Andrés salió a grandes zancadas del bar y regresó a su coche. Ordenó al chofer que arrancara el coche y volviera a la mansión de los King.
Se notó que el olor del perfume de aquella aún permanecía en sus manos mientras agarraba la muñeca de ella. ¿Habría sido demasiado brusco? Normalmente nunca les hacía caso a las prostitutas, pero lo de hoy, cuanto más le explicaba Lidia, más se enfadaba él por no creerla.
Quizá Lidia no mentía. Fue como si volviera a ver los ojos claros de la mujer, un poco desorientada por estar borracha, pero no el tipo de mujer llena de deseo, el tipo de mujer que él conocía bien.
Un sentimiento de inquietud surgió en algún lugar de su interior. No podía dejar a una mujer así fuera a merced de muchos tipos.
—Chofer, no vamos a la mansión, regresa al bar.
—A su orden Sr.
[...]
—¡Vete! No puedo beber más.
—Hermosa, veo que puedes beber bastante bien, esta botella va por mi cuenta. ¡Venga!
Dos hombres pervertidos parecían acercarse a ella, intentando atraerla y llevársela mientras ella era impotente para resistirse. Uno de los hombres extendió la mano y pareció acariciarle los muslos desnudos, mientras el otro le rodeaba los hombros con el brazo e intentaba controlarla...
En cuanto Andrés entró en el bar vio esta escena y no pudo evitar apretar los puños. Miró a su alrededor y todas las personas que acababan de ver la diversión se habían ido.
Estaba seguro de que nadie a su alrededor le reconocería, así que gritó una frase fuerte e intimidatoria.
— ¿Rayos qué estáis haciendo a mi sobrina? — Andrés se precipitó entre los dos jóvenes y trató de espantarlos.
Cómo Lidia dijo que aquella mujer había sido la amiga de ella desde la infancia, era razonable que él pudiera tomar bajo su protección a esa mujer también como su sobrina. Los dos chicos miraron al hombre con incredulidad y luego se rieron.
— ¿Es esta tu sobrina? Debes estar mintiendo, tío. dejas que tu familia se vista así, ah?
Otro chico comentó:
— Tio, no tendrías que usar un truco tan barato si quisieras llevártela a la cama, ella es tuya ahora, nos vamos.
Andrés se encrespó y se apresuró a sentarse junto a la chica, que había caído borracha y yacía inmóvil sobre la mesa.
Intentó sacudirla.
— No… No puedo más.
Andres frunció el ceño.
— Despierta, mujer,— no reaccionó, así que él recordó como la llamo Lidia — Ma...Madison.
Madison reaccionó, pero solo sacudió la cabeza sin levantarse.
—Te voy a llevar a tu casa, vamos, dime la dirección de tu casa. — Andres le susurró al oído con la poca paciencia que le quedaba.
Ella solo sabía lanzar murmullos inentendibles y supo que no iba a volver a hablar de forma clara así que decidió revisar en su bolso.
<Nada más que una cartera y sin condones, ¿De verdad no eres una prostituta?> Se dudó.
Andrés sacó su identificación. Cuando se fijó en el nombre y su dirección. En un instante se le ennegrecieron los ojos, las manos empezaron a temblar. Ella no sólo no mintió, sino que, ella es digna para él, el motivo de su regreso, es por ella.
Sin decir nada más, él la tomó en sus brazos, contemplando, la llevó hacia el coche pero no se apresuró a ordenar a dónde la llevaría.
— Señor King — el chófer se hizo a un lado y abrió la puerta del coche — ¿Adónde quiere que lo lleve?
Andres se sentó y se quedó en silencio.
—Señor, esta usted bien?— el chófer preguntó preocupado, se noto que palideció el rostro serio de su jefe.
— Vamos al hotel — él acomodó a Madison en la parte trasera del coche y miró cuando el vestido corto se le subió — necesito que me des tu saco, apresúrate.
El chófer sin replicar le dió el saco a su jefe, él acomodó la prenda sencilla en las piernas de Madison. El suyo original estaba sucio por el vómito de Madison y lo había tirado a la basura.
Ella se quedó dormida profundamente en el camino, Andres miró la cara de Madison, que estaba roja y dormida por la borrachera, y no pudo calmar su mente. Al llegar al hotel intentó despertarla, pero todo esfuerzo fue inútil.
Suspirando, tuvo que sacarla con cuidado del coche sin lastimarla.
《Que linda bienvenida me da este país. Me encontré con mi futura esposa en tal ocasión》resopló.
Pronto la mujer borracha empezó a reaccionar de nuevo por la frialdad del viento, parecía estar diciendo algo sin abrirlos ojos.
Andrés no tuvo más opción que cargar a Madison hacia el hotel. durante el camino, la mujer empezó a murmurar, pero Andres no entendió lo que estaba diciendo.
Madison, al sentir el aroma varonil del hombre creía que alguien se cuidó de ella, puso todo su peso a él, pero todavía se sentía el frío, él por su parte , se escucho la mujer no dejaba de divagar y esto era lo que lo tenía al borde de la locura.
Él llegó al lobby del hotel y muchos ojos curiosos se posaban en su persona además de su misteriosa acompañante, pensó en todo y antes de entrar fue que cubrió el rostro de Madison con el saco de su chófer.
Ella se recostó en el ancho hombro de Andrés y se sintió tranquila por completo.
Después de conseguir la tarjeta de la habitación, le mandó a la recepcionista en voz baja.— Enviame analgésicos.
— Si, señor King.
Andrés subió al elevador y su chófer fue la única persona que lo acompañó dado que era privado y exclusivo de la habitación en la que se estaba quedando. Llegaron al último piso y las puertas se abrieron dejando a la vista una suite de varios metros cuadrados, la escalera de mármol y cristal conducía a la planta superior en donde estaban los cuartos.
—Puedes retirarte.
—Si, Sr.— nomás el chofer dio vuelta para salir.
—Espera, quiero que mañana vengas temprano con un cambio de ropa para la señorita — él le dió el saco al chófer y algo de efectivo — ahí tienes suficiente para poder comprar algunas prendas decentes.
El chófer se fue y Andrés subió las escaleras mientras la cargaba, entró a la habitación principal que mostraba una cama con dosel de cuatro columnas forrada en sábanas de seda color roja. La depositó suavemente en este mueble tan suave.
El brazo que la sujetaba aún no había tenido tiempo de retirarse de su espalda.
La larga cabellera de la chica se extendía como la seda por las sábanas, y se retorcía inconscientemente en aquel sensual vestido como si lo estuviera seduciendo sin querer.
El hombre frunció el ceño, pero los ojos no pudieron evitar escudriñar las curvas de su futura esposa.
《Esta m*****a mujer, cómo incluso en sueños le seducía intencionada o involuntariamente》.
Mientras Madison se sintió muy aliviada, como si la hubiesen puesto en una nube, no podía dejar escapar unos gemidos cuando se estiró. El gemido le despertó el deseo de la parte inferior a Andres, aunque lo quería ignorar.
Al mismo tiempo, los ojos de Madison se abrieron a la mitad, y su boca entreabierta por falta de oxígeno. En los ojos de Andrés, su joven esposa reaccionó como un pez sed que deseaba agua. Sintió que su parte inferior se endureció por ella, no estaba seguro de cuánto tiempo podía resistir.
Ella miró medio borracha el rostro de Andrés y pensó que era guapo, también que a pesar de su estado de embriaguez no se había aprovechado en absoluto, así que se puso de lado, cerró los ojos y no se movió.
En cuestión de segundos, Madison parecía quedarse dormida de nuevo. Andrés trató de estirar sus brazos, e intentó alejarse de la cama.
Decidió darse la vuelta e irse al otro cuarto que está suite le ofrecía para ducharse con agua fría. No obstante sus intentos se vieron frustrados, ya que Madison lo detuvo de la manga de su camisa, y luego un beso lleno de ternura fue depositado en los labios de este hombre.
— Quiero que vengas aquí — ella susurró en el oído de Andrés — ya no tengo nada que perder…
Madison al día siguiente se despertó con dolor en todo el cuerpo, ella al recobrar la conciencia se dió cuenta que estaba completamente desnuda en la habitación de ese hotel tan lujoso.Ella trató de coordinarse de mejor forma y ,en el momento que intentó saltar de la cama se detuvo ya que sintió un cosquilleo en su trasero, Al ver las sábanas manchadas de rojo, se quedó aturdida.— ¿Qué he hecho? — ella se llevó las manos a su cabello Miró alrededor de la habitación del hotel, no había nadie más, pero había un montón de dinero en la mesilla de noche, ¿Qué era esto? No había salido a vender su virginidad! ella sintió su cabeza punzar Como si se tratará de una epifanía recordó a el hombre de ayer, el puto tío de Lidia! Es él, quien la humilló delante de todo, y después la folló… ¡Qué gracia y sarcasmo!Fragmentos de la noc
Madison sintió que se le encogía el estómago, este hombre, aunque ella estuviera borracha podría reconocerlo, absolutamente era él… El tío de Lidia… Pero... ¿Por qué está aquí este hombre infeliz? Pensó en la posibilidad más cercana a la verdad, ya sea este podría ser un socio de los King. Quería levantarse pero no tenía fuerza ni para sustentarse, sintió un mareo por haberse agachado durante un buen rato. Por parte de Andrés, se notó que su futura esposa se quedaba tan incómoda por encontrarse con él, tenía que explicar todo lo que había pasado anoche. — ¿Estás bien? — él frunció el ceño — ¡Aléjate!— gritó la joven y dió un pasó atrás. No esperaba que su esposa lo tratara así. Pero al menos ya era consciente cuánto lo odiaba su futura esposa. — ¿Qué haces aquí? — ella preguntó sin mirarlo — Justo te lo voy a preguntar, cómo te encuentras.. — No tienes idea la desagradable sorpresa que me causas al verte tan pron
Madison hizo una pausa, conteniendo su ira y mirando a la mujer con desprecio, no contestó.— No tienes idea lo mucho que retozaba entre mis brazos y como deseaba que permaneciera a su lado, pero como puedes imaginar tenía muchos compromisos al ser una señorita de sociedad.— ¿Señorita de sociedad? Ja, no me hagas reír — los ojos celestes de Madison se volvieron oscuros — ¿Así se les llama ahora a las mujeres que se meten con los novios de otras? En mis tiempos se les conocían como rameras.— ¿Cómo te atreves? — ella levantó su mano y fue detenida.— Escucha Rose, no me interesa Peter, en mi caso si me doy el lugar que me corresponde y no ando peleando por un hombre; puedes comerte mis sobras si tanto te apetece.— ¡¿Qué haces?! suéltame! ¡Eres una hipocrita total! ¡Dijiste que le quieres a Peter de día, y sedujiste a mi hermano mayor en la cama de noche, zorra!— No voy a permitir que me golpees ya que no tienes el derecho de hacerlo — lanzó a Rose bruscamente.— Peter va a ser solo
Madison salió de la casa de los King sin escuchar lo de su compromiso, se dió cuenta que el poco efectivo que tenía encima ya lo había gastado en el transporte público. Ella pensó detenidamente, al ubicarse en el sitio que estaba supo que la casa de Ana no quedaba muy lejos que digamos e incluso podía llegar a pie sin ninguna dificultad.— ¡Madison! — el señor Benett salió de la casa — ¡¿En dónde demonios estás chiquilla?! Ella ya se había ido de la propiedad y cuando el señor Benett se dió cuenta por boca de uno de los chóferes fue que se puso mal. Andrés al percatarse que no era mentira fue que lo llevó al mejor hospital de la ciudad.— ¡Ana! — Madison empujó la puerta — estoy aquí, disculpa por venir así de repente pero es que…Madison se quedó helada al ver a su hermana en el suelo, se encontraba sangrando demasiado y jadeaba cansada. Ella sin dudarlo se tiró al piso y revisó a Ana.— Pero qué diablos te ha pasado — sus manos sostuvieron el rostro golpeado de Ana — ¿Quién te hizo
Madison se fue de ese sitio antes de que alguien la viera hablando con esos delincuentes, ella se puso lentes y una gorra tan común que la hizo pasar desapercibida para muchos transeúntes que pasaban por ese sitio, cruzó la carretera y se encontró en una zona decente; respiró con alivio ya que había completado su misión con total éxito y nadie la había visto o al menos eso es lo que pensaba.— ¿Qué hace esa chiquilla tonta en una zona roja? — Andrés la divisó desde lejos — si otra persona la mira se va a ver en serios problemas.Andrés decidió bajarse del carro e ir al sitio del que Madison venía saliendo. Ella por el contrario se fue a su apartamento, tuvo que caminar bastante ya que no tenía un solo centavo encima.— ¡Demonios, no he comprado comida! — llevó sus manos a su cabeza — ¿Ahora que hago? Soy un desastre por completo al ser una adulta independiente.Madison se le ocurrió llamar a Lidia, era la única persona a la que podía molestar en esos momentos y también tenía que darle
Madison lanzó un suspiro al aire y dejó el mensaje en visto, no encontraba de qué manera explicarle a su padre que no estaba interesada en casarse con el presumido, ególatra y posiblemente narcisista de Andrés. Su celular volvió a sonar y miró que Libia la llamaba.— ¿Qué sucede? — Madison contestó a prisa — ¿Ya tienes novedades sobre el trabajo?— Si, es de tutora temporal y recomendado por mi papá. La tutora se ha dado de baja por maternidad, el trabajo está bien pagado, son 2000$ al mes y uno de los requisitos es que le enseñes al pequeño a tocar el piano, también matemáticas y arte, dado que estás estudiando arquitectura pues se te facilita mucho y recuerdo que tomaste clases de música cuando eras una niña. La villa se encuentra cercana a la de mi tío Andrés así que probablemente te lo encuentres ocasionalmente, no hay información del empleador y todo se maneja de forma hermética así que supongo que es una persona sumamente importante y muy celosa o celoso de su privacidad, entonc
10 minutos después, Madison estaba de camino a casa en un Uber. Pensó para sí misma que suponía que este trabajo era un fracaso, este chico era demasiado para manejar, pero las miradas del chico le recordaban a un hombre que creía haber visto en alguna parte y de cierta forma esos ojos le incomodaban demasiado e incluso le ocasionaron cierto enfado que desconocía la causa. De repente la pantalla de su teléfono se iluminó y era la secretaria que acababa de estar allí.— Enhorabuena señorita Benett, nuestro propietario está muy satisfecho con su trabajo y le gustaría que viniera todos los lunes y miércoles por la mañana a enseñar al niño.Madison miró el mensaje de texto y se quedó helada, no lo había hecho muy bien en ese momento e incluso había sido expulsada por el niño, pero ya que su jefe estaba dispuesto a darle una oportunidad, trabajaría duro.En ese momento, Andrés recibió un video de su secretaria, una vigilancia del estudio, Andrés fijó sus ojos en la espalda de Madison en el
La secretaria estaba en la planta baja y al oír que el joven amo había hablado se apresuró a subir, solo para ver a Madison desmayada junto a las escaleras. La secretaria pidió apresuradamente a los criados que llevaran a Madison a la cama de la habitación de invitados para que descansara. El médico de la familia también entró en la habitación, tal como había dispuesto esta mujer. Veinte minutos más tarde, Andres King recibió una llamada de su secretaria. — Si, estoy en una reunión. ¿Se ha ido Madison? — Jefe, la señorita Benett se ha desmayado. — ¿Qué ha dicho? ¿Dónde está el médico? — El médico la ha visto y ha dicho que la Srta. Benett está embarazada de 2 meses — ¿Está embarazada? A Andrés le dio un vuelco el corazón — ¿Está segura? — El médico ha dicho que el bebé tiene latido y... — ¿Y qué? — El médico ha dicho que hay dos latidos, ¡Así que son gemelos! Los gemelos. Andrés sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, le temblaban las manos y apenas podía sostener