Luego de ver cómo Francisco salía de la habitación dejándome sola para que pudiese leer el documento que me había entregado me senté en la cama.
Quería leer todo con detenimiento para poder saber qué es lo que realmente estaba firmando, después de todo no podía confiarme totalmente de él nos habíamos visto una vez. Y aquel contrato mencionaba que no podía mencionar absolutamente nada de lo que habláramos él y yo, no podía estar con nadie más durante estos tres años y medio de matrimonio mínimo que tenía que durar nuestra relación, una vez que él y yo estuviésemos legalmente separado la custodia de nuestro hijo sería compartida, y finalmente una vez que nuestra relación terminara me iba a dar cierta cantidad de dinero para que pudiera empezar. Me sentía cómoda con aquellas cláusulas y especificaciones porque sentía que ambos saldríamos beneficiados yo lo ayudaría mi hijo tendría un buen futuro y una vez que todo esto terminara yo no quedaría en la calle. Me sentía bastante extraño haciendo este tipo de tratos pero supongo que era lo que tenía que hacer. Firmé y volví a colocar todo dentro del sobre para dejarlo encima del escritorio, tomé mi maleta y me dirigí hasta el clóset para poder acomodar absolutamente todo pero mi sorpresa es que el clóset ya estaba lleno de ropa me acerqué para poder verla, cada una de las prendas tenía su etiqueta no podía evitar mirar los precios y eran excesivos creo que jamás había tenido algo tan costoso. Así me vestiría de ahora en adelante? Escuché como la puerta de la habitación era abierta así que me dirigí nuevamente hacia la habitación dejando la maleta en el clóset, no me sorprendió al ver que era la señora que me había recibido tenía una charola de plata en sus manos y encima de ella estaban los alimentos que había traído para mí — Espero que disfrutes de la comida mi niña, si necesitas algo más puedes marcar el número 8 que es directamente a la cocina— Me señaló el teléfono fijo que estaba en mi mesa de noche. Yo asentí — La doctora ya llegó, pero el señor quiere que coma y luego pueda bajar así ella coloca todo para revisarla Asentí y le sonreí, ella solo se fue. Me sentía sobreestimulada eran tantas cosas que jamás había experimentado y que realmente me parecían extrañas como por ejemplo no bajar y pedir o buscar sino llamar para que te lo suban. Comí en silencio y una vez termine dejé la bandeja en mi mesa de noche. Salí de aquella habitación tratando de buscar el despacho de Francisco o No saber ni dónde estaba si tiene que bajar o algo así intenté dirigirme a la cocina para poder preguntarle a la señora que me había abierto que aún Por cierto ni siquiera me había tomado la molestia preguntarle su nombre. — está perdida señorita?— Preguntó una joven — Disculpa es que estoy buscando el despacho de Francisco — le dije un tanto avergonzada — No pasa nada mi nombre es Mariana y soy la hija de Luciana que es la señora que la he estado recibiendo— asentí con la cabeza sintiendo alivio al saber el nombre de la señora que me abrió Luciana — tú también trabajas aquí?— le pregunté — yo soy la asistente personal del Señor Francisco — Oh!— no sabía que Francisco tenía un asistente personal pero me cae muy bien— es un gusto conocerte entonces — venga la llevaré hacia el despacho del señor No sé por qué su actitud cambió de forma radical confundiéndome completamente para decidir no decir nada y simplemente seguirla hasta donde ella me estaba guiando — gracias— le dije una vez que me dejó frente a una puerta pero no sé si escuchó puesto que prácticamente corrió del lugar. Porque su actitud había cambiado de esa manera? Acaso yo había dicho algo fuera de lugar? Decidí no seguir pensando en eso y simplemente toqué la puerta esperando que me dieran permiso entrar No tardar escuchar un adelante Así que tomé la manilla y me adentré a aquella habitación, no me sorprendí al ver un par de máquina ginecológicas, y lo que parecía ser una pantalla. Ahí sentados frente a un escritorio estaba Francisco y una mujer con una bata blanca la cual Supongo es la doctora que va a atenderme — Buen día lamentó la molestia — Ven mi amor te estábamos esperando— debo admitir que aquello me tomó por sorpresa realmente no supe qué cara coloqué y espero no haberme visto tan sorprendida pero como Francisco estaba tratandome, rápidamente entendí que desde ya íbamos a comenzar a dar la imagen de que realmente éramos una pareja enamorada— Ella es la doctora María Francia es la ginecóloga de la familia realmente había sido su madre y ha pasado como de generación en generación Ahora todo tenía mucho más sentido — un placer conocer la doctora y qué alegría que sea usted quien vaya a atender mi embarazo — el placer es mío sobre todo que ahora llegar a mi turno de atender al próximo en la sucesión Todo esto parecía tan irreal.— toma— me tendió una bata la cual tomé rápidamente— te he colocado un pequeño vestidor para que te puedas cambiar y te subas a la camilla para poder revisar que todo esté bien Francisco me comentó que te hiciste una prueba casera pero si sabes que hay una posibilidad de que realmente no estés embarazada?— Es que yo me cayó como balde de agua fría realmente jamás pensé que la prueba podría darme un falso positivo Supongo que si no estaba embarazada este trato no iba a ir a ningún lado y si era sincero no sabía cómo eso me hacía sentir no el hecho de que el trato no siguiera sino él no estar embarazada. — si le confieso algo doctora realmente espero que no haya sido un falso positivo porque estoy ansiosa por ser madre y estoy tan ilusionada con este bebé— ella me regaló una sonrisa miré a Francisco quien también sonreía leve pero lo hacía era la primera vez que veía una sonrisa en su rostro y tenía que admitir que eso lo hacía ver muchísimo más atractivo ante mis ojos al menos Cuando nadie dijo nada simplemente me dirigí hasta el pequeño cambiador que la doctora había improvisado para mí una vez que me coloqué aquella bata me dirigí hasta la camilla y me a comode ahí, mi corazón latía de forma desenfrenada mientras ella colocaba un gel en mi vientre y comenzaba a esparcirlo con un pequeño aparato Francisco se colocó a mi lado y estiró su mano Así que coloqué la mía encima de él Sentía que sus ojos querían decirme algo que su boca no podía expresar porque estaba la doctora presente — oh! Oh?! Qué significa eso? No estoy embarazada?Tenía que admitir que sentía mis manos temblar, cerré los ojos por un segundo respirando totalmente perfume inhalando todo el aire que mis pulmones pudieran agarrar y luego soltarlo de golpe tratando de relajarme y calmarme. — todo está bien con mi prometida doctora?— preguntó a Francisco y no sé por qué cada palabra que salía de sus labios me aceleraban aún más y no de manera negativa — Algo está mal? — No Francisco nada de eso, de hecho les tengo una muy buena noticia felicidades porque están embarazados Oh por Dios! Realmente no sabía cuánto quería tener este bebé Hasta que supe que había una posibilidad que no lo tuviera dentro de mí. Me sentía con una felicidad extrema por dentro a la vez con muchos nervios porque ahora estaba 100% segura de que un bebé crecía dentro de mí y sentía esa responsabilidad de que tenía que darle lo mejor que pudiera darle y no importa lo que tuvieras que hacer para que él fuese inmensamente feliz y no viviera pero en la cuarta parte de lo que
Francisco Montes La puerta se abrió apenas Alanis salió del despacho y una furiosa Mariana entro, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, lo que me hizo identificar que había estado llorando todo el día, sus labios estaban humedecidos.Quería decir que me sentía mal por ella pero la realidad era que no le había avisado desde el día uno que ella y yo no podríamos ser nada más, no podría justificar ante mi familia como es que había terminado con una chica como ella la cual era hija de mi ama de llaves Quizás en las historias de niños era muy lindo y atractivo ver a la hija de la ama de llaves con el duque pero en la vida real esto no era así, con Alanís podría justificarlo diciendo que era una chica estudiosa que había salido desde abajo. Además la belleza de la que sería mi futura esposa y madre de mi hijo era impresionante esos hermosos ojos grises esa piel blanca y ese cabello negro azabache tenía una belleza que hipnotizaba cualquiera.— Como eres capaz de hacerme esto?!— G
El día había llegado, estaba nerviosa jamás me había imaginado casada con alguien como Francisco. Respiré profundo un par de veces antes de salir de la habitación. Para mi buena suerte sería algo bastante íntimo solo Francisco y yo firmando una especie de contrato y ya porque el verdadero teatro sería una vez que llegáramos a Gran Bretaña. El hecho de que hoy fuera a firmar ese documento se sentía todo muchísimo más real. Salí de la habitación bajé las escaleras con cuidado y caminé directamente hacia el despacho de Francisco puesto que ahí sería la firma nos habíamos tomado un par de fotos temprano para el recuerdo había dicho él delante del fotógrafo pero los dos sabíamos que era para poder demostrar que era cierto y que había sido real más allá del legal. Una vez frente a aquel despacho no hace falta que tocara la puerta puesto que esta se abrió apenas llegué, una Mariana con los ojos algo rojos y con una sonrisa fingida me recibió. — bienvenida señorita espero que a pa
Días después — Estamos apunto de aterrizar— Me dijo la azafata.Mire a Francisco pero este solo estaba tecleando algunas cosas en la computadora que había traído. Mis nervios cada vez aumentaban aún más No sabía qué hacer ni qué decir ahora que estaba en este país. Había pasado cinco días desde que nos casamos no habíamos hablado mucho desde entonces pero me había mantenido bastante ocupada, tal y como Francisco lo dijo contrató a unas personas para que se encargaran de enseñarme los modales y las reglas de las personas de alta sociedad aquí en Gran Bretaña. Había sido difícil adaptarme un poco me habían explicado algunas costumbres y cómo tenía que saludar. Jamás pensé que conocería un duque mucho menos que yo sería una duquesa si Francisco logra va a tener el título mi hijo sería un duque y yo sería una duquesa. Me sentía nerviosa — todo estará bien— miré a mi lado y pude ver como Francisco me miraba fijamente no sabía cómo descifrar sus expresiones para poder saber más o men
Mira entre mis manos la prueba de embarazo, podía ver como mis manos temblaban, el miedo se apoderaba de mi cuerpo cada vez más, por un segundo pensé en que no debía traer este bebé al mundo No sabía cómo iba a reaccionar su padre y si realmente iba a entender que este bebé es de él, sabía que mis padres iban a reaccionar muy mal.Dónde vivirías si ellos me echan de casa? Cómo podría mantenerlo con mi sueldo? Dónde lo dejaría mientras trabajo? Cómo podría tenerlo en esa casa? No quería que viviera todo lo que yo vivía diariamente. Respiré profundo tratando de tomar valor y luego toqué la puerta frente a mí un par de veces esperando que alguien saliera a abrirme. Para mi buena suerte un hombre con un traje negro y mirada intimidante abrió la puerta, los latidos de mi corazón comenzaron a ser aún más fuerte. — sí?— preguntó.El hombre parecía no tener ninguna emoción.— Buen día vengo a buscar a Francisco— le dije sonando bastante tímida y cohibidaÉl me miró de arriba abajo par
— Alanis!— El grito de mi padre mi hizo sobresaltarme.Los pasos comenzaron a escucharse mientras mi piel se erizaba sabiendo que lo que vendría no era nada bueno. La puerta de la cocina se abrió estrepitosamente golpeando la pared, mi padre se dejó ver sus ojos estaban rojos y sus manos estaban apretados en puños. —discúlpame padre yo no te quise despertar—susurré. Él se acercó a mí y tomó mi brazo.—Lo hiciste —el agarre cada vez se hacía más fuerte me quejo del dolor pero él no paraba de mirarme directamente los ojos mientras seguía apretando aún más su agarre —Y sabes muy bien Alanís que eso tiene consecuencias graves Podía percibir el olor alcohol salir de sus labios. Arrastraba las palabras una clara señal de lo muy ebrio que estaba. — no quieres comer?—traté rápidamente de cambiar la conversación intentando distraerlo—puedo hacerte un sándwich si deseas Y fue ahí donde sentí la primera bofetada en mi mejilla que me hizo girar el rostro, solté todo el aire que no sabía ha
Una vez que salimos de la cafetería quedé impresionada con el inmenso carro que había justo ahí. Cómo es que no me di cuenta cuando entré? Supongo que venía tan apurada que no presté atención a nada a mi alrededor. Él abrió la puerta del copiloto para mí así que me subí, no pude evitar mirar todo con mucho asombro no estaba acostumbrada a este tipo de lujos. Lo vi subirse a su asiento de piloto. No dije nada no sabía qué decir supongo que ya había dicho todo ayer. — quiero que te hagas una prueba de paternidad para saber si el bebé es mío— abrí la boca para hablar pero él siguió hablando—entiendo que digas que eras virgen cuando estuvimos juntos pero quiero que entiendas que quiero hacerme responsable de ese bebé pero solo si es mío y quiero estar 100% seguro — ya no importa decidí que no lo puedo tener El frunció el ceño— si es mi bebé No lo vas a abortar — tú no entiendes!— dije molesta — Claro que no entiendo! No entiendo como una madre quiere deshacerse de su hijo! Desh
— Está todo listo Mario?— Pregunté.— Si señor, el personal dejo la carpeta que solicito en su despacho.Camino hacia mi despacho y una vez que llegué me adentré y me senté en la silla de siempre tenía que averiguar un poco más de Alanís si bien la había estado siguiendo durante el último mes había cosas que no había querido enterarme por si mi pequeño plan no funcionaba. Alanis era una mujer sumamente atractiva aunque solo contaba con 19 años era una belleza inigualable que jamás en mi vida había visto y había visto a muchas mujeres de clase alta de clase media y clase baja sinceramente su clase social no era algo que me importara solo quería mantener la belleza en mi familia. Estaba más que seguro que mis padres iban a probarla. Era educada, aunque le faltaban cosas que aprender sabía que ahí va a poder ayudarla Era momento de saber quién era realmente Alanís Abrí la carpeta que estaba en mi escritorio lo primero que me dejó ver fue su nombre Alanís Williams 19 años nacida en e