-Quisiera hablar unos minutos con vos, para saber cómo avanza Cami en el colegio, si es que lo hace, seguime por favor, vamos a hablar más tranquilos en mi estudio.-Bueno, me despido de Cami, es un segundo, es que luego tengo que…hacer un trámite.Piero estaba a punto de sonreír, porque Mora llamó trámite ir a un salón de belleza, tal vez para ella lo era.Por lo que escuchó, antes era bastante más informal y él estaba seguro que tenía que ver con su novio y no con su empleo.Le habría encantado conocerla cuando usaba el cabello violeta, si ahora parece jovencita, en ese momento le hubiera parecido una criatura y tal vez no la hubiera mirado.Ahora sí que no reprimió la sonrisa, porque sabía que la hubiera mirado igual.Mora salió del cuarto de Cami, luego de prometerle que vendría en otro momento.Piero la esperó en el pasillo y los dos fueron al estudio del hombre.Él no quería parecer un jefe, por lo que se sentó en el sillón y la invitó a ella a hacer lo mismo.Ella tenía una pol
Piero estaba acompañado de una mujer hermosa, creía que iba a terminar la noche en su departamento, estaba casi relajado, hacía mucho tiempo que no se sentía así.Esa chica le estaba hablando al oído mientras él la tenía por la cintura, cuándo vio que varias miradas se dirigieron a la entrada.Vió entrar a un conocido, aunque tenían cierta amistad no lo podía considerar su amigo, habían hecho algunos negocios juntos, tenían acciones en común en varias empresas y hasta habían salido de juerga alguna que otra vez, estaba casi seguro que Katy se había enterado de sus infidelidades por él.Los ojos de Piero se posaron en la acompañante del hombre que acababa de entrar, que era, sin dudas, la que se llevaba todas las miradas.Era una mujer espectacular, una rubia sumamente llamativa, con un cuerpo infartante, provocativa como pocas, pero no dejaba de ser elegante, sin duda el vestido rojo que llevaba puesto, había sido hecho a medida para su escultural cuerpo.No podía apartar su vista de
Piero no dijo que la conocía y ella, por miedo a la reacción de Amadeo se calló la boca.Solo esperaba no encontrarse otra vez con el padre de su alumna.Seguramente eso era imposible, a lo mejor, para guardar las apariencias, en los últimos eventos en los que ella había acompañado a Amadeo, no se cruzaron, porque su esposa estaba en sus últimos momentos de vida.Sí, seguramente era solo por las apariencias.Mora se sentía totalmente incómoda.Ella siempre había dicho que tenía novio, no estaba en falta con Piero y mucho menos con Amadeo.Siempre habló de su novio como su prometido, porque él así la presentaba a ella y no eran solo palabras, Amadeo realmente se quería casar con ella.El empresario deliraba por la joven docente.Quería tener mucho más de ella y sentía que no lo terminaba de lograr, a pesar de tenerla y de poner su inmensa fortuna a los pies de la joven y que ella se entregaba a él, había como una pared entre ellos, una barrera que no podía derribar.Eso lo tenía mal y
Piero no podía dejar de pensar en los últimos acontecimientos.Mora ocupaba gran parte de sus pensamientos.Lo que a Piero le molestaba, era que ese infeliz tuviera en sus brazos a semejante mujer, él creía que Amadeo no la merecía.Mora le mentía en tonterías como comprarse un vestido a último momento, pero también le ocultaba información importante, como que pasaba en su casa muchos sábados por la tarde.Con ese tema se sentía poderoso, aunque en definitiva era algo que no tenía que ver con él, pero sí con su hija y con el inmenso corazón de la docente.Pasó un sábado y convenció a su hija de salir a pasear, por lo que evitó llamar a Mora.Piero no sabía muy bien qué pasaba por la mente de la maestra, pero estaba seguro de que aparte de asombrarse al coincidir en ese evento y descubrir que él conocía a su novio, a ella no le gustó descubrir que luego de confesarle que la deseaba, a las pocas horas lo vio en brazos de otra mujer.Sí supiera que él salió casi inmediatamente de su casa
Piero entretuvo a su hija con unos juegos, pero su mente estaba muy lejos de allí.Casi la tenía, aunque sabía que más allá de lo que Mora sentía, no hubiera sido fácil convencerla para que vayan a su departamento.En cuánto su hija se distrajo, él llamó por teléfono a Mora, quería saber si ella había llegado bien, suponía que estaba alterada. -Sí, gracias.La jovén cortó enseguida.Estaba pensando que no podía ir más a la mansión, era muy arriesgado, se iba a involucrar con Piero y eso era una locura por donde se lo mirase.También pensaba que ya era tarde, lo que sentía cuando él la besaba no lo había sentido por nadie.Sabía perfectamente que él no buscaba nada serio, que solo quería sacarse las ganas que sentía por ella, que era solo un deseo pasajero para él.Acababa de quedar viudo, a lo mejor solo quería tratar de olvidar a su mujer probando distintos brazos, aunque interiormente sabía lo mujeriego que era él.Lo mejor era olvidarse, dejar pasar el tiempo, no verlo más.Por o
Mora pensó que la niña no tenía la culpa de sus sentimientos y si su padre no iba a estar, la tentación no existía.Piero estaba feliz, pero quiso hacer creíble su mentira, por lo que le dijo a su hija que tenía mucho trabajo e iba a la oficina.La niña se quejó, porque quería estar con él.-Recién hablé con Mora, en un rato está acá, almuerzan juntas y luego van a la piscina, recordá que sola no podés estar allí.-Sí papito, pero me gustaría estar con los dos, vení rápido.Piero sonrió, esa era su intención.-Sí, mi cielo. Le dio un beso en la cabeza a la niña y luego le indicó al chofer que lo lleve a la empresa.Realmente trabajo siempre había, aunque no era adicto a estar pendiente las 24 horas de la empresa.Eso lo aprendió de Katherine, ella decía que era necesario despegarse de los problemas de la oficina, que tenían que tomarse tiempo para disfrutar en familia.La extrañaba, era verdad y la recordaba con cariño, aunque la vida para él seguía.Trataba que su hija siguiera adel
-¿Podés venir mañana, que es domingo?La voz de su hija lo saca de sus pensamientos.-No Cami, mañana voy a pasear con mi novio, vamos a pasar el día con unos amigos suyos en un yate.-Si volvés temprano vení.-No creo que vuelva temprano, porque vamos a navegar.Piero recordó que Juan Pablo lo había invitado, era un amigo en común que tenían con Amadeo, pero había declinado la invitación.A los pocos minutos se encontró mandando un mensaje diciendo que al final resolvió el problema que tenía y le preguntó en donde se encontraban y a qué hora.Cuando obtuvo la respuesta esperada, sonrió con cierta malicia.Luego de un rato se acercó una mucama preguntando si iban a merendar en ese momento y en donde lo iban a hacer.-Yo ya me voy.Dijo Mora, viendo la oportunidad para salir de allí.-Seño, también nos hablaste de la importancia de las 4 comidas, quedate con nosotros, vení, te enseño donde te duchas, antes de vestirte, yo lo hago en mi baño, porque sino mojo todo y mi ropa está allá.-
Piero se quedó pensativo, aunque quería evitar hacerlo, pero la imagen de Mora estaba latente en su cerebro.Cuando él pensó que la pasaría muy bien con ella, jamás se imaginó la profundidad de lo que sintió.Su cuerpo era simplemente una escultura, verdaderamente parecía esculpido y la pasión que tenía dentro, era un océano de fuego, la puta madre, algo así dijo una vez Amadeo, eso no le gustó para nada, es que Piero la quería para él, no le gustaba la idea de compartirla con su contrincante, no era una mujer más, era raro todo lo que sentía, porque tampoco quería algo serio con ella, solo pretendía pasar un rato.Estaba seguro que aunque Amadeo se desubicó hablando de ella, nunca le pudo hacer sentir igual, ni siquiera parecido, es que hoy verdaderamente habían tocado el cielo en cada orgasmo.Fue mucho más allá de lo normal, fue algo que salía con más profundidad que la frontera de la piel.Finalmente la tuvo en sus brazos y se lo hizo como un loco, pero seguiría haciéndolo hasta m