Contrato

Una vez Erick ha salido casi corriendo de la oficina, Maximiliano aún no se puede volver a concentrar en su trabajo, toma su celular y lo suelta una y otra vez, sin saber si marcar ese número o no hacerlo, en los dos años de matrimonio con Sofia, jamás la ha llamado directamente, ahora duda si ese todavía es su número de teléfono.

De hecho, hasta ese momento nunca había visto mayor problema, desde que se casaron ambos sabían que era por un contrato, algo que sus familias habían pactado con anterioridad, así que no veía el por qué tendría que tomarse enserio su matrimonio además recuerda muy bien su conversación luego de la boda.

-       Mañana asignare seguridad para ti, desde ahora eres la señora Montenegro. – Menciona con indiferencia Maximiliano en la sala de su nuevo hogar, donde Sofia tomaba su café tranquilamente para responder.

 

-       No es necesario que uses tu seguridad, yo tengo la mía, así que no tienes que preocuparte de eso, simplemente no nos involucremos en la vida del otro, una vez pasen los dos años del contrato nos divorciamos y asunto terminado, lamento mucho que por mi situación hayas tenido que hacer este sacrificio, pero después de todo no es tan difícil, parece que te enojaste por nada. – Expone Sofia con calma, para retirarse de allí, ella era consciente de lo molesto que estaba Maximiliano con el matrimonio, hasta amenazo con renunciar a la empresa, pero al final su abuelo lo convenció de acceder era una promesa que él había hecho en su momento, así que a Maximiliano no le quedó más remedio que aceptar.

 

Todavía recordaba la plática con su abuelo.

-       Abuelo, sabes que no quiero casarme, ahora estoy totalmente enfocado en el crecimiento de la empresa, pronto lanzaremos un gran megaproyecto que necesita toda mi atención, no es momento para un matrimonio. – Intenta explicar sus razones Maximiliano, pero entonces su abuelo suspira y se sienta.

 

-       Max te entiendo, pero no podrías hacerlo por mí, te lo pido como un favor muy especial, mi gran amigo acaba de morir, sabes todo lo que le debemos a Patricio Villareal. – Recuerda con tristeza Sebastián pues su amigo de toda la vida acaba de morir aquel que en su peor momento donde creyó que sería el fin de su amada empresa le tendió la mano sin dudar, sin importarle que él también podría perderlo todo, gracias al cielo no fue así y gracias a eso sus empresas se convirtieron en las más grandes del país.

 

Maximiliano que conocía la historia. Además, que conocía a Patricio al que el también llamaba abuelo pues sus familias eran amigas de toda la vida sintió que estaba siendo muy testarudo, pero él tenía una razón en su corazón de porque rechazar este matrimonio, sin embargo, al escuchar lo siguiente que dijo su abuelo su determinación comenzó a disminuir.

 

-       Lo único que puedo hacer por él ahora es cuidar y apoyar a mi niña Sofia, pensé que ustedes eran amigos, de niños se llevaban muy bien. – Comenta con cariño Sebastián.

 

-       Si abuelo, pero ya crecimos y el hecho de que hayamos sido amigos de pequeños no significa que debamos casarnos. – Refuta Maximiliano. – Además no podemos ayudarla sin necesidad de casarnos. – Añade algo frustrado, pues no es que no quiera ayudar a Sofia, el más que nadie quiere lo mejor para ella, que sea completamente feliz mucho más ahora que su abuelo acaba de morir, unos años después de que un trágico accidente les quitara a sus padres.

 

-       Un matrimonio le daría a Sofia todo el respaldo de los Montenegro además como vicepresidenta de corporación Montenegro, podrá adquirir toda la experiencia suficiente para tomar las riendas de Industrias Villareal en su momento, mientras tanto también nos da toda la libertad para tomar el control y evitar que su tío Fausto sea quien lo haga.  – Explica Sebastián, mientras Maximiliano suspira, al parecer no tiene otra opción si quieren ayudar a Sofia, así que sin más que decir solo accede.

 

-       Está bien abuelo, lo haremos como dices. – Se compromete.

 

Una sonrisa sincera se apodera de los labios de Sebastián, primero porque va a poder cumplir su promesa a su amiga, además de que va a poder ayudar a Sofia a la que adora como si fuese su nieta de verdad y sobre todo siente que ese matrimonio podría traer sorpresas inesperadas.

 

-       Te lo agradezco mucho hijo, te prometo que solo serán dos años ese es tiempo suficiente para tener todo bajo control y que Sofia pueda tomar lo que le pertenece, claro que me harían muy feliz si convierten el matrimonio en algo real. – Comenta Sebastián con ilusión.

 

-       Eso no es posible abuelo. – Declara Maximiliano con seguridad, pero Sebastián puede ver una sombra de tristeza que pasa por los ojos de su nieto, pero siente que no es momento de preguntar de todas formas quedo conforme con que el haya aceptado, así es como el contrato y también el matrimonio tuvo lugar.

 

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