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CAPÍTULO 3. CONOCIENDO A ADARA.

La noche llegó y una hermosa limosina negra vino a buscar a la familia Levy, El señor Elías juntos a su esposa Livana anunciaron a Ava su hija, que un transporte habían ido a buscarlos, en ese momento Elías le confesó a su hija, que había hecho un cambio de planes para la celebración de esa tarde, pues debido a su gran amistad con el rabino y con los señores Asaf, Barack y Gaspar habían decidido unir las celebraciones, de esa forma se mostraría la unidad y cooperación entre las familias. 

Elías sabía que esa noticia tal vez sería difícil de procesar por Adara, así que esperaba que su madre se lo explicara antes de llegar o dejar que fuese una sorpresa.

Elías Levy era muy conocido por ser hombre honrado y trabajador, su hija Ava había sido la mujer más hermosa y pretendida de su época y su padre la había comprometido a los quince años con un gran empresario de la región, por desconocimiento de las intenciones de su amigo Barack para comprometer a sus hijos. Pero ya que no lograron consolidar esa unión, los ancianos esperaban hacer que sus nietos se conocieran, pues ambos son descendientes de grandes familias con historias trascendentes en la región e increíbles genes.

Asaf había conseguido unir las celebraciones del bat mitzvah de Adara junto con el de Ana por lo que esa noche se irían a un lujoso club a celebrar la madurez de ambas chicas al salir de la sinagoga.

Ava no emitió ningún comentario positivo ni negativo a lo que su padre le había confesado, simplemente asintió a lo que su padre acababa de decir, con sutileza tomó la mano de su hija una vez esta salió de la casa y juntas entraron a la lujosa limusina, admirando la belleza del vehículo, sabía que su hija tenía un temperamento distinto al de ella, más parecido al de su padre, así que quiso explicar la situación antes de llegar al lugar y suavizar el momento para que nada empañara la felicidad de esa noche.

Al finalizar la explicación, Ava miró la expresión de descontento de su hija y quiso concluir de una forma cariñosa - Querida, tu abuelo te está dando un hermoso regalo para que esta noche sea inolvidable para ti al igual que lo será para mí - le dio un par de palmadas suaves sobre las manos de la chica, que estaban reposadas en sus rodillas y le regaló una cálida sonrisa.

Adara la miró y asintió, aunque en su interior estaba totalmente inconforme, ahora no podía culpar a nadie del rechazo o de la diferencia económica, puesto que habían unido las fiestas y tal vez la presumida niña llamada Ana o su hermana mayor Magdalena más adelante la molestarían en el instituto haciéndola sentir que habían hecho caridad el día de su bat mitzbah para que no lo pasara sola.

Lo peor era que ambas niñas habían presumido ese evento durante el último año, y también presumían que posiblemente después de esa ocasión ambas tuviesen matrimonios arreglados con los hermosos y famosos herederos de la familia Friedman, los cuales eran los primos Alí y Abner Friedman a quien Adara no conocía ni tenía la mínima intención de conocer.

El camino al club fue largo, al menos así Adara lo sintió, en el trayecto al lugar, la señora Livana, su abuela, comentó la experiencia que habían tenido en el bat mitzvah de su única hija Ava, contó la emoción tan grande que sintió al ver a su hija delante de la sociedad leer un fragmento de la Torá y ser vista como una persona madura, capaz de cumplir con las normas establecidas por Dios, contó que su hija fue la niña más hermosa de toda su generación y aún sigue siendo una mujer de gran belleza y elegante, después del evento varios hombres importantes quisieron pedir la mano de su hija Ava, pero sus padres decidieron esperar a que ella cumpliera sus quince años y así lo anunciaron.

Un día antes de ese cumpleaños, apareció uno de los pretendientes y formalizó el compromiso, la señora Livana contó esa historia como si se tratase de un cuento de hadas, al finalizar, le deseo mucha suerte a Adara para esa noche y sin saberlo solo logró que su nieta deseara que las llantas del auto se pincharan y perdieran todo el aire para que no pudiesen llegar a la tan esperada ceremonia.

Adara sintió dolor de estómago por los nervios y pensó que necesitaba con urgencia que el tiempo pasara deprisa para poder viajar a otro país, tal vez a otro continente y alejarse de esa cultura asfixiante donde parece que la realización de una mujer solo está en hallar el matrimonio. Al menos así ella lo concebía en ese instante.

Cuando llegaron al lugar, el chofer de la limosina se estacionó al lado de otra igual, de la que en ese momento bajaba una gran familia, Adara quería esperar que ellos se marcharan para bajar, en ese momento se sentía nerviosa pero su abuelo no esperó, de inmediato bajó y el chofer abrió la puerta del otro lado para ayudar a la festejada a bajar.

Elías y Barack se acercaron, saludándose con afecto, luego Elías saludó a Asaf y a Abner seguido de las mujeres de la familia, mientras la mujeres Levy bajaban de la limosina y se incorporaban al grupo.

Asaf dirigió su mirada por corto tiempo a Ava, quien había sido la mujer de sus sueños en el pasado, de inmediato se concentró en su posición y saludó con cortesía a las mujeres, luego observó a la hermosa Adara y pensó en el deseo que tenía de que su hijo lograra ser feliz al lado de esa chica.

Las mujeres saludaron de forma distante y cortes en aquel encuentro improvisado, antes de que todos se dirigieran hacia el templo. Abner se fijó que la chica de la familia, era hermosa, de cabello rubio y unos impresionantes ojos azules que lo incitaban a seguirla mirando, pero debió disimular, parecía una muñeca de porcelana de las que su abuela coleccionaba, y su madre parecía ser una mujer deslumbrante, si esa era la chica de la que brevemente le habían hablado, se interesaría en conocerla, aunque no lo creía puesto que esta aparentaba más edad.

La familia Levy caminó primero a la entrada del club, la familia Friedman se quedó un momento cerca de la limosina, Asaf se apartó con su hijo de los otros miembros. 

- ¿Y bien? - preguntó a su hijo, Abner tenía rostro confuso - ¿Qué opinas de Adara

- Es hermosa padre - respondió con sinceridad. 

- Tu abuelo quisiera unir las familias. 

- ¿Es ella la niña festejada? 

- Si una de ellas, la otra es Ana Cohen, sus padres tienen interés en que ustedes se conozcan y estrechen lazos. 

- Las conoceré, seré caballero, pero desde ahora te digo que no me interesa el compromiso.

Asaf asintió, le hizo una seña al abuelo y juntos caminaron a la entrada del club dónde se celebraría la fiesta, terminado el acto religioso.

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