Lectoras, disculpen la tardanza. Prometo ponerme al día💖
[…] ─Es que… ¡Dios! ¿en serio, lo olvidaste? ─me reprende. Enjuga su cara entre sus manos con demasiada indignación y me vuelve a fulminar con la mirada. ─No lo olvidé, Sam ─me tiro en su sofá ─, pero tampoco puedo tiritar en ese asunto el resto de mi vida. Ricardo me pidió disculpas por todo lo que pasó, y yo hice lo mismo. ─Verónica, ¿qué te está haciendo ese madurito? ─me lanza un cojín. ─ ¡Madre divina!, te ha doblegado. La Verónica que conozco NUNCA ─volvió a remarcar después de unos instantes ─, pero lo que digo es nunca, ha pedido perdón. ─No exageres. ─Esto… ─hace una pequeña celebración a modo de burla ─, esto es un retroceso para tu personalidad pero un avance para la humanidad. ─ ¡Qué hija de p…! ─acabo tirándole varios cojines. Reímos un par de segundos hasta que oímos el timbre sonar con insistencia haciendo que chillemos. ─ ¡Voy! ─grita Sam antes de abrir. Al hacerlo ambas nos llevamos la desastrosa sorpresa con Rodrigo a la puerta, colgando un aspect
Una vez acaba el papeleo administrativo, Ricardo le exige a los oficiales que levanten una orden de alejamiento en contra de Rodrigo, ya que irónicamente, el único cargo que se le pudo imputar fue violación de morada, del que podría zafarse si paga una multa absurda. ─ ¿No piensas decirme quién es? ─murmuran con descontento A mis espaldas. ─Honestamente no estaba dentro de mis planes, ¿o acaso crees que se me iba a pasar por la cabeza, si quiera, verlo otra vez? ─descargo con ironía, pasando por alto la mirada fulminante de Chris. ─Verlo o no es lío tuyo, y mío desde hoy, porque ese imbécil te pudo haber matado ─inspira hondo antes de agregar ─; pero no me refiero a Rodrigo, sino al otro tipillo con complejo de superhéroe. Sin preverlo, se me escapa una sonora carcajada. ─No es prudente que actúes así aquí y ahora ─me reprende. ─Desde luego que no, ¿pero qué esperas oír de mí? ─enarco una ceja sin dejar de reír del todo. ─ Algo inteligente. ─ Esperas demasiado de mí
De vuelta al carro con Sam y Chris, una oleada de emociones me embargan. Incertidumbre, ansiedad, desilusión, confusión; y miedo, tal vez. todo va tan rápido, justamente como quise desde un principio, aunque ahora me provoca un maldito vértigo de no acabar que empiezo cuando lo veo y termina en cada jodido drama que surge. ─ ¿Tiene hijos? ─No que yo sepa ─le contesto a mi hermano en lo que conduce. ─No me cae bien ─informa. ─ ¡Qué novedad! ─resopla Sam desde la parte trasera del auto. Añade ─, para nadie es un secreto que no soportas a nadie. ─En especial a ti ─viborea Chris. ─El sentimiento es mutuo ─rebate Sam. Quedo en medio de la situación procesando mis siguientes palabras, y la discordia entre este par que no comprendo. Es que me confunden… ─A ver ─los interrumpo ─. Parecen niños. ─ ¿En serio lo dices tu? ─hablan al unísono. ─ ¿Los dos en mi contra? ─finjo indignación ─. De no ser porque quiero llevar la fiesta en paz les diría unas cuantas verdades.
─ es normal que me quieran conocer.─Preguntar es lo menos que podemos hacer ─ataja mi madre.─Por favor, ya basta ─le pego un vuelco brusco al asiento.─Verónica, mamá está hablando ─reprende Chris.─Tu hermano tiene razón, Verónica, cálmate ─pide Ricardo en un tono bastante avergonzado ─, es normal que tu familia quiera saber más del hombre con quien tienes una relación.¿Qué?, ¿cómo?¿Cuál relación? Hasta hace un par de días atrás esto era un juego, un jodido juego de mierda que se me está saliendo de control. No pensé decir esto, pero, odio las malditas etiquetas, las conversaciones, tener que involucrar a la familia en lo que debería ser mi intimidad, mi decisión, mi voluntad. ─Nena ─lo oigo en un susurro casi imperceptible. ─No quería llegar a esto ─bostezo abriendo desmesuradamente los ojos, queriendo huir.Las preguntas siguen sucediendo el resto de la velada. La parte más abrumadora es en la que todos ansían hablar...─Verónica nunca ha visitado Alemania, pero de niña apr
─Vi a Renata en su casa ─explico con la voz casi destrozada ─, encima vestía una camisa suya. Puedo asegurar que acababan de tener sexo. ─Madre mía ─impresionada se cubre la boca con ambas manos.─Y pensar que ayer estaba en mi casa reunido con mi familia fingiendo ser mi novio.─Miller es un cerdo de mierda, igual que el resto. Él se lo pierde ─me abraza repentinamente ─. Vayamos con los demás, bebamos a más no poder y bailemos. La vida es una sola y nosotras no perdemos el tiempo prohibiéndonos nada.Sí, para Sam es simple zanjar el asunto con una de sus célebres frases motivadoras de cabecera, pero para mí es sacar en claro que seguramente tengo un largo y tortuoso camino por delante si quiero superar a mi profesor y divertirme en el intento. Después de tres horas, quizá más. Honestamente ya perdí la noción del tiempo. Mi cuerpo danza al ritmo de la música, y el alcohol me nubla los sentidos, grosería que le agradezco.Sin poder sostenerme, caigo sobre los brazos de Evans. Huele
─Te estuve esperando ─se deja caer sobre el borde del escritorio con un gesto insoportablemente fluido, y con los brazos cruzados, dejando ver la presión que ejercen sus bíceps y tríceps sobre la delicada tela de su camisa─, ¿por qué nunca llegaste? ¿Cómo… cómo puede?, qué cínico. ─ ¿Es en serio? ─sonrío con indignación, pero me reprendo mentalmente al recordar lo sucedido con Evans. Me muerdo la lengua, me enjuago la cara entre las manos antes de coincidir con su mirada y añado con menos hostilidad ─, lo siento, ayer se me cruzaron varios asuntos. ─ ¿Estás bien? ─se me aproxima, me rodea el cuello con sus manos grandes, ásperas y calentitas, que me saben a remedio, y a todo lo que necesito justo ahora ─, te noto tensa, ¿ocurre algo?, tienes unos nudos increíbles en el cuello, ¿te apetecen unos masajes? Cierro los ojos un tercio de segundo, y al abrirlos me doy cuenta de la poca energía que me queda para discutir. Si algo me apetece, es dormir un mes, o quizá varios. No lo sé.
Jadeo contra algo firme que de seguro no es la almohada, me remuevo y siento la incomodidad causar réplicas de dolor en mi cuello y en la espalda.Pestañeo, suelto una bocanada de aire y me concentro en las próximas imágenes. Estoy sobre el pecho firme de Ricardo, dormí así toda la noche y con razón no aguanto la tortícolis.Con cuidado me quedo a horcajadas, reparo los surcos de su abdomen, cada músculo en completa relajación. Echo un vistazo a mi alrededor, a los pies de la cama está Rocky. Estiro mis brazos y bostezo, me reviso la ropa, estoy en braga y con un suéter suyo que huele exquisito, a él.De repente Rocky me comienza a lamer, trato de alejarlo sin despertar a Ricardo pero su tamaño complica todo. ─Rocky, fuera ─escucho su voz, me sobresalto un poco pero de inmediato sonrío ─. Buenos días, cariño. Su inconfundible voz con mucho cuerpo impresiona por las mañanas, se escucha más ronca. Su sonrisa de lado me da gusto, sus ojos se vuelven más claros y es por la luz que entr
─Piensa terminar con Harry ─le recuerdo furiosa ─, ¡dónde tenías la cabeza!─Fue algo que se dio natural ─apela Chris ─, ella debió decírtelo, después de hablar un par de horas la temperatura fue subiendo y...─Y se acostaron ─termino ─, lo peor de todo es que ambos están saliendo con alguien.─No estoy saliendo con nadie, Amber es una compañera de trabajo.─Que también te coges. Chris, te lo advierto, si llegas a herir a Sam muero para ti, ella es como de la familia; mira que piensa terminarle a Harry por ti.─Me extraña que actúes así, tu más que nadie sabes lo que siento por ella.─Por favor ─bufo ─, durante tantos años te mantuviste en el mismo postulado, diciendo que Sam era detestable y ridícula, ahora de la nada te parece perfecta.─Creí que te alegraría la noticia ─deja de comer, se limpia la boca con una servilleta y me mira fastidiado de discutir ─, Verónica, yo no me meto en tu relación con el profesorcito ese, así que tu tampoco te metas en la mía con Sam.Se va a la cocin