Capítulo 37

Jugamos dos partidos, en los que el otro equipo ganó pero por poca diferencia. Éramos hombres contra mujeres. 

En verdad era un deporte que me encantaba, pero al no tener una gran altura no era buena para los bloqueos. Y lamentablemente la mayoría de nosotras éramos más pequeñas a comparación de los muchachos. 

Finalmente, el sol comenzó a caer pintando de distintos tonos de naranja el color del cielo. 

Jared propuso hacer una fogata a la orilla del mar y todos aceptamos con entusiasmo. 

Una hora después, nos encontrábamos sentados alrededor del fuego, compartiendo unas cervezas. 

Estuvi

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