Pov Anastasia
-Arriba morsa- la voz de Jenny a mi lado me trajo a la conciencia.
Me estiré sobre el colchón sonriendo. Sabía que nos esperaba un día increíble, lleno de muchas emociones, y no veía la hora de que comenzara.
-Elisa nos espera abajo para desayunar- agregó.
-De acuerdo- respondí después de bostezar.
Jenn sonrió y abandonó el cuarto. A continuación me puse de pie y me acerqué a la ventana. El cielo celeste y el sol brillante fueron la prueba de que el clima estaba ideal, de modo que elegí ponerme un vestido de color blanco con flores rosas y
Después de compartir el almuerzo todos juntos, decidimos disfrutar del increíble día de playa que nos aguardaba.Me coloqué la bikini de color roja que había comprado hacía poco, y por encima un vestido de lino de color blanco. Acaricié suavemente la cabecita de Ponce y bajé para encontrarme con Jenny.La encontré charlando con Scott, mientras los dos reían a carcajadas.Me puse de pie a su lado pero no dije nada para no interrumpirlos.-¿Vamos?- se volteó en cuanto me vio, con una gran sonrisa.Asentí y caminamos junto a nuestro amigo atravesando la terraza
Jugamos dos partidos, en los que el otro equipo ganó pero por poca diferencia. Éramos hombres contra mujeres.En verdad era un deporte que me encantaba, pero al no tener una gran altura no era buena para los bloqueos. Y lamentablemente la mayoría de nosotras éramos más pequeñas a comparación de los muchachos.Finalmente, el sol comenzó a caer pintando de distintos tonos de naranja el color del cielo.Jared propuso hacer una fogata a la orilla del mar y todos aceptamos con entusiasmo.Una hora después, nos encontrábamos sentados alrededor del fuego, compartiendo unas cervezas.Estuvi
-¿Qué haces aquí?- murmuré.-Necesito que hablemos--Creo que ya lo hemos hecho…- y era verdad. ¿Qué más quedaba por decir?Máximo dio un par de pasos hacia mí sin desviar su mirada de la mía.Sentí esas famosas mariposas de las que tantas veces había escuchado hablar; parecían invadir todo mi estómago.-Anastasia- me interrumpió -Hace menos de una semana nos queríamos y éramos muy felices juntos. ¿Puede cambiar tan rápido eso?-Claro que no
POV AnastasiaDespués de volver a encontrarnos en cuerpo y alma, recosté mi cabeza sobre su pecho. Estaba cansada, pero quería disfrutar el tiempo perdido a su lado.Máximo acarició mi cabello con familiaridad, y cerré los ojos con placer.-Es increíble lo bien que se siente- murmuré mientras volvía a abrir los ojos.Él dio un pequeño saltito y sonriendo dijo:-Me haces cosquillas con las pestañas-Batí mis ojos para continuar molestándolo y se removió debajo mío.
Dos semanas más tarde mi vida comenzaba a tomar el rumbo que quería.Máximo y yo habíamos ido a cenar a la casa de sus tíos para que los pudiera conocer.Pude entender por qué él los adoraba tanto: ellos eran muy cariñosos y se notaba el amor con el que lo habían criado.Y también me presentó a su primo, que era de las personas más divertidas que había conocido. Incluso tanto como Jenny… Estaba segura de que harían una hermosa pareja. Tal vez podríamos salir los cuatro algún día.Disfruté mucho la cena, especialmente porque me habían hecho sentir como si fuera una más d
Suspiré mientras dejaba el papel doblado por la mitad sobre el escritorio de madera. Sabía que lo que estaba por hacer era una locura, pero ya no podía echarme atrás. También era consciente de que iba a estar en boca de todos mañana, aunque eso no era lo que realmente me importaba, sino mi padre. Durante los últimos años habíamos tenido cientos de charlas sobre esto, pero ante su intensa y firme negativa tuve que tomar una decisión. Ojalá me hubiera comprendido cuando se lo rogué... Acaricié con dulzura a mi gatito Ponce mientras este ronroneaba.<
Llevaba seis horas conduciendo y todavía no sabía cuál era mi destino final. Había visto un par de lugares en el mapa donde podría estudiar lo que me gustaba, y que se estaban lo suficientemente lejos de mi casa para que al menos por un tiempo no me pudieran encontrar. Observé el reloj que estaba sobre la pantalla táctil de mi auto: eran las nueve de la mañana. Para este entonces mi padre ya debía saber que me había escapado, y seguramente tendría a todo el mundo buscándome. Me había asegurado de dejarle una nota para que no pensara que me había pasado algo malo, ya que al ser parte de una familia con bastante poder siempre estábamos expuestos a constantes amenazas. Joder, eso tampoco lo iba a extrañar para nada. De pronto un cartel negro con letras blancas y pequeña
El tal Máximo conducía a gran velocidad, pero me sorprendía bastante la habilidad con la que lo hacía. Luego de unos diez minutos, nos detuvimos frente a una casa de dos pisos. Sus paredes eran blancas, su techo de color rojo oscuro, y a ambos lados de la puerta habían dos columnas. Sin duda era una casa preciosa. A su alrededor había otras que eran de estructuras similares, pero con distintos colores. Máximo se bajó de su auto y se cruzó de brazos a esperarme. ¿Por qué si parecía tan irritado de estar conmigo, me ayudaba? Joder, qué tipo raro. Tomé mi bolso y a Ponce, y bajé del vehículo. Él me observó, luego a mi gatito, y finalmente de nuevo a mi.