— Tienes que casarte lo antes posible, Madison
— Papá, ¿Qué dijiste? —ella pensó que había escuchado mal.
El anciano dobló su periódico sin rumbo, sin levantar la mirada.
— Tienes que aceptar el compromiso en tres días y la boda en un mes.
La forma como su padre le dió la bienvenida hizo a la chica trastabillar, sintió como si le dejaran caer agua hervida.
— Pero, ¿Cómo puedo casarme ahora mismo? Yo...
El anciano le interrumpió,y siguió con toda seriedad.
— Escucha Madison, no es una petición la que te estoy haciendo sino que es una orden, las cosas en la empresa no se encuentran bien y estamos a punto de quebrar.
No fue hasta que levantó la cabeza y vio a su padre mirarla con ojos serios durante un rato que se dio cuenta de que esto realmente podría pasar, que su padre podía encontrar a cualquier hombre que la obligara a casarse
— Pero papá, es imposible, ¿Estás loco? seguramente vas hacer conmigo lo que hiciste con Ana, no pienso seguir los mismos pasos de mi hermana mayor
Vino a su memoria una especie de déjá vú, y las lágrimas de Ana cuando supo del compromiso con su esposo adinerado. Sospechaba que su padre no quería a su hermana, y mucho menos a ella.
— Cállate, sé que necesitas algo de tiempo para conseguirlo, así que estoy aquí para avisarte con anticipación.
— ¿Si a los tres días de supuesta anticipación es suficiente para encontrar un esposo? Te lo digo oficialmente, no lo aceptaré
— Tu prometido no será ese pobre chico que desprecio, eres demasiado joven para saber lo que es un buen compañero de matrimonio. Escúchame Madison, yo te...
— ¿Entonces me vendiste? ¿Es así, papá?— la joven le interrumpió a su padre.
— El que se casará contigo será el hijo de mi socio. Es un hombre de negocios muy exitoso. Se llama...
—No me interesa ,Papa. ¿El significado de mi vida es que tú la vendas como un objeto por dinero? ¿No es suficiente que le hicieras algo así a la pobre de Ana. ¿Tienes que hacer lo mismo conmigo?
— ¡Cállate! ¡Niña ingrata! Me debes obedecer y agradecer por todas las comodidades que te he dado,
— ¿Agradecida? Papá, ¿Alguna vez has estado agradecido con mi madre? Ella nos dio a luz a mi hermana y a mí, luego murió, ¿Nos trataste mejor a nosotras después de eso? ¡La verdad es que en absoluto no lo hiciste!
El anciano se enfureció ante la atrevida contradicción de su hija y la fulminó con la mirada. Estaba claro que ofrecía las mejores condiciones y trabajaba día y noche para hacer por fin más grande la empresa.
Sin embargo, Madison lo ignoró y siguió:
—¡No te importa mi vida, mi amor, mis amigos, mis gustos! ¡Siempre estás ausente cuando más te necesito! Crees que el vacío se llena con dinero, viajes y lujos; ni siquiera me conoces por completo, lo único que tuve fue a Ana y con el tiempo hasta eso me quitaste. Prefiero estar tres metros bajo tierra antes que estar casada con un hombre que no amo y ni conozco.
El viejo no pudo aguantar más.
— Cállate, no te crié para que desobedecieras mis órdenes. Te guste o no, ¡En tres días debes estar comprometida!
Madison vio que su padre no quería cambiar de opinión en absoluto y que debía de haber hablado de malas maneras, así que suavizó el tono.
— Papá, entiendo que no debió ser fácil quedarse viudo y con dos niñas que aún necesitaban de su madre. Siempre te admiré por habernos sacado adelante con todos los retos que significaba educar a dos mujeres siendo un hombre, por favor te pido que no me obligues a casarme con un hombre al cual no amo y ni siquiera conozco. Escucha, a mí no me importa ser pobre, solo deseo ser feliz.
— Eso dices en este momento, la vida es dura Madison y cuando el hambre entre por la puerta ten por seguro que vas a desear hacerme caso. Lo que te dije fue un aviso, no voy a cambiar de parecer y punto final.
Toc, toc, toc. Un golpe en la puerta interrumpió el deseo de Madison de seguir discutiendo con su padre, ella iba a ir a abrir la puerta sin embargo fue detenida por el señor Benett. Varios hombres vestidos con trajes impecables se encontraban afuera.
— Vuelve a tu habitación, tengo asuntos importantes que discutir.
— Sr. Benett, debe empacar y entregar la casa por adelantado, hemos encontrado un comprador, ¡Todos los artículos de la casa deben empacarse dentro de los tres días!
[...]
La puerta se cerró muy fuerte, el señor Benett trataba de procesar todo lo que sucedía mientras su hija mayor, Ana, regresó a casa, lo veía con preocupación.
— Hola papá. ¿Has hablado con mi hermana? Quise venir ya que sabía muy bien que hoy le ibas a hablar del compromiso.
— Me fue mal hija — él se pasó las manos por su cabeza en tono de frustración — tu hermana me dijo que no se va a casar, que prefiere estar tres metros bajo tierra antes de hacerlo.
— Te dije que no era buena idea que hicieras eso pero no me quisiste hacer caso, bien sabes que tu rivalidad con Madison es demasiado grande y hay vas a tirarte de cabeza.
— Trata tú de hablar con ella, Madison te escucha y te quiere demasiado — él tomó las manos de su hija — por favor hazlo, todo esto es por su bienestar ya que no quiero que pase por ninguna escasez como la que pasé yo cuando estaba iniciando con mi fortuna.
— Papá, es cierto que Madison da una imagen de niña caprichosa pero no es así, si tan solo te dieras la oportunidad de conocerla lo sabrías bien.
El viejo Benett asintió en silencio sin abrir la boca. La hija mayor entendió todo y veía como el hombre fuerte que había visto a lo largo de los años quedaba reducido a un pobre tipo completamente indefenso, le dolía ya que a pesar de sus constantes discusiones lo quería demasiado.
Por otra parte, Madison se fue de la presencia de su padre, al subir a su habitación miró los libros que estaban en el escritorio. Su papá vivía tan ensimismado en su trabajo que ni siquiera sabía que ella estaba estudiando en una buena universidad e incluso gozaba de una beca completa.
El señor Benett masajeó su cabeza y respiró profundamente, miró un retrato que colgaba en la chimenea de su casa, estaba una mujer con una niña de aproximadamente cinco años y a su lado se encontraba él.
— No tienes idea como te extraño querida, tú siempre tenías las palabras correctas en momentos como este. Me siento tan solo a pesar de estar con Madison, ella es demasiado rebelde aunque eso solo aplica para mí, quiere a su hermana mayor a pesar que habla de forma tan despectiva.
Suspiró pesadamente y tomó una tablet, ahí salían las ventas tan bajas que había tenido en los últimos meses, estaba claro que vender la casa, a pesar de ser insolvente, no era una buena opción en ese momento,así que canceló el trato...
En el vuelo a los Estados UnidosDos italianos con trajes están descansando en la primera clase: el hombre tiene unos 30 años y el niño tiene unos 10 años, el hombre se ve obligado a regresar al país para citar con su futura esposa contratada.El chico no había dicho una palabra desde que subió al avión y nunca levantó la vista para pedir nada, por mucho que cualquier azafata viniera a preguntarle. Solamente escribía en la computadora portátil frente a él durante el vuelo.— Toma algo, hijo, vas a pasar un día sin comida.— Esto no es algo que me interese.—¿Sigues enfadado?— Sí y no. — Entonces lo siguiente que te va a interesarEl hombre mira de reojo al niño que sigue concentrado en su ordenador y continuo:— Es que tu abuelo me pidió que te buscaran una mujer, para que fuera tu madre y cuidarte.— ¿Qué? — El niño detuvo inmediatamente el movimiento de sus manos ,volvió la cabeza hacia su padre, miró a su padre con asombro, refuto. —Pero no necesito ese tipo de cosas. ¿No es sufi
— No vuelvo a creer en nadie de ese género, si incluso mi padre fue capaz de traicionarme, ¿Qué puedo esperar del infeliz de Peter?— A decir verdad Madison, creo que te traicionó porque sabía que tu familia iba a la bancarrota.— Ya no me importa el motivo. El resultado es que sé con qué hombre estaba yo.— De todos modos, eres mi amiga y siempre te ayudaré, te invito a tomar un trago, hay un bar bastante exclusivo que frecuento ocasionalmente.— Olvídalo, Lidia. Estoy de mal humor. Mi padre dijo que quiere que me case con un hijo de unos de sus socios a cambio de una inversión que lo salvará de la quiebra, no sé si sea una buena idea ir.Lidia simpatizo con su amiga ya que eso era algo muy común en el medio que se desenvuelve y muchas familias poderosas acudían al matrimonio para poder fortalecer los negocios.— Vamos al bar. Estoy segura que esto es lo que necesitas para poder olvidarte de todos tus problemas, aunque sea por un momento, vamos anímate.Madison a pesar que no se enc
Andrés salió a grandes zancadas del bar y regresó a su coche. Ordenó al chofer que arrancara el coche y volviera a la mansión de los King. Se notó que el olor del perfume de aquella aún permanecía en sus manos mientras agarraba la muñeca de ella. ¿Habría sido demasiado brusco? Normalmente nunca les hacía caso a las prostitutas, pero lo de hoy, cuanto más le explicaba Lidia, más se enfadaba él por no creerla. Quizá Lidia no mentía. Fue como si volviera a ver los ojos claros de la mujer, un poco desorientada por estar borracha, pero no el tipo de mujer llena de deseo, el tipo de mujer que él conocía bien. Un sentimiento de inquietud surgió en algún lugar de su interior. No podía dejar a una mujer así fuera a merced de muchos tipos. —Chofer, no vamos a la mansión, regresa al bar. —A su orden Sr. [...] —¡Vete! No puedo beber más. —Hermosa, veo que puedes beber bastante bien, esta botella va por mi cuenta. ¡Venga! Dos hombres pervertidos parecían acercarse a ella, intentando atrae
Madison al día siguiente se despertó con dolor en todo el cuerpo, ella al recobrar la conciencia se dió cuenta que estaba completamente desnuda en la habitación de ese hotel tan lujoso.Ella trató de coordinarse de mejor forma y ,en el momento que intentó saltar de la cama se detuvo ya que sintió un cosquilleo en su trasero, Al ver las sábanas manchadas de rojo, se quedó aturdida.— ¿Qué he hecho? — ella se llevó las manos a su cabello Miró alrededor de la habitación del hotel, no había nadie más, pero había un montón de dinero en la mesilla de noche, ¿Qué era esto? No había salido a vender su virginidad! ella sintió su cabeza punzar Como si se tratará de una epifanía recordó a el hombre de ayer, el puto tío de Lidia! Es él, quien la humilló delante de todo, y después la folló… ¡Qué gracia y sarcasmo!Fragmentos de la noc
Madison sintió que se le encogía el estómago, este hombre, aunque ella estuviera borracha podría reconocerlo, absolutamente era él… El tío de Lidia… Pero... ¿Por qué está aquí este hombre infeliz? Pensó en la posibilidad más cercana a la verdad, ya sea este podría ser un socio de los King. Quería levantarse pero no tenía fuerza ni para sustentarse, sintió un mareo por haberse agachado durante un buen rato. Por parte de Andrés, se notó que su futura esposa se quedaba tan incómoda por encontrarse con él, tenía que explicar todo lo que había pasado anoche. — ¿Estás bien? — él frunció el ceño — ¡Aléjate!— gritó la joven y dió un pasó atrás. No esperaba que su esposa lo tratara así. Pero al menos ya era consciente cuánto lo odiaba su futura esposa. — ¿Qué haces aquí? — ella preguntó sin mirarlo — Justo te lo voy a preguntar, cómo te encuentras.. — No tienes idea la desagradable sorpresa que me causas al verte tan pron
Madison hizo una pausa, conteniendo su ira y mirando a la mujer con desprecio, no contestó.— No tienes idea lo mucho que retozaba entre mis brazos y como deseaba que permaneciera a su lado, pero como puedes imaginar tenía muchos compromisos al ser una señorita de sociedad.— ¿Señorita de sociedad? Ja, no me hagas reír — los ojos celestes de Madison se volvieron oscuros — ¿Así se les llama ahora a las mujeres que se meten con los novios de otras? En mis tiempos se les conocían como rameras.— ¿Cómo te atreves? — ella levantó su mano y fue detenida.— Escucha Rose, no me interesa Peter, en mi caso si me doy el lugar que me corresponde y no ando peleando por un hombre; puedes comerte mis sobras si tanto te apetece.— ¡¿Qué haces?! suéltame! ¡Eres una hipocrita total! ¡Dijiste que le quieres a Peter de día, y sedujiste a mi hermano mayor en la cama de noche, zorra!— No voy a permitir que me golpees ya que no tienes el derecho de hacerlo — lanzó a Rose bruscamente.— Peter va a ser solo
Madison salió de la casa de los King sin escuchar lo de su compromiso, se dió cuenta que el poco efectivo que tenía encima ya lo había gastado en el transporte público. Ella pensó detenidamente, al ubicarse en el sitio que estaba supo que la casa de Ana no quedaba muy lejos que digamos e incluso podía llegar a pie sin ninguna dificultad.— ¡Madison! — el señor Benett salió de la casa — ¡¿En dónde demonios estás chiquilla?! Ella ya se había ido de la propiedad y cuando el señor Benett se dió cuenta por boca de uno de los chóferes fue que se puso mal. Andrés al percatarse que no era mentira fue que lo llevó al mejor hospital de la ciudad.— ¡Ana! — Madison empujó la puerta — estoy aquí, disculpa por venir así de repente pero es que…Madison se quedó helada al ver a su hermana en el suelo, se encontraba sangrando demasiado y jadeaba cansada. Ella sin dudarlo se tiró al piso y revisó a Ana.— Pero qué diablos te ha pasado — sus manos sostuvieron el rostro golpeado de Ana — ¿Quién te hizo
Madison se fue de ese sitio antes de que alguien la viera hablando con esos delincuentes, ella se puso lentes y una gorra tan común que la hizo pasar desapercibida para muchos transeúntes que pasaban por ese sitio, cruzó la carretera y se encontró en una zona decente; respiró con alivio ya que había completado su misión con total éxito y nadie la había visto o al menos eso es lo que pensaba.— ¿Qué hace esa chiquilla tonta en una zona roja? — Andrés la divisó desde lejos — si otra persona la mira se va a ver en serios problemas.Andrés decidió bajarse del carro e ir al sitio del que Madison venía saliendo. Ella por el contrario se fue a su apartamento, tuvo que caminar bastante ya que no tenía un solo centavo encima.— ¡Demonios, no he comprado comida! — llevó sus manos a su cabeza — ¿Ahora que hago? Soy un desastre por completo al ser una adulta independiente.Madison se le ocurrió llamar a Lidia, era la única persona a la que podía molestar en esos momentos y también tenía que darle