Despertarme entre los brazos de Rache es una experiencia que, con cada oportunidad que ocurre, me hace sentir mejor y más cómoda. Además, empiezo a cuestionarme la necesidad de los pijamas y la ropa interior, tener su cuerpo completamente en contacto con el mío, su piel absolutamente expuesta a mi alcance y dándome su calor… Alzo la mirada hacia su rostro, pues tengo mi cabeza sobre su pecho, y se lo ve tan relajado, tan pacífico, incluso adorable quizás, aunque eso no vaya mucho con su personalidad habitual. Es un buen “macho”, como ellos lo llaman, es entregado y se preocupa por los suyos. Si no fuera por esa barrera que tiene entre nosotros sobre mi condición humana, podría estar segura de que sería muy feliz a su lado. ¿Por qué no puede simplemente aceptarme por lo que soy? ¿Realmente es tan difícil? No digo que ya lo ame, porque no ha pasado lo suficiente, a penas un par de días y es demasiado pronto, sin embargo, sí que estoy desarrollando muchos sentimientos por él y desearía
Ver cómo mi compañera se desespera por la posibilidad de que nos encuentren, la verdad es que es divertido, y me tienta mucho el causar que nos atrapen, porque la verdad es que me encantaría que ellos supieran que su hija ya tiene pareja, pero soy consciente de que, como la mujer independiente que es, eso sí que le molestaría y, muy probablemente, me lo reprocharía luego. Incluso podría llegar a prohibirme el tocarla, y no es algo que pueda permitir, porque su cuerpo se ha vuelto mi adicción, es escucharla gemir y sentirla temblar y por poco derretirse bajo mi toque, casi que se ha convertido en una necesidad fisiológica. Ni qué hablar del hecho de provocarla… Lo de la ducha fue una experiencia sublime, ¿quién hubiera pensado que mi hermosa mate se habría atrevido a algo así? Parece que el verme acariciarme a mí mismo fue mucho para ella, aunque no es mi culpa, su cuerpo sí que es sexy y se me puso dura y se me hinchó en menos de un segundo. Lo que pasó luego fue un bonus más que agr
Reviso mis anotaciones sobre la orquídea frente a mí y sonrío satisfecha: y pensar que la encontré casi muerta en un vivero de aquí del pueblo y ahora rebosa de vida y del aroma típico de las Vanda Brunnea a deliciosos cítricos. Dejando mi libreta a un lado, miro mi reloj y me doy cuenta de que casi es medio día, lo que implica que llevo toda la mañana metida en mi invernadero personal y que mi madre se va a molestar. Dice que me importan más las plantas que las personas, ¿y a quién no? Al menos ellas no molestan. No es que me fastidie la gente, en absoluto, tengo amigos y me gusta pasar el tiempo en compañía de otros de vez en cuando, sin embargo, también puede resultarme agotador en cierto punto, y pasar el tiempo aquí tranquila me resulta mejor. Me ayuda a relajar la cabeza y a despearla cuando estoy muy cargada. Tomo mis cosas y salgo del invernadero hacia la casa, entrando solo para encontrar el exquisito aroma del guiso de mi padre, el cual está concentrado en la olla frente
Suspiro cansada y me froto el rostro con frustración: ¿cómo es que puede decir algo así tan a la ligera y no esperar a que enloquezca por dentro? Sobre todo cuando me mira de esa forma. Sus ojos me escanean, como si esperara a que dijera algo y nada sale, ninguna palabra. En éste punto estoy tan en el limbo de mis sentimientos (porque estoy segura de que lo quiero, solo que no estoy segura de la magnitud de ese "querer"), que esas simples palabras hacen que mi mundo se sacuda peor que en un terremoto de siete puntos en la escala de Richter.-Rache...-Lo sé, lo sé, quizás es muy pronto para ti y te estás sintiendo rara justo ahora, pero si quieres que eso deje de crear conflictos en tu mente (como mínimo), tienes que aceptar que no puedes usar tu mente racional humana para desglosarlo, sino pensar más como uno de nosotros. Somos animales, nos guiamos por los instintos, y como los pingüinos, las orcas, los caballitos de mar y los lobos como tales entre tantos otros, elegimos una sola p
A la mañana siguiente, me levanté temprano y me fui sin siquiera desayunar. La verdad es que no quería cruzarme con mi madre, aún me sentía molesta y frustrada con su insistencia sobre mi vida amorosa, como ésta fuera un auténtico desastre, y no era la primera vez que teníamos esa conversación. Las anteriores tampoco tuvieron un buen desenlace, a decir verdad, su insistencia en que tuviera una relación con alguien, como si yo tuviera más de treinta y no a penas veinte y se me estuviera terminando el tiempo, cosa que haría quizás que terminara como una solterona, empezaba a molestarme cada vez más. ¿Cuál era el problema? Ni que mi juventud se estuviera terminando y yo la dejara pasar como un tres que va lleno y no quieres ir apretado porque sabes que será un largo camino. El ver mi bicicleta en la entrada tal y como Rache prometió anoche, me facilitó mucho las cosas, solo la tomé y me fui pedaleando hasta la universidad, pasé por el bufet y compré algo para comer y beber y me fui a l
Cuando finalmente bajo otra vez unos veinte minutos después, el ambiente sigue igual: mis padres y los de Luka charlando amenamente, muy contentos aparentemente con lo que sea que sea su tema de conversación, y mi amigo casi retraído, cosa poco usual en él con su personalidad más bien relajada y bromista, lo cual me hace pensar que, lo que están hablando nuestros padres, no es un tema que le agrade, lo que solo me da más curiosidad y, a su vez, me preocupa aún más. En cuanto notan mi presencia, mi madre me llama a que me una y parece muy efusiva, quizás demasiado. -Ven cariño, Graciela nos estaba contando que su sobrina, Yanis, se comprometió hace un mes y que la boda será en marzo, antes de que ella deba volver a sus clases.-¿En serio?-Sí, va a ser una boda otoñal, le gustan mucho los tonos dorados y la vegetación que empieza a palidecer en esa época. -Bueno, la verdad es que, lo que le ocurre a los árboles en realidad, se trata de un simple proceso natural: como las horas de lu
Sentada en una roca entre la arboleda, intento procesar todo lo que acaba de ocurrir y no consigo salir de mi asombro, ¿cómo es que todo se fue al demonio tan rápido y de golpe? Aún no puedo entender cómo pasó, cómo es que llegamos a semejante desastre en una sola noche. Mi vida se acomoda de un lado y del otro se descalabra como una casa de naipes, es tan frustrante. Y lo peor es que, el problema no fue solo la cena y esa encerrona que planeó mi madre, sino lo que eso desencadenó. Luka...Sus palabras, ¿por qué tuvo que decirlo? ¿Por qué no pudo simplemente decirme que estaba incómodo y ya? Las cosas habrían sido más sencillas, menos embarazosas, podría haberme quedado con él y charlar hasta que su familia se fuera y no estaría aquí, sola...No puedo dejar de repasar esa escena que viví en la parte trasera de casa, la razón que me hizo escapar al bosque, escucharlo me puso tan mal que no supe qué más hacer. ¿Cómo se supone que le tenía que responder? ¿Qué se dice en una situación co
Estoy en shock, esto tiene que ser una mala broma. ¿Ese idiota que conocí en la cafetería quiere casarse con ella? ¿Qué carajos? Quise ser amable porque dijo que era su amigo y que prácticamente se habían criado como hermanos, no quería tener conflictos con ella por no poder aceptar a sus amistades y su vida antes de mí, pero esto...Por la forma en la que me ha dicho esto, es evidente que no solo no lo esperaba, sino que además, la situación le duele o, como mínimo, le molesta, así que intento controlarme lo mejor que puedo y respiro profundo antes de responder, eligiendo mis palabras con cuidado porque, aunque esto me enfurece y mucho, ella no tiene nada que ver, sino que fue su madre la que lo ha provocado. No es justo que descargue mi ira ahora con ella, cuando es evidente que esto la tiene mal. -¿Por qué no me cuentas qué pasó con calma? -Bueno, luego de que me dejaste en casa, cuando llegué, me encontré con que teníamos visitas. Luka y sus padres estaban en el salón, y él actu