Divorcio

Maximiliano ya no pudo concentrarse nuevamente así que se fua a su casa para ver qué era lo que había pasado y si alguien sabía exactamente que estaba haciendo Sofia.

-       Buenas noches señor. – Salida Martha una vez Maximiliano entro a la villa.

 

-       Buenas noches Martha, ¿la señora? – Pregunta aun sabiendo la respuesta.

 

-       Señor como le informe a Erick, la señora dejo la villa esta mañana, no se preocupe ella dejo ordenes específicas para que todo siga marchando si tiene alguna nueva indicación espero me la haga saber. – Maximiliano no entendía nada o más bien no quería entender.

 

-       ¿Dejo dicho algo antes de irse? – Pregunta Maximiliano con seriedad, algo que sorprende a Martha, ya que el nunca preguntaba por nada que tuviera que ver con la señora o la casa, de hecho, Maximiliano parecía un fantasma de la villa, solo llegaba a comer y dormir, nunca decía nada y era normal, Sofia se encargaba de que no le faltara nada y que todo fuera a su total gusto por lo que él no tendría queja de nada.

 

-       No señor, nada. – Respondió dudosa Martha.

 

-       Está bien, en cuanto llegue Erick indícale que estoy en el despacho. – Ordeno Maximiliano y se encerró en su despacho, quería seguir trabajando, mientras Erick llegaba con la información que le pidió, pero le fue imposible así que fue un gran alivio para el cuando alguien toco la puerta del despacho y este era justamente Erick.

 

-       Buenas noches señor, disculpe la demo…. – Pero Maximiliano no estaba de humor para protocolos sin sentido, así que se fue directamente a lo importante.

 

-       ¿Dónde está?, ¿Pudiste hablar con la señora? – Pregunta Rápidamente.

 

Erick quería que se lo tragara la tierra, pues efectivamente ya sabe dónde está la señora, pero lo otro está seguro que no son buenas noticias para su jefe, pues, aunque la situación parece de alguna forma buena, el lleva años trabajando con Maximiliano y se puede decir que lo conoce bastante bien.

-       Jefe, la señora en este momento está en casa de la señorita Valentina Hernández, y justamente fue ella quien me entrego estos documentos para que usted los revise y los firme. – Informa Erick en voz baja, Maximiliano lo mira con el ceño fruncido sin entender muy bien, que documentos podría tener Valentina que necesitaran su firma, así que toma el sobre y al sacar los documentos casi siente que le atraviesan un cuchillo cuando lee la palabra DIVORCIO.

 

-       ¿Qué significa esto? – Grita Maximiliano saliéndose completamente de sus casillas, tal grito se escuchó por toda la casa y todos se asustaron, su jefe jamás grita, en realidad ni siquiera Erick lo había escuchado gritar más de tres o cuatro veces en años.

 

-       Bueno, jefe las palabras de la señorita Valentina fueron sencillas, solo dijo que faltaba su firma y ella se encargaría de lo demás ya que entendía que usted era un hombre ocupado, por lo que lo mejor era hacer del asunto algo práctico. – Informa con calma como pensando cada palabra antes de decirla y desatar más la furia de su jefe, que para el debería empezar a preguntarse, ¿el porqué de tal reacción, si según el mismo hasta ahora nunca se ha interesado por nada de lo que tenga que ver con la señora,

 

Pero Erick más que nadie ha sido testigo de la realidad, solo que espera que si jefe se dé cuenta por sí mismo y ojalá antes de que sea demasiado tarde si no es que ya lo es.

Maximiliano no sabe exactamente como se está sintiendo en este momento, lo que es claro es que no es para nada bien y antes de ser totalmente consiente de sus movimientos ha sacado su celular y por primera vez en años marcado el número de su esposa, quien al otro lado de la línea se ha quedado en blanco al ver el nombre en la pantalla de su teléfono, pero que obligándose a salir de su shock contesta la llamada.

-       Hola. – Dice tranquilamente con el teléfono en altavoz.

 

Una vez respondida la llamada Maximiliano se ha quedado sin palabras, ¿Por qué la llamo?, ¿Qué quería decirle?, eran las preguntas que rondaban su cabeza, pero fue sacado de allí al escuchar nuevamente la voz de Sofia con un tono un poco más alto.

-       Hola, ¿acaso te has equivocado de numero? – Pregunta Sofia con un pequeño toque de reproché.

 

-       Claro que no, ¿me crees tan estúpido? – Responde Maximiliano sin saber que más decir.

 

-       Bueno, no del todo, pero te has dado cuenta que me estas llamando, nunca lo has hecho, ¿sucede algo? – Pregunta Sofia mostrándose indiferente, lo que logra poner furioso a Maximiliano.

 

-       ¿Qué si ha pasado algo?, ¿me lo estas preguntas en serio?, - Cuestiona Maximiliano con unos tonos más altos de lo normal, exaltando a Sofia que jamás lo ha escuchado tan alterado. – No tendré que decirte que el día de hoy mi esposa, la señora Montenegro ha abandonado su casa y también a su marido. – Agrega Maximiliano rechinando sus dientes de coraje.

 

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