Piero Lazio estaba esperando que lo atendiera la maestra de su hija, era inaudito, hacía 15 minutos que estaba allí.A él no le sobraba tiempo.Había ido a pedido de su esposa.Sabía que era un tema importante y que en algún momento lo tendría que hablar, fue cuando lo citaron del colegio, en realidad citaron a la madre, siempre suelen citar a las madres en lugar de los padres. Ya había perdido la paciencia, Piero consideraba una falta de respeto hacerlo esperar.Era solo la maestra de su hija y si lo citaban tenían que ser estrictos con el horario.Por otro lado estaba preocupado por su pequeña.Lo inevitable estaba cerca de suceder y en el colegio tenían que estar al tanto.Era un tema que no podían dejar a cargo de la niñera.Pero él era un hombre ocupado, estaba pensando que en cuanto apareciera la maestra, lo iba a escuchar y luego, recién tocarían el tema que tenía que informar.No sabía que pretendía decirle la docente, pero seguramente no debía ser importante.Luego de 20 min
Camila la estaba pasando mal y él no podía hacer absolutamente nada para que su hija esté mejor.Su esposa se estaba muriendo y no había dinero que pudiera comprar su vida.La vieron los mejores especialistas del mundo, incluso vinieron médicos de Suiza y hasta de Cuba, pero todos le decían lo mismo, todos coincidían en el diagnóstico.Catherine estaba consciente de lo que tenía y del tiempo que le quedaba.Él estaba dedicado completamente a ella, repartía su tiempo entre el trabajo y su familia.Ya ni se iba por ahí, el poco tiempo que tenía de sobra, se lo dedicaba a su esposa y a su hija.La gran heredera lo sabía y se lo agradecía con toda su alma.Cuando se fue el padre de su alumna, Mora se dirigió hacia la dirección del colegio.Le tenía que informar a la directora.Apenas entró a la dirección, le contó con sus lágrimas corriendo por las mejillas, lo que sucedía en esa familia.Tuvo que tomar un vaso de agua para tranquilizarse, porque no podía volver al aula en esas condicione
Piero volvió a su casa y le contó a su esposa lo que habló con la docente de su hija, pero evitó decir la parte en que le confesó que a ella le quedaba poco tiempo de vida.Era realmente compasivo con ella, aunque no estaba perdidamente enamorado, él no estaba seguro de poder amar de otra manera, por lo que para él, lo que sentía era amor.También era consciente de que ella lo amaba mucho más profundamente a él.-Ahora que estamos solos, quiero hablar sinceramente.Piero siempre evitaba hablar del tema con ella, porque sabía que Katherine quería hablar de su enfermedad y del tiempo que le quedaba y realmente le dolía hasta la inmensidad lo que su esposa estaba viviendo.-Amor, vas a ver como con el último tratamiento vas a ir mejorando.-¡Basta! Ya sabemos los dos que no voy a mejorar, que estoy empeorando día a día y que no me queda de vida más que dos o tres meses y tenemos que hablar ahora.Estaba dolido y hasta desconcertado porque ella era más fuerte que él.-Piero, quiero hablar
Pasaron dos horas y los directivos consideraron que se debían retirar.Camila le pidió a su maestra que se quedase con ella.Mora accedió.Cerca de las 9 de noche, una persona le acercó un sandwich a Mora, la niña no quería comer nada, pero compartió lo que la docente estaba comiendo y solo en ese momento tomó gaseosa también del vaso de su maestra, luego con ella, fue al baño.Más tarde le sonó el teléfono a la jovén docente, se alejó un poco de su alumna jurándole que no se iba a ir, la niña, creyendo en su maestra, permitió que ésta se aleje.Piero fue detrás de Mora para decirle que no era necesario que se quedara y sin querer escuchó la conversación telefónica, el hombre que estaba hablando con ella, hablaba fuerte y él, aunque estaba detrás de ella, escuchaba todo perfectamente.-¿En dónde estás?-Sucedió algo, falleció la mamá de una alumna mía y estoy en el velorio.-Ok, saluda y listo, anda a tu casa, que paso por allá.-No puedo, la niña me necesita.-Debe tener a su padre y
El sábado a media mañana, a Mora, le sonó el teléfono, era un número desconocido, iba a cortar pensando que era alguien que le iba a ofrecer algún producto que no servía para nada, o tal vez podría ser una encuesta política, sin querer, en lugar de cortar, contestó.-Hola, ¿Mora?-Sí ¿Quién habla?-Perdón, soy Piero, el padre de Camila.-¿Le sucedió algo a Camila? ¿Cómo está?Ella enseguida pensó en la chiquilla, que sin duda estaba pasando por el peor momento de su vida.-No quisiera molestarte, pero Camila no deja de llorar y me preguntó si podías venir a verla.Mora se asombró ante tal petición, pero entendía que entre ella y la niña había una conexión especial.Decidió acceder ante la petición de su alumna.-Sí, dígame la dirección que me acerco.-Te mando un chofer.-No es necesario, señor.-Por favor.-No se preocupe, tengo vehículo propio, puedo acercarme.Sofía la estaba escuchando muy intrigada, pero por la seriedad con que contestaba su hermana, no se animó a hacer ningún co
Llegó a su casa por la noche del domingo, estaba cansada, solo quería comer algo sencillo, darse una ducha y dormir, pero al acostarse en su cama, de nuevo recordó la mirada de Piero.Definitivamente estoy loca, pensó, tratando de conciliar el sueño.Al día siguiente Camila se reincorporó al colegio, ella había hablado con sus alumnos el viernes anterior, lo hizo a instancia de la directora que le dijo que eso era lo correcto.La niña se abrazó a ella en cuanto la vió.Pero Mora no la alzó a upa, tenía que encontrar la forma de despegarla de a poco de su lado y que interactúe con sus compañeros de clases.Sabía que aunque ella quería consolarla en todo momento, lo mejor para Camila era que se adapte a su nueva vida y que pueda resolver por su cuenta los problemas que surgían.Los primeros días estuvo bien, pero el día jueves no quiso irse con la niñera, a Mora le daba la impresión de que la niñera era demasiado fría con la niña, tal vez la había retado por algo.Mora buscó en sus cont
La mucama la acompañó hasta la puerta indicada.Mora golpeó suavemente y entró solo cuándo escuchó que desde adentro le indicaron que entrara.-Permiso señor.Era un momento embarazoso.-Perdón por el momento que pasaste.-No es nada, señor, solo tiene que comprender que la niña perdió hace muy poquito a su madre y se siente sola.El hombre inspiró profundamente.Estaba contrariado.No sabía muy bien el motivo y se sentía cansado.Fue cuándo se le ocurrió una idea que le pareció genial, sin pensarlo dos veces, hablo.-Te propongo trabajar para mí, te contrato los sábados y si podés, también los domingos, estoy quitandote tiempo y no es justo.A Mora la tomó por sorpresa, luego lo miró con decepción.¿De verdad este hombre creía que el cariño que ella sentía por su hija lo podía comprar?Era un idiota más.-No se ofenda señor, pero de verdad vengo a ver a Camila cuándo ella lo desea y usted lo permite, solo porque le tengo mucho cariño a su hija, no estoy buscando que me contrate y com
-Quisiera hablar unos minutos con vos, para saber cómo avanza Cami en el colegio, si es que lo hace, seguime por favor, vamos a hablar más tranquilos en mi estudio.-Bueno, me despido de Cami, es un segundo, es que luego tengo que…hacer un trámite.Piero estaba a punto de sonreír, porque Mora llamó trámite ir a un salón de belleza, tal vez para ella lo era.Por lo que escuchó, antes era bastante más informal y él estaba seguro que tenía que ver con su novio y no con su empleo.Le habría encantado conocerla cuando usaba el cabello violeta, si ahora parece jovencita, en ese momento le hubiera parecido una criatura y tal vez no la hubiera mirado.Ahora sí que no reprimió la sonrisa, porque sabía que la hubiera mirado igual.Mora salió del cuarto de Cami, luego de prometerle que vendría en otro momento.Piero la esperó en el pasillo y los dos fueron al estudio del hombre.Él no quería parecer un jefe, por lo que se sentó en el sillón y la invitó a ella a hacer lo mismo.Ella tenía una pol