— Alanis!— El grito de mi padre mi hizo sobresaltarme.
Los pasos comenzaron a escucharse mientras mi piel se erizaba sabiendo que lo que vendría no era nada bueno. La puerta de la cocina se abrió estrepitosamente golpeando la pared, mi padre se dejó ver sus ojos estaban rojos y sus manos estaban apretados en puños. —discúlpame padre yo no te quise despertar—susurré. Él se acercó a mí y tomó mi brazo. —Lo hiciste —el agarre cada vez se hacía más fuerte me quejo del dolor pero él no paraba de mirarme directamente los ojos mientras seguía apretando aún más su agarre —Y sabes muy bien Alanís que eso tiene consecuencias graves Podía percibir el olor alcohol salir de sus labios. Arrastraba las palabras una clara señal de lo muy ebrio que estaba. — no quieres comer?—traté rápidamente de cambiar la conversación intentando distraerlo—puedo hacerte un sándwich si deseas Y fue ahí donde sentí la primera bofetada en mi mejilla que me hizo girar el rostro, solté todo el aire que no sabía había retenido — eres una buena para nada igual que tú la zorra de tu madre— volvió a mirarlo— lárgate de la cocina AHORA!!—grito mientras me soltaba lo que me hizo correr rápidamente escaleras arriba hacia mi habitación la cual al llegar cerré con llave. Me senté en la cama y sin poder evitarlo comencé a llorar lleno de ira lleno de tristeza. No había nada que deseara más en este mundo que alejarme de este maldito hogar. Estaba segura que en breve llegaría mi madre y ahora las cosas serían mucho peor para ella. Por qué seguí aguantando este tipo de situaciones? Fácil no tenías el suficiente dinero para irme a este lugar lo había intentado reunir pero mi padre como siempre estaba en casa tomando había encontrado cada uno de mis ahorros si lo había utilizado para ingerir alcohol y luego pegarme una golpiza por esconder dinero. Este era mi infierno personal Y era un infierno donde no iba a traer a mi bebé. Llevé mis manos a mi vientre sintiendo tristeza y decepción sintiendome miserable conmigo misma porque realmente quería traer a mi bebé quería tenerlo, era un ser que no tenía culpa de absolutamente nada pero cómo traerlo a este mundo a vivir este infierno que yo mismo vivía No podía hacerlo Lo siento mucho Supongo que era una decisión tomada mañana iría al médico. Un grito me hizo sobresaltarme, me sentía como una niña otra vez que solamente se escondía debajo de su cama mientras intentaba taparse los oídos para evitar escuchar los gritos. Mi madre había llegado —sirve de algo no como la zorra de tu hija es igual de zorra que tú!—los gritos de mi padre no tardaron en no irse. — cierra la boca Javier— la escuché decir y luego escuché golpes gritos y más golpes. Una parte de mí me pidió que corriera ayudarla, pero la otra solo se mantuvo estática presa del miedo. Me desperté por la alarma en mi teléfono rápidamente me levanté como cada mañana corrí al baño para tomar una ducha rápida, hice mi rutina diaria, y luego fui directamente hacia donde tenía mi ropa, me coloqué mi uniforme de la cafetería tomé mis cosas y corrí escaleras abajo con mucho cuidado puesto que no sabía lo que encontraría. Como anoche Mi padre estaba en el sofá dormido pero esta vez con una botella en la mano. Supongo que se había quedado dormido mientras tomaba. Yo por otro lado Me he quedado dormida mientras lloraba. Pues que a mi madre con la mirada pero no la encontré lo que me hizo pensar que seguramente estaba bien si no estaría en el suelo ensangrentada. Salí con mucho cuidado de la casa esta vez tomé el autobús directamente hacia mi trabajo, para Mi buena suerte este me dejaba justo al frente —Buenos días—saludé al chofer mientras le pagaba, tomé asiento me coloqué los audífonos tenía una llamada perdida de alguien pero era un número desconocido para mí así que no le tomé importancia. Mientras esperaba llegar a mi parada, comencé a buscar clínicas en donde pudieran arreglar mi problema. De verdad le acabo de decir problema? Decidí dejar de pensar en cómo llamarlo o no simplemente centrarme en lo que tenía que hacer, una vez que encontré una en la que era en mi opinión económica para mí, tomé el número y lo guardé para llamarlos más tarde. Hoy mismo me encargaría de eso, no quería que pudieran decir que no podría dar por término mi embarazo. Una vez que llegué a mi parada bajé rápidamente caminé solo un poco y me adentré a la cafetería. Estaba totalmente llena, miré mi reloj aún faltaban 5 minutos para mi. — hasta que llegas— me dijo mi jefe mientras me miraba mal—ponte a trabajar de una vez no ves cómo está full el local Odiaba este maldito trabajo pero no tenía de otra tenía que llevar dinero a casa tenía que comer y tenía que darle cierta cantidad de dinero a mi padre. No dije nadie simplemente me puse mi delantal, caminé a una mesa para tomar la orden. — muy buenos días— dije con una sonrisa en el rostro mientras miraba el frente para ver a las personas frente a mí. — muy buenos días Alanis— me sorprendió verlo en este lugar. ¿Qué hacía un hombre como él aquí? — deseas ordenar algo? —traté de sonar lo más tranquila posible aunque mi corazón latia fuertemente como un caballo desbocado, no podía culparlo Y es que cada vez que veía a este hombre sentía de todo al mismo tiempo. Ya sé por qué ebria me había entregado a él, porque el líquido me había dado el valor suficiente para hacer lo que no hubiese hecho sobria. — deseo hablar contigo ¿Podemos hablar Alanís?—escuchar mi nombre salir de sus labios era como ir al cielo y regresar. Concéntrate Alanis — ahorita estoy trabajando —yo hablaré con tu jefe para que te dé al menos unas horas libres Oh no! — no quiero problemas por favor Francisco — sucede algo Alanís?!—me tensé al sentir a mi jefe detrás de mí. Estoy en problemas — No señor nada, el joven aquí presente simplemente está pidiendo lo que va a ordenar — Te estás tardando más de lo normal— Dijo tratando de simular una sonrisa — entonces usted es el jefe, la verdad es que me gustaría que la joven aquí presente se tomara unos minutos para poder hablar conmigo si uno le parece mucha molestia— dijo Francisco mientras se levantaba mirándolo fijamente, pude ver como mi jefe se intimidó, eso era algo nunca antes había sucedido. Francisco sacó unos billetes y se los tendió a mi jefe— por dejarme hablar con la señorita —Mi jefe simplemente los tomó y se fue. —supongo que ahora sí podemos hablar. Decidí tomar asiento frente a él. — te escucho— susurre — No creo que este sea el mejor lugar para hablar, Necesito que hablemos en privado — pero estoy trabajando y la verdad es que no me gustaría que me descontaran el día, no puedo irme muy lejos — qué te pareces hablamos en mi coche, ahí tendremos más privacidad Asentí con la cabeza después de todo no quería que todos supieran que estaba embarazada de un completo extraño y que seguramente me iba a pedir que me deshiciera de él.Una vez que salimos de la cafetería quedé impresionada con el inmenso carro que había justo ahí. Cómo es que no me di cuenta cuando entré? Supongo que venía tan apurada que no presté atención a nada a mi alrededor. Él abrió la puerta del copiloto para mí así que me subí, no pude evitar mirar todo con mucho asombro no estaba acostumbrada a este tipo de lujos. Lo vi subirse a su asiento de piloto. No dije nada no sabía qué decir supongo que ya había dicho todo ayer. — quiero que te hagas una prueba de paternidad para saber si el bebé es mío— abrí la boca para hablar pero él siguió hablando—entiendo que digas que eras virgen cuando estuvimos juntos pero quiero que entiendas que quiero hacerme responsable de ese bebé pero solo si es mío y quiero estar 100% seguro — ya no importa decidí que no lo puedo tener El frunció el ceño— si es mi bebé No lo vas a abortar — tú no entiendes!— dije molesta — Claro que no entiendo! No entiendo como una madre quiere deshacerse de su hijo! Desh
— Está todo listo Mario?— Pregunté.— Si señor, el personal dejo la carpeta que solicito en su despacho.Camino hacia mi despacho y una vez que llegué me adentré y me senté en la silla de siempre tenía que averiguar un poco más de Alanís si bien la había estado siguiendo durante el último mes había cosas que no había querido enterarme por si mi pequeño plan no funcionaba. Alanis era una mujer sumamente atractiva aunque solo contaba con 19 años era una belleza inigualable que jamás en mi vida había visto y había visto a muchas mujeres de clase alta de clase media y clase baja sinceramente su clase social no era algo que me importara solo quería mantener la belleza en mi familia. Estaba más que seguro que mis padres iban a probarla. Era educada, aunque le faltaban cosas que aprender sabía que ahí va a poder ayudarla Era momento de saber quién era realmente Alanís Abrí la carpeta que estaba en mi escritorio lo primero que me dejó ver fue su nombre Alanís Williams 19 años nacida en e
Me adentré a la cafetería emocionada por poder decirle a mi jefe que renunciaba y que no volvería a verlo jamás. —señor Rodrigo puedo hablar con usted?—pregunté aún tratando de ser educada con él —si ya terminaste de traer a tus amantes a la cafetería ponte a trabajar si no quieres que te despida Amantes? —no hace falta que me despida Señor yo renuncio—me quité el delantal y con todo el gusto del mundo se lo tiré por la cara mientras prácticamente huía de aquel lugar luego de tomar mis cosas podía escuchar cómo me maldecía Y cómo decía lo malagradecida que había sido pero yo solamente corrí de aquel lugar sintiendo mucha felicidad de no tener que volver. Al menos eso esperaba. Quería investigar un poco sobre Francisco pero realmente no quería conocerlo de esa manera quería conocer el verdadero él y no de lo que internet pudiera decir sobre él.Esta vez feliz caminé a la parada y me quedé ahí esperando que el autobús que me llevara de regreso a casa pasara.No pude evitar llevar
Tomé un taxi hasta la casa de Francisco no estaba muy segura como iba hacer mi vida de ahora en adelante pero seguro que cualquier cosa era mejor que seguir con esa vida que llevaba. Toqué la puerta, una mujer uniformada me abrio, le sonrie — Buen día, disculpe estoy buscando a... — Usted debe ser la Srita Alanis— Me interrumpió, asentí con la cabeza, ella me regaló una pequeña sonrisa y se apartó aún lado para que yo pudiera pasar, me adentré en aquella enorme casa— El señor mando a preparar una recamara para usted, la estábamos esperando, no sabíamos a qué hora llegaria— Me agradaba está mujer parecía agarrar confianza muy rápido. — El no está en este momento?— Pregunte — No señorita, tenía unas cosas que hacer pero dejo órdenes estrictas de hacerla sentir como en casa, seguro llega en cualquier momento — Muchas gracias Ella me hizo seña para que la siguiera así que eso hice, comencé a seguirla y mientras lo hacía no pude evitar mirar toda la casa, realmente era precio
Luego de ver cómo Francisco salía de la habitación dejándome sola para que pudiese leer el documento que me había entregado me senté en la cama. Quería leer todo con detenimiento para poder saber qué es lo que realmente estaba firmando, después de todo no podía confiarme totalmente de él nos habíamos visto una vez. Y aquel contrato mencionaba que no podía mencionar absolutamente nada de lo que habláramos él y yo, no podía estar con nadie más durante estos tres años y medio de matrimonio mínimo que tenía que durar nuestra relación, una vez que él y yo estuviésemos legalmente separado la custodia de nuestro hijo sería compartida, y finalmente una vez que nuestra relación terminara me iba a dar cierta cantidad de dinero para que pudiera empezar. Me sentía cómoda con aquellas cláusulas y especificaciones porque sentía que ambos saldríamos beneficiados yo lo ayudaría mi hijo tendría un buen futuro y una vez que todo esto terminara yo no quedaría en la calle. Me sentía bastante
Tenía que admitir que sentía mis manos temblar, cerré los ojos por un segundo respirando totalmente perfume inhalando todo el aire que mis pulmones pudieran agarrar y luego soltarlo de golpe tratando de relajarme y calmarme. — todo está bien con mi prometida doctora?— preguntó a Francisco y no sé por qué cada palabra que salía de sus labios me aceleraban aún más y no de manera negativa — Algo está mal? — No Francisco nada de eso, de hecho les tengo una muy buena noticia felicidades porque están embarazados Oh por Dios! Realmente no sabía cuánto quería tener este bebé Hasta que supe que había una posibilidad que no lo tuviera dentro de mí. Me sentía con una felicidad extrema por dentro a la vez con muchos nervios porque ahora estaba 100% segura de que un bebé crecía dentro de mí y sentía esa responsabilidad de que tenía que darle lo mejor que pudiera darle y no importa lo que tuvieras que hacer para que él fuese inmensamente feliz y no viviera pero en la cuarta parte de lo que
Francisco Montes La puerta se abrió apenas Alanis salió del despacho y una furiosa Mariana entro, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, lo que me hizo identificar que había estado llorando todo el día, sus labios estaban humedecidos.Quería decir que me sentía mal por ella pero la realidad era que no le había avisado desde el día uno que ella y yo no podríamos ser nada más, no podría justificar ante mi familia como es que había terminado con una chica como ella la cual era hija de mi ama de llaves Quizás en las historias de niños era muy lindo y atractivo ver a la hija de la ama de llaves con el duque pero en la vida real esto no era así, con Alanís podría justificarlo diciendo que era una chica estudiosa que había salido desde abajo. Además la belleza de la que sería mi futura esposa y madre de mi hijo era impresionante esos hermosos ojos grises esa piel blanca y ese cabello negro azabache tenía una belleza que hipnotizaba cualquiera.— Como eres capaz de hacerme esto?!— G
El día había llegado, estaba nerviosa jamás me había imaginado casada con alguien como Francisco. Respiré profundo un par de veces antes de salir de la habitación. Para mi buena suerte sería algo bastante íntimo solo Francisco y yo firmando una especie de contrato y ya porque el verdadero teatro sería una vez que llegáramos a Gran Bretaña. El hecho de que hoy fuera a firmar ese documento se sentía todo muchísimo más real. Salí de la habitación bajé las escaleras con cuidado y caminé directamente hacia el despacho de Francisco puesto que ahí sería la firma nos habíamos tomado un par de fotos temprano para el recuerdo había dicho él delante del fotógrafo pero los dos sabíamos que era para poder demostrar que era cierto y que había sido real más allá del legal. Una vez frente a aquel despacho no hace falta que tocara la puerta puesto que esta se abrió apenas llegué, una Mariana con los ojos algo rojos y con una sonrisa fingida me recibió. — bienvenida señorita espero que a pa