27. Nervios de amor

Ikaika cierra sus ojos al sentir su aroma. Ese hombre la pone tan nerviosa pero debe tomar el control del asunto.

—Aléjate Jaaziel. —pide tratando que su voz se escuche contundente.

—¿Y si no quiero? —Jaaziel sonríe al sentirla estremecer por su cercanía. No todo estaba perdido, ella aún lo ama.

—No me hagas odiarte más.—Jaaziel va a decir algo pero en ese momento el niño comienza a llorar y Jaaziel se aleja para que Ikaika vaya a ver al niño.

—Ya mi amor, mamá está aquí.—dice tomándolo en brazos—. ¿Tienes hambre? —pregunta al ver que su bebé busca su teta—. Te voy a pedir que me regales privacidad.—Jaaziel niega.

—Quiero ver que alimentes bien a nuestro hijo. —Ikaika blanquea sus ojos, ese hombre no cambia. Sin pudor alguno se desabrocha su camisa y le da de comer a su hijo. A Jaaziel le da hambre pero de la mujer que tiene a su hijo en brazos. Envidia a su pequeño, sintió un tirón en su pantalón y decidió marcharse, eso de quedarse no era una buena idea.

Salió pa
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