Andrea . . Después de que conociera al bebé de mi amiga se instaló en mi un vacío, no es que no me emocionará, al contrario, yo comprendo mejor que nadie el sufrimiento de mi amiga pues al igual que ella perdí a mi mamá. Anya después de todo el sufrimiento causado por aquellos mafiosos por fin tuvo un respiro y su final feliz. Decidimos vender las propiedades de nuestros padres y como ya no había nada que me atara a Italia decidí emprender mi vuelo y así encontrar mi propio destino. Rocco no se opuso, pero me dejó claro que no podía hablar nada relacionado a su vida, en lo cual estoy de acuerdo pienso que mi vida ya ha tenido suficiente de mafiosos y ahora solo quiero salir y conocer el mundo, me dio una cantidad grande de dinero, pues al ser amiga de Anya también me ví arrastrada a su mundo de cierto modo. Quise negarme a aceptarlo pues aún tenía dinero ahorrado de mi trabajo en Black Group y el dinero del departamento de mi madre. Rocco dijo que no aceptaría una neg
Stephano . Después de llevar a Anya conmigo al Wallas estuve pensando por un momento. Rocco se encontraba luchando contra Leonel y su gente, tal vez también con la policía. En toda mi vida siempre he encontrado la forma de que las cosas resulten a mi favor. Pero había algo que me causaba ruido, Rocco luchaba por terminar una guerra y llegar al fin hasta su mujer. Pero si yo ganaba ¿Qué? después de una lucha con él tendría que dedicarme a terminar con cada uno de sus hombres. No solo sería agotador, al final no habría nada más, nada nuevo. La vi, esa dulzura en su rostro que me exasperaba, ví la preocupación plasmada en sus ojos y entonces comprendí que se había acabado, durante años los dos tuvimos ese vacío en nuestras vidas y hoy uno de nosotros tenía la posibilidad de que las cosas fuesen diferentes, o quizás ambos teníamos esa posibilidad. Desde que el viejo nos adoptó aprendimos a vivir de esta forma, pero que pasaba si decidía tomar otro rumbo, experimentar aq
Hay personas que nacen con suerte, tienen una vida sencilla y un futuro resuelto. Mi vida, no estaba lejos de ser perfecta, recuerdo aquellos momentos llenos de alegría.¿Cuándo fue la última vez que me sentí de esa manera? ahora solo quedan recuerdos vagos de lo que fui alguna vez. ¿En qué momento todo se fue a la mierda? Con ese sujeto apuntando a mi frente con un arma y mirándome como si fuese la peor de las escorias, me doy el tiempo de pensar;Si se me otorgara un deseo, desearía que el Diablo nunca hubiese entrado en mi vida, tal vez ahora estaría ejerciendo mi carrera, con preocupaciones tan banales, cómo el que ropa usaré para la siguiente fiesta, o si me acordé de sacar la basura, o si alimenté al gato que solía colarse en el patio trasero, esbozo una sonrisa amarga, por qué no debería de pensar cosas tan absurdas, no en este momento. Además, si eso fuera real, implicaría no haberlo conocido a él... Es increíble que sea tan egoísta en un momento como este, para si quiera
Ese es el sonido de un arma; los presentes volteamos a vernos entre sí, pues aún no entendemos que es lo que está pasando, suena otro disparo y tras este varios más. Comenzamos a entrar en pánico, pues la escena es digna de una de esas películas donde algún adolescente entra a las instalaciones de su escuela y comienza a matar a sus compañeros, sin saber que hacer, nos agachamos en las sillas, mamá me toma de la mano y mi papá nos cubre mientras saca su teléfono para pedir ayuda. —Hoy es un día muy especial— gruñe la voz de un hombre —Hoy es el día que cambiará la vida de muchos de los presentes. ¡Pero vamos! no sé escondan que el festejo está por comenzar— Escucho unos pasos que se acercan más y más a dónde estamos y a su vez las voces de algunos hombres que están murmurando, nos están rodeando. —Se preguntarán ¿qué hace este hombre en este lugar? La respuesta es simple, vine a cobrar unas vidas— ríe con sorna. —Pero no sé asusten que solo quiero unas pocas— comienza a reír malév
—a-ayuda— digo con la voz entrecortada tomándolo del pantalón con la mano izquierda, aún estoy en el suelo. —Señor, estar aquí no es seguro— dice la voz de otro hombre que se ha acercado a nosotros. —está bien Albert, la policía ya ha llegado, vayamos a casa— indica a aquel sujeto, aún estoy en shock por lo sucedido que me es imposible mirar hacia arriba. —¿Cuál es tu nombre? —Anya— logro decir entre suspiros —Pues bien, Anya— necesito que te tranquilices y te pongas de pie para poder ayudarte— su voz suena bastante calmada para la situación en la que estamos, pero por alguna razón no me inspira temor. —Ese hombre mató a mis padres y vendrá por mi— le mencionó con un llanto que no deja de cesar —Estas a salvó— se inclina y me toma la barbilla con su mano, es un hombre bien parecido de unos 35 años, lleva cabello corto n***o y un traje elegante color café, me mira con sus ojos azules, de un azul más profundo que los míos, parece ser alguien importante, pues al levantar la mirada
Junto con sus hombres, se marcha escoltado de la ceremonia en una camioneta. —Es muy guapo— dice Andrea en un susurro —Lo es— me limito a decir algo más. Termina la ceremonia y me marcho a casa no sin antes asegurarme de que Andrea llegue bien a su departamento...Suena mi despertador, son las 7am, ya han transcurrido 3 meses desde aquella tragedia y como todos los días tomo de mi buró la tarjeta que me dio Leonel preguntándome si debo llamar a aquel número que está escrito en ella. Tomo algo del refrigerador mientras marco el número de Andrea para saber qué opina al respecto, pues la invitación fue para ambas. —Hola– responde Andrea —Estaba pensando en llamar a Leonel, pero primero quería preguntarte qué opinas al respecto —No sabía que aún tenías la tarjeta, supongo que está bien, ojalá que quiera ofrecernos trabajo, la gente como yo no se puede dar el lujo de seguir llorando, debo encontrar algo en que enfocarme y tú también "Ani"— Me dice con una voz que sé, está reprim
Luego de intercambiar miradas con Andrea, ambas fijamos nuestros ojos en Leonel.—Tal vez les parezca poco tiempo, pero les comento que mi empresa es una de las mejores constructoras en Italia, cualquiera desearía trabajar en ella y no todos los días se presentan estas oportunidades. Además, el proyecto debe de iniciar lo antes posible, y ya lo he atrasado por lo sucedido— Con esto termina la conversación, Leonel se ofrece a llevarnos a casa, Andrea no acepta pues vive a unas calles del café, esta vez llegó en auto y no trae escoltas, solo su chófer, que es un hombre de aproximadamente unos treinta años de complexión delgada, a quien le doy la dirección de mi casa. —Gracias por llevarme— suelto con un gesto sincero —No hay de que— responde Leonel —De hecho— Me mira con una sonrisa del lado —El llevarte a casa fue más un pretexto para convivir un poco más contigo y conocerte— Expresa de una forma, tan natural como si estuviera dando la hora. —Conocerme ¿a mí? — le digo con voz
—¿Desea que les sirva la cena? —Estamos bien, gracias Susana— Responde Leonel a la mujer amablemente—Susana es hija de mi ama de llaves, se hace cargo ya que María, su madre no está por ahora— me explica mientras le doy una sonrisa falsa, pues no me agradó su forma de mirarme, Leonel me dijo que había más personal de servicio, pero por la hora ya estarían durmiendo. Subimos las escaleras hasta llegar a una sala de estar en el fondo del pasillo. —Ponte cómoda— Me indica mientras sirve dos copas de vino y luego de poner música se sienta a mi lado. Comenzamos a beber, empiezo a perder los nervios, Leonel se acerca a mi y comienza a besar mis labios, lo hace lento, tomándose su tiempo, disfrutando del intercambio, comienza a intensificarlo tal como en el club, me toma de la cintura pegándose así a mi cuerpo, con su mano izquierda va bajando hasta mi muslo y comienza a subir la falda de mi vestido, se levanta del sillón y me da la mano para después caminar por una puerta hacia su hab