«Miro hacia todas partes, no sé donde estoy. Es un cuarto con paredes blancas, todo está borroso. Tengo una aguja clavada en mi piel y un hombre canoso me sonrie amigablemente, pero eso no me hace sentir mejor en lo más minimo.
—¿Dónde estoy?—pregunto debilmente. —¡Linda! —un hombre de ojos color avellana se acerca a mi con una sonrisa —oh dios mio, estaba tan preocup... —¿Quién eres tú? —mis ojos se abren por completo y mis alarmas se encienden. Intento ponerme de pie —¿dónde está mamá? ¿dónde esta papá? ¿qué pasó? —Linda no...—el hombre trata de tomar mi rostro pero yo lo empujo con fuerza —Sky tranquila. —¿Cómo sabes mi nombre?—un par de mujeres con bata blanca se acercan a mi y yo empiezo a jalar, intentando levantarme —SUELTENME ¿DÓNDE ESTOY! ¡QUIERO IRME A CASA! El chico castaño empieza a llorar y esa es la última imagen que me llevo cuando cierro los ojos.» Mis ojos se abrieron lentamente, temiendo que no estuviera en casa con Thomas. Mi cuerpo estaba tenso y rigido mientras las ganas de llorar incrementaban y se acumulaban en mi pecho. Pero por suerte ahí estaba él, el cabello castaño de mi novio resaltaba entre la sabana blanca. Sonreí un poco y me acerqué más a él. —Hola linda —murmuró con voz adormilada —¿no tuviste pesadillas? Me encogi de hombros, intentando no parecer afectada, aunque la verdad me sentía sofocada por todo lo que estaba pasando en mi vida. —Lo normal. —lo miré —¿no vas hoy a trabajar? —Si, tengo una cita en una hora, tú tambien saldrás ¿no? Fruncí el ceño, sin entender, y eso lo hizo sonreir. —Lo olvidaba —sacudió la cabeza —todos los sabados sales de compras con Mar. Hice una mueca de desagrado, no me gustaba mucho la idea. —¿Y si mejor pasamos el día juntos?—pedi con un mohin. —Amor, me encantaria pero... —¿No puedes faltar un día a tu trabajo por mi? —pasé una mano por su pecho con una sonrisita —imagina, puedes mostrarme lo que haciamos antes y... Sus labios atraparon los mios antes que pudiera terminar la frase. Su boca contra la mia era firme y decidida; como si quisiera mostrarme todo el deseo que tenia acumulado. Intenté retroceder un poco y él me tomo del trasero, recostandome de nuevo en la cama, aprisionandome con su cuerpo. No me gustaba lo que estaba sintiendo, pero aun así trate de dejarme llevar. Lo abracé por el cuello, intentando reconocer sus caricias y... —¡Familia, ya llegué! Casi me sentí aliviada de escuchar esa voz tan familiar que acababa de gritar. Me quité de los brazos de Thomas tan rapido como pude e intente llegar a la puerta de la habitacion. —¿Le dijiste a Harding que iria a trabajar para que viniese?—preguntó, con voz tensa. —Yo ni siquiera tengo contacto con él —frunci el ceño —además hace un momento trataba de convencerte para que te quedases conmigo. —Pues lo has logrado —murmuró con una sonrisa.—voy a quedarme. Sonreí. —Jamás dudé de mis capacidades. Sus labios volvieron a acercarse a mi y yo me negué, saliendo de la habitacion y cruzando el pasillo con rapidez para que Thomas no lo intentara de nuevo. Vi a Harding en la cocina cuando llegué al salón, estaba haciendo algo en el sartén que olia delicioso. Puse una mueca de dolor cuando la cabeza me palpitó un momento. Él no lo notó y sonrió enormemente al verme. —¿Hot cakes o...? —Waffles. Harding me miró de una forma extraña por unos segundos, como si no esperara esa respuesta. Abrió la boca para decirme algo pero se detuvo cuando pasé por un lado suyo, intentando evitarlo. —¿Puedes quitarte ese mandil? —Thomas rodó los ojos una vez que se detuvo frente a él —pareces marica usando esa cosa de mujer. —Lo siento pero mi masculinidad no se siente afectada por un jodido mandil —Harding me miró por unos segundos y después a Thomas —aunque si cocinaras habría un mandil que yo pudiera usar. Solté un suspiro y me servi jugo de naranja, sentandome en la barra, frente a donde Harding cocinaba. —No tengo necesidad de cocinar porque de eso se encarga Sky. Tenemos acuerdos con respecto a eso. —¿Ah si? —le miré interesada. —¿Cómo cuales? —Tu te encargas de la cocina y yo de la habitación... Harding soltó una risa y se acercó a los platos que acababa de servir. —¿Quieres nuez en tu plato Thomas? —Cierra la boca joder —Thomas le dio un golpe en el brazo y alejó el plato de él—sabes que soy alergico. —Lo sé —sonrió y se enfocó en mi, parecia que diria algo, pero cuando vio la confusion en mi rostro solo se encogió de hombros. Volviendo a lo que hacia. —¿Y quién te ha invitado? —preguntó Thomas luego de unos segundos, masticando la comida. —Ayer Sky nos comentó que no le gustaba estar sola, Tikie dijo que deberiamos venir a hacer compañia, pero siempre llegan tarde. —Espera... —Thomas dejó de masticar la comida un momento—¿vendrán todos? Sonreí cuando vi el plato con comida que había frente a mi. Probé el cafe que Harding hizo para mi y volví a sonreir, era justo como me gustaba, no se habia equivocado en nada. —Es lo que he dicho —respondió Harding, mirandome de reojo. —Pues diles que no vengan, inventales cualquier cosa. —¿Por qué? Thomas resopló. —Porque no las quiero aqui Harding, en especial a Tikie, no tengo humor para soportar a esa... —No creo que sea necesario que las insultes —intervine por primera vez, mirandolo un segundo. —Voy a llamarles —murmuró Harding con una mueca, tomó su celular, se escucharon los tonos y después una voz femenina —hola Tikie... estoy en casa de Sky... si..... no.... es que Thomas no quiere que vengan —Mi novio levantó la cabeza de golpe al escucharlo —si, está de mal humor.... ajá.... Adiós. —¿Por qué putas dijiste eso? —preguntó Thomas exaltado. —Porque es la verdad —el pelinegro se encogió de hombros, colocando chocolate en su comida y sentandose a mi lado—no soy un hombre mentiroso amigo. —Eres un idiota, eso es lo que eres. —¿Esto es así siempre? —frunci el ceño, nerviosa —porque esta discusión no me da recuerdos de nada. Harding soltó una carcajada y tomó un trozo de fresa de mi plato, el último. Abri la boca indignada cuando vi que se lo metia a la boca. —¡Seras pesado! ¡Era el...! Me detuve de pronto. «—¡Era el ultimo pedazo! Él sonrie, esa sonrisa que demuestra que nada le importa. —Venga nena, te compraré un tazón lleno de fresas. —Pesado —mascullo de mala gana, pero con una pequeña sonrisa» Levanté la mirada lentamente, Harding tenia una sonrisa, una sonrisa que hacia parecer que nada le importaba. Un deja vu se instaló en mi cabeza. —Venga Sky, te compraré un tazón lleno de fresas. Apreté los puños inconscientemente cuando sentí algo parecido a mariposas en todo mi cuerpo. Parecía que mi corazón se saldria de mi pecho en cualquier momento. [...] Thomas acariciaba mis piernas distraidamente mientras miraba la pelicula que Harding habia puesto en el televisor. Era una mala comedia que no lograba entender mucho. —¿Podemos cambiarla? —pregunté, extendiendo la mano al control remoto. —Ya casi va a terminar —Harding frunció el ceño, quitandolo de mi mano. —¿Cuánto falta? —Como diez minutos —murmuró Thomas. Hice una mueca de confusión. —¿Cómo sabes? —Hay otra pelicula. —Y vamos a verla —añadió Harding. —Claro que no—hice un ademan de tomar el control pero él volvio a alejarlo. —Si lo haremos. —No. —Si. —Ya dije que no. Thomas sonrió y se puso en pie, murmurando algo sobre un tazon de frituras. —Damelo —extendi la mano hacia Harding. Dejando que lo pusiera en mi mano amablemente. —No voy a... Su voz se detuvo cuando vio mi mano, más especificamente las cicatrices que habian en ella. Me aclaré la garganta al darme cuenta y la oculté rapidamente, entendia que las cicatrices causaban esa reacción. Eran feas. Pero no esperaba que fueran tanto. —Sali del auto —murmuré avergonzada, intentando romper el silencio entre ambos para no sentirme más incomoda—los vidrios me rasgaron y se clavaron en diferentes partes del cuerpo. —Yo...lo — Harding apretó los labios y negó con la cabeza—olvidalo Sky Lo miré a los ojos. ¿por qué de pronto parecía tan triste? Le sonrei un poco para no darle importancia y tomé el control remoto. —¿Puedo poner otra cosa? —¿Eh?—sus ojos parecia que me evitaban— si, si. Pon lo que quieras. Miré de reojo a Thomas, estaba peleandose con una bolsa de papas. Devolvi la mirada a Harding. Habia puesto un mohin por la película que habia elegido pero no dijo nada al respecto. Elevé una ceja con curiosidad. —¿Te digo algo? —susurré. Apretó los labios. —Dime. —No entiendo porque nos llevabamos mal antes. Creo que me agradas. Harding sonrió de una manera que no pude entender, mirandome de reojo. —Ve la película Sky. Sonrei y devolvi el enfoque al televisor. Thomas se sentó a mi lado un par de segundos después, con dos tazones. Le ofreció uno a Harding y otro a mi. Volvi a colocar mis piernas sobre las suyas porque a Thomas le gustaba eso, o al menos parecia. —¿Los domingos también trabajas? —le pregunté, fijando la vista en mi novio por unos segundos. —A veces —se encogió de hombros —cuando hay algo importante que hacer. —Es que pensaba en que podiamos ir a algun lugar, una cena o algo asi. —¿Tu y yo? Asentí sin mirarlo y eso hizo que Thomas sonriera. —Voy a llevarte a tu lugar favorito linda. Sonreí yo también, dándole un corto beso en la mejilla, estaba separándome de él cuando me sujetó por la barbilla, acercándome de nuevo. —Te amo —susurró. Me quedé callada porque no sabía qué decirle. No recordaba nada pero suponía que para tener una relación de 3 años era porque seguramente lo amaba. Es decir, Thomas era una buena persona, me amaba y sabía que yo también lo hacía. Aunque no lo recordara podia hacerlo, podia amarlo de nuevo. Sus labios se juntaron con los míos de nuevo y yo lo tomé por el cabello moviendo mis labios torpemente, intentando encontrar su ritmo. Su mano tomó mi cintura.. —Voy al baño —dijo Harding de repente, poniendose de pie. Frunci el ceño aún sin separarme de mi novio y abri un poco los ojos sin saber bien porque. Harding se detuvo un poco en el pasillo y me miró con labios apretados. Nuestros ojos se encontraron y un sentimiento de culpa se instaló en mi pecho, uno que me esforcé por ignorar.Habia pasado una semana. Siete dias confusos donde las pesadillas no desaparecían y todas se repetían. Todas relacionadas con el accidente. También fueron siete dias donde conocí más a Thomas, dándome cuenta del novio tan perfecto que era. Siempre me daba regalos, llegaba con pequeños detalles e incluso me invitaba a salir todos los dias después del trabajo. Habiamos recorrido muchos lugares, sitios donde se suponía habiamos pasado muchos momentos hermosos juntos; pero, a pesar de eso jamás pude recordar nada. Era domingo de nuevo y estaba desgastada emocionalmente, era cansado no dormir debido a las pesadillas, estresarme por no poder recordar, tener deja vu confusos, mantenerme alerta todo el tiempo y simplemente fingir como si nada hubiera pasado. Tratar de aparentar que todo estaba bien aunque no fuera así. Solté todo el aire de mis pulmones y me dejé caer en el suelo tras sentir un peso indescriptible en los hombros. Thomas estaba en la oficina y podia derrumbrarme un poco.
Luego de tres horas terminé de armar el rompecabezas que encontré dentro del armario de la habitación. Era una imagen de la pintura de la noche estrellada de Van gogh. Me sentía realmente satisfecha con el resultado. Aparté la mirada del rompecabezas cuando la puerta principal se abrió en ese momento. Thomas estaba cruzando el pasillo mientras se quitaba la corbata con cansancio. Corrí a su alcance con una enorme sonrisa y le di un corto beso en los labios que él correspondió con una media sonrisa. —¿Qué tal tu tarde? —preguntó Me encogi de hombros, restandole importancia a lo que habia pasado con las chicas. —Estuvo bien, armé un rompecabezas, tardé tres horas. También vinieron Mar y Tikie. —¿Quieres enmarcarlo?—Thomas lo miró de reojo, ignorando mi encuentro con sus amigas —se vería bien en nuestra habitación. Negué con la cabeza, haciendo una mueca de disgusto. —Quisiera armarlo de nuevo y tratar de hacerlo en menos tiempo. Él asintió con la cabeza y se encaminó
Seguia revisando el album de fotos que habia encontrado en la habitación por la mañana. Ahi habia fotos de Thomas y yo en muchos escenarios y otras más con nuestros amigos. Me detuve en una en especifico luego de unas cuantas paginas, en esa fotografia estabamos todos distraidos. Mar con un vestido rojo cereza y una enorme sonrisa, sus rizos negros caian por su espalda de forma perfecta y una de sus manos estaba con un cigarrillo. Tikie tenia un vestido morado puesto y estaba colocandose brillo labial sin prestar atención. Thomas llevaba un traje negro, estaba haciendo una seña bastante rara a la camara y sacaba la lengua con aire jugueton. Mis ojos se detuvieron de golpe en Harding, quien estaba al lado de mi novio. Cuando lo hice mi corazón dio un traspie. En la foto estaba yo, viendo a la camara con una timida sonrisa, encogida de hombros y con mi cabello dorado resaltando. Harding no miraba a la camara, me veia a mi. Y su mirada transmit
Revisé el refrigerador con una mueca, no habia leche. Repiquetee mis dedos en el mueble de al lado, necesitaba tomar un café para desayunar. Vi la hora en el reloj de la pared, ya casi eran las nueve de la mañana, Thomas ya se había ido y dudaba que quisiera volver del trabajo solo para ir al supermercado a comprar lo que necesitaba.Suspiré, podía tomar un taxi y aprovechar para ir por lo que hacia falta para la casa, además de salir un momento para despejarme. Después de todo desde el accidente no había tenido la oportunidad de salir sola y parecía una buena idea.Tomé las llaves y mi bolso, saliendo del edificio. Llamé al primer taxi que vi y le pedi llegar al supermercado más cercano, que casualmente estaba a tres minutos de distancia.Tomé un carrito de compra cuando el taxi se detuvo y empecé a pasearme entre los pasillos de la tienda, tomando las cosas que necesitaba. Que fueron más de las que pensaba ya que cuando le llamé a Thomas dijo claramente que comprara lo que quisiera
Los días se pasaron de forma muy lenta y dolorosa. Cada uno era peor que el otro. No comia, no dormia y ni siquiera hablaba.Thomas pensó, claro, que se debia al estres del accidente. Aunque hubieran pasado ya tres semanas desde eso... era muy comprensivo, y lindo. Hacia que me doliera aún más el hecho de no poder sacarme de la cabeza a su mejor amigo.Suspiré cuando Mar quitó la musica triste que yo había reproducido un momento atrás y se sentó a mi lado, mirándome con una sonrisa comprensiva. Estabamos reunidos todos juntos, excepto Harding, que no se había aparecido por ahí despues de nuestra conversacion.—¿Estás bien? —preguntó ella, pasando una mano por mi cabello.¿Cómo podia estar bien? Habia tenido un maldito accidente, había olvidado años de mi vida. Todo me estaba cayendo en la cabeza al mismo tiempo y no podia soportar tantas revelaciones en tan poco tiempo. ¡Me habia revolcado con el mejor amigo de mi novio! ¡Joder! ¡¿Cómo mierda podia estar bien con eso?! Que pregunta t
Miré por última vez el apartamento antes de sentirme completamente satisfecha con el resultado. Todo ya estaba muy limpio y la comida chatarra ya estaba sobre la mesa. Justo en ese momento la puerta se abrió, mostrando a Thomas, quien me dedicó una corta mirada antes de que yo me diera medía vuelta y volviera a la cocina sin decirle absolutamente nada. No tenía intenciones de hablar con él, ni de fingir que nada habia pasado entre nosotros. Estaba demasiado molesta como para pasarlo desapercibido. La puerta fue golpeada casi al instante, indicando que ya habia llegado la visita de Thomas. Puse una mueca de disgusto y fui a abrirla con él detrás de mi. Harding estaba al de pie al otro lado. Sus ojos me miraron con ceño fruncido un momento y yo también hice lo mismo. Sabía que tenia una mala cara pero en esos momentos era la menor de mis preocupaciones. Pasó por mi lado con una corta
En mi pecho no habia otro sentimiento más que la culpa. Mi corazón seguía acelerado y mis piernas aún temblaban pero Thomas no era la razón.Aún así él sonrió completamente satisfecho y besó mi frente, hundiendo su rostro en mi cabello.—Extrañaba estas reconciliaciones —murmuró— perdoname linda, no debi comportarme asi contigo.—Esta bien—dije, sin prestarle mucha atención.Esa voz seguia repitiéndose en mi cabeza como si fuera una especie de tortura. ¿Esa era la voz de Harding? Porque en mi cabeza sonaba mucho mas grave de lo normal.—De verdad —Thomas me miró, tomando mi barbilla —lo siento.—Esta bien —repetí, quitando su mano de mi rostro — solo no intentes controlarme de nuevo, no me agrada.—Lo prometo.Apreté los labios.—¿Quieres que vayamos a por un café mañana?—preguntó— Hace mucho que no salimos.Lo miré por unos segundos y asentí distraidamente sin atreverme a alzar la voz. Me di l
—¿Una fiesta de disfraces? Esas fueron las primeras palabras que Thomas me dedicó después de llegar al departamento. —¿No te agrada la idea? —pregunté, intentando no tomarle importancia.Él negó con la cabeza. —A ti ni siquiera te gustan las fiestas Skyler, prefieres quedarte en casa y ver peliculas. Esa es una de las razones por las que nunca congeniabas con Harding.Me encogi de hombros, dejando sobre la mesa mi bolso de mano.—Bueno, ahora quisiera intentarlo. Además me parece una excelente idea para comenzar a recordar un poco ¿no lo crees? El ambiente, las risas, la musica.. —sonreí—pienso que puede funcionar.La mirada de Thomas me evaluó un momento en silencio, lo vi apretar los labios y despues se sentó frente a mi en el comedor. Completamente serio.—¿Estas segura que no hay algun motivo oculto?Frunci el ceño, pero por dentro el corazón me latia a mil por minuto.—¿De qué hablas?—pregunté.—No lo sé —Soltó todo el aire de sus pulmones y se acercó un poco a mi —Parecias fu