-Creo que mamá anda en algo y debe ser muy chueco y delicioso - fue el saludo de Hanna a su hermana - hace días partió con "sus amigas" - haciendo señas con los dedos como si del otro lado de la línea su hermana pudiera verla - y solo tengo pocos mensajes y todos de what’s app, porque nunca tiene señal para una llamada, ahhhh - suspiró - estoy tan feliz por ella
-Pero Hanna no seas loca, mamá jamás nos ocultaría algo así - contestaba al otro lado su hermana Valeria - si existiera alguien ya lo conoceríamos y antes de cualquier salida juntos ya tendría que saber nuestra opinión - del otro lado solo se escucharon risas
-jajajajajajajajaj Dios de la vida, pero que monja te traumó? acaso mamá no es una mujer hermosa y completamente libre, ya creerás que nos va andar pidiendo permiso para follar, dejémosla vivir y disfrutar de los placeres mundanos - contestaba Hanna
-Tienes una boca muy sucia niñita – reía su hermana- ¿Cuéntame cómo va el proyecto?
-Divinooooo! Estoy muy contenta porque todo se está dando de maravillas, las obras civiles van adelantadas y pronto comenzaremos detalles, el mobiliario ya llega las semanas siguientes y los clientes no pueden estar más felices, ha sido intenso y arduo para cumplir las fechas pactadas, que hasta me alegra que mamá este de viaje porque no hubiera podido ni charlar con ella en estos días – en el fondo Hanna extrañaba tener a su madre cerca para contarle cada día los avances de su obra, pero era cierto el día no alcanzaba estaba de lleno en cumplir cada ítem a cabalidad que sus jornadas se extendían hasta altas horas de la noche. Había montado una pequeña oficina en la casa de los clientes y todo lo manejaba desde allí, cuando no tenía que estar por fuera comprando y visitando proveedores.
Ya tenía claro que necesitaba una oficina real, un estudio de arquitectura y diseño, al cual llamaría como el que tenía su padre, es más esas eran las instalaciones que necesitaba para ella, solo que al partir su padre y acabarse la empresa decidieron arrendarlas y ahora estaba en la espera de los términos para hacer uso nuevamente de esas oficinas. Pero ella se sentía en las nubes aún no tenía acondicionado su estudio y ya estaba desarrollando el primer proyecto. Era de locos, todo lo que estaba pasando y cada vez se sentía mas cercana a su padre, cumpliendo su promesa. Apenas terminara de entregar a sus clientes, dedicaría un tiempo a montar su propio estudio como tanto lo había soñado.
Ya habían pasado 2 semanas, desde que su madre había emprendido el viaje y los últimos días no había tenido mucho contacto con ella, había estado comunicándose con sus hermanos y ellos estaban igual – ¡Joder! No puedo volver ahora por un simple cargador – se desesperó Hanna al darse cuenta de que apenas arrancaba su día laboral y no tenía casi carga, había llegado a casa tan cansada la noche anterior y había conversado largamente con sus hermanos que su celular quedó en rojo. Y aquella conversación era la que la tenía más intranquila, y si su mamá estaba en apuros? Y si estaba con alguien que solo quisiera dañarla? Y si le había pasado algún accidente y no tenían como comunicarse con ella? – Dios y justo hoy que la jornada es larga – murmuraba a nadie, llegaban los muebles, estaban instalando cortinas…. En fin, solo podía calmarse y esperar a llegar a casa, porque ya le había preguntado hasta a los perros del vecino si tenían un cargador de su tipo y no había encontrado nada.
Llegó a su casa un poco más temprano de lo habitual y corrió a cargar su teléfono, apenas logró prenderlo cuando ya estaba cayendo como condorito al encontrar más de 30 llamadas perdidas de un número extraño, su corazón quería salir de su pecho y empezó a sudar frío, todas sus alarmas se dispararon y al devolver la llamada solo contestó un buzón de voz, sin embargo la situación no mejoró las siguientes horas, en las que cada tanto volvía a marcar para encontrarse con la misma respuesta. Lo peor era que estaba sola, desesperada, con los pelos de punta y no era capaz de llamar a angustiar a sus hermanos sin tener nada en concreto, porque para ser sinceros que podrían hacer ellos tan lejos?
Hanna tuvo la peor noche de toda su vida. Fue un duerme vela interminable y angustiante, porque aquel número aún no estaba disponible y ya iban siendo las 4 am, que tanto más podría resistir?, ya decidida a poner una denuncia por la desaparición de su madre, se alistó y justo cuando estaba por salir de su casa aquel número comenzó aparecer en su pantalla.
Aquella mujer movía tanto en las fibras de Jeremy Davis, que no supo como ni porque, había traspasado la línea médico-paciente y había hurgado en lo más profundo de los datos de Salomé hasta encontrar aquel número de uno de sus hijos, el más cercano, para ser específicos la más cercana y responsable directa de todas las autorizaciones y el cuidado de su madre, o más bien el descuido de su madre porque aquella pobre señora siempre había estado completamente sola en cada uno de sus estudios y exámenes, siempre con la misma triste historia del trabajo de su hija y lo ocupada que estaba y no podía ser molestada. Tal vez había sido la recomendación especial que le había hecho el doctor Robinson o que aquella hermosa mujer le recordaba tanto a su madre y la dolorosa manera que la perdió, no le cabía en la cabeza que esa dulce y amorosa señora no estuviera recibiendo de sus hijos toda la atención y el amor posible.Estuvo con ella durante toda la cirugía y luego vigiló cada uno de sus proces
Llegar a la clínica del doctor Robinson no fue problema, conocía el camino de memoria, desde niña sus chequeos médicos siempre eran allá, así que a pesar de que iba como una zombi desaliñada no fue ningún problema llegar, era como estar en automático.Hanna era impecable al vestir, siempre acorde a la situación y esta no era la excepción, sabía que no llevaba el mejor aspecto, no había dormido prácticamente nada la noche anterior y si a eso le sumamos las largas jornadas de trabajo y el desgaste físico de las últimas semanas, en las que poco había comido por estar metida en la obra y en todos los últimos detalles de su proyecto para entregarlo a buen tiempo, el resultado era una Hanna totalmente diferente a la habitual; pero en ese momento no le importaba nada, si no fuera porque ya estaba cambiada muy casualmente para ir a la comisaria a poner una denuncia, sabía que habría salido en pijama y en pantuflas de conejo.-Buen día, donde encuentro a Jeremy Davis – Entró como loca, no sab
Jeremy conocía a la perfección la situación que estaba presentando Hanna en ese momento, pero eso no lo hacía sentirse más tranquilo, todo lo contrario, cada vez se alteraba más al ver que el nivel de azúcar no se normalizaba y Hanna no reaccionaba por más que habían intentado todas las formas médicas. Para ese momento ya estaba en una camilla en el área de observación y canalizada, siendo vigilada y monitoreada no solo por él, sino por todo el equipo médico de la clínica.No pudo evitar detallarla minuciosamente mientras estaba ahí en aquella camilla, su cara era la de una muñeca y su piel blanca con pecas que daban ganas de contar una a una, su cabello en ondas color chocolate a juego con sus ojos, aunque esos no los estaba viendo ahora. Debía tener unos 23 o 24 años, unos 1.68 de estatura aproximadamente y era delgada, pero con un cuerpazo de infarto totalmente definido, con curvas en los lugares correctos.Era hermosa, pero por qué carajos esas eran las más malas y sin corazón?, p
Esto parecía de no creer, Hanna, la que había prometido ser fuerte se había desvanecido en solo un segundo al ver a su madre en cama, totalmente intubada y conectada a muchos aparatos, Jeremy apenas tuvo tiempo de sostenerla y de inmediato llegó un equipo médico que se hizo cargo de la situación. No eran más de las 4 de la tarde y ya Jeremy sentía que le había pasado un tren con carga pesada por encima. Definitivamente las reacciones de Hanna no eran de alguien que conociera la situación, así que poco a poco, fue derrumbando esa pared invisible que había levantado para ella y se prometió desde ese momento tratarla de una manera más cordial y sin reprocharle más nada referente a su madre. Esta vez no fue difícil hacerla reaccionar, le explicó al detalle el estado de Salome y apenas estuvo calmada le permitió ingresar, la vio llorar desconsoladamente y acariciar sus manos, no sabía porque aquel gesto lo conmovía tanto, o si, lo sabía, le recordaba a él años atrás, solo, en una clínica
Hanna y Jeremy habían tenido un día muy agotador, sin embargo, para cuando Hanna llegó a casa, tuvo que enfrentar aquella realidad, su madre estaba enferma y no de vacaciones como les había hecho creer a sus hermanos y a ella. Y ahora tocaba encajar aquel golpe a Valeria y a Robert.Para cuando colgó aquella llamada ya se encontraba un poco más tranquila; decir que no fue duro enfrentarlos y consolarlos, sería una vil mentira, pero gracias a eso también logró desahogarse si aún le quedaba ahogo en el pecho, y definitivamente la unión hacia la fuerza, porque se acostó sabiendo que pronto estaría acompañada en casa y con un frente más sólido brindándole todo el amor a su madre. Esta iba hacer la verdadera terapia emotiva, la familia completa reunida en casa, porque para ellos la prioridad era su madre y aunque estaban dolidos por las decisiones que había tomado de mantenerlos fuera, ellos iban a estar ahí demostrándoles que estaban siempre para ella.-Buen día para todos les traje un de
Hanna estaba dichosa, la casa estaba llena de risas, sus sobrinitos corrían detrás de Coocle la perrita Pomerania de su hermana Valeria, Carlota dormía en sus brazos y ya todos estaban listos para partir hacia la clínica. La familia entera había llegado a visitar a su madre, y no habían dejado a ningún miembro de la familia fuera. Estaba llena de apapachos no solo de sus sobrinos, sino también de sus hermanos y cuñada que no habían dejado de consentirla desde su llegada. Robert había viajado con su esposa e hijos y además había traído de vuelta a un ser muy especial para Hanna, Esperancita la nana de los 3, la amorosa y tierna nana. Robert había hecho su vida y su hogar en Canadá y ni muy corto ni perezoso, se la había ganado como nana de sus hijos y ya llevaba varios años viviendo con él, venía de vez en cuando a visitarlas y pasar temporadas con Hanna y Salomé, igual que hacia con Valería, pero ella era de su consentido niño Robert. El encuentro de todos había sido emotivo y no veí
Hanna abrió los ojos y se encontró, con ese azul de mar que tanto le estaba comenzando a gustar, era una mirada intensa a la que Hanna contesto con una leve sonrisa y esta vez fue ella la que se acercó a su boca y dejó un pequeño beso en ella. Jeremy cerró sus ojos y apoyó su frente en la de Hanna.-Qué me estás haciendo Hanna Smith? – susurró y solo escuchó un pequeño gemido salir de los labios de Hanna – tomaré eso como la respuesta más sexi que me han podido dar – y vio como a Hanna se le iban pintando sus mejillas de rosa intenso – jajajaja eres hermosa – dijo llenando de besos sus cachetes colorados-Jeremy me haces cosquillas – contestaba una risueña Hanna, tratando de zafarse de los brazos y caricias de Jeremy, sin quererlo realmente, se sentía como en otra dimensión estar así con él y a quién quería engañar no quería salir de ahí.-Hanna puedes porfa, pasarme la maleta de mam…. – le hablaba su hermana mientras salía del baño, pero no pudo terminar la frase porque quedó complet
Jeremy había pasado la tarde en una verdadera emergencia cuando 2 pacientes habían presentado código azul en su clínica; tratar de sacarlos de su estado y normalizar la situación había requerido mucho esfuerzo por parte de todo el equipo médico.Finalizando su jornada ya estaba todo bajo control, sin embargo, era solo una excusa, solo una excusa para seguir evitando a Hanna, había sido impulsivo al darle aquel beso, y aunque no se arrepentía jamás de haber probado su dulce boca, era mejor hacerse a un lado, se había dado cuenta de lo bien que lo había recibido, lo que le decía que ella también tenía cierto gusto hacia él, lo había notado en como lo miró al entrar en aquella habitación, en lo nerviosa que se puso al decirle que había querido verlo, en su respuesta a ese beso impulsivo y luego al ella misma buscar sus labios. Hanna era dulce como la miel y se veía tan inocente, que él no podía dañarla, no se lo merecía, realmente no tenía mucho que ofrecer, después de haber desterrado de