4° MATE

Su sangre tiene un sabor bastante dulce, me bastaron solo unas pocas gotas para saberlo, y nuevamente me maldigo en silencio, ¿por qué tenía que ser ella? ¡Es humana! Son frágiles, débiles, sus sentidos son un asco, son traicioneros y maliciosos... 

Y yo justo vengo a cruzarme con una que me parte al medio mis preconceptos sobre ellos. M*****a sea mi suerte. Es como si me hubiesen arrojado un cubo con agua helada: todo un shock. Cuando ese maldito me disparó con la idea de que muriera, logré herirlo lo suficiente como para escapar, aunque temí que me siguiera por los rastros de sangre, mas lo tóxico de ese maldito metal me afectó mucho y no pude seguir demasiado, tuve que echarme a descansar. Me sentía tan mal que ni siquiera fui capaz de escuchar cuando ella se acercó, mas en mi estado afectado, ni siquiera tuve la iniciativa de alejarla.

Se veía como un hada con esa nariz respingada, esos ojos verdes como la naturaleza y esos labios carnosos... Los mechones rubios que se escapaban por los lados de la capucha le daban un aire aún más inocente en contraste con el color rojo fuerte de su impermeable mojado. La situación me pareció tan irreal, que no pude evitar pensar en el cuento de "Caperucita Roja": la joven con la caperuza y el gran lobo malo. Ni ella traía consigo una canasta, sino más bien un bolso que parecía bastante colmado, ni yo pensaba en comérmela, o bueno, no de la forma en la que el lobo del cuento lo pensaba. 

Debo admitir que, en cuanto se acercó más y el aroma que desprendía de ella, como a fresas y algodón de azúcar, me hizo agua la boca.

Y luego va y me trata casi como a un perro herido, y hasta se atreve a intentar quitar la bala de mí, cosa que consigue, mientras suelta algunas frases que, francamente, me hicieron querer poner los ojos en blanco, aunque me contuve. 

El dolor que sentí cuando finalmente esa porquería fue extraída de mi persona, fue uno de esos que agradecí, porque ya sin eso en mi interior, quemándome poco a poco por el contacto, pude volver a recuperar mis sentidos al completo, aunque tomó unos cuantos minutos, y fue un gran shock el que me molestara verla quitarse mi sangre de su piel 

Mi único pensamiento fue que se estaba lavando mi aroma y la molestia ardiente y repentina por ese hecho, cosa que me dejó helado, porque eso solo me molestaría si ella fuera mi compañera, mi mate... Y una nueva aspirada de su aroma, me dijo que sí, que estaba completamente jodido porque, una insignificante humana (aunque con un buen par de ovarios en su sitio, porque de lo contrario no se habría acercado jamás a un lobo de mi tamaño estando herido, con la intención de curarlo, con los riesgos que eso implicaría) resultaba destinada a ser mi Luna. ¿Podría tener peor suerte?

Sí, tenía que admitir (aunque no me gustara) que ella no solo era hermosa, sino que además, tenía agallas, eso se lo concedía, pero no basta para ser la Luna de una manada como la mía, y mucho menos en la situación en la que nos encontramos actualmente. 

Mi instinto me pedía más cercanía, su toque, y fue por eso que la instigué a que me acariciara, se sentía bien el rasquetear de sus delicadas unas ente mi pelaje. El duelo entre mi molestia por su naturaleza y le felicidad de encontrar a mi compañera, es algo que me ha estado torturando hasta ahora. 

Y si bien la dejé pensar que consiguió que me quedara en el bosque, por supuesto que no fue así, y la seguí desde el sitio junto al río, hasta que ingresó a la universidad, oportunidad que utilicé para conseguir algo de ropa y poder acercarme para escucharla. 

Resultó que también era inteligente, porque estaba preparando ya su tesis sobre botánica, y le había molestado lo que había pasado conmigo, pensando que solo había sido un intento de conseguir una presa por parte de un cazador. 

Eso le sumó un punto a su favor, el amor por la naturaleza es algo que los humanos no siempre tienen por lo que sé, y que ella sí, supongo que es algo bueno. 

Y que luego me llevara inconscientemente a su casa facilitó mucho mi trabajo, al igual que el hecho de que sus padres no estuvieran. La verdad que ese camisón que se puso le queda de muerte y tiene un cuerpo delgado aunque firme y con curvas lo suficientemente marcadas como para ser tentador. Ya podría imaginarme mis manos recorriéndola, mi boca probando sus secretos... 

El entrar no fue nada complicado, el que éste sitio sea un pueblo, ayuda a los que son como yo porque no es común el concepto de alarmas, y el entrar fue un juego de niños. En cuanto ingresé en la casa, su aroma de fresas y azúcar me hizo salivar por lo intenso y lo seguí casi como en las caricaturas, prácticamente flotando hasta el origen del mismo que no era otro que su cuarto. 

Preferí aparecerme frente a ella con la imagen que ya tiene de mí, mi forma lobuna podría parecerle extraña en su casa, pero me reconocería, lo sabía, y estaba seguro de que reaccionaría mejor que si me aparecía en mi forma humana. Además, estaba el detalle de la desnudez que, estoy seguro, no habría apreciado que fuera parte de nuestro primer encuentro. 

De todas formas, ella me sorprendió de nuevo cuando, estando un tanto adormilada, no solo creyó e insistió en que esto era un sueño, sino que hasta fue mucho más atrevida, no mostró miedo, y no solo me acarició la cabeza y el cuello, sino que se extendió hasta mi abdomen e, incluso, dejándome completamente anonadado, hundió su propio rostro entre mi pelaje, aspirando el aroma propio de mi ser que, aún siendo humana, parece ser capaz de percibir y que le gusta. 

El hablarle mentalmente tampoco ayudó a quitar esa idea de que todo era un producto de su mente, y que me dijera que leía y miraba series sobre nosotros, me preocupó un poco, porque esas representaciones (en su mayoría) son patéticas y, si mi Luna espera algo así de mí, entonces esto va a ser más difícil de lo que ya venía siendo. 

Terminé por optar por tomar mi forma humana, pensando que el hablar cara a cara conmigo sería algo bueno, solo para que me mirara con hambre y no precisamente de comida y terminara casi lanzándose sobre mí. Su cuerpo, aunque delgado, se sentía suave contra el mío, amoldándose a cada línea de mi ser como si hubiese sido diseñada expresamente para mí y su boca... ¡POR LA DIOSA! Su boca era un auténtico manjar, me estaba volviendo loco ¡Y SOLO ME ESTABA BESANDO! 

Su aroma envolviéndome, la sensación del roce de su cuerpo, su boca devorando la mía... fue más de lo que pude soportar y antes de saber lo que estaba haciendo, ya había bajado a su cuello y hecho un rasguño con mis dientes en esa columna pálida y tentadora. 

Gracias a la Diosa que, su reacción de alejarse de mí hizo que reaccionara a tiempo, o quién sabe hasta dónde habría llegado. Y así es como llegamos a éste momento, donde justo ahora, mi Luna me observa con miedo al entender que, lo que ella creía un sueño, efectivamente no lo es.

-Esto no es... posible...

-Estoy aquí y hace un minuto era un lobo, ¿no? Yo creo que sí es posible.

Está por responder, cuando de un segundo al otro, cierra su boca y su rostro pasa de blanco fantasma a rojo tomate en lo que dura un latido de corazón, justo antes de que se ponga de pie a toda velocidad y se oculte bajo sus mantas, dejándome aún más confundido. 

-Ammm... ¿qué se supone que haces?

Su voz amortiguada suena de debajo de las mantas, haciéndome reír bajo cuando comprendo su respuesta.

-Intento que me trague la tierra porque, además de que acabo de besar a un completo desconocido mientras me comportaba como una cualquiera calentona, como si eso no fuera suficiente, estás desnudo y yo estuve sobre ti. ¡ME ESTOY MURIENDO DE VERGÜENZA AQUÍ ABAJO!

Por la Diosa, incluso hasta me da ternura. Veo una manta a los pies de su cama y me la coloco alrededor de la cadera para cubrir mi desnudez al tiempo en que me acerco y me siento junto a ella en la cama, intentando hacer a un lado la sábana con la cual se cubre, obviamente sin conseguirlo. No quiero utilizar toda mi fuerza con ella, me preocupa lastimarla, mas esto me hace darme cuenta de que es más fuerte de lo que esperaba. 

-Jhoana, por favor, sal de ahí debajo, ¿sí? Necesitamos hablar. 

-¿Y sobre qué podrías querer hablar conmigo? ¿Eres un acosador o algo parecido? Solo curé tu pata porque no quería que un idiota (que cree que matar animales es divertido) ganara y una criatura inocente del bosque sufriera. 

-Sí, gracias por eso, sin embargo, eso no es lo que quería. 

-¿Y entonces?

-Bueno, me gustaría que salieras de ahí abajo, porque esto es importante. 

-¿Qué puede ser tan importante como para que deba dejar a un lado mi absoluto bochorno y salir de aquí abajo para verte desnudo?

Suspiro intentando mantenerme tranquilo antes de volver a hablar. 

-Primero, no estoy desnudo, me puse una manta que tenías en los pies de tu cama, así que no se me ve nada, y en segundo, es importante, porque lo que tengo que decirte es que... bueno, eres mi mate, mi compañera eterna.

Esas palabras la hacen salir de debajo de las mantas con gesto consternado. 

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