─Vi a Renata en su casa ─explico con la voz casi destrozada ─, encima vestía una camisa suya. Puedo asegurar que acababan de tener sexo. ─Madre mía ─impresionada se cubre la boca con ambas manos.─Y pensar que ayer estaba en mi casa reunido con mi familia fingiendo ser mi novio.─Miller es un cerdo de mierda, igual que el resto. Él se lo pierde ─me abraza repentinamente ─. Vayamos con los demás, bebamos a más no poder y bailemos. La vida es una sola y nosotras no perdemos el tiempo prohibiéndonos nada.Sí, para Sam es simple zanjar el asunto con una de sus célebres frases motivadoras de cabecera, pero para mí es sacar en claro que seguramente tengo un largo y tortuoso camino por delante si quiero superar a mi profesor y divertirme en el intento. Después de tres horas, quizá más. Honestamente ya perdí la noción del tiempo. Mi cuerpo danza al ritmo de la música, y el alcohol me nubla los sentidos, grosería que le agradezco.Sin poder sostenerme, caigo sobre los brazos de Evans. Huele
─Te estuve esperando ─se deja caer sobre el borde del escritorio con un gesto insoportablemente fluido, y con los brazos cruzados, dejando ver la presión que ejercen sus bíceps y tríceps sobre la delicada tela de su camisa─, ¿por qué nunca llegaste? ¿Cómo… cómo puede?, qué cínico. ─ ¿Es en serio? ─sonrío con indignación, pero me reprendo mentalmente al recordar lo sucedido con Evans. Me muerdo la lengua, me enjuago la cara entre las manos antes de coincidir con su mirada y añado con menos hostilidad ─, lo siento, ayer se me cruzaron varios asuntos. ─ ¿Estás bien? ─se me aproxima, me rodea el cuello con sus manos grandes, ásperas y calentitas, que me saben a remedio, y a todo lo que necesito justo ahora ─, te noto tensa, ¿ocurre algo?, tienes unos nudos increíbles en el cuello, ¿te apetecen unos masajes? Cierro los ojos un tercio de segundo, y al abrirlos me doy cuenta de la poca energía que me queda para discutir. Si algo me apetece, es dormir un mes, o quizá varios. No lo sé.
Jadeo contra algo firme que de seguro no es la almohada, me remuevo y siento la incomodidad causar réplicas de dolor en mi cuello y en la espalda.Pestañeo, suelto una bocanada de aire y me concentro en las próximas imágenes. Estoy sobre el pecho firme de Ricardo, dormí así toda la noche y con razón no aguanto la tortícolis.Con cuidado me quedo a horcajadas, reparo los surcos de su abdomen, cada músculo en completa relajación. Echo un vistazo a mi alrededor, a los pies de la cama está Rocky. Estiro mis brazos y bostezo, me reviso la ropa, estoy en braga y con un suéter suyo que huele exquisito, a él.De repente Rocky me comienza a lamer, trato de alejarlo sin despertar a Ricardo pero su tamaño complica todo. ─Rocky, fuera ─escucho su voz, me sobresalto un poco pero de inmediato sonrío ─. Buenos días, cariño. Su inconfundible voz con mucho cuerpo impresiona por las mañanas, se escucha más ronca. Su sonrisa de lado me da gusto, sus ojos se vuelven más claros y es por la luz que entr
─Piensa terminar con Harry ─le recuerdo furiosa ─, ¡dónde tenías la cabeza!─Fue algo que se dio natural ─apela Chris ─, ella debió decírtelo, después de hablar un par de horas la temperatura fue subiendo y...─Y se acostaron ─termino ─, lo peor de todo es que ambos están saliendo con alguien.─No estoy saliendo con nadie, Amber es una compañera de trabajo.─Que también te coges. Chris, te lo advierto, si llegas a herir a Sam muero para ti, ella es como de la familia; mira que piensa terminarle a Harry por ti.─Me extraña que actúes así, tu más que nadie sabes lo que siento por ella.─Por favor ─bufo ─, durante tantos años te mantuviste en el mismo postulado, diciendo que Sam era detestable y ridícula, ahora de la nada te parece perfecta.─Creí que te alegraría la noticia ─deja de comer, se limpia la boca con una servilleta y me mira fastidiado de discutir ─, Verónica, yo no me meto en tu relación con el profesorcito ese, así que tu tampoco te metas en la mía con Sam.Se va a la cocin
─Aquí estás ─me besa con posesión, con disimulo tira del borde de mi escote ─. Odio ese escote que tienes ─me susurra, miro mis senos y sonrío ─, y no me digas que exagero.─Deja el drama ─lo alejo entre risas.Mi hermano y él se saludan de apretón de manos, Sam le da un beso en la mejilla, gesto que Chris no tarda en reprocharle.─Cariño ─me grita cerca del oído para que lo escuche ─, ¿qué tipo de lugar es este?─Es un bar para latinos, ¿te gusta? Su dueño es de República Dominicana, la mayoría de los trabajadores son amigos de nosotras.─ ¿Vienes muy seguido? ─reparo sus gestos, lo siento incómodo, tenso.─Dime qué te pasa ─pido dos cervezas ─, te noto raro.─ ¿Ah, si? ─su vista se pierde entre la gente bailando ─, lo que pasa es que no estoy acostumbrada a lugares así.─Ni yo ─comenta Chris ─, este par de locas nos quieren corromper.Sam se lanza sobre su espalda y lo besa por el cuello, él ríe divertido. Ricardo me mira confundido.─ ¿Estan saliendo? ─me pregunta al oído. Asiento.
─Estoy harta de que en mi casa me vean como la adolescente inmadura ─tiro la puerta del auto ─, te juro, Raquel, ya ni siquiera tengo privacidad, mañana cumplo 22 años y es como si fueran 15.─Te tengo la solución ─me empuja al inetrior de su casa, reparo el sitio, el olor a alcohol y cigallos impacta mi olfato ─, siéntate.Miro los muebles acabados que se cruzan a la mitad de la estancia, hay comida que, posiblemente olvidaron botar. Por dios, reconozco que soy un asco pero esto es ir al extremo. Raquel sigo viéndome con desaprobación, me siento recelosa.─Tengo cerveza en la nevera, ¿te traigo una?─Por favor ─le sonrío.Se levanta, como el lugar es pequeño no lo cuesta más que dar dos pasos para sacar las cervezas y destaparlas.Me pasa una, al sentarse saca un cigarrillo de su chaqueta y lo prende.─Como te decía, tengo una solución a eso ─el humo me pone a tocer ─, si quieres vivir en paz lo mejor es que te mudes, mejor ejemplo que puedes tener es el de Sam, su papá la echó cuando
─Vamos, relájate, Verónica está bien.─ ¿Cómo sabes que estoy así por ella?─Escuché que le decías a mí tía lo de su desaparecimiento.─ ¿Por qué viniste?─Alguien debía supervisar que condujeras bien ─acaricia mi hombro ─. Oye, no sabía que Chris y tú se conocían, ¿la chica aquella es su novia? La conzoco, estudió en el mismo instituto que yo.─Sí, son pareja, él es hermano de Verónica y Sam es su mejor amiga.─Vaya ─alarga un suspiro ─, el mundo es un pañuelo.El auto de Chris dobla por una esquina, lo sigo con el corazón en la boca; no dejo de pensar que hoy es el cumpleaños de Verónica, que nunca me lo dijo y tampoco me preocupé por preguntarle. Me siento tan m****a.Freno de golpe al percatarme que Chris ya aparcó, Amelia me mira asustada pasando el mareo de la inercia. Bajo del auto pero Sam me detiene.─Deja que Chris haga lo suyo ─musita.El edificio que crece frente a nosotros, es una estructura vieja, sigo sin comprender por qué vinimos hasta aquí. Amelia y Sam se lanzan furt
─No nos sirves, ni si quiera te has graduado.─No tienes el perfil que buscamos.─Necesitamos gente con experiencia.─Pareces recién salida del instituto.─Ya escogimos a una chica ayer.─Vuelve otro día.Me rindo.Todo un día buscando trabajo y parece que el universo conspira en mi contra, estoy frita. Pensé que podría ser más fácil si decía que estaba apunto de graduarme de la mejor universidad del Estado, pero resulta que necesitan más que una universitaria con información fresca.Solo me acompaña un dólar, una barra de chicle que me robé de un mostrador en la penúltima entrevista, y varias monedas que si bien podría meter en la alcancia, si estuviera ahorrando, claro está.Tengo el estómago pegado y la piel que me arde por tanto caminar a pleno sol. Tengo ampollas en los pies por los tacones de aguja que me prestó Christina para asistir a las entrevistas.El celular empieza a vibrar.Es Sam.─Verónica, ¿te puedo ver?─ ¿Hoy? Es decir, ¿ahora? ─pongo las manos como viseras sobre mis