-Supongo que ya no tiene sentido seguir fingiendo, y la verdad un poco lo agradezco, era molesto hacerme pasar por este niño. Momento de quitarnos las caretas entonces.

-Al menos al fin ya será directo.

Los ojos falsos del mimo me observan midiéndome, como si esperara encontrar algún sentimiento negativo que usar a su favor, pero si hay algo que he aprendido con el tiempo, es que si muestras lo que pasa por tu mente, los otros pueden usarlo en tu contra. La Abuelita me estuvo entrenando para cuando llegue el momento de dar mi tesis, de defenderla, y me aconsejó no dejar que el comité que me califique, sepa cómo estoy, por lo que he estado desde hace más de un año, practicando mi gesto de póker y aprendiendo a dominar mis emociones exteriormente. Por más que por dentro esté nerviosa y un tanto incómoda por la situación, no permito que se note en mi persona y creo que lo hago muy bien, porque el mimo está molesto de no conseguir reacción de mi parte.

Además, y aunque nunca creo que va