2. "Recuerdos dudosos"

Abri los ojos con lentitud y vi que el reloj marcaba las 5:01 pm. Frunci el ceño y tomé el celular. Tenia 3 mensajes de Thomas avisando que los chicos llegarian a las 5:30.

Puse una mueca de disgusto, tenía exactamente veintinueve minutos para vestirme, aunque cabia la posibilidad de que no fueran puntuales y llegaran despues de la hora acordada.

Suspiré con fuerza y entré al baño con la intención de no perder más tiempo del necesario.

Justo al lado de la puerta pude ver que había un espejo que reflejaba mi cuerpo por completo. Miré al espejo con atención, mi cabello castaño estaba opaco y deshidratado, bajo mis ojos celestes había unas bolses enormes de ojeras y en mi frente un golpe de color morado. Frunci los labios, habia una cortada en mi barbilla.

Mi cuerpo seguia doliendo, tomé el borde de la blusa y la levanté con cuidado. Una cicatriz en sanación cruzaba de forma vertical el abdomen, era delgada pero notable. Mis brazos estaban golpeados y mis manos temblaron cuando vi unos cortes en las palmas. Levanté la mirada de nuevo y vi que quería volver a llorar, sacudi la cabeza y abri la llave de la regadera, intentando apagar todo lo que estaba sintiendo en ese momento. El agua caliente cayó sobre mi cuerpo de inmediato, haciendo que me relajara un poco. Cerré los ojos y disfruté como pude del shampoo sobre mi cuero cabelludo y del jabón paseandose por toda mi piel.

Cuando terminé me envolvi en una toalla y empece a secarme, no usé crema corporal, solo me puse un vestido blanco de tirantes y cepillé mi cabello con delicadeza. Intenté maquillarme un poco pero me detuve cuando unos golpes en la puerta inundaron mis oidos. Volví a fijarme en el espejo, me veia terrible pero no tenia tiempo para cubrir mis heridas.

Apreté los labios y fui a la sala de estar, revisando que todo estuviera limpio. Extrañamente lo estaba, incluso habia un plato con huevos y tocino. Mi sonrisa apareció, seguro que Thomas lo habia cocinado para mi.

Abrí la puerta y vi a Tikie del otro lado, quien me sonrió con alegria genuina. Llevaba unos jeans negros y una camiseta blanca, su cabello atado en una coleta y una enorme mochila.

Harding estaba detrás de ella, pero no me sonrió, pasó por un lado mio sin prestarme la más mínima atención y se dejó caer en el sillón, encendiendo la television.

—¿De dónde vienes? —pregunté a Tikie, viendo que dejaba sus cosas en el piso y se acercaba a la comida.

—Del trabajo, trabajo en una editorial —miró de reojo la comida, apretando los labios —Dios, ¿puedo comer esto? No desayuné.

—Ah claro, por supuesto —dije rápidamente —puedes calentarlo en el microondas si quieres.

—Así está perfecto —murmuró saboreando los huevos y concentrandose solo en eso.

Me dejé caer en el sillón para dejarle comer sin interrupciones y miré a Harding, quien también me miraba con una sonrisa divertida.

—¿Tú no tienes hambre? —pregunté, señalando la cocina —quizá haya algo que puedas preparar.

—¿Quizá? —soltó una risa burlona —¿no sabes lo que hay en tu propio refrigerador?

Hice una mueca de molestia cuando senti un pinchazo de molestia en el pecho.

—Creeme que lo primero que hice cuando sali del hospital no fue ir a revisar lo que había ahí dentro.

Su sonrisa disminuyó un poco pero aun así siguio viendome con una intensidad que seguia sin entender. Y eso, por alguna razón me hizo pensar que no era la primera vez que me miraba asi.

—Esperaré la pizza —fue su conclusión.

—Bien —me encogi de hombros —como quieras.

La puerta empezó a ser golpeada en ese momento, me puse de pie rápidamente y la abri. Mar me sonrió del otro lado pero esa sonrisa desapareció cuando asomó la cabeza y vio a Harding sentado en el sofá.

—¿Están ustedes solos?—preguntó, con un tono algo áspero.

—No —murmuré confundida —Tikie esta comiendo algo.

Su expresión pareció relajarse al instante, asintió un par de veces volviendo a sonreír y pasó por mi lado, dejando su bolso en el perchero.

—Se me hizo algo tarde —puso una mueca —mi maldito jefe estaba de malas y no me dejaba salir.

—¿En qué trabajas? —pregunté mirando de reojo el reloj, eran las 5:43.

—Soy asistente —murmuró con aire distraido —¿quieren que pida la pizza?

—No lo sé —Tikie me miró —¿a qué hora llegara Thomas?

—A las seis.

—Bien —Mar me miró —es justo lo que tardara en llegar la pizza.

Tomó su celular y empezó a pedir. Miré de nuevo el televisor, Harding estaba viendo el noticiero. Apreté los labios y miré por la ventana, eso estaba siendo muy aburrido.

[...]

Thomas cruzó la puerta de entrada, llevaba un ramo de rosas en su mano. Sonreí justo en el momento en que se inclinó y besó mis labios con ternura.

Cuando se retiró pude darme cuenta que Harding nos estaba mirando con disimulo, y cuando nuestros ojos se encontraron él desvió la vista hacia otra parte, haciendo que mi corazón por alguna razón se encogiera.

—¿Puedes poner música? —preguntó Thomas a Harding, sentandose con él —no seas aburrido.

—Si Harding, venga —Tikie se sentó en otro sofá, mirandolo con diversión —Mar ya ha ido por las cervezas, te toca poner algo de ambiente.

Sonreí un poco y me puse de pie, las flores eran preciosas, necesitaba ponerlas en un jarrón con agua cuanto antes.

Crucé el salón y me detuve en la cocina, detrás del comedor. Puse una mueca y empecé a buscar en la alacena un jarrón, sin tener exito.

Una cancion empezó a sonar en el salón y unos segundos después Harding se detuvo a mi lado, había tomado una manzana y se habia acercado por un plato.

—Tercera puerta de tu derecha—murmuró mirandome de reojo —¿Cómo puedes no recordarlo?

—No sabes cuanto quisiera hacerlo —respondi, suspirando —es frustante pensar en la vida que tenía antes y que ahora no recuerdo.

—¿Crees que tenias una buena vida? —preguntó, con notable curiosidad.

—No lo sé —admiti — pero antes minimo sabia quien era, no tenía que fingir.

Sus labios se apretaron y bajó un poco la mirada, como si dudara en decir algo.

—Yo...

—¡Harding! —Thomas le llamó, haciendo que cerrara la boca de golpe —¿qué pasa con las frituras?

—Oh si yo... —me miró y sacudio la cabeza —ya voy.

Le sonrei un poco, saqué el jarron de la alacena y abri el grifo para llenarlo de agua.

En ese momento pensé en que Harding no parecia tan malo despues de todo, incluso creia que me agradaba, parecia un buen sujeto.

—Voy a pasar —murmuró, en voz baja, rompiendo el hilo de mis pensamientos.

Tomé el jarron lleno de agua para hacerme a un lado, pero justo en ese momento su mano tomó mi cadera para darse espacio, mi corazón se disparó y el jarrón se me cayó de las manos cuando una rafaga de imagenes pasó por mi cerebro.

«Siento sus manos bajando por mi cuerpo, recorriendome con firmeza. Lo conoce tan bien que no necesitaba mirarme para saber si lo estoy disfrutando o no.

Me separo de sus labios y lo veo sonreir cuando llega a mi trasero. Lo toma con fuerza, reclamando lo que es suyo. Jadeo ante su contacto y siento la necesidad de... »

Me separé torpemente cuando su mano intentó tocarme de nuevo para sujetarme, eso provocó que cayera al suelo y me golpeara, pero no me importó. En lugar de eso lo miré con una expresion de horror.

¿Qué habia sido eso? ¿por qué lo recordé cuando él me tocó?.

Thomas entró a la cocina un minuto después, preocupado, se acercó corriendo a mi, me tomó en brazos para ayudarme a levantarme, y yo sacudi la cabeza, alejando la mirada de Harding, quien se habia quedado de pie, observandome en una especie de shock.

—¿Estás bien linda?—preguntó Thomas, con ansiedad en su voz.

—S-si yo... es decir... era —negué con la cabeza, intentando centrarme, seguía acelerada —recordé algo, era... algo del accidente.

—Ah linda —me abrazó, besando mi frente —conmigo estás a salvo ¿si? lo prometo.

Asenti un poco sin escucharlo realmente, solo podía revivir el recuerdo de unos minutos antes y mirar los vidrios en el piso.

Me estremeci, recordando las heridas de mis manos.

—Voy a limpiar eso—susurré, intentando enfocarme.

—Yo lo hago —se ofreció Tikie con una sonrisa —mejor vayan a la puerta, creo que es Mar.

Thomas me guió, tomandome de la cintura. Harding fue detrás de nosotros y se sentó de nuevo en el sofá. Mis nervios aumentaron cuando la imagen quiso llegar de nuevo a mi.

—Ya traje las cervezas —Mar sonrió juguetonamente.

—Que bien —mi novio las tomó —creo que todos necesitamos una ahora mismo.

Mar entró con una sonrisa que desapareció en cuanto me vio. Al parecer me conocia más de lo que yo creia.

—¿Qué ha pasado?—preguntó— ¿Todo va bien?

Puse un mohin, dudando si debia contarle lo que había recordado. ¿mi otra yo se lo habría contado? Mordi mi labio con fuerza, dubitativa. No conocia a Mar de nada, podia ser una soplona.

—Todo bien —murmuré finalmente, sacudiendo la cabeza—no ha pasado nada.

Mar me miró de nuevo con ceño fruncido, como si no terminara de creerselo. Aun así la ignore y tomé una cerveza, intentando pasar el momento amargo lo antes posible.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo