Cinco años habían transcurrido desde aquel día fatídico en que Maya y Marcus se reencontraron, descubriendo la verdad sobre su hijo y redescubriendo el amor que nunca había desaparecido realmente. La villa Arched, una vez escenario de dolor y malentendidos, ahora rebosaba de risas y felicidad.Era una cálida tarde de verano en Sicilia. Maya, con su vientre de cuatro meses de embarazo, observaba desde la terraza cómo Marcus jugaba con su hijo Matteo y su sobrino Luca, el hijo de Miranda, ambos de seis años, en el extenso jardín de la villa.— ¡Papá, más alto! — gritaba Matteo mientras Marcus lo lanzaba al aire.— ¡Yo también, tío Marcus! — exclamaba Luca, saltando de emoción.Maya no pudo evitar sonreír, acariciando suavemente su vientre. La vida le había dado una segunda oportunidad, y estaba determinada a aprovecharla al máximo.— Ten cuidado con los niños, Marcus — advirtió Maya con un tono divertido.Marcus se acercó a la terraza, con un niño colgando de cada brazo, sus ojos brilla
Una niña lloraba mientras observaba a su padre desesperado, el hombre intentaba comprender cómo es que su esposa se había atrevido a engañarlo..Frente a él, en la cama, su mujer lo miraba sobresaltada, mientras aún permanecía abrazada a un joven y atractivo chico.Todo se volvió un caos, la pequeña abrazaba los pies de su padre con fuerza, intentando evitar que lastimara a su madre, no comprendía del todo lo que estaba sucediendo, su ingenua mirada se clavó sobre la escena que tenía al frente, grabando en su mente el rostro de aquel joven hombre.Maya despertó mientras sudaba copiosamente, tomó un vaso de agua que se encontraba en la mesilla junto a su cama para dar un gran trago, la misma pesadilla se repetía constantemente, así había sucedido durante años.Arrastró los pies fuera de la cama por la mañana, dos oscuros círculos bajo su rostro permitían ver que no había pasado una buena noche, sin desayunar se dirigió a la editorial dónde su jefa después de llamarla para que se presen
Cuando Maya llamó a Anne para informarle que había aceptado, la chica tuvo que retirar el auricular de su oreja ante los gritos de júbilo de su jefa, por un momento sintió que se quedaría sin volver a escuchar debido al ruido. —Lo sabía, no podías ser tan tonta, el avión privado de Arched te estará esperando, irás a Sicilia, saldrás a primera hora, el señor Arched enviará a su asistente al aeropuerto para recogerte. Maya puso los ojos en blanco, Anne parecía saber que aceptaría aquel trabajo, y ya tenía todo arreglado. —Le recé a los mil santos mujer, me arriesgué a decir al señor Arched que habías aceptado —Anne se sentía orgullosa de lo que había hecho. —Uhmmm, envíame lo necesario, te mantendré al tanto —Maya prefirió ya no discutir sobre el tema con su jefa. —Sí el señor Arched se mete a nadar con poca ropa, me envías una foto —Maya no contestó, enseguida cortó la llamada. Al otro día por la mañana, Maya se encontraba a bordo del avión que en ese momento despegaba, si era si
Marcus sonrió ampliamente, Maya desvió la mirada, a ese hombre no se le podía observar de frente, corría el riesgo de quedar hechizada por su encanto a pesar de que lo odiaba.—Es un verdadero placer conocerla señorita Jones —dijo mientras extendía su mano hacia ella, Maya no deseaba tocar a ese hombre, pero si quería hacer que pagara, tendría que fingir que le agradaba. —El placer es mío, señor Arched —contestó extendiendo su mano, Marcus la tomó y la sostuvo un poco más de lo necesario.Maya mintió, lo que deseaba era decirle que ella no podía decir lo mismo, sentía un fuerte impulso por gritarle a la cara unas cuantas verdades, pero sabía que no era posible, así que se vio obligada a sonreír, lo primero que tenía que hacer era investigar si él sabía que era hija de Rita.—Llamame tan solo Marcus, dejemos a un lado las formalidades, después de todo pondré en sus manos toda la información sobre mi vida —dijo para después soltar la mano de Maya que aún sostenía.—Entonces, es un gust
Al llegar al corporativo, Marcus le pidió a Maya que caminara a su lado, le mostraría las instalaciones, era un edificio de pocos pisos, pero muy amplios.Maya notó que las chicas se desvivían por llamar la atención de su jefe, él parecía no darse cuenta, aunque eran tan obvias que era imposible no notarlo.Los hombres lo saludaban con cordialidad, más que temerle, parecían respetarlo.—Veo que se ha ganado el respeto de sus empleados.—Todo el personal es indispensable para está empresa, desde el puesto más bajo hasta el más alto, sin ellos el corporativo no existiría, siempre procuro hacerles saber que son importantes.Aquello sorprendió por completo a Maya, no esperaba que Marcus tratara de aquella manera a sus empleados, había leído que era un hombre arrogante, tal vez aquello era tan solo un teatro para que en el libro no quedará plasmada su verdadera personalidad.Poco después de terminar de recorrer las instalaciones. Marcus le pidió que lo acompañara a su oficina, había adecua
Afortunadamente para Maya, el teléfono de Marcus sonó en ese momento, tenía visitas inesperadas en el corporativo y debía acudir de inmediato. —Lo siento, Maya, continuaremos con esto después, me esperan en el corporativo, regresemos. —Claro, no te preocupes. Marcus pagó enseguida, después se dirigieron de prisa hacia el corporativo, mientras Maya trataba de igualar su paso, pensaba que quién sea que hubiera llegado, debía de ser muy importante. Entraron en la oficina, dentro, esperando a Marcus, estaban dos mujeres, la mayor, era de baja estatura y robusta, con una mirada penetrante que transmitía una mezcla de rencor y necesidad. La más joven, pálida y demacrada, sus ojos suplicantes contrastaban con la firmeza de la otra. —¡Querido! —exclamó la mujer mayor con efusividad. —He intentado por meses comunicarme contigo, ¡nos has abandonado en Francia sin dinero! —Su voz resonaba en la oficina, cargada de reproche. Marcus las miró con una mezcla de sorpresa y fastidio —Hola, queri
Marcus tuvo la impresión de que era observado, al alzar la mirada, pudo notar el discreto movimiento de la cortina, una sonrisa pícara apareció en su rostro.Se apresuró a secar su cuerpo, después de eso se dirigió hacía su habitación, mientras tanto Maya seguía tirada sobre la alfombra, sentía como si tuviera un gran peso encima.—Esto y más mereces Maya Jones, por andar viendo lo que no debes, Marcus Arched no debe parecerte atractivo, ese hijo de put# es tu peor enemigo —se dijo así misma.Se sentía furiosa, era una tonta pervertida por ver de esa manera al hombre que había sido amante de su madre.Y es que era casi imposible no hacerlo, con sus casi dos metros de altura de puro músculo, músculos muy bien distribuidos, un rostro perfecto, sonrisa de infarto sobre una barbilla partida, y unos ojos color verde aceituna convertían a ese hombre en irresistible.Dios no podía haberle dado tanta maldad a una de sus creaciones perfectas, tenía que haber sido creado por el mismo diablo, sí
El día de la fiesta del socio de Marcus llegó rápidamente, ese día Marcus le pidió a Maya que lo esperara en la villa, él tenía un asunto que arreglar fuera del corporativo, la chica tuvo la sensación de que algo más sucedía.El rostro tenso de Marcus reflejaba la molestia y preocupación que sentía, se notaba inquieto.—¿Sucede algo? —preguntó queriendo convencerse que sólo era curiosidad lo que sentía, y que Marcus no le preocupaba en lo absoluto.—No es nada, solo que si no estaré en el corporativo, no tiene caso que vayas, puedes trabajar desde aquí, pasaré por ti a las nueve a las nueve para llegar a tiempo al evento, odio llegar tarde, la puntualidad es importante.—Claro, estaré lista a tiempo. Desde la terraza, Maya observó con curiosidad cómo varias camionetas oscuras salían de la villa. La de Marcus se situó en el centro de la comitiva, ¿A dónde iba? Se preguntó la chica, convencida de que para una simple cita de negocios no se requería tanta seguridad.Las horas siguientes