Piero no podía dejar de pensar en los últimos acontecimientos.Mora ocupaba gran parte de sus pensamientos.Lo que a Piero le molestaba, era que ese infeliz tuviera en sus brazos a semejante mujer, él creía que Amadeo no la merecía.Mora le mentía en tonterías como comprarse un vestido a último momento, pero también le ocultaba información importante, como que pasaba en su casa muchos sábados por la tarde.Con ese tema se sentía poderoso, aunque en definitiva era algo que no tenía que ver con él, pero sí con su hija y con el inmenso corazón de la docente.Pasó un sábado y convenció a su hija de salir a pasear, por lo que evitó llamar a Mora.Piero no sabía muy bien qué pasaba por la mente de la maestra, pero estaba seguro de que aparte de asombrarse al coincidir en ese evento y descubrir que él conocía a su novio, a ella no le gustó descubrir que luego de confesarle que la deseaba, a las pocas horas lo vio en brazos de otra mujer.Sí supiera que él salió casi inmediatamente de su casa
Piero entretuvo a su hija con unos juegos, pero su mente estaba muy lejos de allí.Casi la tenía, aunque sabía que más allá de lo que Mora sentía, no hubiera sido fácil convencerla para que vayan a su departamento.En cuánto su hija se distrajo, él llamó por teléfono a Mora, quería saber si ella había llegado bien, suponía que estaba alterada. -Sí, gracias.La jovén cortó enseguida.Estaba pensando que no podía ir más a la mansión, era muy arriesgado, se iba a involucrar con Piero y eso era una locura por donde se lo mirase.También pensaba que ya era tarde, lo que sentía cuando él la besaba no lo había sentido por nadie.Sabía perfectamente que él no buscaba nada serio, que solo quería sacarse las ganas que sentía por ella, que era solo un deseo pasajero para él.Acababa de quedar viudo, a lo mejor solo quería tratar de olvidar a su mujer probando distintos brazos, aunque interiormente sabía lo mujeriego que era él.Lo mejor era olvidarse, dejar pasar el tiempo, no verlo más.Por o
Mora pensó que la niña no tenía la culpa de sus sentimientos y si su padre no iba a estar, la tentación no existía.Piero estaba feliz, pero quiso hacer creíble su mentira, por lo que le dijo a su hija que tenía mucho trabajo e iba a la oficina.La niña se quejó, porque quería estar con él.-Recién hablé con Mora, en un rato está acá, almuerzan juntas y luego van a la piscina, recordá que sola no podés estar allí.-Sí papito, pero me gustaría estar con los dos, vení rápido.Piero sonrió, esa era su intención.-Sí, mi cielo. Le dio un beso en la cabeza a la niña y luego le indicó al chofer que lo lleve a la empresa.Realmente trabajo siempre había, aunque no era adicto a estar pendiente las 24 horas de la empresa.Eso lo aprendió de Katherine, ella decía que era necesario despegarse de los problemas de la oficina, que tenían que tomarse tiempo para disfrutar en familia.La extrañaba, era verdad y la recordaba con cariño, aunque la vida para él seguía.Trataba que su hija siguiera adel
-¿Podés venir mañana, que es domingo?La voz de su hija lo saca de sus pensamientos.-No Cami, mañana voy a pasear con mi novio, vamos a pasar el día con unos amigos suyos en un yate.-Si volvés temprano vení.-No creo que vuelva temprano, porque vamos a navegar.Piero recordó que Juan Pablo lo había invitado, era un amigo en común que tenían con Amadeo, pero había declinado la invitación.A los pocos minutos se encontró mandando un mensaje diciendo que al final resolvió el problema que tenía y le preguntó en donde se encontraban y a qué hora.Cuando obtuvo la respuesta esperada, sonrió con cierta malicia.Luego de un rato se acercó una mucama preguntando si iban a merendar en ese momento y en donde lo iban a hacer.-Yo ya me voy.Dijo Mora, viendo la oportunidad para salir de allí.-Seño, también nos hablaste de la importancia de las 4 comidas, quedate con nosotros, vení, te enseño donde te duchas, antes de vestirte, yo lo hago en mi baño, porque sino mojo todo y mi ropa está allá.-
Piero se quedó pensativo, aunque quería evitar hacerlo, pero la imagen de Mora estaba latente en su cerebro.Cuando él pensó que la pasaría muy bien con ella, jamás se imaginó la profundidad de lo que sintió.Su cuerpo era simplemente una escultura, verdaderamente parecía esculpido y la pasión que tenía dentro, era un océano de fuego, la puta madre, algo así dijo una vez Amadeo, eso no le gustó para nada, es que Piero la quería para él, no le gustaba la idea de compartirla con su contrincante, no era una mujer más, era raro todo lo que sentía, porque tampoco quería algo serio con ella, solo pretendía pasar un rato.Estaba seguro que aunque Amadeo se desubicó hablando de ella, nunca le pudo hacer sentir igual, ni siquiera parecido, es que hoy verdaderamente habían tocado el cielo en cada orgasmo.Fue mucho más allá de lo normal, fue algo que salía con más profundidad que la frontera de la piel.Finalmente la tuvo en sus brazos y se lo hizo como un loco, pero seguiría haciéndolo hasta m
Amadeo sintió cierta amenaza sobre su novia, el sexto sentido no era solo femenino, no dejó de besar y acariciar a la chica durante toda la mañana y se aseguró de estar a la vista de su contrincante, para que a éste no le quedaran dudas que él era el dueño y señor de la joven.Durante el almuerzo sucedió más o menos lo mismo.Piero estaba pendiente de Mora y notaba lo incómoda que estaba por el comportamiento de su novio, pero de todos modos moría de celos, nunca había sentido algo así, en ese momento tenía ganas de separar a Amadeo de su lado, exigirle que ella le diga que con él estaba mejor.Era ridículo, ellos solo habían estado unos minutos juntos, sin embargo Piero sentía que había perdido la cordura por ella.Notaba que junto a Amadeo, ella no se comportaba como una chica común, sencilla, dulce, cuándo estaba con él parecía una pantera en sus movimientos, una seductora con experiencia, tal vez no era tan inocente como pensaba y prefería ceder en todo y lograr una posición al la
Se organizó una competencia de motos de agua, donde los hombres que se habían enfrentado anteriormente fueron los primeros en anotarse.Bajaron las 10 motos que tenía el yate, no se explicaron las reglas, todos la sabían de memoria, esas competencias las hacían a cada rato.Todos los hombres que estaban allí, gustaban de ese tipo de entretenimiento.Las mujeres a veces también competían, pero no era lo usual.Largaron como hacían siempre hasta que llegaron al punto en que tenían que regresar.Tanto Piero como Amadeo tenían físicos privilegiados y dominaban las motos de agua como se domina una bicicleta.Demás está decir que fueron los primeros que llegaron a la meta, cada uno deseaba ganar y se esforzaron más que el resto de los competidores.-¡Empate!Gritaron a la vez tres o cuatro personas, por lo que ninguno de los dos pudo quejarse.-¡Tiene que desempatar!Dijo alguien.-Con las lanchas.Acotó otra persona.Alguién, sin esperar el consentimiento de ambos competidores, bajó dos la
La docente se apresuró a terminar su trabajo, ella planificaba todo, era metódica y aunque sabía que podía improvisar, no le gustaba hacerlo.Al terminar, guardó todo, se duchó y entonces sí su mente no dejaba de girar.Amadeo había acusado a Piero de casarse por interés, no lo dijo con esas palabras, pero lo dijo, ellos se acusaron de varias cosas.Piero acusó a Amadeo de contarle a su esposa que él la engañaba y al parecer habían sido bastante amigos, porque compartieron prostitutas…El padre de Camila acusó a Amadeo de estar ¨caliente¨con su esposa.Esos hombres hacía bastante que competían por todo.Ninguno de los dos eran señores.¿Será que Piero la quiere conquistar solo por molestar a Amadeo?¿Será un juguete descartable para él?Ella sabía que era algo de paso, pero pensó que le gustaba…Cuándo lo conoció, él no sabía quién era su novio.¿Y luego?¿La habrá visto en algún evento y la reconoció?Las palabras que él le decía parecían sinceras y enamoraban, su llamado de recién t