CAPÍTULO 16

Vladimir miró la hora en el reloj de la pared de su despacho. No pensó que fuera tan tarde. El día se le había ido en un abrir y cerrar de ojos entre contratos, reuniones y llamadas que parecían no tener fin. Suspiró, apagó la pantalla de su computadora, apagó la luz y salió del despacho con pasos firmes, pero silenciosos.

Subió las escaleras sin hacer ruido y se dirigió a su habitación. No esperaba encontrarse con lo que vio al abrir la puerta.

Maia estaba dormida en su cama, apenas cubierta por las sábanas. Llevaba unos shorts cortos y una blusa de tirantes que apenas le llegaba a la cintura. Su respiración era tranquila, sus labios ligeramente entreabiertos y su pecho subía y bajaba con cada respiro pausado.

Vladimir se quedó inmóvil en la entrada, sus ojos recorriendo sin pudor. Su piel se veía suave, su cabello alborotado le daba un aire inocente que contrastaba con lo mucho que lo tentaba.

Sintió una corriente eléctrica recorrer la espina dorsal. Un deseo primitivo lo golpeó con
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP