nuevo vecino, Sebastián se giró sobre sus pies al reconocer aquella cara familiar.—¿Señora Smith?—¡Oh, por Dios, Sebastián!La mandíbula de la chiquilla casi se cae al darse cuenta que ambos se conocían, la mujer que la trajo a la vida corrió hacia el robusto hombre, para luego fundirlo en un abrazo un poco incómodo. El pelinegro encorvó los hombros, para acto seguido dar un paso hacia atrás.—Tu abuelo me preguntó si ya habías llegado, y temía que te hubieses perdido… —De repente ambos quedaron viendo a la pequeña silueta delante de ellos. —Al parecer ya conociste a mi hija Evie…—Mamá… —Su voz sonaba de reprimenda, odiaba que su madre la llamara así delante de extraños. —¿De dónde se conocen? —Indagó con curiosidad —, jamás me hablaste de este anciano…—¡Eva! Trátalo con respeto… Este hombre que ves aquí es el heredero del clan Drake… —Becca tapó su boca rápidamente con sus manos. —Entra a la casa.—Pero, ma
3“Secretos” La piel de Sebastián se sentía demasiado caliente.Más caliente que cualquier persona normal, y Eva lo había notado.Sus pies se sacudían con tanta rapidez, que un par de veces casi le pega en el rostro de su vecino. Sus manos trataban de alejarlo de ella, pero la fuerza descomunal de aquel hombre no le permitía ni siquiera dar un movimiento.—¡Mira lo que has hecho, idiota!Ella gritó, cuando por fin sus pies sintieron el suelo del baño, por otro lado, los ojos oscuros del señor Drake ahora se hallaban más oscurecidos que el día en que se conocieron. Su piel brillante, se encontraba envuelta en una capa ligera de sudor. Su corazón latía con fuerza, como si miles de caballos galoparan a gran velocidad por algo que deseaba. Algo que ella tenía.—¿Te gusta ese tipejo?Eva, abrió los ojos, lo último que esperaba era que un vil extraño le preguntara sobre sus sentimientos, sentimientos que solo le pertenecían a ella. —Eso no es de su incumbencia, señor…—¿Señor? ¿Por qué me