Jeremy conocía a la perfección la situación que estaba presentando Hanna en ese momento, pero eso no lo hacía sentirse más tranquilo, todo lo contrario, cada vez se alteraba más al ver que el nivel de azúcar no se normalizaba y Hanna no reaccionaba por más que habían intentado todas las formas médicas. Para ese momento ya estaba en una camilla en el área de observación y canalizada, siendo vigilada y monitoreada no solo por él, sino por todo el equipo médico de la clínica.
No pudo evitar detallarla minuciosamente mientras estaba ahí en aquella camilla, su cara era la de una muñeca y su piel blanca con pecas que daban ganas de contar una a una, su cabello en ondas color chocolate a juego con sus ojos, aunque esos no los estaba viendo ahora. Debía tener unos 23 o 24 años, unos 1.68 de estatura aproximadamente y era delgada, pero con un cuerpazo de infarto totalmente definido, con curvas en los lugares correctos.
Era hermosa, pero por qué carajos esas eran las más malas y sin corazón?, porque solo se podía describir de esa manera a alguien que abandona a su propia madre en una situación como aquella. Sin embargo ahí dormida se veía tierna e inocente, ceñía su frente cada tanto y hacia pucheros, era una locura pero algo en él se moría por acurrucarla y calmar su ansiedad.
– Debes ser una bruja y me estas lanzando un hechizo con tu belleza, pero yo ya estoy graduado en brujas locas como tú - le hablaba Jeremy acariciando su cabello liso.
Se notaba cansada y un poco deshidratada y Jeremy estaba a un paso de desesperarse al ver que no había mejoría. No podría tener tan mala suerte y tener a madre e hija en coma, Dios eso no.
– A cambio de una 2, señor, pero con qué pie me levanté hoy?, Robinson va a colgarme de las pelotas si llega a encontrar este panorama – sabía lo peligrosos que podían ser los bajones de azúcar para una persona, más al ver que pasaban los minutos y no lograban estabilizar el cuadro que acababa de presentar Hanna. Finalmente mandó hacerle varios estudios para descartar que la situación se complicara y para cuando logró salir del área de observación donde la tenían ya se estaban normalizando todos los niveles y los resultados de los estudios no indicaban nada grave, ahora solo estaba profundamente dormida, medio sedada, así que se dedicó a realizar su turno mientras ella se recuperaba y seguían la “conversación “ donde la habían dejado.
Ese si que fue un turno largo, entre sus pacientes, monitorear a Salomé, que hasta el momento se encontraba estable y la recién llegada que ya todos conocían como la bella durmiente, porque había pasado la crisis hacía más de 8 horas y aún no despertaba, todo estaba bien con ella solo dormía y a pesar de la rabia que podría sentir hacia ella, se encontraba más tranquilo con que estuviera bien y cada tanto iba y la chequeaba.
Hanna despertó aturdida, un poco mareada, sin saber si todo aquello había sido una pesadilla, pero no tuvo tanta suerte, cuando logró reconocer el lugar donde estaba sus lágrimas comenzaron a caer a mares y sus gemidos y sollozos se comenzaron a escuchar fuera de la habitación.
-Doctor Jeremy Davis es solicitado en observación - escuchó Jeremy por los altavoces de la clínica y ya venía tropezando con todos a su paso su querida asistente Susana para informarle la urgencia - Doctor la bella durmiente despertó en crisis, no la pueden calmar, por favor venga conmigo que ya todos trataron de hacer algo y ella parece un animal herido, no deja que nadie la toque.
-¿Pero que carajos es lo que estoy pagando yo hoy? Tuve que haberme cogido a una de las angelitas del cielo en mis sueños más calientes de anoche, para merecer este día de locos – y no se equivocaba, la escena era desgarradora, Hanna llorando en un rincón totalmente recogida sobre si misma y apartando a todos con el soporte metálico del suero que le estaban administrando por vía intravenosa – Pero qué m****a? Salgan todos yo me encargo – fueron las palabras firmes de Jeremy. Ya se había desquiciado del todo aquella niña, solo le quedaba seguirle la cuerda mientras estuviera ahí, porque evidentemente ya los gritos y reclamos no iban a solucionar nada – Hanna mírame, por favor mírame – Hanna enfocó su mirada en él, mientras calmaba su catarsis – se que no hemos tenido un buen inicio, pero déjame arreglar eso sí?, soy Jeremy Davis el oncólogo a cargo del proceso de tu madre – extendió su mano y Hanna la tomó – Ven y siéntate aquí en esta silla y hablemos calmadamente de la situación de Salome – dijo intentando levantarla.
Hanna se dejó arrastrar por aquellos brazos y tan pronto estuvo en píe se le hecho encima abrazándolo y llorando con las fuerzas que aún le quedaban, bueno y con los mocos con todos los mocos también, su primer instinto fue alejarla, pero parecía un pulpo y logró sentir su desespero, así que solo hizo lo que le gritaba su corazón, apretarla fuerte y ser su apoyo. Poco a poco Hanna fue calmando los latidos erráticos de su corazón y luego de un par de minutos ya soltaba su amarre. Jeremy se había sentido tan cómodo dándole consuelo, que por extraño que fuera sintió un vacío cuando la vio alejarse, no había parado de acariciar su espalda con movimientos ascendentes y descendentes, decirle frases de consuelo, que realmente lograron su objetivo.
-Lo siento, lo siento de verdad y gracias por esto… ¡ahhhh! Que vergüenza te he dejado todo lleno de mocos – exclamó Hanna al notar toda la bata emparamada de Jeremy.
-Ahora vas a decir que no fue apropósito, creo que de ti no me extraña esta es la manera de vengarte por haber secuestrado a tu madre – trató de bromear Jeremy y hacer el ambiente un poco más ligero.
-Lo siento también por eso, sé que es difícil de creer mi firma está en todos los papeles, pero me estoy enterando de esto ahora, pero bueno eso ahora no es lo importante, por favor quiero verla y que me expliques cual es su situación real, prometo ser fuerte – pero ese ser fuerte solo duró el tiempo en el que hablaron de todo su proceso, porque al llegar a UCI, ya Hanna volvía al modo Bella Durmiente…
Esto parecía de no creer, Hanna, la que había prometido ser fuerte se había desvanecido en solo un segundo al ver a su madre en cama, totalmente intubada y conectada a muchos aparatos, Jeremy apenas tuvo tiempo de sostenerla y de inmediato llegó un equipo médico que se hizo cargo de la situación. No eran más de las 4 de la tarde y ya Jeremy sentía que le había pasado un tren con carga pesada por encima. Definitivamente las reacciones de Hanna no eran de alguien que conociera la situación, así que poco a poco, fue derrumbando esa pared invisible que había levantado para ella y se prometió desde ese momento tratarla de una manera más cordial y sin reprocharle más nada referente a su madre. Esta vez no fue difícil hacerla reaccionar, le explicó al detalle el estado de Salome y apenas estuvo calmada le permitió ingresar, la vio llorar desconsoladamente y acariciar sus manos, no sabía porque aquel gesto lo conmovía tanto, o si, lo sabía, le recordaba a él años atrás, solo, en una clínica
Hanna y Jeremy habían tenido un día muy agotador, sin embargo, para cuando Hanna llegó a casa, tuvo que enfrentar aquella realidad, su madre estaba enferma y no de vacaciones como les había hecho creer a sus hermanos y a ella. Y ahora tocaba encajar aquel golpe a Valeria y a Robert.Para cuando colgó aquella llamada ya se encontraba un poco más tranquila; decir que no fue duro enfrentarlos y consolarlos, sería una vil mentira, pero gracias a eso también logró desahogarse si aún le quedaba ahogo en el pecho, y definitivamente la unión hacia la fuerza, porque se acostó sabiendo que pronto estaría acompañada en casa y con un frente más sólido brindándole todo el amor a su madre. Esta iba hacer la verdadera terapia emotiva, la familia completa reunida en casa, porque para ellos la prioridad era su madre y aunque estaban dolidos por las decisiones que había tomado de mantenerlos fuera, ellos iban a estar ahí demostrándoles que estaban siempre para ella.-Buen día para todos les traje un de
Hanna estaba dichosa, la casa estaba llena de risas, sus sobrinitos corrían detrás de Coocle la perrita Pomerania de su hermana Valeria, Carlota dormía en sus brazos y ya todos estaban listos para partir hacia la clínica. La familia entera había llegado a visitar a su madre, y no habían dejado a ningún miembro de la familia fuera. Estaba llena de apapachos no solo de sus sobrinos, sino también de sus hermanos y cuñada que no habían dejado de consentirla desde su llegada. Robert había viajado con su esposa e hijos y además había traído de vuelta a un ser muy especial para Hanna, Esperancita la nana de los 3, la amorosa y tierna nana. Robert había hecho su vida y su hogar en Canadá y ni muy corto ni perezoso, se la había ganado como nana de sus hijos y ya llevaba varios años viviendo con él, venía de vez en cuando a visitarlas y pasar temporadas con Hanna y Salomé, igual que hacia con Valería, pero ella era de su consentido niño Robert. El encuentro de todos había sido emotivo y no veí
Hanna abrió los ojos y se encontró, con ese azul de mar que tanto le estaba comenzando a gustar, era una mirada intensa a la que Hanna contesto con una leve sonrisa y esta vez fue ella la que se acercó a su boca y dejó un pequeño beso en ella. Jeremy cerró sus ojos y apoyó su frente en la de Hanna.-Qué me estás haciendo Hanna Smith? – susurró y solo escuchó un pequeño gemido salir de los labios de Hanna – tomaré eso como la respuesta más sexi que me han podido dar – y vio como a Hanna se le iban pintando sus mejillas de rosa intenso – jajajaja eres hermosa – dijo llenando de besos sus cachetes colorados-Jeremy me haces cosquillas – contestaba una risueña Hanna, tratando de zafarse de los brazos y caricias de Jeremy, sin quererlo realmente, se sentía como en otra dimensión estar así con él y a quién quería engañar no quería salir de ahí.-Hanna puedes porfa, pasarme la maleta de mam…. – le hablaba su hermana mientras salía del baño, pero no pudo terminar la frase porque quedó complet
Jeremy había pasado la tarde en una verdadera emergencia cuando 2 pacientes habían presentado código azul en su clínica; tratar de sacarlos de su estado y normalizar la situación había requerido mucho esfuerzo por parte de todo el equipo médico.Finalizando su jornada ya estaba todo bajo control, sin embargo, era solo una excusa, solo una excusa para seguir evitando a Hanna, había sido impulsivo al darle aquel beso, y aunque no se arrepentía jamás de haber probado su dulce boca, era mejor hacerse a un lado, se había dado cuenta de lo bien que lo había recibido, lo que le decía que ella también tenía cierto gusto hacia él, lo había notado en como lo miró al entrar en aquella habitación, en lo nerviosa que se puso al decirle que había querido verlo, en su respuesta a ese beso impulsivo y luego al ella misma buscar sus labios. Hanna era dulce como la miel y se veía tan inocente, que él no podía dañarla, no se lo merecía, realmente no tenía mucho que ofrecer, después de haber desterrado de
Hanna, solo retrocedió chocando su espalda con la puerta y haciendo un aparatoso ruido, lo que hizo levantar la mirada de Jeremy y encontrarse con la suya.-Ya veo su emergencia doctor, solo pasé a dejarle algo de la cena que era en su honor, pero haber sabido que ya estaba comiendo, no me hubiera tomado la molestia- salieron de su boca las palabras como petardo y en su mirada solo había una mezcla de decepción y reproche que no pudo disimular – con permiso los dejo comerse en paz – dijo lo último saliendo y tirando la puerta lo más fuerte que pudo.No supo ni como logró caminar de vuelta al estacionamiento y montarse en su carro, su rabia era tal que no lograba calmarse – ¡pero que se ha creído este Don Juan?, Hanna por Dios cómo has sido tan idiota?, si era claro que este hombre debía tener su mujer, que digo mujer, su mujerón y yo pintándome los pajaritos más hermosos en mi cabeza. ¡Ahhhh! Eso me pasa por estar de madura y comprensiva, debí entender el mensaje, pero si es que fue mu
No sabía si lo que salía por sus fosas nasales era fuego, solo sentía el calor emerger de adentro y un zumbido en los oídos como el que hace una olla a presión, antes de dejar salir el vapor, se dirigió hacia la cabina de sonido y con unos cuantos billetes logró que apagaran la música unos cuantos minutos. Se dirigió a la tarima en medio de los abucheos y chiflidos de todos los que se encontraban disfrutando del show y de los mismos protagonistas que para ese momento protestaban indignados por la interrupción.-Hanna cierto? - le hablaba el chico que se había montado en aquella tarima al verla cantar y moverse tan sensualmente.Ella asintió con una sonrisa dándole una mirada divertida – Si, Hanna Smith, y tu eres? – era un chico lindo, tal vez de su edad, alegre y divertido, muy apuesto y le hablaba muy animado, mientras bajaban de la tarima, porque según el DJ algo había estropeado las pantallas Karaoke.-Escucha Hanna conozco un sitio parecido a este, donde la podemos seguir pasando
No quería despertar de aquel sueño, donde estaba apretada de aquel cuerpo fornido, que le murmuraba palabras hermosas y le daba besos en la cabeza, la estrechaba fuerte cada tanto y la acariciaba tiernamente, era el sueño más relajante que había tenido jamás y se sentía más que cómoda, se sentía querida y consentida. Era un hombre grande porque ella se sentía chiquita entre sus brazos, totalmente recogida en aquel lugar calientito que era mejor que cualquier paraíso, así se debía sentir estar en los brazos de Jeremy…..-Espera qué? Ahhhhhh! en dónde estaba?, ¿quién era ese hombre que cada vez sentía más real y caliente?, por Dios no era un sueño? – pensaba Hanna cada vez más consiente, despertando a la realidad, abrió primero un ojo poco a poco, tratando de salir de los brazos que la envolvían y pudo ver un enorme pecho que subía y bajaba con una calmada respiración, tenía el pecho un poco descubierto y Dios que hombre, pero era aquel pecho, el que había visto con las manos de aquell