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Capítulo 6: Un secreto.

Las risas de la chica fueron interrumpidas por el molesto sonido del timbre del departamento, Madison entre risas se apresuró a abrir dejando ver a una pequeña y muy delgada jovencita de cabello corto y castaño y unos enormes ojos del mismo color que las hojas verdes de los árboles, era bonita, aunque su belleza era más infantil, junto a ella se encontraba un joven rubio de ojos azules que había corrido a abrazar a Madison tan pronto como abrió la puerta, otro chico más de aspecto más serio y con gafas había entrado al departamento, aunque esté parecía tener mucha más educación que el otro joven, para su desgracia, conocía bastante bien a aquellos dos.

— Stefany, Adrien, Erick, me alegra mucho que vinieran — dijo Madison quitándose de encima al rubio y abrazando a la chica bajita.

Dos de aquellos rostros, sin embargo, no eran desconocidos para él. Se trataban de nada mas y nada menos que dos viejos conocidos, miembros de las familias mas poderosas e la ciudad estando solo por debajo de la suya Al mirarlos, supo que lo habían reconocido como el genuino heredero Black, y tenía que evitar que abrieran la boca.

Erick observo con detenimiento al castaño y casi pudo descifrar lo que Black estaba pensando. Aquello era una sorpresa, por supuesto que ellos sabían que la alegre Madison era la esposa de ese patán, pero nunca imaginaron que personalmente viajaría a conocerla. Sonriendo de lado, el chico de anteojos guardo silencio.

— ¡Ah Madi! Que gusto ver que finalmente vas a mudarte de la mansión de ese imbécil engreído de…

El joven rubio, al notar la presencia del Black en ese lugar, guardo repentinamente silencio y retomo una postura muy seria al saber muy bien quien acompañaba a la hermosa azabache.

— Gracias Adrien, así es, finalmente odre abandonar la mansión Black, hoy voy a dormir aquí — reía Madison.

— ¿Madison, nos vas a presentar a tu invitado? — pregunto Erick divertido con la situación, ellos sabían perfectamente bien que la azabache estaba casada desde hacía un año con Elijah Black, pero aquel matrimonio no se había concretado jamás ya que el magnate no se había dignado a visitarla jamás.

— Que mal educada soy, lo siento chicos, él es Ernest Black, es primo del señor Elijah, ha venido por petición de este para cuidar de la mansión ya que finalmente el proceso de divorcio ha comenzado — dijo Madison con una sincera sonrisa.

La cara de Adrien parecía deformarse y a punto de decir algo fue interrumpido por Elijah.

— Veo que no has cambiado en nada Eccheli, lo mismo digo de ti Connolly, sus padres ¿Como se encuentran? ¿Todo va bien en los negocios? — dijo secamente el castaño.

Erick sonrió de lado y con ironía nuevamente, había entendido perfectamente bien la sutil amenaza en las palabras del temible Black.

— Así es Black, todo va bien, hacía tiempo que no se le veía en la ciudad, no desde sus días de estudiante en New York junto a su primo — respondió Erick mirando fijamente a Adrien advirtiéndole que se tranquilizara.

Adrien sonrió a la bella azabache y tomo suavemente sus manos lanzando una mirada de advertencia al castaño.

— Madi, vine hasta aquí para ayudarte con tu mudanza, aunque sigo firme en mi propuesta de que ocupes el departamento que tengo en el edificio New York, mi padre también estaría encantado de que una chica hermosa como tú ocupe el lugar, Stefany ya usa uno de esos apartamentos — dijo el rubio.

— No te preocupes Adrien, realmente estoy feliz aquí, convertiré mi lugar en un palacio, ya lo verás — respondió Madison al rubio.

— Muy bien, tú ganas, aunque, hace algo de calor ¿No lo creen? Quizás sea bueno ir por algunas bebidas para ustedes, ¿Porque no nos acompañas Black? Será agradable recordar viejas hazañas de la universidad ¿No lo crees? — dijo el rubio caminando a la salida del departamento siendo seguido por Erick y después por Elijah.

Las chicas se miraron entre sí y rieron, sí que hacían falta algunas bebidas, sin embargo, lejos estaban aquellos jóvenes de reír entre ellos.

El silencio reinaba entre los jóvenes, silencio que finalmente fue interrumpido por un furioso Adrien que tomo al castaño por el cuello de la camisa.

— ¿Se puede saber que es esa m****a de Ernest? ¿Sabes que Madison realmente la paso muy mal sabiéndose monumentalmente ignorada por su esposo? ¿Qué demonios haces aquí? — pregunto enfurecido el rubio.

Elijah sonrió y elegantemente aparto las manos del rubio de su camisa para luego acomodar los pliegues de vuelta.

— Ese no es asunto tuyo Eccheli, pero creo que no está de más advertirte sobre soltar la lengua de más, tu padre y el de Connolly tienen varios proyectos en puerta conmigo, y no deseo que se vean estropeados por nimiedades ¿No lo crees así Connolly? — rio de lado Elijah.

— A mí no me interesa lo que hagas con White, pero creo que es bastante descortés mentirle a una dama, en especial a una tan linda como lo es ella — rio Erick.

—Lo que yo haga por aquí no es asunto de ustedes, y si no quieren ver sus negocios afectados, será mejor que finjan que soy Ernest, ¿Ha quedado claro? — cuestionó Elijah.

Molesto, Adrien sabía que no tenían más opción. Sin embargo, tomando a Elijah por el cuello de la camisa, lo miró fijamente a los ojos.

—Será mejor que no le hagas daño, tu no tienes idea de todo lo que esa chica ha tenido que sufrir, es nuestra querida amiga, y no dudare en partirte la cara en dos si le haces algo — sentencio.

Elijah se sacó de encima a aquel rubio. — Guarda tus amenazas, Eccheli —

Molesto, Elijah regresaba a aquel departamento. Sin embargo, las palabras de aquel rubio lo habían dejado intrigado. ¿A qué se refería? ¿Qué cosas había tenido que sufrir su esposa? ¿Tenia algo que ver con aquella cicatriz de su vientre?

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