Rocco . Mientras nos alejamos observó por el retrovisor el edificio en llamas, la tormenta no ha parado y aún con la incesante lluvia las llamas parecen acrecentarse y tornarse cada vez más rojas, no me sorprendería que en este momento Stephano estuviera apoderándose del infierno. Una vorágine se apodera de mi alma, pero logro contener las lágrimas que pelean por salir de mis orbes que ahora sé han oscurecido por este sentimiento amargo de lo que hoy termina. Fragmentos de recuerdos llegan a mí al pensar en ese hombre que de la forma más cruel decidió terminar con su vida. Pero no me sorprende, con él, las cosas siempre fueron extremas, lo conocía tan bien que estoy seguro de que lo que ocurrió fue algo que ya tenía premeditado, lo analizó y pensó que terminar con una bala en la cabeza no le haría el suficiente honor a su nombre "Stephano Cassano" porque si, aunque él se hiciera llamar "Greco" nunca dejó de ser un Cassano y aunque lo negara rotundamente, siempre fue el quien más
Anya . . 3 años después . Mis cabellos se mueven al ritmo de la brisa que por momentos acaricia mi rostro, sacudo mis manos para que caiga la tierra que se ha incrustado en los guantes, escucho los ladridos de Alpha cerca de mí y me levanto del césped para saber que ocurre. Retiro con calma los guantes marrones que utilizo cuando estoy en el jardín. —mami— grita aquella vocecita llena de emoción cuando me encuentra. Suelta otro grito lleno de asombro y felicidad cuando Alpha pasa junto a él y casi lo tira —Aidan, deja de molestar a Alpha amor— me agachó para levantarlo. Aidan suelta una risa y me abraza, ese niño es un torbellino —no lo modesto mami, afa me modesta— responde y frunce el ceño —a ver, relaja ese entrecejo— digo acariciando con mis dedos su pequeña frente —bájame— expresa una vez que ha visto que Alpha está corriendo, lo bajo y como puede comienza a correr tras él. Ruedo los ojos al ver cómo comienza a ir tras Alpha y cae de sentón en el pasto verde. —
Andrea . . Después de que conociera al bebé de mi amiga se instaló en mi un vacío, no es que no me emocionará, al contrario, yo comprendo mejor que nadie el sufrimiento de mi amiga pues al igual que ella perdí a mi mamá. Anya después de todo el sufrimiento causado por aquellos mafiosos por fin tuvo un respiro y su final feliz. Decidimos vender las propiedades de nuestros padres y como ya no había nada que me atara a Italia decidí emprender mi vuelo y así encontrar mi propio destino. Rocco no se opuso, pero me dejó claro que no podía hablar nada relacionado a su vida, en lo cual estoy de acuerdo pienso que mi vida ya ha tenido suficiente de mafiosos y ahora solo quiero salir y conocer el mundo, me dio una cantidad grande de dinero, pues al ser amiga de Anya también me ví arrastrada a su mundo de cierto modo. Quise negarme a aceptarlo pues aún tenía dinero ahorrado de mi trabajo en Black Group y el dinero del departamento de mi madre. Rocco dijo que no aceptaría una neg
Stephano . Después de llevar a Anya conmigo al Wallas estuve pensando por un momento. Rocco se encontraba luchando contra Leonel y su gente, tal vez también con la policía. En toda mi vida siempre he encontrado la forma de que las cosas resulten a mi favor. Pero había algo que me causaba ruido, Rocco luchaba por terminar una guerra y llegar al fin hasta su mujer. Pero si yo ganaba ¿Qué? después de una lucha con él tendría que dedicarme a terminar con cada uno de sus hombres. No solo sería agotador, al final no habría nada más, nada nuevo. La vi, esa dulzura en su rostro que me exasperaba, ví la preocupación plasmada en sus ojos y entonces comprendí que se había acabado, durante años los dos tuvimos ese vacío en nuestras vidas y hoy uno de nosotros tenía la posibilidad de que las cosas fuesen diferentes, o quizás ambos teníamos esa posibilidad. Desde que el viejo nos adoptó aprendimos a vivir de esta forma, pero que pasaba si decidía tomar otro rumbo, experimentar aq
Hay personas que nacen con suerte, tienen una vida sencilla y un futuro resuelto. Mi vida, no estaba lejos de ser perfecta, recuerdo aquellos momentos llenos de alegría.¿Cuándo fue la última vez que me sentí de esa manera? ahora solo quedan recuerdos vagos de lo que fui alguna vez. ¿En qué momento todo se fue a la mierda? Con ese sujeto apuntando a mi frente con un arma y mirándome como si fuese la peor de las escorias, me doy el tiempo de pensar;Si se me otorgara un deseo, desearía que el Diablo nunca hubiese entrado en mi vida, tal vez ahora estaría ejerciendo mi carrera, con preocupaciones tan banales, cómo el que ropa usaré para la siguiente fiesta, o si me acordé de sacar la basura, o si alimenté al gato que solía colarse en el patio trasero, esbozo una sonrisa amarga, por qué no debería de pensar cosas tan absurdas, no en este momento. Además, si eso fuera real, implicaría no haberlo conocido a él... Es increíble que sea tan egoísta en un momento como este, para si quiera
Ese es el sonido de un arma; los presentes volteamos a vernos entre sí, pues aún no entendemos que es lo que está pasando, suena otro disparo y tras este varios más. Comenzamos a entrar en pánico, pues la escena es digna de una de esas películas donde algún adolescente entra a las instalaciones de su escuela y comienza a matar a sus compañeros, sin saber que hacer, nos agachamos en las sillas, mamá me toma de la mano y mi papá nos cubre mientras saca su teléfono para pedir ayuda. —Hoy es un día muy especial— gruñe la voz de un hombre —Hoy es el día que cambiará la vida de muchos de los presentes. ¡Pero vamos! no sé escondan que el festejo está por comenzar— Escucho unos pasos que se acercan más y más a dónde estamos y a su vez las voces de algunos hombres que están murmurando, nos están rodeando. —Se preguntarán ¿qué hace este hombre en este lugar? La respuesta es simple, vine a cobrar unas vidas— ríe con sorna. —Pero no sé asusten que solo quiero unas pocas— comienza a reír malév
—a-ayuda— digo con la voz entrecortada tomándolo del pantalón con la mano izquierda, aún estoy en el suelo. —Señor, estar aquí no es seguro— dice la voz de otro hombre que se ha acercado a nosotros. —está bien Albert, la policía ya ha llegado, vayamos a casa— indica a aquel sujeto, aún estoy en shock por lo sucedido que me es imposible mirar hacia arriba. —¿Cuál es tu nombre? —Anya— logro decir entre suspiros —Pues bien, Anya— necesito que te tranquilices y te pongas de pie para poder ayudarte— su voz suena bastante calmada para la situación en la que estamos, pero por alguna razón no me inspira temor. —Ese hombre mató a mis padres y vendrá por mi— le mencionó con un llanto que no deja de cesar —Estas a salvó— se inclina y me toma la barbilla con su mano, es un hombre bien parecido de unos 35 años, lleva cabello corto n***o y un traje elegante color café, me mira con sus ojos azules, de un azul más profundo que los míos, parece ser alguien importante, pues al levantar la mirada
Junto con sus hombres, se marcha escoltado de la ceremonia en una camioneta. —Es muy guapo— dice Andrea en un susurro —Lo es— me limito a decir algo más. Termina la ceremonia y me marcho a casa no sin antes asegurarme de que Andrea llegue bien a su departamento...Suena mi despertador, son las 7am, ya han transcurrido 3 meses desde aquella tragedia y como todos los días tomo de mi buró la tarjeta que me dio Leonel preguntándome si debo llamar a aquel número que está escrito en ella. Tomo algo del refrigerador mientras marco el número de Andrea para saber qué opina al respecto, pues la invitación fue para ambas. —Hola– responde Andrea —Estaba pensando en llamar a Leonel, pero primero quería preguntarte qué opinas al respecto —No sabía que aún tenías la tarjeta, supongo que está bien, ojalá que quiera ofrecernos trabajo, la gente como yo no se puede dar el lujo de seguir llorando, debo encontrar algo en que enfocarme y tú también "Ani"— Me dice con una voz que sé, está reprim