5. Envidia y maldad

—¿Qué has dicho? —preguntó Dahlia, al escuchar el susurro de su hija, pero no había entendido lo que había dicho.

—Nada, madre —respondió Hellen, disimulando su interés—. Pensaba en voz alta.

Hadriel estaba sentado en el escritorio de su oficina. Buscaba en su computadora el simbolismo de la mariposa, mientras sostenía en sus manos la pulsera trenzada que había encontrado en el asfalto y que sin ninguna duda era de aquella mujer de ojos dolientes y piel pálida.

—Transformación constante, gracias a su proceso de metamorfosis —dijo Hadriel, para sí mismo. Su semblante estaba lleno de curiosidad—. ¿Quién eres, mujer mariposa? —susurró.

Hellen trataba de hallar una solución a su nefasta suerte. Estaba en los pasillos del hospital. Sostenía un vaso desechable y lo llenaba, utilizando el dispensador de agua. Bebió un trago y refrescó su garganta. Ganarse la lotería, era muy poco probable. Necesitaba algo que fuera contundente y que dejara grandes ganancias. Suspiró, sin ánimo. A su cabeza n
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo