Reviso mis anotaciones sobre la orquídea frente a mí y sonrío satisfecha: y pensar que la encontré casi muerta en un vivero de aquí del pueblo y ahora rebosa de vida y del aroma típico de las Vanda Brunnea a deliciosos cítricos. Dejando mi libreta a un lado, miro mi reloj y me doy cuenta de que casi es medio día, lo que implica que llevo toda la mañana metida en mi invernadero personal y que mi madre se va a molestar. Dice que me importan más las plantas que las personas, ¿y a quién no? Al menos ellas no molestan. No es que me fastidie la gente, en absoluto, tengo amigos y me gusta pasar el tiempo en compañía de otros de vez en cuando, sin embargo, también puede resultarme agotador en cierto punto, y pasar el tiempo aquí tranquila me resulta mejor. Me ayuda a relajar la cabeza y a despearla cuando estoy muy cargada. Tomo mis cosas y salgo del invernadero hacia la casa, entrando solo para encontrar el exquisito aroma del guiso de mi padre, el cual está concentrado en la olla frente
Suspiro cansada y me froto el rostro con frustración: ¿cómo es que puede decir algo así tan a la ligera y no esperar a que enloquezca por dentro? Sobre todo cuando me mira de esa forma. Sus ojos me escanean, como si esperara a que dijera algo y nada sale, ninguna palabra. En éste punto estoy tan en el limbo de mis sentimientos (porque estoy segura de que lo quiero, solo que no estoy segura de la magnitud de ese "querer"), que esas simples palabras hacen que mi mundo se sacuda peor que en un terremoto de siete puntos en la escala de Richter.-Rache...-Lo sé, lo sé, quizás es muy pronto para ti y te estás sintiendo rara justo ahora, pero si quieres que eso deje de crear conflictos en tu mente (como mínimo), tienes que aceptar que no puedes usar tu mente racional humana para desglosarlo, sino pensar más como uno de nosotros. Somos animales, nos guiamos por los instintos, y como los pingüinos, las orcas, los caballitos de mar y los lobos como tales entre tantos otros, elegimos una sola p
A la mañana siguiente, me levanté temprano y me fui sin siquiera desayunar. La verdad es que no quería cruzarme con mi madre, aún me sentía molesta y frustrada con su insistencia sobre mi vida amorosa, como ésta fuera un auténtico desastre, y no era la primera vez que teníamos esa conversación. Las anteriores tampoco tuvieron un buen desenlace, a decir verdad, su insistencia en que tuviera una relación con alguien, como si yo tuviera más de treinta y no a penas veinte y se me estuviera terminando el tiempo, cosa que haría quizás que terminara como una solterona, empezaba a molestarme cada vez más. ¿Cuál era el problema? Ni que mi juventud se estuviera terminando y yo la dejara pasar como un tres que va lleno y no quieres ir apretado porque sabes que será un largo camino. El ver mi bicicleta en la entrada tal y como Rache prometió anoche, me facilitó mucho las cosas, solo la tomé y me fui pedaleando hasta la universidad, pasé por el bufet y compré algo para comer y beber y me fui a l
Cuando finalmente bajo otra vez unos veinte minutos después, el ambiente sigue igual: mis padres y los de Luka charlando amenamente, muy contentos aparentemente con lo que sea que sea su tema de conversación, y mi amigo casi retraído, cosa poco usual en él con su personalidad más bien relajada y bromista, lo cual me hace pensar que, lo que están hablando nuestros padres, no es un tema que le agrade, lo que solo me da más curiosidad y, a su vez, me preocupa aún más. En cuanto notan mi presencia, mi madre me llama a que me una y parece muy efusiva, quizás demasiado. -Ven cariño, Graciela nos estaba contando que su sobrina, Yanis, se comprometió hace un mes y que la boda será en marzo, antes de que ella deba volver a sus clases.-¿En serio?-Sí, va a ser una boda otoñal, le gustan mucho los tonos dorados y la vegetación que empieza a palidecer en esa época. -Bueno, la verdad es que, lo que le ocurre a los árboles en realidad, se trata de un simple proceso natural: como las horas de lu
Sentada en una roca entre la arboleda, intento procesar todo lo que acaba de ocurrir y no consigo salir de mi asombro, ¿cómo es que todo se fue al demonio tan rápido y de golpe? Aún no puedo entender cómo pasó, cómo es que llegamos a semejante desastre en una sola noche. Mi vida se acomoda de un lado y del otro se descalabra como una casa de naipes, es tan frustrante. Y lo peor es que, el problema no fue solo la cena y esa encerrona que planeó mi madre, sino lo que eso desencadenó. Luka...Sus palabras, ¿por qué tuvo que decirlo? ¿Por qué no pudo simplemente decirme que estaba incómodo y ya? Las cosas habrían sido más sencillas, menos embarazosas, podría haberme quedado con él y charlar hasta que su familia se fuera y no estaría aquí, sola...No puedo dejar de repasar esa escena que viví en la parte trasera de casa, la razón que me hizo escapar al bosque, escucharlo me puso tan mal que no supe qué más hacer. ¿Cómo se supone que le tenía que responder? ¿Qué se dice en una situación co
Estoy en shock, esto tiene que ser una mala broma. ¿Ese idiota que conocí en la cafetería quiere casarse con ella? ¿Qué carajos? Quise ser amable porque dijo que era su amigo y que prácticamente se habían criado como hermanos, no quería tener conflictos con ella por no poder aceptar a sus amistades y su vida antes de mí, pero esto...Por la forma en la que me ha dicho esto, es evidente que no solo no lo esperaba, sino que además, la situación le duele o, como mínimo, le molesta, así que intento controlarme lo mejor que puedo y respiro profundo antes de responder, eligiendo mis palabras con cuidado porque, aunque esto me enfurece y mucho, ella no tiene nada que ver, sino que fue su madre la que lo ha provocado. No es justo que descargue mi ira ahora con ella, cuando es evidente que esto la tiene mal. -¿Por qué no me cuentas qué pasó con calma? -Bueno, luego de que me dejaste en casa, cuando llegué, me encontré con que teníamos visitas. Luka y sus padres estaban en el salón, y él actu
Despertarme sola no es algo que esperara, pero sí que me ayudó un poco a despejar mi mente. Él es una ENORME distracción, aunque ayer se portó muy bien conmigo. Estar en su compañía se ha vuelto casi sedante, porque cuando me consoló, realmente pude olvidar un poco de mi molestia y todo lo que me alteró tanto y tan rápido. Tuve la decencia de enviarle un mensaje a mi padre mientras Rache fue a la cocina, de que pasaría la noche en casa de una amiga, no tenía la culpa y no quise alterarlo, sin embargo, cuando mi madre empezó a llamarme de nuevo por teléfono (que ya lo había hecho antes y fue la razón por la que había apagado el celular), volví a desconectarlo y lo dejé casi abandonado a un costado. Estaba y aún estoy molesta con ella, mas sé que no puedo simplemente huir, en algún momento tendré que volver a casa a enfrentar no solo a ella sino a mi amigo y no sé qué es lo que más me incomoda de esas dos situaciones. Saber que me ve más que como una hermana, que quiere algo más de mí
La forma en que casi parece estar lloriqueando como una niñita asustada, la verdad es que me repugna profundamente, ¿es que no tiene dignidad o qué? Maldita perra en celo desesperada… Hasta me da un poco de asco el seguir tocándola, por lo que la suelto como si quemara y me alejo volviendo hacia la fuente de galletas, no queriendo ver cómo actúa como si fuera un cachorrito herido. De cachorrito no tiene nada, es una maldita perra, no obstante, es un buen momento para ver qué hará mi compañero ahora: si me creerá a mí o si, por el contrario, a esa maldita regalada con ínfulas de grandeza. Solo faltaría que gimotee en tanto que se arrastra hacia él a cuatro patas…-Jhoana…-¿Sí?-¿Qué fue lo que te hizo?-¿¡QUÉ!?Esa simple pregunta me hace volverme hacia ellos con las galletas en mano y me acerco con tranquilidad, ofreciéndoselas.-Galletas de chocolate con trozos de fresa y naranja. -Huele genial. Con permiso…-Gracias. Ambos toman una y le dan una mordida, mostrando en sus rostro