NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR. BESOS DESDE CARTAGENA/COLOMBIA. Quiero saber cómo quién se imaginan a Miller. #noquieromorirignorada
─Piensa terminar con Harry ─le recuerdo furiosa ─, ¡dónde tenías la cabeza!─Fue algo que se dio natural ─apela Chris ─, ella debió decírtelo, después de hablar un par de horas la temperatura fue subiendo y...─Y se acostaron ─termino ─, lo peor de todo es que ambos están saliendo con alguien.─No estoy saliendo con nadie, Amber es una compañera de trabajo.─Que también te coges. Chris, te lo advierto, si llegas a herir a Sam muero para ti, ella es como de la familia; mira que piensa terminarle a Harry por ti.─Me extraña que actúes así, tu más que nadie sabes lo que siento por ella.─Por favor ─bufo ─, durante tantos años te mantuviste en el mismo postulado, diciendo que Sam era detestable y ridícula, ahora de la nada te parece perfecta.─Creí que te alegraría la noticia ─deja de comer, se limpia la boca con una servilleta y me mira fastidiado de discutir ─, Verónica, yo no me meto en tu relación con el profesorcito ese, así que tu tampoco te metas en la mía con Sam.Se va a la cocin
─Aquí estás ─me besa con posesión, con disimulo tira del borde de mi escote ─. Odio ese escote que tienes ─me susurra, miro mis senos y sonrío ─, y no me digas que exagero.─Deja el drama ─lo alejo entre risas.Mi hermano y él se saludan de apretón de manos, Sam le da un beso en la mejilla, gesto que Chris no tarda en reprocharle.─Cariño ─me grita cerca del oído para que lo escuche ─, ¿qué tipo de lugar es este?─Es un bar para latinos, ¿te gusta? Su dueño es de República Dominicana, la mayoría de los trabajadores son amigos de nosotras.─ ¿Vienes muy seguido? ─reparo sus gestos, lo siento incómodo, tenso.─Dime qué te pasa ─pido dos cervezas ─, te noto raro.─ ¿Ah, si? ─su vista se pierde entre la gente bailando ─, lo que pasa es que no estoy acostumbrada a lugares así.─Ni yo ─comenta Chris ─, este par de locas nos quieren corromper.Sam se lanza sobre su espalda y lo besa por el cuello, él ríe divertido. Ricardo me mira confundido.─ ¿Estan saliendo? ─me pregunta al oído. Asiento.
─Estoy harta de que en mi casa me vean como la adolescente inmadura ─tiro la puerta del auto ─, te juro, Raquel, ya ni siquiera tengo privacidad, mañana cumplo 22 años y es como si fueran 15.─Te tengo la solución ─me empuja al inetrior de su casa, reparo el sitio, el olor a alcohol y cigallos impacta mi olfato ─, siéntate.Miro los muebles acabados que se cruzan a la mitad de la estancia, hay comida que, posiblemente olvidaron botar. Por dios, reconozco que soy un asco pero esto es ir al extremo. Raquel sigo viéndome con desaprobación, me siento recelosa.─Tengo cerveza en la nevera, ¿te traigo una?─Por favor ─le sonrío.Se levanta, como el lugar es pequeño no lo cuesta más que dar dos pasos para sacar las cervezas y destaparlas.Me pasa una, al sentarse saca un cigarrillo de su chaqueta y lo prende.─Como te decía, tengo una solución a eso ─el humo me pone a tocer ─, si quieres vivir en paz lo mejor es que te mudes, mejor ejemplo que puedes tener es el de Sam, su papá la echó cuando
─Vamos, relájate, Verónica está bien.─ ¿Cómo sabes que estoy así por ella?─Escuché que le decías a mí tía lo de su desaparecimiento.─ ¿Por qué viniste?─Alguien debía supervisar que condujeras bien ─acaricia mi hombro ─. Oye, no sabía que Chris y tú se conocían, ¿la chica aquella es su novia? La conzoco, estudió en el mismo instituto que yo.─Sí, son pareja, él es hermano de Verónica y Sam es su mejor amiga.─Vaya ─alarga un suspiro ─, el mundo es un pañuelo.El auto de Chris dobla por una esquina, lo sigo con el corazón en la boca; no dejo de pensar que hoy es el cumpleaños de Verónica, que nunca me lo dijo y tampoco me preocupé por preguntarle. Me siento tan m****a.Freno de golpe al percatarme que Chris ya aparcó, Amelia me mira asustada pasando el mareo de la inercia. Bajo del auto pero Sam me detiene.─Deja que Chris haga lo suyo ─musita.El edificio que crece frente a nosotros, es una estructura vieja, sigo sin comprender por qué vinimos hasta aquí. Amelia y Sam se lanzan furt
─No nos sirves, ni si quiera te has graduado.─No tienes el perfil que buscamos.─Necesitamos gente con experiencia.─Pareces recién salida del instituto.─Ya escogimos a una chica ayer.─Vuelve otro día.Me rindo.Todo un día buscando trabajo y parece que el universo conspira en mi contra, estoy frita. Pensé que podría ser más fácil si decía que estaba apunto de graduarme de la mejor universidad del Estado, pero resulta que necesitan más que una universitaria con información fresca.Solo me acompaña un dólar, una barra de chicle que me robé de un mostrador en la penúltima entrevista, y varias monedas que si bien podría meter en la alcancia, si estuviera ahorrando, claro está.Tengo el estómago pegado y la piel que me arde por tanto caminar a pleno sol. Tengo ampollas en los pies por los tacones de aguja que me prestó Christina para asistir a las entrevistas.El celular empieza a vibrar.Es Sam.─Verónica, ¿te puedo ver?─ ¿Hoy? Es decir, ¿ahora? ─pongo las manos como viseras sobre mis
─Por dios, Verónica, ¿de dónde sacas que tengo tus notas? ─agarra la mano con que aprieto su mandíbula.─Bárbara, son las... ─alzo su mano para mirar el lujoso reloj de pulso que lleva ─, cuatro de la tarde, casi 5. Si a las en punto no me dices nada olvídate de la cena.Tiro la puerta y la clavo contra ella, no sé de dónde saco tanta fuerza bruta para reducirla, puede que demasiada frustración acumulada ayude, a pesar de tener un día de dicha no consigo controlar mi ira cada vez que recuerdo las putadas que me han hecho padecer los últimos días. Depresión, ira, confusión y remordimiento, ¿hasta dónde van a llegar?«¡Me cansé!»─Habla de una puta vez ─ahora la agarro del cuello, sus rasgados ojos se cierran del pánico y con sus manos intenta alejar las mías ─. ¡dilo ya!Le arranco los lentes y los reviento contra la pared.─Son nuevos. Verónica basta ya, te juro que no tengo idea de dónde tienen tus notas.─Bárbara, no hables de mis notas, hablemos de lo que tenemos en común ─sé lo psi
─Mi mami dice que la palabra de una princesa es para siempre.─Bueno ─entorno los ojos ─, palabra de princesa.No puedo creer que una mocosa me haga sentir infantil y cursi.***Terminan las clases antes de lo permitido, las maestras han acordado una reunión para programar mi presentación ante los padres la semana entrante, así que los niños se han ido uno por uno conforme los vienen a buscar.Me despido de Jesse y de las demás, en la salida veo a Michelle sentada en la banca mesiendo sus piernas en el aire, cruzada de manos esperando que alguien venga por ella. Por dios Elena, debieron avisarte que la mocosa salía temprano ¿qué será más importante que venir por ella?Me le acerco con cautela, antes de hablarle me mira fijamente con tristeza.─Entonces te quedarás a esperar a tu mami ─me siento a su lado asumiendo una actitud madura.─Es lo que ella me dice al traerme, que debo esperarla aunque sea muy tarde. Creo que ambas les tenemos miedo a los extraños ─comenta tan inocente.─Bueno
─Verónica, yo no me doy por vencido. Amor, si de algo me arrepiento es de haberte alejado.─Eres un maldito mentiroso ─quito sus manos de mí, lo empujo y le lanzo una mirada ufana ─, ¿esperar tanto para qué? Si de verdad te importara no me hubieras tumbado de un noveno piso, ese plan de m****a me hizo tanto daño como a ti, pero así mismo me diste fuerzas para salir adelante, para no rendirme porque yo no soy de quedarme estancada, a mí un hombre no es el que me detiene ni me impide ser quien soy.─Vamos. Saca todo lo que llevas dentro. Maldice mi existencia si quieres ─me desafía.A sus espaldas veo que Oliver se aproxima, Elena y Michelle igual. De inmediato me limpio las mejillas y les doy la espalda.─Nos vamos, Elena tiene que descansar y yo también ─lo escucho ─. Verónica.─Dime ─sonrío al voltearme.─Qué pases buena noche.─Igual, Oliver.Elena también se despide, luego se marchan en un taxi que llega en el momento.Miro a Ricardo y lo encuentro con la vista perdida en un horizon