¿Quién era ese? – Fue lo primero que Drake dijo frente a Melissa.Esperaba un hola por lo menos, serás mal educado…¿Quién es? No recuerdo haberlo invitado.Es Mark Callaham, de la famosa empresa pastelera Callaham, único hijo varón de los dueños y también el único agradable, por cierto. ¿Quién va ayudarme con mis maletas? ¿Drake? ¡Drake!¿Cómo rayos se conocen? ¿Y qué hace aquí alguien de esa área? No tiene nada que ver con…¿Con un agradable fin de semana en el campo?No, conmigo. No tiene nada que ver conmigo. – Seguía frunciendo el ceño y devanándose los sesos intentando saber qué hacía allí el tal Callaham.Quizás sí con tu hermano. ¿Podrías por favor hacer que alguien me ayude con las maletas?– Pareció reaccionar al fin a la presencia de Mellisa. – Lo siento. Enseguida te ayudo.¿Tú? ¿No hay empleados?Muy pocos, lo indispensable. – Vio pasar al chofer.Charly ayuda a la señorita a llevar esto ¿quieres? Y ¿Has visto a una de las dos personas que trajiste esta mañana?La señora
Estoy cambiándome Mark. – Habló ella antes que Drake lo hiciera.¿Todo bien? Me pareció oír voces.Es la televisión, voy a tomar una siesta. ¿nos vemos al rato?Por supuesto linda, que descanses. – Y se alejó.¿Linda? ¿te dijo linda?¿Es que acaso no lo soy al menos un poquito? – Preguntó Candy con el ceño fruncido.No me refería a eso, ¿Por qué te trata con tanta familiaridad?¡Por qué lo conozco de años! ¡por eso! Además… - Un momento ¿Por qué daba tantas explicaciones? Pero lo más intrigante era ¿Por qué él las pedía?¿Además...? – Exigió el saber más.¿Por qué tanto interés? – Preguntó ella.¿Por qué no tenerlo? La cena es a las 7 en punto, no llegues tarde. – Dicho eso salió de la habitación y cerró de un portazo dejando a Candy con demasiadas preguntas revoloteando cual mariposas en su mente.No tenía ni un minuto de haberse ido y ella seguía en la misma posición. Silk entró pocos minutos después y la encontró igual, en trance hipnótico.Cielos, el hombre sabe lo que hace. Es un
Eso me dio más sed. Vamos a buscar algo que tomar. – Insistió, estaba que se moría de los nervios. Estaba convencida más a cada momento que lo dicho por Silk eran puras especulaciones descabelladas y que estaba haciendo enormes castillos en el aire. La rubia siendo una probable rival le caía bien y eso indicaba que era más que posible que tuviera algo que ver con Drake. A él le gustaban las mujeres con sentido del humor ¿no? Y el de ella no era precisamente bueno, le acababa de lanzar mermelada y prácticamente corrido de la habitación ¿eso dónde la dejaba a ella? La dejaba como una neurótica y nada más. Drake la vio y ella emprendió la retirada ¿cobarde? ¡Oh sí!¡Oh ahí viene! – Le dijo Silk a la nada. – Luce normal, fresca, desinhibida… – Volteó a su lado al no tener respuesta. - ¡Diablos! – Dijo al ser consciente de la escapada de su amiga.¿Por qué tu amiga te ha dejado sola? – Le dijo Drake a Silk.Tenía sed. – Silk suspiró ruidosamente.Al parecer demasiada. – Bromeó él.No tiene
Probar, probar y probar.Es la clave para que todo al final salga bien.Nada sale perfecto nunca a la primera.Apasionadamente rico. K. Candy.- Nada sale perfecto nunca a la primera….- Decía Silk siguiendo a Candy por toda el área de cocina.- Ajá. – Se limitó Candy a contestar mientras tiraba con todas sus fuerzas una gran cantidad de masa a la mesa.- ¿Es que nos vas a escucharme?- Te estoy escuchando. – Matizó cada una de sus palabras. – Y debo añadir que me has dicho lo mismo desde que volvimos. Me disculparás si es que lo siento repetitivo. –Dijo ironizando.- Él por lo menos tiene derecho a que le dejes dar explicaciones ¿no crees?- Bueno, quizás tengas razón. – Candy volteó hacia su amiga y vio como Silk esbozaba una sonrisa tan grande que temió se le saliera de la cara y para evitar tal cosa remató diciendo.- Por supuesto que debo dejar que me explique porque cuando me puso sobre su cama encontré otra mujer entre las sabanas. – La sonrisa de Si
- No, espera… por favor… ¿Qué tengo que hacer para que me dediques un mísero minuto y me escuches? – Dijo Drake saliendo detrás del escritorio y avanzando hacia ella, instintivamente Candy empezó a ir hacia la salida. – Por favor, creo que merezco por lo menos presentar mi defensa. Explicar que pasó, ni eso me has permitido.- ¿Pero es que hay lugar para explicar algo? A mí me quedó todo muy claro. ¿A ti no Silk?- Pues, es cierto que tiene derecho a explicar ¿no? Y no me habías dicho que había intentado explicarlo todo.- No te entiendo Silk, juro que no te entiendo. Vienes a darle de pastelazos y luego resulta que merece ser escuchado.- Hasta el más miserable criminal tiene derecho a defenderse.- Gracias Silk… creo. Y te he buscado por todos lados y tú simplemente has huido de mí Candy, merezco ser escuchado, por favor… - Le rogó.- Anda, escúchalo. – Pidió Silk y salió de la oficina.- Habrase visto tremenda traidora. – siseó Candy.-
- ¿Estás interesada?- Ni en un millón de años.- Lo sabía. – Rio Mark.Ahí estaba, esa sonrisa brillante, enorme, con el hoyuelo en el lado derecho y dedicada a… ese idiota ¿Qué rayos hacía Mark Callaham riendo con su Candy de esa manera? ¿Por qué la había abrazado? Y más importante aún ¿Por qué ella se lo había permitido? ¿Por qué ella le sonreía? ¿Por qué?Todo mal inicio, no tiene necesariamenteUn mal final.Aun así lo que empieza no tiene por queAcabar.La comida, los postres, el chocolate,Debe ser como el amor, siempre debe haber,En abundancia, sin restricciones… por siempre.Apasionadamente rico. K. Candy.- ¡Señor Kensington! – Le llamó un empleado a lo lejos que corría hacia él.- Demonios. – No quería que nada le distrajera de su nuevo intento por reconquistar a Candy, aun no estaba seguro de si sus planes darían fruto.- Le están buscando. – Dijo el empleado sin aliento al llegar.- Más tarde. – Y se encaminó dispuesto a sacar a Candy
La noche avanzaba conforme a lo planeado, los invitados disfrutaban de la comida y era hora de servir los postres. El chef encargado de los platos principales había salido a recibir las felicitaciones y los aplausos, ciertamente se había lucido. Candy no esperaba nada igual, solo que disfrutaran y quedaran satisfechos. El postre no siempre era bien recibido sobre todo por las damas. Así que su máximo deseo en cuanto al éxito de esa noche era que los de Kendall & Wallace probaran sus creaciones y le llamaran.No podía salir vestida de Chef a buscar a Drake, tenía la esperanza de que podría hacerlo en cuanto todo acabara. Desde su posición cerca de los meseros, vio los carritos con los postres listos para salir. Tragó saliva nerviosa y se apretó las sienes al sentir punzadas debido al estrés. La decoración y presentación jugaban un papel súper importante para lograr el objetivo final: ser comidos.No en vano habían trabajado tanto, se creó la suficiente expectación con la llegada de los
Era tardísimo y él apenas salía. Dos mujeres estarían muy enfadadas si no llegaba a tiempo. Casi corriendo llegó al lugar, estaba lleno, había mucha gente haciendo fila para que su libro fuera firmado. Él tomó el suyo y se acercó, se colocó de tal manera que pudiera ver a la autora del libro, había sido un éxito, por la originalidad de sus recetas, pero sobre todo por su manera de explicar tan sencilla y divertida. Ella sonreía con deleite y observó fascinado como la primera vez el hermoso hoyuelo de su mejilla. Él avanzó sin hacer fila y se le permitió por parte del personal porque todos sabían quién era él. Le guiñó un ojo a la ancianita que iba a poner su libro y acercó el suyo, la mujer le dejó. - Me lo firma por favor. - Claro. – Le dijo ella sin mirarlo como muchas veces lo hacía cuando estaba ocupada y cosa que le volvía loco. Le devolvió el libro y él esbozó una enorme sonrisa al ver la dedicatoria: Hola amor. Honey ha estado un pelín impaciente por que pruebes el