Sofía Subo el cierre de la chaqueta por completo, cubro los manos y me aseguro de que no quede ni un centímetro de piel a la vista cuando bajo del vehículo. Rodeo para bajar a Kilian, quien se sostiene de mis dedos para caminar a la puerta. Reprimo los quejidos de dolor al caminar. Soy buena con la resistencia y más cuándo de esconder algunas cosas se trata. El exceso de movilidad dentro de la casa es extraño, demasiado, pero cuento con mis tácticas de convencimiento para controlar tiempo y espacio a mi antojo. Sin bajar la cabeza o demostrar un poco de temor llego a la sala, en donde Dylan camina a grandes pasos hasta mi sitio. Me arrebata al pequeño y sostiene mi muñeca con rabia desmedida, entregándole el pequeño a una de las mujeres de servicio que lo trata más suave. —¡¿Se puede saber en dónde demonios estabas?! —su mano se cierra en mi cuello y sólo sonrío. —Buenos días para tí también. Desde esta mañana he pensado mucho en tí —le lanzo un beso y enfurece más. —Si
Sofía.Al sonar mi alarma me levanto en menos de nada para ir a la ducha. Un baño con agua fría, usado para activar mis músculos y aliviar el dolor de cabeza que me mata con cada paso. Sé a lo que se debe, pero sería un tonta de ir al médico exponiendome a que Dylan lo sepa y lo use en mi contra. Me ejecutarían de saberse que le fui infiel a mi esposo concertado. En cuanto supo mi peor trauma, no dudó en utilizarlo para afectarme en cualquier caso de desobediencia. Solo que el dolor ahora es como el combustible que controla mi vida.Me avisan sobre la llegada de mi suegra y maldigo en voz alta. Liliam es como la espina que te hartas de querer desaparecer, pero no se puede hacerlo tan fácil como parece. Es inteligente. Sabe cuándo verse menos hábil para hacer caer a los idiotas que le creen su tontez, como también el momento exacto para sacar las garras de perra que se carga. Mi imagen siempre ha sido impecable, en cada estilo que uso dejo ver cuanto amo jugar con el tipo de cuerpo q
Sofía.—Dije que tuve contratiempos. Los resolví y regresé en la mañana —respondo con simpleza. —No entiendo el alboroto.—Que casualidad que el día que Antonia Crackstone desaparece, tú estabas en esa ciudad —presiona. —No me vengas con que no estabas enterada, porque sé que contigo una coincidencia no es real. Lo planeas muy bien para no ser descuidada.—Pues esta vez lo fue. Solo fui por un par de contactos que Abraham ocupa en su extensión de ventas, pero ¿que vas a saber de negocios si te metes la mitad de la mercancía en la nariz?Se enfada con mi respuesta. Pudiera intentar la tan usada manipulación femenina, pero Dylan no despierta eso en mí y menos dejaría que vuelva a ponerme un dedo encima. —Si quieres un informe detallado puedes ser muy listo y pedirlo —paso a su lado —para que dejes de sacar conclusiones precipitadas y exageradas, en donde solo hubo una coincidencia, porque no he estado ni estuve cerca de esa perra. Aunque me hubiera gustado. Que fuera peor para ella. C
Donovan Trato de no pensar en lo que vi y concentrarme sólo en la facilidad con la que entré a la casa Myers. Algo que me puede resultar útil, pero esa pequeña imagen que tuve de frente se me quedó grabada entre ceja y ceja. Esa mirada me removió toda la mierd@ que tengo en la cabeza. Nada me desubicó tanto como tener a una cosa de ese tamaño frente a mí. Necesito investigar sobre ese crío. Tiene algo que llama demasiado la atención, un no sé qué que encadena a solo desear verlo toda la vida. Desde que sus ojos se fijaron en mí, hizo algo, no logro descifrar qué fue, pero impactó tan fuerte en mi tórax que juraría que me dejó sin poder respirar. Me hizo algo que me inmovilizó.Logró hacer lo que un sólo enemigo pudo. Dejarme sin habla. Su forma de desafiarme fue cómo si viera mi propio reflejo. Tal vez se trate de una mera estupidez, pero esconde algo que debo averiguar si es beneficioso o desalentador para mí.Solo que algo me avisa sobre su peligrosidad, todo de él lo grita. To
Donovan. Me repito que debo calmarme. Mi odio por ellos no me pueden hacer pensar de forma incoherente. Mis ojos la recorren cuando aparece al final de las escaleras, en donde pasea su vista por todos los presentes con una sonrisa de suficiencia en la cara. No disimula cuanto le gusta ver a muchos capaz de lamer sus pies.La abertura en su vestido me cautiva, ya que el acceso es tan fácil que me es imposible no pensar en lo bien que se ha de ver en cuatro con mi polla encajada, bañando sus piernas de sus jugos, mientras la vista panorámica de su culo me ensombrece la mente. Cada paso que da deja a todos sin respirar, por mi parte, solo me dedico a ver como pierde hasta el último gramo de calma cuando me ve. Esconde algo y voy a averiguarlo. Lo único seguro es que tiene que ver con ese crío.La odio por muchas razones, la principal por ser la única en delatar mi gusto por ver la dominación en alguien más que no sea yo. El polla chica se pasea con ella, presumiendo el tener una be
Sofía.Imágenes borrosas es lo que veo. Escucho gritos. Huele a sangre y el rostro de alguien que me toma de la cara separando mis párpados dentro de un vehículo, antes de que tome el volante. Hay voces y preguntas que entiendo, pero no me permiten contestar con palabras.El miedo me llena porque siento que en cualquier momento veré a Dylan sobre mí, mientras no puedo hacer nada...de nuevo. Sin embargo cuándo lo veo de frente, la tranquilidad llega. Él no va a dañarme así. Él no lo hará. Me dejo llevar por la oscuridad consciente de que estoy con un ser que quiere matarme por revelar sus presiones a quiénes se las robaron, pero también que no va a crear más pesadillas como las que tengo.La luz molesta al solo abrir los párpados que se me vuelven a cerrar. Estoy bañada en sudor con hebras de cabello pegadas a la frente y el calor encerrado en mi garganta. Las sienes pulsan como martillos, golpeando una y otra vez. Las arcadas no son tan amables con mi estómago.Resisto dándome cuenta
Sofía. —También fui condenada a vivir por meses en una cueva a casi doscientos cincuenta metros bajo tierra— me obligo a no desfallecer, mientras está inmóvil. —Estuve sola, con mi hijo creciendo en mi vientre y sin tí para que me ayudaras. ¡No me protegiste como decía tu promesa! —lo golpeo con furia. —¡Me dejaste sola, Donovan! Me dejaste sola. Nos dejaste solos. Me rompo por fin. Dejo caer mi frente en su pecho, soltándome de golpe al sentir que arde su toque. Me rompe el alma sentir su cercanía y que no mueva un músculo. —¿Qué fue lo primero que pensaste cuando me viste en el auto? —reclamo riendo en medio del llanto—. ¿Que se te cruzó por la mente al verme imperturbable en el auto? ¿Que te traicioné? ¿Que te entregué? —me limpio la nariz con furia—. ¿Que me valió mierd@ lo que teníamos para dar tu ubicación? ¡¿Qué maldit@ deducción tuviste?! No habla y la rabia solo aumenta. —¡Dime maldi@ sea! —lo empujo y no mete las manos dejando que saque mi ira—. ¡Sal de esa coraza
Sofía.Las horas transcurren y yo sólo pienso en que con el pacto con los Myers debo volver, lo quiera o no. Ahora los respaldan muchos y cazarme será fácil. Tendría más balas sobre mi cabeza que ideas y justo ahora no tengo ganas de correr. —Descansa, Wifey— roza los labios en mi oreja. —Jamás le des el placer de verte en el suelo. Abro los ojos y él me aleja hebras de cabello de las mejillas. —Van a sangrar, es un juramento. Eso basta para que vuelva a dormir, presa del agotamiento que sólo me pide no pensar más, no temerle a mis pesadillas, sólo respirar. Cuando despierto Donovan no se encuentra a mi lado, sin embargo, no siento esa daga en el pecho con su ausencia. Nos perdimos hace mucho el uno al otro. Nos destrozaron antes de que siquiera lo supiéramos. Bajo al piso inferior cuándo reviso mi aspecto y no me doy tanta lástima yo sola. —Hay aparatos para limpiar las peceras, pero me gusta hacerlo yo misma— dice la monja que me pasa los peces. —Eso lo vuelve más personal. N