A sus dos mujeres

Dianco De Luca abordó su avión privado para volver a su villa, el poco tiempo que tomó el vuelo, a él le pareció eterno, al llegar, en lugar de dirigirse hacia la villa para ver a Miranda, abordó una camioneta blindada.

Enseguida enfiló hacia la villa Arched, seguido por un convoy de camionetas con guardaespaldas.

—¡Dense prisa, inútiles! —Los apresuró Dianco— ¡Nos dirigiremos directo a la Villa Arched en este instante! ¡Quiero que desplieguen un doble anillo de vigilancia y formen un equipo de asalto listo para ingresar cuando yo lo ordene!

—¿Señor? —Sergio, su capitán, se atrevió a cuestionar— ¿Está seguro? El signore Marcus podría...

—¡No me cuestiones más! —Lo cortó Dianco con un violento revés— ¡Hoy he descubierto que esa joven escritora es en realidad mi propia hija! ¡Recuperaremos a la signora Maya como se debe!

Un tenso silencio reinó en la camioneta mientras los hombres asimilaban la información, Sergio finalmente asintió y se prepararon para el despliegue ofensivo.

La pequeñ
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