Después del emotivo reencuentro entre padre e hija, Thomas finalmente se dio cuenta de la presencia de Ethan. Frunció ligeramente el ceño, curioso y desconcertado. —¿Y quién es este joven? —preguntó el hombre. Antes de que Ethan pudiera responder, Elsie, intervino con su entusiasmo habitual. —Es mi guapo cuñado, se llama Ethan —dijo con una sonrisa traviesa—. Pronto habrá una boda de lobos. Thomas parpadeó, claramente sorprendido por la noticia. No había esperado que Ylva regresara a casa con alguien, menos con un posible compañero. Sin embargo, intentó mantener la compostura y ser amable, aunque se notaba un aire de reserva en su actitud. —Entiendo… —dijo Thomas, mirando a Ethan—. Bienvenido a nuestra casa, Ethan. Espero que nos tratemos con respeto y amabilidad. Ethan asintió, respondiendo con una sonrisa sincera. —Gracias, señor. Estoy agradecido por su hospitalidad. —Pensé que aún me faltaba mucho para este momento —murmuró Thomas. —Ylva es muy importante para mí, y haré
Al día siguiente, después de una mañana donde la familia pasó momentos agradables, Ylva y Ethan se prepararon para continuar su viaje. Todos los despidieron con abrazos y palabras de aliento, deseándoles lo mejor en el viaje que emprenderían. —Cuídense mucho y no olviden que esta siempre será su casa —dijo Elena, abrazando a Ylva por última vez, no la quería dejar ir. —Lo prometo, mamá —respondió Ylva, sintiendo una punzada de tristeza al despedirse, pero sabía que era necesario ese viaje. Thomas estrechó la mano de Ethan con firmeza.—Cuídala bien, ella es mi todo —dijo, mirándolo con seriedad.—Lo haré, Thomas. Lo prometo —respondió Ethan con convicción.—¿Prometes volver pronto? —preguntó Elsie con algunas lágrimas en sus ojos. —Lo prometo, mi niña —respondió Ylva dándole un abrazo.—Solo te pido que no te olvides de nosotros —dijo el hermano de Ylva. —Niño tonto, ¿cómo crees que eso pasará? —Te quiero loca —dijo el joven dándole otro abrazo. —Yo también los quiero. Finalme
La chica se bajó de Ethan con una expresión divertida y se acercó a Ylva, mirándola fijamente, mientras cruzaba sus brazos. —No sabía que venías acompañado —dijo con una sonrisa traviesa.—Aria, compórtate —dijo Ethan con voz de reprimenda. Luego miró a Ylva y añadió:—Ylva, ella ya lo sabía. Te presento a esta mocosa, es mi hermana, Aria.Ylva sintió cómo sus celos disminuían instantáneamente. Una ola de alivio y un poco de vergüenza la invadieron al darse cuenta de su malentendido.—Oh, ya veo —dijo, esbozando una sonrisa tímida—. Es un placer conocerte, Aria.Aria rio suavemente y extendió sus brazos, envolviendo a la joven en un abrazo. —Es un placer conocerte también, querida cuñada. Ethan me ha hablado mucho de ti, pero se ha quedado corto con las palabras, porque eres más hermosa de lo que imaginé —respondió ella. Ylva correspondió al abrazo que le dio Aria, luego ella los invitó a pasar a la cabaña, donde el calor acogedor contrastaba con el frío invernal del exterior. Mie
Mientras caminaban por el bosque, Ylva, trataba de procesar lo que había escuchado “hada”, se detuvo con una mezcla de asombro y sarcasmo en sus ojos.—¿Hadas? ¿Me van a decir que Tinkerbell existe? —dijo en tono irónico, cruzándose de brazos.—Claro que existe —dijo, con una sonrisa divertida.—¿Hablas en serio? —Ylva no podía creerlo.—Bueno, técnicamente, Tinkerbell no existe, ya que es un personaje creado por humanos que tienen la creencia de los multiversos. Pero, eso sí, las hadas existen, y son mucho más impresionantes de lo que podrías imaginar.Ylva parpadeó, claramente desconcertada, antes de fruncir el ceño.—¿Qué? No me digas que también existen todos esos personajes de las historietas y la televisión —dijo, tratando de procesar la idea.—Para un humano, ese es un mundo de fantasía, algo difícil de creer o aceptar. Pero la realidad es que todos existen. Las historias de hadas, hombres lobos, cambia formas, elfos… todo tiene una base real —dijo Ethan. —Una vez lo dijiste,
Al traspasar la barrera, sus ojos se abrieron de par en par al ver cómo el paisaje cambiaba de forma instantánea.Lo que antes era un bosque invernal, cubierto de nieve y envuelto en el frío silencioso, ahora era un hermoso paraíso.—Wow, esto es… es… hermoso —dijo Ylva extasiada.Los árboles estaban cubiertos de hojas verdes y flores de colores que parecían susurrar entre sí. Un cálido sol iluminaba todo el lugar, haciendo que pequeños rayos de luz bailaran sobre el suelo alfombrado de hierba fresca y flores silvestres. El aire era dulce, cargado con el aroma de flores y tierra húmeda, completamente opuesto al fresco y helado aire que había quedado atrás.Había un suave sonido de agua corriendo, probablemente de un riachuelo cercano, y el canto de aves llenaba el aire. Era como si hubiera entrado en otro mundo, un lugar donde la primavera nunca terminaba, un refugio eterno para la vida.—Esto… esto es increíble —murmuró Ylva, incapaz de apartar la mirada del escenario.—Bienvenida al
—Antes de que emprendan su viaje, ¿por qué no tomamos un poco de té? Les ayudará a relajarse y descansar un poco —dijo Elowen con una sonrisa.—Está bien —Ylva y Ethan asintieron mientras se sientan.Mientras Elowen se movía con la gracia de una anfitriona, Maris levantó una mano y con suaves movimientos hizo que las hojas de los árboles cercanos que estaban en el suelo comenzaron a moverse, doblándose y girando como si tuvieran vida propia. En cuestión de segundos, las hojas formaron pequeñas bandejas que llevaban delicadas tazas y una tetera con té humeante. Las hojas flotaron hasta cada uno de ellos, sirviendo el té con precisión y elegancia.Ylva observó toda la escena, completamente anonadada, sin apartar los ojos del espectáculo.Maris, notando su expresión, arqueó una ceja con diversión mientras se sentaba tranquilamente. Hacía mucho tiempo que no tenían un visitante que se asombrara de todo lo que pueden hacer. —¿Aún estás sorprendida? —preguntó, con una sonrisa que delataba
Elowen, con una mirada cargada de calidez, observó a Ylva y Ethan mientras se preparaban para partir.—Me hubiera gustado compartir más tiempo con ustedes —dijo, su voz suave pero sincera.Ylva sonrió con amabilidad y asintió.—Esto no es un adiós, es un hasta luego, porque volveremos. Ha sido un verdadero placer conocerlas a ti y a tus hermanas —respondió.Luego Elowen, les indicó que la siguieran. Los condujo hacia dos árboles imponentes, cuya corteza estaba adornada con un misterioso círculo dorado que brillaba tenuemente, como si fuera un portal escondido. El aire alrededor de ellos se sentía más denso, lleno de una energía mágica que hacía que todo pareciera más vivo.Ylva, aún asombrada por todo lo que estaba descubriendo, no pudo evitar mirar a Ethan con cierta confusión.—¿Y por qué no ir directamente a Lycandar? —preguntó, ladeando la cabeza—. ¿O es que quieres mostrarme a propósito cada criatura mítica que existe?Ethan soltó una pequeña risa, entre divertido y resignado.—N
Ylva seguía absorta, sintiendo una conexión que parecía unirla a esa tierra, cuando una voz clara y melodiosa rompió su concentración.—Bienvenidos a Arvandor. La reina los espera —dijo una Elfa que apareció frente a ellos.Su cabello negro, largo y liso, caía como un manto hasta su cintura, enmarcando un rostro sereno y elegante. Sus ojos eran de un tono verde, que parecían captar cada detalle. Vestía una túnica sencilla pero hermosa, que brillaba ligeramente al moverse.La Elfa los guio hacia el palacio, y al entrar, Ylva quedó aún más maravillada. El interior era un espectáculo inimaginable. Las paredes del gran salón estaban formadas por árboles antiguos, cuyos troncos curvados y entrelazados creaban arcos naturales que se alzaban hasta lo alto.El trono de los Reyes Elfos se encontraba al final del salón, elevado sobre una plataforma hecha de cristal puro que parecía fluir como agua congelada en el tiempo. El trono mismo era impresionante. Ylva no pudo evitar detenerse para abso