Debora se encontraba asustada, tampoco le apetecía probar lo que Jarli había traído; un perro caliente.Lo dejo a un lado, y se tumbó en el sucio piso, en ese momento solo quería ver a su padre, aunque fuera por un minuto, él era la única persona que podía sacarla de este calvario, pero su amor por Jarli iba más allá de la realidad, no le podía contar nada a su padre, puesto que si este se enteraba iba a hacer capaz de matar a Jarli.Su respiración se cortó, luego de escuchar el sonido de la puerta. Con un poco de dificultad alzó su rostro encontrándose con Jarli, quien caminaba a duras penas. Cada día que pasaba manejaba con más facilidad las muletas.Debora no se inmuto en decir ni una palabra, tan solo ver a Jarli a la cara, su corazón empezaba a latir.Las manos de Jarli se hicieron un puño, y su respiración estaba entrecortada. Parecía una criatura salvaje.Debora se asustó y empezó a tragar saliva, esa mirada jamás la había visto en él, era algo tan diferente, se podía ver su ro
–Jarli, tu hora ha llegado–dijo uno de los hombres con voz enojada. Todos lucían alterados, con sus caras cubiertas y armas en mano, emitiendo una presencia ominosa que hacía temblar a Jarli–Maten a esa rata, una víbora como él no merece ni siquiera respirar–ordenó nuevamente el mismo hombre, con una frialdad que helaba la sangre.–Jarli, ¿quiénes son ellos? preguntó Debora con los labios temblando de miedo. –Cállate y no hagas una tontería–susurró Jarli sin apartar la mirada del arma que los hombres sostenían.–Nos van a matar, por Dios–murmuró ella, su voz apenas en un susurro de pavor.Uno de los hombres la miró con ojos llenos de depravación y se acercó lentamente hacia ella, como una bestia acechando a su presa.–¿Eres su novia?-cuestionó con una sonrisa siniestra mientras apuntaba con el arma directamente a Debora, sus ojos destilando malicia pura.Ella se tambaleó, sintiendo el terror apoderarse de cada fibra de su ser, pero se obligó a responder.–Yo... yo... tartamudeó, inc
Debora se quedó helada al escuchar esa voz familiar, la cual nunca pensó escuchar en un momento tan crítico como el que estaba experimentando. - ¿Qué haces aquí, Debora? - preguntó su padre.Debora tragó saliva y respondió.- Estoy aquí por un amigo que sufrió un accidente.-¿Amigo?-cuestionó su padre.-Si papá, es un amigo del trabajo.Tayyar frunció el ceño y tomó a su hija del antebrazo y la arrastró hasta la salida del hospital.-¿Papá qué haces?-Debora le alzó la voz a su padre, y él de inmediato levantó su mano para darle una bofetada, pero se contuvo y no la lastimó.-¿Cómo demonios te atreves a alzarme la voz?-su mirada era perturbadora.-Ya estoy grande, ¿Acaso piensas pegarme delante de toda la gente?.-Debora, ya me he enterado de todo lo que está sucediendo-Los ojos de su padre se aguaron-¿Porque no confiaste en tu padre?-Preguntó Tayyar con una lágrima afuera.Debora se sintió mal, ocultar todas esas mentiras la convirtió en una hija despiadada.Tayyar lucía desaliñado,
-¡Papá!-gritó Debora intentando separar a su padre; quien estrujaba a Jarli sin piedad.-Debora, apártate -respondió su padre en un tono desafiante.Debora quitó sus manos y retrocedió sus pasos, se sintió morir al no poder hacer nada, el objetivo de Tayyar era más que evidente; Matar a Jarli.-¡Señor, ¿Qué le pasa?-dijo Jarli con la mirada perdida. Apenas despertaba del efecto de la anestesia.-¿Que me pasa dijiste cabrón?-dijo Tayyar con los ojos rojos de la irá.Jarli cerró sus ojos sin entender la situación, su cuerpo dolido no le ayudaba a defenderse, por ello se desplomó a un lado de la cama mientras que Tayyar lo soltaba de golpe hasta quedar sorprendido.-Papá, ¿Acaso no ves que está lastimado?-dijo Debora.Tayyar colocó sus manos sobre su cabeza mientras maldecía todo el lugar.-¡Maldita sea, Debora cómo pudiste dejarte embarazar de un vago como ese! ¿Acaso no ves que tiene pinta de malandro?.Debora sintió una presión en el pecho, sabía exactamente que su padre no estaba equ
-¡Con que ya despertaste desgraciado-dijo Tayyar con cierto enojó, mientras corría como un torbellino hacia Jarli.Debora en cuanto vio la situación se paró enfrente de Jarli como un escudo para evitar que su padre lo golpeará.-¡Cariño!-gritó la madre de Debora.-Amor mío, este imbécil ha despertado, es hora de que le enseñe a no ir de loco embarazando a las hijas ajenas.-Papá, ya basta -dijo Debora. La situación estaba empezando a fatigarla, no había dormido absolutamente nada, y su embarazo ya estaba cobrando facturas.-Es cierto amor, nuestra hija tiene razón, ya basta-dijo su madre en un tono calmado, ella sabía cómo controlar a su marido.-Escúchame bien, pedazo de estúpido, te harás cargo de mi hija, encuento te recuperes de todo esto, vendrás a Estambul con nosotros, allá trabajarás conmigo.La piel de Jarli se puso de gallina, podía escuchar sus propios latidos, este hombre no le transmitía nada bueno, solo una vibra malévola.Tayyar no dejaba de mirar a Jarli con enojo, par
Mis padres salieron de la habitación, dejándome completamente sola con Jarli, cuya expresión mostraba un enojo palpable por toda esta situación.- Jarli, lamento profundamente todo lo sucedido. Mis padres te obligaron a este matrimonio... -comencé, con las palabras atoradas en mi garganta.Jarli no emitió respuesta alguna; simplemente guardó silencio y me lanzó una mirada furiosa. Estaba segura de que si decía algo más, estallaría. Por eso, opté por el silencio.Recogí las manzanas del suelo, sintiendo un dolor agudo en mi vientre.- ¿Estás bien? -preguntó Jarli, con un dejo de preocupación.- Sí, estoy bien -respondí con dificultad.Dejé las manzanas en la mesa y las limpié mecánicamente con un pañuelo.- ¿Por qué te preocupas tanto por mí? -inquirió él.Lo miré con tristeza y le sonreí con resignación.- Porque eres el padre de mi hija -respondí mientras seguía limpiando las manzanas. Jarli hizo un chasquido con la boca y luego habló de nuevo.- Pensé que era porque me querías.Un d
--Buenos días, señor Jarli- saludó el médico que estaba atendiendo su caso, con una sonrisa que indicaba buenas noticias.-Buen día, doctor- respondió Jarli con una mirada forzada. Sabía que debía ser educado, aunque prefería no involucrar a extraños en sus problemas.-Hoy le daremos de alta, señor. Hemos visto que ha tenido una buena recuperación- anunció el médico.El anuncio cayó como un trago amargo en la garganta de Jarli. No sabía nada acerca de su hermano Javier.-Doctor, ¿cómo está mi hermano Javier?- preguntó con un nudo en la garganta.Debora analizó la situación en silencio. Por dentro, se moría por ayudarle de alguna manera.-Jarli- Debora colocó sus frías manos sobre las de Jarli. -Su hermano se encuentra en estado crítico. Afortunadamente, hemos encontrado un donante de sangre, pero su salud no es estable-dijo el médico.-¿Va a morir, doctor?- preguntó Jarli con los labios pálidos.-Su hermano tiene un trauma cerebral. Desafortunadamente, no hemos extraído la bala que e
El rostro de Debora, se horrorizó; ver a aquel hombre con arma en mano la dejó en shock. Ese hombre tenía un rostro lleno de furia, sus ojos estaban rojos y su pulso temblaba como maracas. Mientras tanto, Jarli estaba sin expresión en su rostro, pero sus labios estaban tan blanco como las hojas de un papel, en ese instante Debora no sabía que estaba sucediendo, lo único que hizo fue situarse en la mitad del hombre y exclamar por la vida de Jarli.-¡Señor no sé qué está pasando, pero por favor déjelo en paz!-Su dulce y tierna mirada ni fueron suficientes para cambiar tu opinión; el hombre estaba decidido, quería matarlo a como diera lugar, y vengar la muerte de su hija.-¡Ese hombre que está allí, no merece vivir, merece ser descuartizado y lanzado al fuego!-dijo el hombre con la mirada desquiciada.-¡Debora apártate!-dijo su madre en un grito desesperado.-¡No lo haré, si él quiere matar a alguien, que lo haga!-Debora se acercó más al hombre hasta pegar su frente, justo en la boquill