Jarli podía escuchar los latidos de Debora, estos resonaban en sus oídos como un tambor descontrolado. -Que tanto me quieres?-Preguntó Jarli mientras abrazaba a Debora. Ella al sentir sus caderas rodeadas se sonrojó.-Mucho más de lo que te imaginas..-¿Estás dispuesta a hacer algo por mí?-Susurra Jarli con una expresión fría que revelaba un plan sospechoso, y sus ojos claros parecían buscar una respuesta en los de Debora.Debora, por su parte, sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver la seriedad en la mirada de Jarli. Sus instintos le advertían que algo no estaba bien, y su corazón comenzó a latir con fuerza en su pecho.-Debora-añade Jarli nuevamente-Necesito tu ayuda con algo.El tono de Jarli era firme, pero Debora detectó un deje de ansiedad en su voz, lo que aumentó su preocupación. Sin embargo, trató de mantener la calma mientras esperaba a escuchar qué era lo que Jarli necesitaba.-¿Qué pasa, Jarli?- preguntó Debora, luchando por mantener la compostura ante la crecient
-Jarli, ¿y si me pillan?-respondió Debora con los labios palidos.Jarli suspiró, pensativo. -Debes ser cautelosa-respondió él con seriedad-No puedes cometer errores.Debora asintió, comprendiendo la importancia de actuar con precaución. -Estoy de acuerdo-dijo con seguridad y luego añadió-Estamos juntos en esto, ¿verdad?.Jarli le sonrió suavemente y tomó su mano. -Siempre estaremos juntos, Debora- afirmó.-¡Qué haces con esa maldita!-Amanda, la novia de Jarli, irrumpió en el hospital y se encontró con Debora junto a él, su reacción fue instantánea y violenta. Un grito de ira escapó de sus labios mientras avanzaba hacia Debora con pasos decididos, su rostro enrojecido por la furia. -Amanda te equivocas-dijo Debora, pero era demasiado tarde.-Te voy a enseñar a no meterte en mi relación-respondió Amanda. Sus ojos lanzaban destellos de rabia mientras acusaba a Debora con un dedo tembloroso, culpándola de entrometerse en su relación. Los espectadores en la sala de espera miraban con i
Jarli se encontraba con una pierna operada, lo que dificulta su escape. La preocupación lo invadía mientras intentaba pensar en una solución rápida. De repente, recordó que había un pasadizo secreto en el hospital que utilizaban los empleados en situaciones de emergencia. Lo recordó por una conversación que escuchó de las enfermeras. Aunque le costaría trabajo llegar hasta allí con su pierna herida, era su mejor opción.Jarli alcanzó las muletas que estaban detrás de la mesa, eso lo ayudaría a llegar con más facilidad.Salió de la habitación y comenzó a arrastrarse por los pasillos, ignorando el dolor y enfocándose en su objetivo de escapar de quienes lo buscaban. Cada metro parecía una eternidad, por desgracia se topó con una enfermera.La enfermera, al ver a Jarli arrastrándose por el pasillo, se acercó preocupada.- Señor, ¿está bien? ¿Necesita ayuda? -preguntó con tono compasivo.Jarli, con la respiración agitada y el sudor perlado en su frente, trató de mantener la compostura.-
La tensión en el ambiente era palpable mientras Debora se apresuraba por las calles, con el bolso de Jarli oculto bajo su abrigo. Cada segundo que pasaba era crucial, y su corazón latía con fuerza mientras trataba de mantener la compostura y evitar cualquier situación sospechosa.Finalmente, llegó al destino designado, era un establecimiento bastante abandonado, Debora se sintió incómoda luego de ver una manada de perros mientras peleaban por un trozo de carne.El tiempo se agotaba, faltaban diez para las tres, y la persona que recibiría la mercancía aún no llegaba.-¿Así que viniste?-De repente los vellos de Debora se elevaron, escuchó esa voz familiar, sabía de quién se trataba.Giró su cuello lentamente para encontrarse con esa persona, quien le causaba repudio. -¿Qué haces tú aquí?-dijo Debora con la voz asustada.-Aquí las preguntas las hago yo, maldita perra-dijo Amanda mientras se acercaba rápidamente hasta Debora.-¿Eres quien recibirá la mercancía?-dijo Debora tratando de ev
Debora asintió con los labios apretados, su vida peligraba, no sabía cuál iba a ser la reacción de Jarli, al enterarse de la muerte de Amanda.-¡Amanda!-gritó Javier mientras revisaba su pulsó, Pero lastimosamente ella ya no estaba en este mundo-La has asesinado-masculla, está vez mirando a Debora con todo el odio del mundo.Debora al notar la tensión, dejó el bolso de la mercancía a un lado, e intentó correr, pero Javier fue más veloz, y la tomó del cabello haciendo que ella retrocediera de golpe.-¡Ella tuvo la culpa!.-No inventes, solo la mataste porque estabas celosa, ¿acaso piensas que soy tonto?-La mirada azotadora de Javier hacia acelerar su corazón.-Tienes que creerme, ella fue quien trajo el arma hasta este lugar. Solo me defendí-explica.Javier no estaba dispuesto a escuchar sermones, por eso, enroscó su puño, y le dió un golpe en el estómago, la hizo caer al piso, y en cuestión de segundos Debora había perdido el conocimiento.Una hora más tarde.Debora despertó luego de
Debora se encontraba asustada, tampoco le apetecía probar lo que Jarli había traído; un perro caliente.Lo dejo a un lado, y se tumbó en el sucio piso, en ese momento solo quería ver a su padre, aunque fuera por un minuto, él era la única persona que podía sacarla de este calvario, pero su amor por Jarli iba más allá de la realidad, no le podía contar nada a su padre, puesto que si este se enteraba iba a hacer capaz de matar a Jarli.Su respiración se cortó, luego de escuchar el sonido de la puerta. Con un poco de dificultad alzó su rostro encontrándose con Jarli, quien caminaba a duras penas. Cada día que pasaba manejaba con más facilidad las muletas.Debora no se inmuto en decir ni una palabra, tan solo ver a Jarli a la cara, su corazón empezaba a latir.Las manos de Jarli se hicieron un puño, y su respiración estaba entrecortada. Parecía una criatura salvaje.Debora se asustó y empezó a tragar saliva, esa mirada jamás la había visto en él, era algo tan diferente, se podía ver su ro
–Jarli, tu hora ha llegado–dijo uno de los hombres con voz enojada. Todos lucían alterados, con sus caras cubiertas y armas en mano, emitiendo una presencia ominosa que hacía temblar a Jarli–Maten a esa rata, una víbora como él no merece ni siquiera respirar–ordenó nuevamente el mismo hombre, con una frialdad que helaba la sangre.–Jarli, ¿quiénes son ellos? preguntó Debora con los labios temblando de miedo. –Cállate y no hagas una tontería–susurró Jarli sin apartar la mirada del arma que los hombres sostenían.–Nos van a matar, por Dios–murmuró ella, su voz apenas en un susurro de pavor.Uno de los hombres la miró con ojos llenos de depravación y se acercó lentamente hacia ella, como una bestia acechando a su presa.–¿Eres su novia?-cuestionó con una sonrisa siniestra mientras apuntaba con el arma directamente a Debora, sus ojos destilando malicia pura.Ella se tambaleó, sintiendo el terror apoderarse de cada fibra de su ser, pero se obligó a responder.–Yo... yo... tartamudeó, inc
Debora se quedó helada al escuchar esa voz familiar, la cual nunca pensó escuchar en un momento tan crítico como el que estaba experimentando. - ¿Qué haces aquí, Debora? - preguntó su padre.Debora tragó saliva y respondió.- Estoy aquí por un amigo que sufrió un accidente.-¿Amigo?-cuestionó su padre.-Si papá, es un amigo del trabajo.Tayyar frunció el ceño y tomó a su hija del antebrazo y la arrastró hasta la salida del hospital.-¿Papá qué haces?-Debora le alzó la voz a su padre, y él de inmediato levantó su mano para darle una bofetada, pero se contuvo y no la lastimó.-¿Cómo demonios te atreves a alzarme la voz?-su mirada era perturbadora.-Ya estoy grande, ¿Acaso piensas pegarme delante de toda la gente?.-Debora, ya me he enterado de todo lo que está sucediendo-Los ojos de su padre se aguaron-¿Porque no confiaste en tu padre?-Preguntó Tayyar con una lágrima afuera.Debora se sintió mal, ocultar todas esas mentiras la convirtió en una hija despiadada.Tayyar lucía desaliñado,