28.

Ikaika se levantó como de costumbre muy temprano, necesitaba pensar, relajarse, aún se sentía muy culpable por todo lo que había pasado. Su culpa por la muerte de Giordano no la dejó descansar, pasó a ver a su hijo que dormía plácidamente en su cuna y le encargó mucho a la empleada que vela su sueño que en cuanto despertara la llame. Salió a caminar por los alrededores como acostumbra en su país. Se puso los audífonos con música para correr un poco y despejarse, alrededor de una hora volvió a la casa yendo directo a darse un refrescante baño y volver a pasar donde su hijo. Se sentía menos pesada de carga.

Ikziel despertó en el momento en que ella entraba a la habitación por segunda vez en ese día.

—Esta bien, yo lo atiendo. —dice con una sonrisa y la empleada asiente y sale de la habitación a descansar.

Ikaika le dio de comer a su hijo, sus senos aún producen mucha leche materna, lo bañó y arregló para volver hasta la funeraria pero en ese momento entra Jaaziel a la habitación
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