ANNE Grito como nunca en mi vida he gritado, el terror es cien veces más cuando veo caer a Ayrton al césped. Jackson me agarra con un brazo de mi cintura y me levanta del suelo para subirme al helicóptero. — ¡MI PADRE! ¡AYRTON! ¡NOO! ¡NO! ¡NO! ¡Maldita seas Jackson! ¡No!—mientras me sostiene, siento como la sangre se desliza por mis piernas. Niego asustada. —No… No… No… Me sube y Jackson baja la mirada a mis piernas, se pone pálido al ver que es sangre. Levanta su mirada de alarma hacia mí, siento que todo me da vueltas, todo empieza a verse borroso, caigo casi desmayada hacia él que aún no se sube al helicóptero. — ¡No, no! ¡Anny! ¡Despierta!—un disparo llega. Siento como caemos al césped, yo sobre su pecho y cuando levanto la mirada, Jackson mira hacia el cielo. Tose y la sangre empieza a escurrirse por la orilla de su labio. Intento bajarme de él, pero su mano me agarra de mi brazo, siento que todo me da vueltas con más fuerza. —Anny…—un susurro sale de él, cuando levanto la mi
❖❖❖CINCO AÑOS DESPUÉS❖❖❖ —Luego Caperucita roja le pregunta: «Abuelita, ¿Por qué tienes los ojos tan grandes?» y la abuelita le contesta: «Para verte mejor, Caperucita»—estoy de pie observando como Anne-Lise lee el cuento a los trillizos. Ellos ríen por su pésima imitación del lobo feroz. Son míos, siempre fueron míos. Mis cuentas habían sido exactas. Había quedado embarazada esa misma noche cuando no tomó la pastilla anticonceptiva, pero al día siguiente empezó a tomar las del dolor, esas falsas… Cuando solté mi confesión acerca de lo que había hecho, ella negó en silencio, y al final dijo: «El día que encontré a Seraphine, algo en mí, brotó. Y me había propuesto prepararme para el camino de la maternidad, pero han llegado antes» Semanas después de descifrar lo de las cámaras de seguridad de ese día cuando Jackson había entrado, encontramos solo cuando le hizo sus moretes en el cuello y de ahí nada. La acercó a la cocina y la dejó desmayada. Eso fue nuestra respuesta. Nunca abusó d
ANNE Han pasado muchos años desde ese evento trágico en nuestras vidas. Intento despabilarme y concentrarme en el hombre joven frente a mí. Mis dedos temblaban cuando terminé de acomodar la pajarita a Oliver. No quise levantar la mirada para evitar que notara mis próximas lágrimas a derramar. Sentí como su pulgar acarició mi mejilla, mi labio inferior tembló. —No madre, no llores. —¿Cómo le pides a tu madre que no llore cuando está a punto de ver a su hijo casarse? —la primera lágrima cayó. Él la atrapó, la limpió y besó mi frente. Lo abracé dejando mi rostro en su pecho. —Te amo, madre. Pero el hecho que me case no quiere decir que dejaré de tener a mi madre. Hemos comprado la casa de los abuelos. Estaremos a dos cuadras de distancia. —No es la misma. Pero sigue en pie para que se muden con nosotros, esta casa es demasiado grande para tu padre y para mí. —Samantha regresará de su internado luego Constanza de su intercambio en Canadá. —Samantha también está comprometida y pront
ANNE La voz de la azafata nos indica que pronto tocaremos suelo en la pista Heathrow en Londres. Me retiro el antifaz de descanso y me acomodo en mi lugar. Los nervios me invaden completamente, ya que hace años que no he regresado a casa, diez años para ser exactos. Mis padres siempre volaban a España a visitarme mientras cursaba mi carrera y eso lo agradecía infinitamente, pero hoy estoy de regreso y arrastrando mi pasado conmigo misma dentro de una maleta: «Ayrton Goldman» Cierro los ojos irritada, tengo que alejar esos pensamientos y rápido. No tengo que regresar a ese sitio escondido dentro mi mente para torturarme, ya no. Ahora tengo a mi lado a Jackson Duncan quien viaja constante a Francia para visitarme, pasar tiempo juntos como cualquier noviazgo, inclusive en uno de esos viajes que hizo él, me propuso ser novios y acepté, pensando que tengo derecho a ser feliz, como lo estaba siendo Ayrton con alguna americana en algún sitio de Los Ángeles. — ¡¿Dónde estás?!—la voz de mi
AYRTON La mujer castaña desaparece de mi vista, no pude evitar no ver su trasero redondo en esos pantalones, me ha pillado observándola, pero no me importa, me apuro, abro él porta equipajes de mi Bentley y saco una bolsa deportiva, busco el cierre interior donde se encuentra lo que busco. «Preservativos» En el edificio se encontraba mi ligue esperando desnuda en la cama, lista para satisfacerme. Aun con la mano en el porta equipajes, miro pensativo el edificio. Esos ojos azules de la mujer castaña, habían provocado que mis pensamientos que estaban enterrados salieran a la luz. Un pasado que me había causado dolor, e inclusive la mujer de quien me había enamorado aparecía de nuevo en mi mente: Su larga melena rubia moviéndose de un lado a otro, sus labios rosas, su piel pálida, su sonrisa y su baja estatura, o solo yo era yo que empezaba a estirarme. Pero eso de saber que me había enamorado, solo lo supe cuándo ella se había largado a Francia sin despedirse de mí. Y claro, no podía
ANNE Estoy completamente en shock. El hombre que tengo frente a mí, es el mismo Ayrton Goldman. Es la segunda vez que tropiezo con él. El corazón está a punto de salirse de mi pecho. Pero por un momento, mi mente recapitula el pasado frente a mí. Parece ser que Ayrton estaba en las mismas. La única reacción que tuvo, fue extender su mano para ayudarme a levantarme del suelo, observo el gesto y automáticamente me niego. Yo misma me levanto con cuidado y empiezo a recoger los restos de platos rotos del suelo. Ayrton aun con la mano extendida, escucho que suelta un suspiro de irritación. —Te ayudo. Yo no digo nada, sigo rejuntando con cuidado de no cortarme, tendré que bajar por otra botella de vino y poner el resto en la basura. — ¿Cuándo has llegado? — pregunta Ayrton, pero de repente pone ese gesto en su rostro, como si se preguntara de donde mierdas ha salido eso. —Hoy. Fue lo único que pude decir. Los sentimientos comenzaron arremolinarse dentro de mí. Si no fuese por lo que oc
“Anne-Lise se abrazaba con fuerzas al cuerpo de Jackson. El aire fresco de la recién lluvia los golpeaba. Cerró los ojos y se dejó llevar. Sintió una caricia en su mano.«Jackson.»Sonrió con sus mejillas recargadas en la espalda de él. El plan, irían a la casa de la playa. Tendrían su primera noche, perdería su virginidad con el hombre que quería. Jackson siempre le había dado su espacio. Siempre le hacía sentir especial. Él realmente la amaba, como nunca había amado a alguien. Era la primera y única mujer en su vida. Era su mejor amiga, consejera, novia y podría decir que en un futuro no muy lejano… Su mujer. Su esposa. La madre de sus hijos.Jackson apretaba con fuerza sus manos a las manijas de la moto, el ver a Ayrton había abierto viejas heridas. La inseguridad lo consumía lentamente. Sabía que él seguía enamorado de ella, en sus ojos podía verlo. En como quería protegerla. Pero Jack había perseverado. Fue constante, y el viajar a Francia, era un plus para él para con Anne-Lise.
ANNE Los recuerdos de Jackson pasaban una y otra vez dentro de mi cabeza. Su gran sonrisa, su tic nervioso, las noches que platicaba con él, cuando reíamos de sus chistes, sus sueños, metas y el futuro soñado que quería a mi lado. Pero no sucedería. «No dejes de sonreír, por nadie, ni por mí» En mi propia oscuridad podía alcanzar a escuchar a mí alrededor. No entendía nada… ¿Dónde estaba? —… Pero está bien, salió de estado crítico, estará en cuidados intensivos por 48 horas. Y se permitirá solo una persona en la habitación—una voz informaba. —Gracias, doctor. Quédate tu amor, yo iré a casa a bañarme, e intentaré de convencer a Ayrton que me acompañe—es la voz de mi padre. —Sí amor, convéncelo. Pobre, parece un zombi sentado afuera, dale las buenas noticias y llévatelo a casa, que coma algo y se bañe—es la voz angustiada de mi madre. —Constanza y Alfred, regresarán por la tarde—dice mi padre. Siento un beso en mi frente. Después se escucha la puerta cerrarse, luego el toque cálid