ANNE
Los recuerdos de Jackson pasaban una y otra vez dentro de mi cabeza. Su gran sonrisa, su tic nervioso, las noches que platicaba con él, cuando reíamos de sus chistes, sus sueños, metas y el futuro soñado que quería a mi lado. Pero no sucedería.
«No dejes de sonreír, por nadie, ni por mí»
En mi propia oscuridad podía alcanzar a escuchar a mí alrededor. No entendía nada… ¿Dónde estaba?
—… Pero está bien, salió de estado crítico, estará en cuidados intensivos por 48 horas. Y se permitirá solo una persona en la habitación—una voz informaba.
—Gracias, doctor. Quédate tu amor, yo iré a casa a bañarme, e intentaré de convencer a Ayrton que me acompañe—es la voz de mi padre.
—Sí amor, convéncelo. Pobre, parece un zombi sentado afuera, dale las buenas noticias y llévatelo a casa, que coma algo y se bañe—es la voz angustiada de mi madre.
—Constanza y Alfred, regresarán por la tarde—dice mi padre. Siento un beso en mi frente. Después se escucha la puerta cerrarse, luego el toque cálido de mi madre, acaricia mi frente.
—Mi niña. Ya estás fuera de peligro, tienes que seguir recuperándote. Tienes que…—su voz se corta por un sollozo ahogado—Siento lo de Jackson. Sus padres han venido todos los días a visitarte. Yo sé qué… Tú descansa cariño.
La oscuridad me abraza y me pierdo en un sueño pesado.
***
—Si solo hubiese detenido que se fueran en esa moto…—es la voz de Ayrton—Mi ex mejor amigo no estuviera muerto, y tú no estuvieras postrada en esta m*****a cama.
Se hizo el silencio, siento un apretón en mi mano y luego un dedo deslizarse en forma de caricia. Una caricia familiar cuando Ayrton estaba nervioso o ansioso. Tomaba el dedo índice y tocaba mi brazo de arriba y después hacia abajo.
—Aún tienes mucho que dar Anne-Lise, tienes que recuperarte, seguir volviéndome loco, como siempre lo has hecho, tú y tu sonrisa con esos hoyuelos que se te forman, tienen que regresar. Sé que será difícil cuando despiertes, pero eres fuerte. Dios te ha dado una segunda oportunidad, no la vas a desperdiciar. Si no hubieses llevado el casco de protección… ¡MALDITA SEA! ¡¿Por qué siempre tienes que ser terca? ¡Te lo dije! «¡Bájate de esa moto!» Pero no…—grita furioso.
El dolor se intensifica por su tono alto que llega como un zumbido a mi cabeza y empieza una punzada cargada de dolor apenas soportable.
—Ouch…—digo al sentir esa punzada por segunda vez.
—¿Anny? ¿Anny?—su voz está cargada de sorpresa y alivio.
—¿Puedes… puedes… dejar…? De… gritar…?—digo intentando abrir los ojos, estaba oscuro, salvó la lámpara empotrada en una luz tenue que apenas iluminaba la habitación.
—¡Bendito Dios! ¡Enfermera! ¡Enfermera!—sale de la habitación azotando la puerta y haciéndome maldecir unas cuantas palabras dentro de mi mente.
Cierro mis ojos de nuevo por el cansancio, tenía dolor por todas partes.
***Después de varias horas, revisaron todos mis signos vitales, hicieron pruebas obligatorias y se estaba marchando el doctor junto con las dos enfermeras. Ayrton entra después de mis padres quienes lloraron por un largo rato en silencio, llenándome de besos y caricias. Ayrton insiste en cuidar de mí esta noche, para que pudieran descansar los demás.
Abro los ojos al rato y lo encuentro en el sillón. No dejaba de quitarme la mirada.
—¿Q-Q-Qué?—pregunto curiosa con un poco de dolor en el pecho.
—Nada—contesta.
—¿P-Por qué me miras a-así?—pregunto empezando a irritar que el dolor de mi garganta no me dejara hablar bien.
—¿Sabes? Aun jodida, te ves bonita—abro los ojos de la sorpresa a sus palabras.
—G-Gracias, no i-iba a poder d-dormir…—intento sonar sarcástica. Después de un silencio agradable entre los dos, mi mirada está centrada en el techo de la habitación. El collarín casi no dejaba moverme del todo. Mi pierna enyesada estaba en un columpio. Me había informado que tenía rota dos costillas, mi hombro se había dislocado, tuve una hemorragia interna muy grave, estuve entre la vida y la muerte y aun en estado crítico. Tenía un poco de dificultad para respirar normal. Pero aún a pesar de todo eso… Estaba viva.
—¿Quieres hablar?—pregunta Ayrton en un tono serio.
—No—corté sin pensar, sabía a donde se dirigía. Y no estaba preparada para ello, realmente no creía que estuviera preparada nunca. Hablar del dolor de ver a Jackson morir delante de mí… no tenía palabras para describirlo. Era mucho más fuerte.
—Tienes que hablarlo para poder curarte. No puedes quedártelo guardado—dijo mientras se cruza de brazos sobre su pecho.
—N-No, N-No… No quiero h-hablar—intento cortar de tajo en un tono seco. Mientras lanzo mi mirada al techo, un pensamiento fugaz del momento en que estaba así, pero viendo el cielo oscuro de la carretera el día del accidente, me hizo cerrar los ojos del pánico que sentí. Las imágenes de esa noche desfilaron ante mí. El rostro de Jackson sobre el pavimento, mi mano intentando alcanzarlo desde mi lugar, el dolor que sentí mientras me arrastraba hacia él, el brillo de sus ojos desvaneciéndose.
Comienzo a convulsionar del llanto como nunca en mi vida lo había hecho. El dolor había empezado a salir y no sabía cómo detenerlo, o inclusive si así algún día podría curarme. Cubro lentamente con mi brazo sano mi rostro y sigo llorando con más fuerza, mi pecho sube y baja bruscamente. Siento como la cama se hunde a mi lado.
Es Ayrton quien se ha sentado con cuidado y su mano con delicadeza me rodea por encima para abrazarme y sin pensarlo dos veces, me escondo en su pecho y cubro mi rostro. Lloro, lloro. Y lloro desconsoladamente. Los espasmos de mi llanto son tan fuertes que me dolía horrible, pero había empezado a sentir una tranquilidad al mismo tiempo.
—Llora. Saca todo lo que tengas dentro, no guardes nada, no dejes nada, Anne-Lise—la voz de Ayrton intenta consolarme. Sigo llorando por una hora, hasta que sin darme cuenta mi fuerte llanto, queda en débiles sollozos, estoy envuelta aún en sus fuertes brazos. —Duerme. Estaré aquí, apoyándote. Eres fuerte Anne-Lise, no te imaginas que tan fuerte eres… Duerme.—y sus palabras llegaron a mí.
Cerré mis ojos y me perdí en un largo sueño…
AYRTON Semanas después…. Abro mis ojos al sentir un pellizco en mi brazo. Me he quedado dormido en el sillón, al darme cuenta de donde estoy, visualizo poco a poco. Es la habitación de Anne-Lise, cuándo levanto mi rostro hacia ella, nuestras miradas se encuentran y ella sonríe débil. — ¿Necesitas algo?—pregunto levantándome de mi lugar bruscamente. A la mejor necesita algo urgente o se siente mal y yo durmiendo. —Calma, estoy bien. Solo quiero pedirte un poco de agua…—me levanto y agarro del mueble una jarra y un vaso, lo lleno y le ayudo a tomar con todo el cuidado del mundo. Lucía hermosa con su cabello castaño rebelde desparramado por todos lados y el color rosáceo en sus mejillas pálidas. Sigue con su collarín, unos hematomas, pequeños raspones en su rostro y cuerpo, su pierna enyesada y una férula en el brazo izquierdo. —Hoy viene el doctor a revisarte, supongo que ya te podrás quitar el collarín y esa férula del brazo—digo en voz baja. Ella solo afirma. Termina de tomar ag
AYRTON Estoy estacionado frente al edificio de ladrillos, observo a la gente pasar, cada quien en su propio mundo. Dudo que se sientan como yo lo estaba en estos momentos. Aprieto el volante con fuerza hasta ver que mis nudillos palidecen. —¡Maldita sea! ¡Sal de mi cabeza!—suelto un puño en el centro del volante haciendo sonar la bocina. Cierro los ojos furiosos. Esto no debe estarme pasando. La imagen de Anne-Lise no abandona mi mente desde que la he dejado cenar sola en su habitación. Su rostro de decepción por no haberme quedado, luego esa indiferencia. ¿Sentía algo por mí? «No Goldman, ella está así por Jack» Maldito idiota, si solo me hubiese hecho caso o usar otro casco extra o mi auto. El sonido de mi móvil me distrae de mis pensamientos, y para mi sorpresa… Anne-Lise. —Goldman—contesto en un tono neutro. —Disculpa, ¿Estás muy ocupado?—su melodiosa voz me hace cerrar los ojos. —Sí, un poco. ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?—preguntando de repente en la opción de que realment
ANNE Me han quitado el collarín y la férula del brazo hace días. Ya puedo estar más cómoda. Ha pasado una semana más que sigo en esta cama y que Ayrton no ha venido desde esa vez que le dije que no era necesario que regresara. Una semana sin escuchar sus gruñidos, sus gestos cuando está leyendo o trabajando. Es extraño sentir nostalgia por eso. Entonces llega a mí un recuerdo. FLASHBACK. (Recuerdo del pasado) FRANCIA, UN AÑO ATRÁS… —¿No lo has notado? ¿En la forma como te miraba o sonreía?—se quejó Jackson mientras hacíamos una videoconferencia. —¿Puedes dejarlo ya? Han pasado años Jackson y desde entonces no nos hemos cruzado. Ayrton hizo su vida y yo la mía. Y yo te elegí a ti, así o más claro—contesto mientras me recostaba en la cama, ajusté la pantalla para verme en el cuadro completo. —¿Y cuándo no esté yo? Él intentará ligar contigo y hará venganza por qué…—se quedó callado. —¿Por qué? Anda, termina lo que ibas a decir…—su rostro cambió por completo, ahora se veía irri
AYRTON Estoy de pie al final de las escaleras esperando a que Anne-Lise baje. Tengo el Bentley de mi padre esperando por nosotros. Me puso a Miko para que nos moviera a donde quisiéramos. Por más que quise negarme a llevar un chaperón, insistió. —Con cuidado bájala, Robert—la voz de mi madrina me hace girarme de mi lugar. Anne-Lise baja en brazos de Robert y algo le decía que este sonreía hasta ponerse rojo como un tomate. Eso me irrita. ¿Qué cosa tiene que estarle diciendo para ponerlo así? Finalmente terminan de bajar. Ella viste un vestido sencillo que cubre sus rodillas y es color oscuro, supongo que es el luto por Jackson. —Lista. ¿Cabe la silla de ruedas en tu auto?—Anne-Lise pregunta irónica. Ha de pensar que la llevaría en mi deportivo. Esperen. —¿Silla de ruedas? No, no, no. Yo te voy a cargar—sus ojos se abren por las palabras que acabo de decir. Mi madrina le sigue el mismo gesto. —¡Ayrton, no puedo entrar a un restaurante lleno de gente contigo cargándome! ¡Es vergo
ANNE —¿Cómo les fue en la cena hija?—mi madre se toma lugar en el sillón de mi lado derecho. Mi mente trabaja rápidamente. No puedo creer que mis padrinos estén pasando por una mala situación. ¿Mis padres sabrán la situación? Miro a mi madre curiosa. —Bien. Madre. ¿Puedo hacerte una pregunta?—ella afirma segura con su hermosa sonrisa en sus labios. —Un amigo cercano tiene un problema. Bueno su… No. No. —sabría que son ellos. M****a. ¿Cómo le pregunto? —¿Qué pasa hija?—su sonrisa se desvanece al ver mi preocupación. —Tengo un problema, tengo un amigo en Francia y sus padres tienen una crisis. Casi bancarrota… Pero nadie sabe. —mi madre no hace ni un gesto, señal que no sospechaba de quien hablo. —Y está buscando… Una solución. Pero descartan en vender, el banco lo sabría y actuaría arrebatando TODO. Y una amiga cerca de él, quiere ayudarlo, pero no sabe cómo. Me ha pedido consejos. Ella también tiene un negocio, igual de importante…—mi madre pone su cara de pensativa—y quiere ayuda
A N N E Estoy totalmente decepcionada, llevo dos días sin salir de la casa por lo frustrada y sumando lo aburrido de cargar con el yeso que no me deja moverme lo suficiente. Ayrton no se ha pasado a visitarme desde hace dos días desde que le propuse que nos casáramos para salvar la empresa de la familia. Recordaba una y otra vez su rostro empapado, la sorpresa y confusión en su mirada. Y su negativa… ¡Dios mío! ¡Quiero estrangularlo! -Hago un movimiento con mis manos fingiendo tomar su cuello en el aire-El solo pensarlo me da rabia. ¡Es para salvar su empresa!—Come—la voz autoritaria suena en toda la estancia. Y me giro hacia la entrada.Es Ayrton.Viste formal, un traje gris que le queda a la perfección. Su rostro muestra seriedad, no muestra ninguna señal de estado de ánimo. Y eso me enfurece—internamente—miro de nuevo hacia la pantalla de la televisión plasma, anuncia un documental aburrido, bajo la mirada a mi plato aún lleno de sopa de verduras. Tuerzo mis labios y levanto la mi
ANNE Me observo detenidamente a través del espejo. Mi vestido negro de encaje, moldea mis curvas. El cabello en un recogido en mi nuca me da un estilo sencillo y elegante. La joyería discreta me recuerda el significado de esta noche. Las marcas del accidente están a punto de desaparecer para siempre. Pero las marcas que tengo en lo más profundo de mi alma… Siempre estarán recordándome esa noche. «Siempre sonríe» Las palabras de Jackson golpean mi realidad. Mi mano acaricia el espejo frente a un rostro imaginario de él. —¡Oh Jackson, te extraño!—las lágrimas amenazan con salir, pero tengo que ser fuerte. Ya ha pasado más del mes del accidente. No tenía que estropear esta noche, ayudaría a Ayrton con la empresa y… «¿Y qué más, Anne-Lise?» Arrugo mi entrecejo intrigada por la dirección a donde me van llevando mis pensamientos. —Es solo un compromiso, una empresa para salvar. Y después me iré a Francia. Un nuevo comienzo. El nudo en la garganta empieza a expandirse rápidamente. Pe
AYRTON —Hola Bro—había llegado Owen a Londres hace cuatro días, está quedándose en casa de mis padres. Sonríe y le regreso una sonrisa a medias. Mi buen humor se ha esfumado desde hace una semana desde que Anne-Lise anunció el compromiso a nuestras familias. Y desde hace una semana que no nos habíamos cruzado, ni un mensaje ni una llamada, pero precisamente hoy, tenemos que vernos. Nuestras madres se están encargando de la boda y todos los preparativos. Y Anne-Lise insiste ahora que tenía que participar o podrían sospechar. —Estoy empezando a dudar de todo esto…—digo en voz baja mientras tomo asiento en el sillón frente a Owen en el despacho de mi padre. —Calma, son los nervios. Además, no puedes negar que te llevas a una hermosa mujer como esposa…—Me guiña el ojo y sonríe más, mi mejor amigo estaba más emocionado que yo. —Una hora más tarde— ****Estamos aún sentados en la sala que se encuentra dentro del despacho, revisamos las cifras que mi padre nos ha entregado para evaluar.