-Así que me vas a rechazar.-¿Qué?Mirándolo con curiosidad, me quedo pensando en qué estará cruzando por su mente. Su rostro parece muy obscuro, sobre todo por las sombras que lo marcan por el sitio donde se ha puesto y por estar con la cabeza inclinada, mirando hacia el suelo. Mis ojos lo recorren entero y me quedo un par de segundos más en su cadera, de donde aún cuelga la manta que me hizo mi abuela. Dios mío, todavía con ella cubriendo la mitad inferior de su cuerpo, no es posible ocultar dos cosas muy importantes: la primera, que Rache está más que bueno, no está inflado como un globo, y sin embargo, cada músculo y tendón de su anatomía está perfectamente definido, y dos (y quizás más importante), que sin importar cuánto diga que esto le molesta, parece ser que su mente y su cuerpo no están de acuerdo, porque se nota el levantamiento producido por la excitación en la parte frontal de la manta, casi como una tienda de campaña. De todas formas, mi mente no repara demasiado en es
Cierro mi libro y suspiro con cansancio: llevo aquí desde hace más de una hora y, por más que he leído más de seis veces mis apuntes, resulta que no recuerdo siquiera una palabra de todo lo que repetí una y otra vez. Me siento frustrada, absolutamente frustrada, porque a pesar de que intento con todas mis ganas prestarle atención a mis estudios, no obstante, hay algo que copa mis pensamientos con mucha más fuerza, y eso es ese lobo de ojos índigo. Gruño frustrada por no poder controlar mi propia mente, y empiezo a juntar mis cosas: tengo una clase más hoy, pero creo que será mejor que me vaya a casa, no puedo concentrarme ahora y sería desperdiciar absolutamente el tiempo. Agarrando mi mochila, me dirijo hacia la salida de la biblioteca y hacia fuera del campus, mas me encuentro con un revuelo femenino en plena entrada, pues parece que (por lo que logro escuchar de los cuchicheos), hay un chico que nadie conoce que parece un "Dios". Curiosa, porque es raro que haya alguien desconoc
Síp, ya lo dije, ella tendría que volverse mi Luna, y verla quedarse muda por primera vez desde que la conocí, la verdad se siente bien, es algo incluso gracioso. Caperucita creía que trataba con un lobo cualquiera, incluso un simple guerrero... Sí, soy el mejor luchador de mi manada, pero es precisamente porque soy el Alfa. Si no lo fuera, quienquiera que me hubiese desafiado, me habría quitado mi puesto hace mucho tiempo.Como sea, eso no es lo que importa en éste momento: quizás con ésta revelación, entienda un poco más mis razones para sentirme como me siento con respecto a su condición de humana porque, vamos, ¿una Luna humana? ¿A quién se le ocurre algo semejante? Las Lunas defienden a su manada tanto como los Alfas, son un pilar importante para la estabilidad, y una humana dudo mucho que sea capaz de algo así, aunque sepa pelear como ella me dijo. Es inteligente, es verdad, y sus conocimientos podrían ser útiles, mas eso no solventa el hecho de su verdadera naturaleza. ¿Qué pa
-¿Que qué digo? Que es una locura. -¿Y eso como por qué?-Porque soy humana, ¿por qué querría cambiar quien soy? El único que parece tener un problema con eso eres tú.-Ser un hombre lobo es una ventaja evolutiva, todos tus sentidos se agudizan, te vuelves más fuerte, más rápido, más ágil, más longevo... -Rache, no me estás vendiendo un producto, me estás diciendo que cambie mi persona desde lo más profundo de mi ser. ¿Te das cuenta de la locura que es eso?-Es que si aceptaras, todo sería mucho más sencillo. -¿Para quién? ¿Para ti?-Si fueras como yo, la manada te aceptaría, no importaría que fueras mestiza. Podrías sobrevivir con mayor facilidad a lo que se avecina y cumplir con tus deberes como mi compañera con muchas menos dificultades de las que tendrías como humana. Vivirías más y todo tu ser se vería potenciado. ¿No entiendes lo positivo que sería eso para ti?Aprieto los labios para no soltar la sarta de maldiciones que tengo en la punta de mi lengua e intento mantener la c
-Si debo decidir, te agradecería que aclararas de qué se trata en concreto y en qué difiere de las novelas y la mitología. Sería más sencillo darte una respuesta si sé a lo que me enfrentaría. -Supongo que es justo: hacerlo a ciegas sería una tontería.-¿Y bien? ¿Tiene que ser durante la luna llena? ¿Tienes que morderme en el cuello? ¿Tienes que estar teniendo relaciones conmigo mientras ocurre? ¿Tienes que estar medio transformado para que el vínculo se establezca realmente? ¿Tienes que estar dentro de mí al tiempo en que me muerdes para que funcione? ¿Se verá como una mordida realmente? -Alto, alto, alto, esas son demasiadas preguntas. Si no te importa, te agradecería encarecidamente que las hicieras una a una, no como una ametralladora, porque sino, no puedo contestarte como corresponde. -Entiendo, lo siento. -Parece ser que lo pensaste mucho más de lo que, seguramente, estás dispuesta a admitir. -No realmente, solo son las cosas que me vienen a la mente de lo que he leído. Te
Sus palabras me dejan completamente fuera de eje. No es que esté disculpándose precisamente, pero sí que es un inicio, porque lo que está haciendo es dejar su orgullo de lado por un momento y haciendo evidente que, a pesar de su "racismo", me está poniendo primero. Es un paso... no la gran cosa, mas supongo que algo es algo. No es que pueda pedirle a un bebé que corra cuando ni siquiera ha empezado a gatear, ¿no?Como sea, supongo que si él ha hecho semejante esfuerzo, lo que menos puedo hacer es bajar el hacha de guerra (aunque sea un poco) y darle una nueva oportunidad. Quizás sea inteligente ésta vez y piense bien antes de hablar. Suspirando, me acerco a la puerta y abro el seguro, que imagino que no lo quitó él ésta vez para darme más seguridad, tal vez como una muestra de respeto, porque sé que puede entrar por su cuenta si lo desea. En cuanto el cristal ya no está entre nosotros, esperaba que entrara, sin embargo, permanece fuera, observándome estático en su sitio. -¿Vas a ent
Su cabeza se voltea de forma tan abrupta y veloz, que me impresiona que no se haya roto una vértebra, o el cuello en sí. Su cuerpo se ha puesto tan tenso como un cable de acero y noto las puntas de sus garras picándome suavemente la piel. Creo que eso no fue un lobo común al parecer...-¿Rache?Sus pupilas se han dilatado de tal manera, que ese llamativo e inusual color índigo, ahora no es más que un simple aro brillante alrededor de una esfera negra que casi cubre por completo su ojo, y eso sí que me da escalofríos el verlo, porque es tan inusual que por poco parece uno de esos demonios de las películas. ¿Qué es lo que ocurre?-Tengo que irme.-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?-No sé, mi Beta me busca, y le dije que solo me llamara si había algo realmente importante porque iba a estar ocupado.Sus ojos vuelven hacia mí, sobresaltándome un poco (tengo que acostumbrarme a sus iris y a esos cambios particulares, o esto va a volverse algo muy molesto), y se separa de mí, haciendo que automátic
Cuando el amanecer llegó, él aún no había aparecido, y tampoco durante la mañana, lo cual (aunque no me agrada del todo el admitirlo), me preocupó. ¿Qué habrá pasado? ¿Por qué lo habrá llamado su Beta? Tuvo que ser algo importante o grave... Me froto el rostro con cansancio y suspiro por no poder concentrarme en lo que estoy haciendo, sentándome sobre el tocón que quedó de un árbol caído y dejando mi libreta sobre mis piernas, intentando centrar mis pensamientos en lo que estoy haciendo y no en otra cosa que, al menos por ahora, no me incumbe en lo más mínimo.¿Por qué mi cabeza es tan traicionera?Molesta, gruño mientras vuelvo a abrir mi libreta y reviso mis notas, tomando mi lápiz para retocar el dibujo de una mimosa pudica que encontré aquí hace poco. Es realmente hermosa, y no la toqué precisamente para que no se retrajera, quería poder documentarla y una foto no habría tenido la misma gracia... aunque también la hice.La verdad es que vine aquí para intentar obtener algo de paz