La noche avanzaba conforme a lo planeado, los invitados disfrutaban de la comida y era hora de servir los postres. El chef encargado de los platos principales había salido a recibir las felicitaciones y los aplausos, ciertamente se había lucido. Candy no esperaba nada igual, solo que disfrutaran y quedaran satisfechos. El postre no siempre era bien recibido sobre todo por las damas. Así que su máximo deseo en cuanto al éxito de esa noche era que los de Kendall & Wallace probaran sus creaciones y le llamaran.No podía salir vestida de Chef a buscar a Drake, tenía la esperanza de que podría hacerlo en cuanto todo acabara. Desde su posición cerca de los meseros, vio los carritos con los postres listos para salir. Tragó saliva nerviosa y se apretó las sienes al sentir punzadas debido al estrés. La decoración y presentación jugaban un papel súper importante para lograr el objetivo final: ser comidos.No en vano habían trabajado tanto, se creó la suficiente expectación con la llegada de los
Era tardísimo y él apenas salía. Dos mujeres estarían muy enfadadas si no llegaba a tiempo. Casi corriendo llegó al lugar, estaba lleno, había mucha gente haciendo fila para que su libro fuera firmado. Él tomó el suyo y se acercó, se colocó de tal manera que pudiera ver a la autora del libro, había sido un éxito, por la originalidad de sus recetas, pero sobre todo por su manera de explicar tan sencilla y divertida. Ella sonreía con deleite y observó fascinado como la primera vez el hermoso hoyuelo de su mejilla. Él avanzó sin hacer fila y se le permitió por parte del personal porque todos sabían quién era él. Le guiñó un ojo a la ancianita que iba a poner su libro y acercó el suyo, la mujer le dejó. - Me lo firma por favor. - Claro. – Le dijo ella sin mirarlo como muchas veces lo hacía cuando estaba ocupada y cosa que le volvía loco. Le devolvió el libro y él esbozó una enorme sonrisa al ver la dedicatoria: Hola amor. Honey ha estado un pelín impaciente por que pruebes el
¿Qué pasaría si me pongo enfrente de él y le digo que estoy enamorada? ¿Qué cara pondría? De susto seguramente, o quizás no. Un hombre como él debe estar acostumbrado a esta clase de cosas, a que las mujeres se le pongan enfrente y le suelten estupideces de este tipo, así como así, sin intentar disimular y en su lugar decir algo como: Hola me llamo Candy bonito día ¿verdad? Pero aún así aparecer de la nada o intentar una situación para hablarle no es cosa sencilla, siempre está rodeado de gente, de mujeres y añadamos el hecho de que él sabría enseguida que intento darle conversación solo para estar cerca de él, digo, no soy tan tonta como para creer que soy la primera que lo intentaría. Además, existe la gran cuestión de que nunca me he considerado estúpida ¿A quien quiero engañar? Al menos no lo soy mientras él no está cerca, ya que siempre pasa algo y quedo como tal.Lo peor de todo es que no creo que tenga la menor idea de quien soy. Mi vida sería mucho más sencilla si no le hubier
Chocolate, oh delicioso chocolate. Indispensable para esta receta.Recuerden, el preparar Postres, no se trata de un proceso mecánico, sin vida, menos aún si lleva este enloquecedoramente rico ingrediente.Agréguenle entusiasmo, pasión y sobre todo amor.Nota del libro de postres: Apasionadamente rico, K. Candy. Eres todo un éxito. – Decía Silk mientras devoraba la segunda rebanada de “Pasión oscura” el nombre lo habían acuñado después de comprobar que el pequeño experimento culinario de Candy era delicioso y después de que Candy relatara el bochorno ocurrido y volviera a cocinarlo. De eso ya hacía un tiempo. – Y, dime ¿lo has visto de nuevo?– lo dijo casi gruñendo.Ajá.¿No te rindes verdad?Lo siento por ti. ¿Cómo se supone que lo vería de nuevo? Déjame ver, me presento en el edificio, aguardo a que salga y en cuanto lo vea me tiro en la cara otro pastel previamente hecho para tal fin, con la finalidad de que me reconozca.No es mala idea. – Reflexionó su amiga haciendo que lanza
¿Hay alguien que no ame los pastelillos? ¡Que alce la mano y se atreva a decir semejante mentira!¿La clave para que salgan esponjositos? Paciencia mis queridos lectores, Paciencia. No todo sale bien a la primera y en la mayoría de los casos, ni a la segunda, o la tercera… seamos honestos. Así que repito: PACIENCIA.Apasionadamente rico, K. Candy.Media hora después…No puedo creer que te haya permitido venir. – Refunfuñaba Candy seguida de una demasiado sonriente Silk.Eso es por que eres un dulce de mujer, así como tu nombre. – Silk la seguía llevando varias cajas que contenían los pastelillos.Ver para creer, una famosa diseñadora convertida en repartidora.Todo por los amigos.Eres una cotilla, eso es lo que eres. Me alegraré cuando compruebes que venir aquí es cero emocionante, sobre todo por que Él no siempre aparece.Pues realmente espero que sea uno de esos días que Mr. Chocolate aparezca.¿Mr.… qué?¡Oh, mira! Quizás este sea nuestro día. – Silk caminó rápido y atravesó las
El estrepito de su hermoso cuenco cayendo la hizo volver al presente y corrió hacia la niña que, aunque era una malvada seguía siendo una niña y se había asustado al ver volar los vidrios por todos lados y ver como un pequeño pedacito se encajaba en su mano haciendo correr un débil hilillo de sangre. Soltó chillidos aterrorizantes que asustaron a Candy pensando que había sido algo peor, al examinarla y ver que no era así suspiró de alivio y la llevó a lavar. Mientras le ponía la tirita Honey seguía sollozando.No debiste haber hecho eso. – La respuesta de Honey fue empezar a llorar de nuevo. – Ya, ya… olvídalo. No le diré a tu mamá si aceptas comer solo galletas de vainilla ¿de acuerdo? – La niña asintió con la cabeza aun emitiendo unos cuantos sollozos. - Vamos pues. Nosotras mismas las haremos ¿Qué te parece?Quince minutos después Honey ya no lloraba.Veinte minutos después Honey había descubierto lo divertido que era jugar con la harina.Veintidós minutos después Honey había descu
Por tercera ocasión ¿estás bien? – Silk preguntaba mientras con gran deleite comía fresas bañadas en una salsa de chocolate que de simple no tenía nada gracias a los demás ingredientes de los que no tenía idea cuales eran pero que Candy había puesto allí, y eso era Candy, dulce pero también nada simple y sí algo complicada y para su frustración en esos momentos era misteriosa.¿Qué te hace pensar que no lo estoy?Bueno… - Tenía que admitir que Candy había disimulado bien, la había encontrado algo distraída al llegar, pero se las había arreglado para charlar, pero en cuanto un joven entró y pidió una rebanada de Pasión Oscura, Candy se había puesto roja como un tomate y en lugar de dar lo que le habían pedido había dado al pobre chico una enorme rebanada de tarta de manzana. Al menos el cliente no había protestado después de llevarse la primera cucharada a la boca. Observó a Candy tratando de averiguar que rayos pasaba. Ella era tan tranquila, solo había algo que la ponía totalmente ra
Candy tu situación es preocupante, preocupante… - Silk añadió drama a sus palabras al empezar a golpear su cabeza contra el mostrador.Con eso no lograrás nada, deja prendo el horno. – Dijo Candy con ironía y de inmediato Silk dejó de golpearse.No solo le dijiste que sabía a harina, si no que le detuviste en medio de un beso y encima le reclamas que por que no sabía mejor a chocolate.Simplemente se me escapó.Lo que se te va a escapar es ese hombre si sigues soltando semejantes barbaridades delante de él.No pretendo atraparlo, es más no pretendo verle una vez más en mi vida ¿con que cara lo haría? ¡Ni muerta me atrevo a cruzarme en su camino de nuevo! ¿No tienes nada que decir? – Le increpó a Silk quien había hecho ya toda una habilidad eso de mirarla sin parpadear.Claro, dame otra rebanada de Pasión Oscura, ya que tú lo desprecias, me lo comeré yo aunque sea en su versión de repostería.¡He dicho que no pienso volver a verlo! – Insistió al ver que su amiga no la creía.Si, si… lo