Me adentré a la cafetería emocionada por poder decirle a mi jefe que renunciaba y que no volvería a verlo jamás.
—señor Rodrigo puedo hablar con usted?—pregunté aún tratando de ser educada con él —si ya terminaste de traer a tus amantes a la cafetería ponte a trabajar si no quieres que te despida Amantes? —no hace falta que me despida Señor yo renuncio—me quité el delantal y con todo el gusto del mundo se lo tiré por la cara mientras prácticamente huía de aquel lugar luego de tomar mis cosas podía escuchar cómo me maldecía Y cómo decía lo malagradecida que había sido pero yo solamente corrí de aquel lugar sintiendo mucha felicidad de no tener que volver. Al menos eso esperaba. Quería investigar un poco sobre Francisco pero realmente no quería conocerlo de esa manera quería conocer el verdadero él y no de lo que internet pudiera decir sobre él. Esta vez feliz caminé a la parada y me quedé ahí esperando que el autobús que me llevara de regreso a casa pasara. No pude evitar llevar mis manos a mi vientre sintiendo felicidad de que al menos podría haberlo crecer y podría traerlo a este mundo. No tuve que esperar mucho puesto que no tardó mucho en pasar el autobús me subí una vez más para qué y me senté en mi asiento de siempre que para mi fortuna estaba vacío. Eliminé el número de mi teléfono de la clínica en la que me ayudarían a abortar, debías recoger mis cosas en silencio sin que mis padres se dieran cuenta porque sinceramente no sabría como ellos iban a actuar si me hubieran huir de casa Me bajé en mi parada crucé la calle y entré directamente hacia la casa con mucho cuidado y padre no estaba por ningún lado así que debo admitir que sentí un poco de alivio. Como siempre hacía subirlo más rápido que pude hacer mi habitación, tomé un bolso y comencé a colocar mi ropa dentro mis zapatos y todo lo que fuese mío. La puerta se abrió lo que me hizo quedarme estática. — hija Qué haces aquí Me tranquilicé un poco al saber que era mi madre Me giré y la vi parada en la puerta podía ver los moretones en su rostro e incluso en su brazo, supongo que no había ido a trabajar. Te voy a decirle a mi madre lo que estaba ocurriendo? —me voy a mudar mamá— fui sincera caminé hacia la cama y me senté esperando que ella hiciera lo mismo, no estaba segura si ella iba a entender pero al menos quería que supiera y no se preocupara cuando ya no me viera— encontré un lugar donde vivir y un mejor trabajo— era obvio que estaba mintiendo pero no le diría la verdad, hice unas golpizas que mi padre le diera ella quisiera decirle la verdad para evitar los golpes luego mi padre me buscaba. Ahora lo que yo tenía que hacer era proteger a mi hijo como mi madre jamás me había protegido a mí. — te gusta vivir en este lugar?!— podía oír al sarcasmo en su voz e incluso verlo en su rostro. — encontré uno mejor — y me dejaras aquí con tu padre!— ella se veía ofendida porque yo la estaba dejando pero ella había decidido vivir aquí con él junto a él. — pues irte cuando quieras madre pero al lugar en donde iré solo entro yo porque es muy pequeño Obviamente no la llevaría conmigo sabía lo que mi madre se dedicaba y que jamás iba a dejar su "empleo" quería darle la mejor educación que pudiera mi hijo Y lamentablemente mi madre era una mala influencia para él o ella Amaba demasiado a mi madre pero amaba aún más a mi bebé y no cometería los mismos errores que ella. — tu padre siempre tuvo razón!— dijo mientras se alejaba poco a poco de mí— eres una malagradecida! — grito — lárgate! Lárgate de mi m*****a casa si no te gusta Alanis! No hay duda que fuiste el mayor error que cometí en la vida, traerte a este mundo fue lo peor bien me lo dijo mi madre que tenía que haberte abortado para que mi vida siguiera tal cual como estaba pero no le hice caso y me metí con tu padre solamente para que tú pudieras tener una familia ¿Que? — a esto le llama familia?!— levante molesta ni siquiera sabía de dónde había salido ese pequeño coraje para poder responderle a mi madre— te parece esto una familia realmente! no puedo hacer absolutamente nada apenas y pude terminar el bachillerato y apenas pudo estudiar dos semestres porque yo misma me lo pagué estoy trabajando desde que tengo 6 años y a esto te parece que yo debo agradecerte porque definitivamente sí tuviste que haberme abortado para no pasar por este maldito infierno que me haces pasar cada día— calle cuando una bofetada llegó a mi rostro no sé en qué momento mi madre se acercó tanto para bofetearme pero no me arrepentía de cada palabra que le estaba diciendo. — eres una malagradecida esta m*****a vida la llevo por ti para poder alimentarte O crees que me gusta hacer eso — creo que ya no sabes cómo salir porque tu marido alcohólico te obliga a traer dinero tal cual como me obliga a mí desde que tengo 6 años!— otra vez mi madre Me bofeteó y realmente ni siquiera sé por qué lo hice pero simplemente le devolvía aquella bofetada con tanta ira y con tanto rencor que cargaba encima. Ella se sorprendió apenas mi mano chocó con su rostro yo también estaba sorprendida por mi acto no sabía por qué había hecho eso ella era mi madre a pesar de todo era la mujer que me había dado a luz y aunque había cometido muchos errores nadie le quitaría eso. Si algo estaba seguro era que no la quería en mi vida ni en la vida de mi hijo que jamás le dirías que estaba esperando un bebé mientras más lejos estuviera de ellos era mucho mejor para míTomé un taxi hasta la casa de Francisco no estaba muy segura como iba hacer mi vida de ahora en adelante pero seguro que cualquier cosa era mejor que seguir con esa vida que llevaba. Toqué la puerta, una mujer uniformada me abrio, le sonrie — Buen día, disculpe estoy buscando a... — Usted debe ser la Srita Alanis— Me interrumpió, asentí con la cabeza, ella me regaló una pequeña sonrisa y se apartó aún lado para que yo pudiera pasar, me adentré en aquella enorme casa— El señor mando a preparar una recamara para usted, la estábamos esperando, no sabíamos a qué hora llegaria— Me agradaba está mujer parecía agarrar confianza muy rápido. — El no está en este momento?— Pregunte — No señorita, tenía unas cosas que hacer pero dejo órdenes estrictas de hacerla sentir como en casa, seguro llega en cualquier momento — Muchas gracias Ella me hizo seña para que la siguiera así que eso hice, comencé a seguirla y mientras lo hacía no pude evitar mirar toda la casa, realmente era precio
Luego de ver cómo Francisco salía de la habitación dejándome sola para que pudiese leer el documento que me había entregado me senté en la cama. Quería leer todo con detenimiento para poder saber qué es lo que realmente estaba firmando, después de todo no podía confiarme totalmente de él nos habíamos visto una vez. Y aquel contrato mencionaba que no podía mencionar absolutamente nada de lo que habláramos él y yo, no podía estar con nadie más durante estos tres años y medio de matrimonio mínimo que tenía que durar nuestra relación, una vez que él y yo estuviésemos legalmente separado la custodia de nuestro hijo sería compartida, y finalmente una vez que nuestra relación terminara me iba a dar cierta cantidad de dinero para que pudiera empezar. Me sentía cómoda con aquellas cláusulas y especificaciones porque sentía que ambos saldríamos beneficiados yo lo ayudaría mi hijo tendría un buen futuro y una vez que todo esto terminara yo no quedaría en la calle. Me sentía bastante
Tenía que admitir que sentía mis manos temblar, cerré los ojos por un segundo respirando totalmente perfume inhalando todo el aire que mis pulmones pudieran agarrar y luego soltarlo de golpe tratando de relajarme y calmarme. — todo está bien con mi prometida doctora?— preguntó a Francisco y no sé por qué cada palabra que salía de sus labios me aceleraban aún más y no de manera negativa — Algo está mal? — No Francisco nada de eso, de hecho les tengo una muy buena noticia felicidades porque están embarazados Oh por Dios! Realmente no sabía cuánto quería tener este bebé Hasta que supe que había una posibilidad que no lo tuviera dentro de mí. Me sentía con una felicidad extrema por dentro a la vez con muchos nervios porque ahora estaba 100% segura de que un bebé crecía dentro de mí y sentía esa responsabilidad de que tenía que darle lo mejor que pudiera darle y no importa lo que tuvieras que hacer para que él fuese inmensamente feliz y no viviera pero en la cuarta parte de lo que
Francisco Montes La puerta se abrió apenas Alanis salió del despacho y una furiosa Mariana entro, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, lo que me hizo identificar que había estado llorando todo el día, sus labios estaban humedecidos.Quería decir que me sentía mal por ella pero la realidad era que no le había avisado desde el día uno que ella y yo no podríamos ser nada más, no podría justificar ante mi familia como es que había terminado con una chica como ella la cual era hija de mi ama de llaves Quizás en las historias de niños era muy lindo y atractivo ver a la hija de la ama de llaves con el duque pero en la vida real esto no era así, con Alanís podría justificarlo diciendo que era una chica estudiosa que había salido desde abajo. Además la belleza de la que sería mi futura esposa y madre de mi hijo era impresionante esos hermosos ojos grises esa piel blanca y ese cabello negro azabache tenía una belleza que hipnotizaba cualquiera.— Como eres capaz de hacerme esto?!— G
El día había llegado, estaba nerviosa jamás me había imaginado casada con alguien como Francisco. Respiré profundo un par de veces antes de salir de la habitación. Para mi buena suerte sería algo bastante íntimo solo Francisco y yo firmando una especie de contrato y ya porque el verdadero teatro sería una vez que llegáramos a Gran Bretaña. El hecho de que hoy fuera a firmar ese documento se sentía todo muchísimo más real. Salí de la habitación bajé las escaleras con cuidado y caminé directamente hacia el despacho de Francisco puesto que ahí sería la firma nos habíamos tomado un par de fotos temprano para el recuerdo había dicho él delante del fotógrafo pero los dos sabíamos que era para poder demostrar que era cierto y que había sido real más allá del legal. Una vez frente a aquel despacho no hace falta que tocara la puerta puesto que esta se abrió apenas llegué, una Mariana con los ojos algo rojos y con una sonrisa fingida me recibió. — bienvenida señorita espero que a pa
Días después — Estamos apunto de aterrizar— Me dijo la azafata.Mire a Francisco pero este solo estaba tecleando algunas cosas en la computadora que había traído. Mis nervios cada vez aumentaban aún más No sabía qué hacer ni qué decir ahora que estaba en este país. Había pasado cinco días desde que nos casamos no habíamos hablado mucho desde entonces pero me había mantenido bastante ocupada, tal y como Francisco lo dijo contrató a unas personas para que se encargaran de enseñarme los modales y las reglas de las personas de alta sociedad aquí en Gran Bretaña. Había sido difícil adaptarme un poco me habían explicado algunas costumbres y cómo tenía que saludar. Jamás pensé que conocería un duque mucho menos que yo sería una duquesa si Francisco logra va a tener el título mi hijo sería un duque y yo sería una duquesa. Me sentía nerviosa — todo estará bien— miré a mi lado y pude ver como Francisco me miraba fijamente no sabía cómo descifrar sus expresiones para poder saber más o men
Mira entre mis manos la prueba de embarazo, podía ver como mis manos temblaban, el miedo se apoderaba de mi cuerpo cada vez más, por un segundo pensé en que no debía traer este bebé al mundo No sabía cómo iba a reaccionar su padre y si realmente iba a entender que este bebé es de él, sabía que mis padres iban a reaccionar muy mal.Dónde vivirías si ellos me echan de casa? Cómo podría mantenerlo con mi sueldo? Dónde lo dejaría mientras trabajo? Cómo podría tenerlo en esa casa? No quería que viviera todo lo que yo vivía diariamente. Respiré profundo tratando de tomar valor y luego toqué la puerta frente a mí un par de veces esperando que alguien saliera a abrirme. Para mi buena suerte un hombre con un traje negro y mirada intimidante abrió la puerta, los latidos de mi corazón comenzaron a ser aún más fuerte. — sí?— preguntó.El hombre parecía no tener ninguna emoción.— Buen día vengo a buscar a Francisco— le dije sonando bastante tímida y cohibidaÉl me miró de arriba abajo par
— Alanis!— El grito de mi padre mi hizo sobresaltarme.Los pasos comenzaron a escucharse mientras mi piel se erizaba sabiendo que lo que vendría no era nada bueno. La puerta de la cocina se abrió estrepitosamente golpeando la pared, mi padre se dejó ver sus ojos estaban rojos y sus manos estaban apretados en puños. —discúlpame padre yo no te quise despertar—susurré. Él se acercó a mí y tomó mi brazo.—Lo hiciste —el agarre cada vez se hacía más fuerte me quejo del dolor pero él no paraba de mirarme directamente los ojos mientras seguía apretando aún más su agarre —Y sabes muy bien Alanís que eso tiene consecuencias graves Podía percibir el olor alcohol salir de sus labios. Arrastraba las palabras una clara señal de lo muy ebrio que estaba. — no quieres comer?—traté rápidamente de cambiar la conversación intentando distraerlo—puedo hacerte un sándwich si deseas Y fue ahí donde sentí la primera bofetada en mi mejilla que me hizo girar el rostro, solté todo el aire que no sabía ha