Capitulo 02

— Alanis!— El grito de mi padre mi hizo sobresaltarme.

Los pasos comenzaron a escucharse mientras mi piel se erizaba sabiendo que lo que vendría no era nada bueno.

La puerta de la cocina se abrió estrepitosamente golpeando la pared, mi padre se dejó ver sus ojos estaban rojos y sus manos estaban apretados en puños.

—discúlpame padre yo no te quise despertar—susurré.

Él se acercó a mí y tomó mi brazo.

—Lo hiciste —el agarre cada vez se hacía más fuerte me quejo del dolor pero él no paraba de mirarme directamente los ojos mientras seguía apretando aún más su agarre —Y sabes muy bien Alanís que eso tiene consecuencias graves

Podía percibir el olor alcohol salir de sus labios.

Arrastraba las palabras una clara señal de lo muy ebrio que estaba.

— no quieres comer?—traté rápidamente de cambiar la conversación intentando distraerlo—puedo hacerte un sándwich si deseas

Y fue ahí donde sentí la primera bofetada en mi mejilla que me hizo girar el rostro, solté todo el aire que no sabía había retenido

— eres una buena para nada igual que tú la zorra de tu madre— volvió a mirarlo— lárgate de la cocina AHORA!!—grito mientras me soltaba lo que me hizo correr rápidamente escaleras arriba hacia mi habitación la cual al llegar cerré con llave.

Me senté en la cama y sin poder evitarlo comencé a llorar lleno de ira lleno de tristeza.

No había nada que deseara más en este mundo que alejarme de este maldito hogar.

Estaba segura que en breve llegaría mi madre y ahora las cosas serían mucho peor para ella.

Por qué seguí aguantando este tipo de situaciones?

Fácil no tenías el suficiente dinero para irme a este lugar lo había intentado reunir pero mi padre como siempre estaba en casa tomando había encontrado cada uno de mis ahorros si lo había utilizado para ingerir alcohol y luego pegarme una golpiza por esconder dinero.

Este era mi infierno personal

Y era un infierno donde no iba a traer a mi bebé.

Llevé mis manos a mi vientre sintiendo tristeza y decepción sintiendome miserable conmigo misma porque realmente quería traer a mi bebé quería tenerlo, era un ser que no tenía culpa de absolutamente nada pero cómo traerlo a este mundo a vivir este infierno que yo mismo vivía

No podía hacerlo

Lo siento mucho

Supongo que era una decisión tomada mañana iría al médico.

Un grito me hizo sobresaltarme, me sentía como una niña otra vez que solamente se escondía debajo de su cama mientras intentaba taparse los oídos para evitar escuchar los gritos.

Mi madre había llegado

—sirve de algo no como la zorra de tu hija es igual de zorra que tú!—los gritos de mi padre no tardaron en no irse.

— cierra la boca Javier— la escuché decir y luego escuché golpes gritos y más golpes.

Una parte de mí me pidió que corriera ayudarla, pero la otra solo se mantuvo estática presa del miedo.

Me desperté por la alarma en mi teléfono rápidamente me levanté como cada mañana corrí al baño para tomar una ducha rápida, hice mi rutina diaria, y luego fui directamente hacia donde tenía mi ropa, me coloqué mi uniforme de la cafetería tomé mis cosas y corrí escaleras abajo con mucho cuidado puesto que no sabía lo que encontraría.

Como anoche Mi padre estaba en el sofá dormido pero esta vez con una botella en la mano.

Supongo que se había quedado dormido mientras tomaba.

Yo por otro lado Me he quedado dormida mientras lloraba.

Pues que a mi madre con la mirada pero no la encontré lo que me hizo pensar que seguramente estaba bien si no estaría en el suelo ensangrentada.

Salí con mucho cuidado de la casa esta vez tomé el autobús directamente hacia mi trabajo, para Mi buena suerte este me dejaba justo al frente

—Buenos días—saludé al chofer mientras le pagaba, tomé asiento me coloqué los audífonos tenía una llamada perdida de alguien pero era un número desconocido para mí así que no le tomé importancia.

Mientras esperaba llegar a mi parada, comencé a buscar clínicas en donde pudieran arreglar mi problema.

De verdad le acabo de decir problema?

Decidí dejar de pensar en cómo llamarlo o no simplemente centrarme en lo que tenía que hacer, una vez que encontré una en la que era en mi opinión económica para mí, tomé el número y lo guardé para llamarlos más tarde.

Hoy mismo me encargaría de eso, no quería que pudieran decir que no podría dar por término mi embarazo.

Una vez que llegué a mi parada bajé rápidamente caminé solo un poco y me adentré a la cafetería.

Estaba totalmente llena, miré mi reloj aún faltaban 5 minutos para mi.

— hasta que llegas— me dijo mi jefe mientras me miraba mal—ponte a trabajar de una vez no ves cómo está full el local

Odiaba este maldito trabajo pero no tenía de otra tenía que llevar dinero a casa tenía que comer y tenía que darle cierta cantidad de dinero a mi padre.

No dije nadie simplemente me puse mi delantal, caminé a una mesa para tomar la orden.

— muy buenos días— dije con una sonrisa en el rostro mientras miraba el frente para ver a las personas frente a mí.

— muy buenos días Alanis— me sorprendió verlo en este lugar.

¿Qué hacía un hombre como él aquí?

— deseas ordenar algo? —traté de sonar lo más tranquila posible aunque mi corazón latia fuertemente como un caballo desbocado, no podía culparlo Y es que cada vez que veía a este hombre sentía de todo al mismo tiempo.

Ya sé por qué ebria me había entregado a él, porque el líquido me había dado el valor suficiente para hacer lo que no hubiese hecho sobria.

— deseo hablar contigo ¿Podemos hablar Alanís?—escuchar mi nombre salir de sus labios era como ir al cielo y regresar.

Concéntrate Alanis

— ahorita estoy trabajando

—yo hablaré con tu jefe para que te dé al menos unas horas libres

Oh no!

— no quiero problemas por favor Francisco

— sucede algo Alanís?!—me tensé al sentir a mi jefe detrás de mí.

Estoy en problemas

— No señor nada, el joven aquí presente simplemente está pidiendo lo que va a ordenar

— Te estás tardando más de lo normal— Dijo tratando de simular una sonrisa

— entonces usted es el jefe, la verdad es que me gustaría que la joven aquí presente se tomara unos minutos para poder hablar conmigo si uno le parece mucha molestia— dijo Francisco mientras se levantaba mirándolo fijamente, pude ver como mi jefe se intimidó, eso era algo nunca antes había sucedido. Francisco sacó unos billetes y se los tendió a mi jefe— por dejarme hablar con la señorita —Mi jefe simplemente los tomó y se fue. —supongo que ahora sí podemos hablar.

Decidí tomar asiento frente a él.

— te escucho— susurre

— No creo que este sea el mejor lugar para hablar, Necesito que hablemos en privado

— pero estoy trabajando y la verdad es que no me gustaría que me descontaran el día, no puedo irme muy lejos

— qué te pareces hablamos en mi coche, ahí tendremos más privacidad

Asentí con la cabeza después de todo no quería que todos supieran que estaba embarazada de un completo extraño y que seguramente me iba a pedir que me deshiciera de él.

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