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Capitulo 3. "Los sentimientos y el deja vu"

«Miro hacia todas partes, no sé donde estoy. Es un cuarto con paredes blancas, todo está borroso. Tengo una aguja clavada en mi piel y un hombre canoso me sonrie amigablemente, pero eso no me hace sentir mejor en lo más minimo.

—¿Dónde estoy?—pregunto debilmente.

—¡Linda! —un hombre de ojos color avellana se acerca a mi con una sonrisa —oh dios mio, estaba tan preocup...

—¿Quién eres tú? —mis ojos se abren por completo y mis alarmas se encienden. Intento ponerme de pie —¿dónde está mamá? ¿dónde esta papá? ¿qué pasó?

—Linda no...—el hombre trata de tomar mi rostro pero yo lo empujo con fuerza —Sky tranquila.

—¿Cómo sabes mi nombre?—un par de mujeres con bata blanca se acercan a mi y yo empiezo a jalar, intentando levantarme —SUELTENME ¿DÓNDE ESTOY! ¡QUIERO IRME A CASA!

El chico castaño empieza a llorar y esa es la última imagen que me llevo cuando cierro los ojos.»

Mis ojos se abrieron lentamente, temiendo que no estuviera en casa con Thomas. Mi cuerpo estaba tenso y rigido mientras las ganas de llorar incrementaban y se acumulaban en mi pecho.

Pero por suerte ahí estaba él, el cabello castaño de mi novio resaltaba entre la sabana blanca.

Sonreí un poco y me acerqué más a él.

—Hola linda —murmuró con voz adormilada —¿no tuviste pesadillas?

Me encogi de hombros, intentando no parecer afectada, aunque la verdad me sentía sofocada por todo lo que estaba pasando en mi vida.

—Lo normal. —lo miré —¿no vas hoy a trabajar?

—Si, tengo una cita en una hora, tú tambien saldrás ¿no?

Fruncí el ceño, sin entender, y eso lo hizo sonreir.

—Lo olvidaba —sacudió la cabeza —todos los sabados sales de compras con Mar.

Hice una mueca de desagrado, no me gustaba mucho la idea.

—¿Y si mejor pasamos el día juntos?—pedi con un mohin.

—Amor, me encantaria pero...

—¿No puedes faltar un día a tu trabajo por mi? —pasé una mano por su pecho con una sonrisita —imagina, puedes mostrarme lo que haciamos antes y...

Sus labios atraparon los mios antes que pudiera terminar la frase. Su boca contra la mia era firme y decidida; como si quisiera mostrarme todo el deseo que tenia acumulado.

Intenté retroceder un poco y él me tomo del trasero, recostandome de nuevo en la cama, aprisionandome con su cuerpo. No me gustaba lo que estaba sintiendo, pero aun así trate de dejarme llevar. Lo abracé por el cuello, intentando reconocer sus caricias y...

—¡Familia, ya llegué!

Casi me sentí aliviada de escuchar esa voz tan familiar que acababa de gritar. Me quité de los brazos de Thomas tan rapido como pude e intente llegar a la puerta de la habitacion.

—¿Le dijiste a Harding que iria a trabajar para que viniese?—preguntó, con voz tensa.

—Yo ni siquiera tengo contacto con él —frunci el ceño —además hace un momento trataba de convencerte para que te quedases conmigo.

—Pues lo has logrado —murmuró con una sonrisa.—voy a quedarme.

Sonreí.

—Jamás dudé de mis capacidades.

Sus labios volvieron a acercarse a mi y yo me negué, saliendo de la habitacion y cruzando el pasillo con rapidez para que Thomas no lo intentara de nuevo.

Vi a Harding en la cocina cuando llegué al salón, estaba haciendo algo en el sartén que olia delicioso.

Puse una mueca de dolor cuando la cabeza me palpitó un momento. Él no lo notó y sonrió enormemente al verme.

—¿Hot cakes o...?

—Waffles.

Harding me miró de una forma extraña por unos segundos, como si no esperara esa respuesta. Abrió la boca para decirme algo pero se detuvo cuando pasé por un lado suyo, intentando evitarlo.

—¿Puedes quitarte ese mandil? —Thomas rodó los ojos una vez que se detuvo frente a él —pareces marica usando esa cosa de mujer.

—Lo siento pero mi masculinidad no se siente afectada por un jodido mandil —Harding me miró por unos segundos y después a Thomas —aunque si cocinaras habría un mandil que yo pudiera usar.

Solté un suspiro y me servi jugo de naranja, sentandome en la barra, frente a donde Harding cocinaba.

—No tengo necesidad de cocinar porque de eso se encarga Sky. Tenemos acuerdos con respecto a eso.

—¿Ah si? —le miré interesada. —¿Cómo cuales?

—Tu te encargas de la cocina y yo de la habitación...

Harding soltó una risa y se acercó a los platos que acababa de servir.

—¿Quieres nuez en tu plato Thomas?

—Cierra la boca joder —Thomas le dio un golpe en el brazo y alejó el plato de él—sabes que soy alergico.

—Lo sé —sonrió y se enfocó en mi, parecia que diria algo, pero cuando vio la confusion en mi rostro solo se encogió de hombros. Volviendo a lo que hacia.

—¿Y quién te ha invitado? —preguntó Thomas luego de unos segundos, masticando la comida.

—Ayer Sky nos comentó que no le gustaba estar sola, Tikie dijo que deberiamos venir a hacer compañia, pero siempre llegan tarde.

—Espera... —Thomas dejó de masticar la comida un momento—¿vendrán todos?

Sonreí cuando vi el plato con comida que había frente a mi. Probé el cafe que Harding hizo para mi y volví a sonreir, era justo como me gustaba, no se habia equivocado en nada.

—Es lo que he dicho —respondió Harding, mirandome de reojo.

—Pues diles que no vengan, inventales cualquier cosa.

—¿Por qué?

Thomas resopló.

—Porque no las quiero aqui Harding, en especial a Tikie, no tengo humor para soportar a esa...

—No creo que sea necesario que las insultes —intervine por primera vez, mirandolo un segundo.

—Voy a llamarles —murmuró Harding con una mueca, tomó su celular, se escucharon los tonos y después una voz femenina —hola Tikie... estoy en casa de Sky... si..... no.... es que Thomas no quiere que vengan —Mi novio levantó la cabeza de golpe al escucharlo —si, está de mal humor.... ajá.... Adiós.

—¿Por qué putas dijiste eso? —preguntó Thomas exaltado.

—Porque es la verdad —el pelinegro se encogió de hombros, colocando chocolate en su comida y sentandose a mi lado—no soy un hombre mentiroso amigo.

—Eres un idiota, eso es lo que eres.

—¿Esto es así siempre? —frunci el ceño, nerviosa —porque esta discusión no me da recuerdos de nada.

Harding soltó una carcajada y tomó un trozo de fresa de mi plato, el último. Abri la boca indignada cuando vi que se lo metia a la boca.

—¡Seras pesado! ¡Era el...!

Me detuve de pronto.

«—¡Era el ultimo pedazo!

Él sonrie, esa sonrisa que demuestra que nada le importa.

—Venga nena, te compraré un tazón lleno de fresas.

—Pesado —mascullo de mala gana, pero con una pequeña sonrisa»

Levanté la mirada lentamente, Harding tenia una sonrisa, una sonrisa que hacia parecer que nada le importaba.

Un deja vu se instaló en mi cabeza.

—Venga Sky, te compraré un tazón lleno de fresas.

Apreté los puños inconscientemente cuando sentí algo parecido a mariposas en todo mi cuerpo. Parecía que mi corazón se saldria de mi pecho en cualquier momento.

[...]

Thomas acariciaba mis piernas distraidamente mientras miraba la pelicula que Harding habia puesto en el televisor. Era una mala comedia que no lograba entender mucho.

—¿Podemos cambiarla? —pregunté, extendiendo la mano al control remoto.

—Ya casi va a terminar —Harding frunció el ceño, quitandolo de mi mano.

—¿Cuánto falta?

—Como diez minutos —murmuró Thomas.

Hice una mueca de confusión.

—¿Cómo sabes?

—Hay otra pelicula.

—Y vamos a verla —añadió Harding.

—Claro que no—hice un ademan de tomar el control pero él volvio a alejarlo.

—Si lo haremos.

—No.

—Si.

—Ya dije que no.

Thomas sonrió y se puso en pie, murmurando algo sobre un tazon de frituras.

—Damelo —extendi la mano hacia Harding. Dejando que lo pusiera en mi mano amablemente.

—No voy a...

Su voz se detuvo cuando vio mi mano, más especificamente las cicatrices que habian en ella.

Me aclaré la garganta al darme cuenta y la oculté rapidamente, entendia que las cicatrices causaban esa reacción. Eran feas. Pero no esperaba que fueran tanto.

—Sali del auto —murmuré avergonzada, intentando romper el silencio entre ambos para no sentirme más incomoda—los vidrios me rasgaron y se clavaron en diferentes partes del cuerpo.

—Yo...lo — Harding apretó los labios y negó con la cabeza—olvidalo Sky

Lo miré a los ojos. ¿por qué de pronto parecía tan triste? Le sonrei un poco para no darle importancia y tomé el control remoto.

—¿Puedo poner otra cosa?

—¿Eh?—sus ojos parecia que me evitaban— si, si. Pon lo que quieras.

Miré de reojo a Thomas, estaba peleandose con una bolsa de papas. Devolvi la mirada a Harding. Habia puesto un mohin por la película que habia elegido pero no dijo nada al respecto.

Elevé una ceja con curiosidad.

—¿Te digo algo? —susurré.

Apretó los labios.

—Dime.

—No entiendo porque nos llevabamos mal antes. Creo que me agradas.

Harding sonrió de una manera que no pude entender, mirandome de reojo.

—Ve la película Sky.

Sonrei y devolvi el enfoque al televisor. Thomas se sentó a mi lado un par de segundos después, con dos tazones. Le ofreció uno a Harding y otro a mi.

Volvi a colocar mis piernas sobre las suyas porque a Thomas le gustaba eso, o al menos parecia.

—¿Los domingos también trabajas? —le pregunté, fijando la vista en mi novio por unos segundos.

—A veces —se encogió de hombros —cuando hay algo importante que hacer.

—Es que pensaba en que podiamos ir a algun lugar, una cena o algo asi.

—¿Tu y yo?

Asentí sin mirarlo y eso hizo que Thomas sonriera.

—Voy a llevarte a tu lugar favorito linda.

Sonreí yo también, dándole un corto beso en la mejilla, estaba separándome de él cuando me sujetó por la barbilla, acercándome de nuevo.

—Te amo —susurró.

Me quedé callada porque no sabía qué decirle. No recordaba nada pero suponía que para tener una relación de 3 años era porque seguramente lo amaba. Es decir, Thomas era una buena persona, me amaba y sabía que yo también lo hacía. Aunque no lo recordara podia hacerlo, podia amarlo de nuevo.

Sus labios se juntaron con los míos de nuevo y yo lo tomé por el cabello moviendo mis labios torpemente, intentando encontrar su ritmo. Su mano tomó mi cintura..

—Voy al baño —dijo Harding de repente, poniendose de pie.

Frunci el ceño aún sin separarme de mi novio y abri un poco los ojos sin saber bien porque. Harding se detuvo un poco en el pasillo y me miró con labios apretados. Nuestros ojos se encontraron y un sentimiento de culpa se instaló en mi pecho, uno que me esforcé por ignorar.

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