Las risas de la chica fueron interrumpidas por el molesto sonido del timbre del departamento, Madison entre risas se apresuró a abrir dejando ver a una pequeña y muy delgada jovencita de cabello corto y castaño y unos enormes ojos del mismo color que las hojas verdes de los árboles, era bonita, aunque su belleza era más infantil, junto a ella se encontraba un joven rubio de ojos azules que había corrido a abrazar a Madison tan pronto como abrió la puerta, otro chico más de aspecto más serio y con gafas había entrado al departamento, aunque esté parecía tener mucha más educación que el otro joven, para su desgracia, conocía bastante bien a aquellos dos.
— Stefany, Adrien, Erick, me alegra mucho que vinieran — dijo Madison quitándose de encima al rubio y abrazando a la chica bajita.
Dos de aquellos rostros, sin embargo, no eran desconocidos para él. Se trataban de nada mas y nada menos que dos viejos conocidos, miembros de las familias mas poderosas e la ciudad estando solo por debajo de la suya Al mirarlos, supo que lo habían reconocido como el genuino heredero Black, y tenía que evitar que abrieran la boca.
Erick observo con detenimiento al castaño y casi pudo descifrar lo que Black estaba pensando. Aquello era una sorpresa, por supuesto que ellos sabían que la alegre Madison era la esposa de ese patán, pero nunca imaginaron que personalmente viajaría a conocerla. Sonriendo de lado, el chico de anteojos guardo silencio.
— ¡Ah Madi! Que gusto ver que finalmente vas a mudarte de la mansión de ese imbécil engreído de…
El joven rubio, al notar la presencia del Black en ese lugar, guardo repentinamente silencio y retomo una postura muy seria al saber muy bien quien acompañaba a la hermosa azabache.
— Gracias Adrien, así es, finalmente odre abandonar la mansión Black, hoy voy a dormir aquí — reía Madison.
— ¿Madison, nos vas a presentar a tu invitado? — pregunto Erick divertido con la situación, ellos sabían perfectamente bien que la azabache estaba casada desde hacía un año con Elijah Black, pero aquel matrimonio no se había concretado jamás ya que el magnate no se había dignado a visitarla jamás.
— Que mal educada soy, lo siento chicos, él es Ernest Black, es primo del señor Elijah, ha venido por petición de este para cuidar de la mansión ya que finalmente el proceso de divorcio ha comenzado — dijo Madison con una sincera sonrisa.
La cara de Adrien parecía deformarse y a punto de decir algo fue interrumpido por Elijah.
— Veo que no has cambiado en nada Eccheli, lo mismo digo de ti Connolly, sus padres ¿Como se encuentran? ¿Todo va bien en los negocios? — dijo secamente el castaño.
Erick sonrió de lado y con ironía nuevamente, había entendido perfectamente bien la sutil amenaza en las palabras del temible Black.
— Así es Black, todo va bien, hacía tiempo que no se le veía en la ciudad, no desde sus días de estudiante en New York junto a su primo — respondió Erick mirando fijamente a Adrien advirtiéndole que se tranquilizara.
Adrien sonrió a la bella azabache y tomo suavemente sus manos lanzando una mirada de advertencia al castaño.
— Madi, vine hasta aquí para ayudarte con tu mudanza, aunque sigo firme en mi propuesta de que ocupes el departamento que tengo en el edificio New York, mi padre también estaría encantado de que una chica hermosa como tú ocupe el lugar, Stefany ya usa uno de esos apartamentos — dijo el rubio.
— No te preocupes Adrien, realmente estoy feliz aquí, convertiré mi lugar en un palacio, ya lo verás — respondió Madison al rubio.
— Muy bien, tú ganas, aunque, hace algo de calor ¿No lo creen? Quizás sea bueno ir por algunas bebidas para ustedes, ¿Porque no nos acompañas Black? Será agradable recordar viejas hazañas de la universidad ¿No lo crees? — dijo el rubio caminando a la salida del departamento siendo seguido por Erick y después por Elijah.
Las chicas se miraron entre sí y rieron, sí que hacían falta algunas bebidas, sin embargo, lejos estaban aquellos jóvenes de reír entre ellos.
El silencio reinaba entre los jóvenes, silencio que finalmente fue interrumpido por un furioso Adrien que tomo al castaño por el cuello de la camisa.
— ¿Se puede saber que es esa m****a de Ernest? ¿Sabes que Madison realmente la paso muy mal sabiéndose monumentalmente ignorada por su esposo? ¿Qué demonios haces aquí? — pregunto enfurecido el rubio.
Elijah sonrió y elegantemente aparto las manos del rubio de su camisa para luego acomodar los pliegues de vuelta.
— Ese no es asunto tuyo Eccheli, pero creo que no está de más advertirte sobre soltar la lengua de más, tu padre y el de Connolly tienen varios proyectos en puerta conmigo, y no deseo que se vean estropeados por nimiedades ¿No lo crees así Connolly? — rio de lado Elijah.
— A mí no me interesa lo que hagas con White, pero creo que es bastante descortés mentirle a una dama, en especial a una tan linda como lo es ella — rio Erick.
—Lo que yo haga por aquí no es asunto de ustedes, y si no quieren ver sus negocios afectados, será mejor que finjan que soy Ernest, ¿Ha quedado claro? — cuestionó Elijah.
Molesto, Adrien sabía que no tenían más opción. Sin embargo, tomando a Elijah por el cuello de la camisa, lo miró fijamente a los ojos.
—Será mejor que no le hagas daño, tu no tienes idea de todo lo que esa chica ha tenido que sufrir, es nuestra querida amiga, y no dudare en partirte la cara en dos si le haces algo — sentencio.
Elijah se sacó de encima a aquel rubio. — Guarda tus amenazas, Eccheli —
Molesto, Elijah regresaba a aquel departamento. Sin embargo, las palabras de aquel rubio lo habían dejado intrigado. ¿A qué se refería? ¿Qué cosas había tenido que sufrir su esposa? ¿Tenia algo que ver con aquella cicatriz de su vientre?
Las chicas habían terminado de acomodar casi todo y se habían tomado algunos minutos para descansar.— Ese chico que estaba contigo parecía muy serio y elegante, el tipo de hombre del que cualquiera podría enamorarse — dijo repentinamente Stefany.— ¿Lo crees? Bueno, si es muy apuesto, a decir verdad, nunca había visto un hombre así, pero sabes que no es mi prioridad ahora mismo tener una pareja — rio Madison sin darle importancia.Stefany la miro seria.— Madison, Adrien no quería que te lo dijera, pero creo que debes saberlo — dijo la pelinegra.— ¿Decirme que? — pregunto la pelinegra intrigada ante la seriedad de la chica.— El regresará...viene desde Inglaterra, ha concluido sus estudios y tomara el control como cabeza de su familia, solo quiero decirte, que no dejaremos que el vuelva a hacerte daño — dijo la chica con seriedad.Madison palideció ante las palabras de Stefany, todo pensamiento que tenía hasta ese momento, desde la extraña reacción de Adrien ante Ernest y lo curioso
Aquellas palabras de Eccheli, habían dejado a Elijah con tantas dudas. Aquella cicatriz en el cuerpo de su esposa, aquella charla extraña con su amiga; todo aquello había mantenido su mente ocupada. Aquella mañana había solicitado a su investigador privado todo lo que pudiera de Madison. Tenía que averiguar qué era lo que estaba pasando. El calor del verano parecía haberse desvanecido repentinamente. El hermoso cielo celeste, había sido invadido por espesas nubes que parecían presagiar una tormenta. De a poco, gruesas gotas lluvias comenzaban a caer, dejando el suelo completamente empapado y en el aeropuerto, un desfile de guardaespaldas desfilaba protegiendo a un elegante hombre que caminaba de manera arrogante. —Señor O´Brien, sea bienvenido a New York, espero que el viaje haya sido de su total agrado… —Silencio — interrumpía aquel elegante hombre. Sus cabellos rubios, casi platinos, su tez aperlada y tersa, y aquellos fieros ojos tan ámbar que parecían ser casi amarillos, lo hac
El insoportable calor del verano parecía robar la vitalidad de la juventud que apresurada intentaba mantener su energía de siempre. Las calles, vacías de día y atiborradas de noche, dejaban claro que la gente decidía escapar del sofoco que las altas temperaturas les provocaba. La cafetería, sin embargo, recibía clientes sedientos y hambrientos durante todo el día desde la apertura hasta el cierre, bebidas frías y sabrosos helados de mil sabores y colores eran los predilectos de los muchos jóvenes que diariamente llegaban en busca de algún manjar que les ayudará a refrescarse.— ¡Que tenga un buen día señor! — decía la única empleada que atendía la cafetería, y quien era tambien una de las mejores amigas de Madison.Le Amore era un refugio para miles de estudiantes que dentro de muy poco comenzaban el nuevo semestre; era casi como una bendición para refugiarse del ajetreo y el estrés. Aquel sitio, era el primer hijo de Madison Harrington, la cafetería que, a base de mil esfuerzos y sac
El viento soplaba con suavidad, y aquellas memorias que creyó para siempre enterradas, llegaban como una poderosa ola que estremecía sin piedad el corazón de Elijah.— ¿Sucede algo Ernest? — pregunto Madison sacando a Elijah de sus pensamientos.— Estoy bien — respondió Elijah.Sintiendo una leve punzada al ser llamado por un nombre falso, por un momento quiso saber cómo se escucharía su nombre saliendo de esos hermosos labios sonrosados sin el deje de decepción y molestia con el que la joven solía pronunciarlo.— Pareces algo conmocionado, quizás nos vendría bien a ambos salir a caminar un momento, tanto pensar en las clases y tú en lo que sea que ocupe tus pensamientos parece que nos ha afectado, además este sofocante calor no ayuda mucho — dijo la joven sonriendo.Nuevamente, Elijah quería preguntarle qué era lo que le había pasado con ese maldito, pero no se sentía con derecho a hacerlo. Caminando por las aglomeradas calles de la ciudad, finalmente llegaron hasta un pequeño parque
Del otro lado en la cuidad, amigas disfrutaban de una tranquila noche de chicas.— Mis sentimientos por usted no han cambiado, pero una palabra suya me silenciara para siempre...—Suspiros profundos se dejaron escuchar en la pequeña pero cómoda habitación de la joven.— Dios ¿Porque no puedo encontrar un hombre así para mí? — reprochaba Eimy ganándose una risita de parte de Beatriz y Madison.— Es un personaje literario, lo escribió una mujer, obviamente nunca encontraremos a nadie así — dijo Stefany con ironía.Todas se rieron y miraron a la delgada chica con ironía.— Pero ¿Cómo puedes decir eso cuando tienes a Eccheli suspirando por ti? — reprochó Beatriz entre risitas.— Es verdad, el chico es como un príncipe, ¡Es tan malditamente apuesto y gentil que en verdad es ofensivo que digas eso Stefy! — chillo la bella pelirroja.— Adrien es muy ruidoso, no me deja ni respirar, no me extrañaría que estuviera en el edificio de enfrente espiando lo que hacemos con tal de no perderme de vis
Madison recorría apresurada los pasillos, aquello era excitante, era el primer día del último semestre de su universidad, al graduarse finalmente sería médico, entonces, encontraría la manera de hacer que Maddox volviera a caminar, aquello era su prioridad, nada más importaba, y este era finalmente el paso cúspide que debía dar para lograr todo aquello que desde muy joven se había propuesto. Se negaba a pensar en Daryl O´Brien, en recordar su doloroso pasado o nada más. En aquel momento, su única y siempre presente prioridad, era su hermano pequeño.Ella y Maddox habían quedado huérfanos siendo aún muy pequeños; un maldito conductor ebrio había truncado los sueños de convertirse en futbolista de su hermano menor, y se había llevado la vida de su madre. Maddox, poco recordaba de ese cruel suceso, y, sin duda alguna, aquello era lo mejor. Él había dejado de caminar, y ambos, siendo llevados al orfanato sin ningún familiar que pudiese cuidarlos, habían perdido toda esperanza cuando todas
El día finalmente había terminado, Madison esperaba a sus amigas que sin más, la sacaron casi a jalones y empujones del campus, argumentando estar hartas de la ridícula cantidad de gente que se hallaba en el lugar, Adrien y Erick salían detrás de ella con una expresión molesta en sus rostros, no había tenido siquiera tiempo de contarles que el profesor Connor la había invitado a hacer sus prácticas en su reconocido hospital, todos parecían estar preocupados por algo, sin embargo en su apresurada salida del recinto, pudo ver cómo Ernest sacaba a jalones al chico con el que había chocado esa mañana, ambos se gritaban y había alcanzado a ver cómo lo forzaba a subir a su auto, por alguna razón todos parecían estar alterados.Finalmente habían llegado hasta su cafetería, sus amigos habían insistido en cerrar el lugar solo para ellos a lo que finalmente accedió, ya se sentía bastante angustiada al ver las expresiones de todos ellos, incluso Jhon que no había asistido al primer día, se encon
Un par de meses habían transcurrido desde que el semestre había comenzado, el calor sofocante finalmente había dejado de atormentar a las masas para dar paso a los frescos vientos otoñales que arrastraban tras de sí las hojas secas de las copas de los árboles, Madison había comenzado sus prácticas en el hospital del sagrado corazón, su profesor y reconocido médico Lionel Connor, dueño del hospital, amablemente le había ofrecido realizar sus prácticas allí desde el tórrido primer día al comienzo del nuevo semestre, sus amigos aún se mantenían alertas ante la amenaza que la perseguía, Manuel, su guardaespaldas, se había vuelto un buen amigo, y aunque Ernest no había estado muy conforme con la presencia del hombre, no le había vuelto a mencionar algo al respecto, tampoco le pregunto la razón por la cual el guardaespaldas la estaba cuidando, y aunque eso le pareció extraño, lo dejo pasar, no habían vuelto a saber nada de aquel hombre que la buscaba, y cada día rogaba a dios no encontrarlo