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CAPÍTULO 5. EL PACTO DE LOS ABUELOS.

POR ABNER.

La mañana de hoy Adara luce hermosa, ella me hace sentir ansioso por conocerla mejor, respirar su aroma y estrecharla entre mis brazos. Probablemente no lo sabe, pero desde que la conocí, me han mantenido al tanto de ella, sus avances escolares, sus celebraciones, amistades y conducta.

Ella no sólo es hermosa, también es muy inteligente, educada, respetuosa y responsable, está llena de virtudes y aunque alguna vez pensé que no me interesaba para nada, la verdad es que, ella me agrada. Se ha convertido en un reto para mí, porque me he dado cuenta de que yo no le intereso, solo me trata de forma cordial.

Esperé en mi habitación hasta que supe que ella había salido de la suya, rumbo al comedor, la miré caminar y sentarse con elegancia en la mesa, casi al instante me incorporé al grupo formado por mis abuelos y ella. Me senté frente a ella, saludé a los presentes y a ella le regalé una mirada especial, totalmente seductora, yo esperaba que se sonrojara o me mostrara su hermosa sonrisa, pero en cambio, saludó formalmente y me ignoró el resto del tiempo.

Según el horario establecido por mi familia, hoy tendremos un lapso de tiempo de dos horas para caminar juntos y conversar, intentaré aprovechar ese tiempo para acercarme a ella y ganarme su confianza.

POR ADARA.

El desayuno fue ameno, los abuelos de Abner son personas bastante agradables que me hacen sentir a gusto, su conversación es cordial y su trato es halagador, me hacen sentir en familia.

Mi única incomodidad es saber que le tengo frente a mí, Abner se ha convertido en una persona no grata. En ocasiones siento su mirada de escrutinio, eso me incomoda, pero intento seguir como si nada pasara, sé que mis modales en la mesa son impecables por lo que he dado una excelente impresión en esta comida, que aunque no tengo la intención de ser la novia de este chico, tampoco me interesa quedar como una mal educada.

Después del desayuno salgo al jardín con la abuela de Abner, la señora Haya conversa conmigo acerca de lo importante de la infancia saludable, la transición a la adultez y la toma de buena decisiones, ella aprovechó la ocasión y conversó acerca de mi madre y su hijo, por primera vez supe que Ava y Asaf fueron compañeros de estudios, y si entendí bien, mi madre era el mejor prospecto para Asaf, pero debieron conformarse con Belén.

No digo nada pero esa conversación no me parece apropiada, creo que Abner no quisiera escuchar que su abuela no quería o quiere a su madre, aunque logré entender que aprecian la educación que poseo y por eso me consideran una gran candidata para su nieto, la miro en silencio y observo sus gestos, la señora Haya no sabe que soy más inteligente de lo que parezco y logro entender muy bien las intenciones de sus palabras.

- Gracias por tenerme en alta estima – digo con una sonrisa y me detengo, aunque quería completar esa oración diciendo “pero su nieto no me interesa”, me contengo para no ser descortés ni mal educada, pero aprovecharé al máximo mi tiempo con Abner para que seamos sinceros y acordemos nuestro plan para salir de este absurdo compromiso al que nos quieren someter.

Barak y Elías habían crecido juntos, su amistad era sólida desde la infancia, ambos eran hombre respetados en sus comunidades y región, por ser grandes empresarios, trabajadores, hombres de familias sólidas, colaboradores activos en su cociedad. Debido a sus creencias habían decidido ayudar a sus hijos a escoger a sus parejas y continuar con la tradición de sus familias en la que cada matrimonio había sido arreglado y todos ellos habían perdurado en el tiempo, por lo que eran fieles creyentes de que escoger pareja era asunto de la familia y debían cuidarse los detalles de la crianza, economía, religión y cultura, para asegurar ser afines.

Por asuntos laborales Barak estuvo lejos de Isrrael por muchos años, afianzando sus empresas de tecnología en el extranjero, en ese tiempo su amistad con Elías estaba adormecida y no logró consolidar con su amigo la idea que tenía de unir a sus hijos en compromiso.

Asaf conocía a Ava desde la escuela, había estado enamorado de ella pero era tímido en su juventud, por lo que nunca habló con sus padres acerca de su interés por la joven. Asaf sabía que la familia consideraba que al llegar a los quince años Ava podía comprometerse, por eso aprendió a tocar guitarra y a cantar, trabajó con sus abuelos y reunió dinero, compró un anillo de compromiso con sus ingresos y se preparó un par de años para tener el valor de pedirle a la joven y a sus padres su mano.

Solo un día antes del cumpleaños de Ava, Asaf tuvo el valor de contarle a su madre lo que sentía, ésta llamó ese mismo día a su esposo, quien de inmediato viajó a Isrrael desde Inglaterra, para hablar personalmente con su amigo, pero cuando llegó ya era tarde.

La joven acababa de comprometerse con un pretendiente que durante años demostró abiertamente a la familia sus intenciones. Para Asaf ese día fue muy doloroso, estuvo deprimido por mucho tiempo, ya que en su mente había albergado esperanzas. El día que Ava se casó, lloró amargamente, le costó mucho volver a entregar su corazón a alguien y cuando por fin se casó pensó que sería plenamente feliz, aunque jamás a sentido lo mismo que llegó a sentir por Ava, tal vez porque ella fue su primer amor.

Cuando Ava enviudó aun era una mujer joven y hermosa, Asaf pensó que esa habría podido ser su oportunidad de estar con ella si no se hubiese casado, pero debió reprimir ese sentimiento y conformarse con verla de lejos, solo como a una mujer valiosa, amiga de la familia.

Por eso Elías y Asaf quieren la unión de Abner y  Adara, porque sienten que ellos son grandes herederos de sus costumbres y de sus excelentes genes, llenos de belleza e inteligencia, sin duda Adara es el vivo reflejo de su madre y tanto Asaf como Barak quieren la felicidad de su heredero.

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