Su cabeza se voltea de forma tan abrupta y veloz, que me impresiona que no se haya roto una vértebra, o el cuello en sí. Su cuerpo se ha puesto tan tenso como un cable de acero y noto las puntas de sus garras picándome suavemente la piel. Creo que eso no fue un lobo común al parecer...-¿Rache?Sus pupilas se han dilatado de tal manera, que ese llamativo e inusual color índigo, ahora no es más que un simple aro brillante alrededor de una esfera negra que casi cubre por completo su ojo, y eso sí que me da escalofríos el verlo, porque es tan inusual que por poco parece uno de esos demonios de las películas. ¿Qué es lo que ocurre?-Tengo que irme.-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?-No sé, mi Beta me busca, y le dije que solo me llamara si había algo realmente importante porque iba a estar ocupado.Sus ojos vuelven hacia mí, sobresaltándome un poco (tengo que acostumbrarme a sus iris y a esos cambios particulares, o esto va a volverse algo muy molesto), y se separa de mí, haciendo que automátic
Cuando el amanecer llegó, él aún no había aparecido, y tampoco durante la mañana, lo cual (aunque no me agrada del todo el admitirlo), me preocupó. ¿Qué habrá pasado? ¿Por qué lo habrá llamado su Beta? Tuvo que ser algo importante o grave... Me froto el rostro con cansancio y suspiro por no poder concentrarme en lo que estoy haciendo, sentándome sobre el tocón que quedó de un árbol caído y dejando mi libreta sobre mis piernas, intentando centrar mis pensamientos en lo que estoy haciendo y no en otra cosa que, al menos por ahora, no me incumbe en lo más mínimo.¿Por qué mi cabeza es tan traicionera?Molesta, gruño mientras vuelvo a abrir mi libreta y reviso mis notas, tomando mi lápiz para retocar el dibujo de una mimosa pudica que encontré aquí hace poco. Es realmente hermosa, y no la toqué precisamente para que no se retrajera, quería poder documentarla y una foto no habría tenido la misma gracia... aunque también la hice.La verdad es que vine aquí para intentar obtener algo de paz
La forma en la que se tensa en cuanto me escucha preguntar, me hace pensar que, lo que sea que estaba dibujando, lo más probable es que me incluya a mí o que sea algo vergonzoso, porque sí, se notaba que no era tomar notas lo que estaba haciendo, movía la mano de forma más rápida y errática como para ser escritura. Incluso sus mejillas se han puesto del color de las fresas maduras y, aunque me desconcierta, me resulta encantador y hasta adorable, quiero verla así muchas más veces, y que siempre sea por mi causa.No había querido que me notara al principio, porque se la veía sumamente concentrada y me gustaba esa faceta de ella, el verla tan concentrada, con esa ligera arruga que se forma en su entrecejo, esa ligera mordisqueada de labio que hace de forma involuntaria, el brillo de sus ojos cuando algo le interesa, le gusta o está satisfecha… ¿Cómo es que no lo noté antes?Debo admitir que, una gran posibilidad de respuesta a eso, sea precisamente lo idiota que fui antes con respecto a
La forma en que me mira, su ceño fruncido de un momento a otro, hace que me preocupe de la respuesta que puede estar por salir de su boca. ¿Qué pudo haber pasado y qué tan malo fue como para que reaccione de esa manera? Empieza a preocuparme…-¿Rache?-¿Realmente quieres saberlo?-Por supuesto, es evidente que fue algo grave, de lo contrario, no te habrías puesto así, además, se supone que, técnicamente, soy tu Luna, soy la Luna de esa manada, y supongo que debería empezar a meterme más de lleno en los problemas y asuntos de la manada, ¿no te parece?Se nota que no está muy convencido, y no lo culpo, quizás es muy pronto, mas lo que dije es verdad. No digo que no me costó un poco hacerme a la idea, sin embargo, he intentado aceptar lo enorme de todo esto y, cuanto antes me haga a la idea y empiece a compenetrarme con todo lo que tendré que enfrentar, con todo eso que, dentro de muy poco, va a pasar a formar parte de mi día a día, mejor para mí, o eso creo.Un suspiro escapa finalmente
-Bueno, sí, exactamente eso. Como en todo momento en la historia de éste planeta, los humanos atacan todo aquello a lo que le temen o a lo que no entienden y por eso, existe un grupo que se cree algo así como “la mano de su Dios”, que se han adjudicado la inútil tarea de asesinar a todo tipo de criaturas que ellos creen profanas o que no tienen derecho a vivir por no ser criaturas de su Dios. Como hicieron los cristianos con otras religiones cuando conquistaron. -Eso es… ni siquiera se me ocurre un adjetivo que realmente exprese lo que pienso. ¿Asesinar personas? Porque aunque al fin y al cabo son personas, aunque adquieras la apariencia de un lobo enorme. -No solo es a nosotros, es a toda criatura que consideran profana, desde hombres lobo como yo, hasta hadas, vampiros y otros tipos de cambiaformas. -¿Existen los vampiros?Su ceja vuelve a alzarse como si me preguntara si soy idiota o qué me pasa y me muerdo el labio asintiendo con la cabeza, entendiendo que mi pregunta realmente
¿Encerrarla? Sí, lo considero y mucho, porque he notado que ella se resiste a pesar de mis constantes intentos de que entienda lo peligroso de toda ésta situación, y una y otra vez, no hay caso, no lo comprende y mi lado protector de vuelve loco con cada nuevo desafío de su parte. No sé si lo hace o no a propósito, no estoy del todo seguro, mas lo que sí he notado de ella, es que no le gusta que la controle o ejerza mi autoridad sobre ella y eso puede llegar a ser un problema. En parte a mí me gusta el desafío, aquello que se consigue sin esfuerzo, termina resultando aburrido, pierde la gracia y mi interés, sin embargo, todo tiene un límite, y una cosa es que me desafíe aquí y ahora y otro es que lo haga cuando estemos en la manada. Ahí la cosa es diferente y traerá problemas si la ven desafiando a su Alfa. A muchos no les importará que sea mi Luna, porque al ser humana, como yo al inicio, la consideraran inferior, incluso, los más extremistas la tratarán como indigna, cosa que esto
Cuando llego a la manada, me dirijo directamente hacia la casa principal, queriendo una ducha helada ahora mismo. La verdad es que resistirme a Jhoana está siendo una tarea titánica y el remojado en el río no me ayudó en lo absoluto. Si no libero algo de presión en mi entrepierna pronto, me preocupa explotar. Debo tener las bolas azules a ésta altura. Mi mano tendrá que ser mi consuelo ésta vez, porque no pienso dejar que nadie más me toque en lo más mínimo. Estoy seguro de que, si siquiera diera a entender lo que me está pasando justo ahora, tendría a la mitad de la población femenina sin pareja en mi puerta, dispuestas a hacerse cargo de mi problema, con las gemelas en primera fila y haciendo todo lo posible para que las demás retrocedan y ellas tuvieran más posibilidades. Maldito fuera el día en que acepté salir de más joven con Roxana y ella y Charo hicieron una artimaña para que ambas pudieran meterse entre mis sábanas. Desde ese momento, no me las he podido quitar de encima, y
Miro mi taza sin estar viéndola realmente y paso mi dedo de forma ausente por encima del borde de mi cuaderno de apuntes una y otra vez. Puede que físicamente esté aquí, pero mi mente está en otro lado, más precisamente, en lo que ocurrió ayer. La verdad es que no estoy segura de qué pensar, porque si bien fue interesante y me puso caliente en cierto punto, la forma en la que cambia de un momento a otro en cuanto a su trato hacia mí me hace querer echarme atrás en ocasiones. En un instante, parece que quisiera comerme ahí mismo, que si siquiera le diera un asentimiento silencioso, o como mínimo lo mirara un poco intenso, me arrojaría sobre la cama y me haría suya mientras me marca definitivamente, mas al siguiente, se aleja y se mantiene frío, distante, como si quisiera tenerme a miles de kilómetros de él, y no estoy segura de cómo tomarlo. Quizás sea que sus instintos le dicen una cosa, y luego su cabeza lo detiene, esa molestia que tiene con que no sea como él puede afectarle más