AnyaJamás había pensado que me podía gustar alguien.La atracción era parte natural de los procesos humanos, así que no me era extraño sentir atracción por hombres guapos, sobre todo por compañeros del gremio que física e intelectualmente eran compatibles conmigo. Sin embargo, era la primera vez que me gustaba alguien: su físico, su forma de ser, su determinación, su caballerosidad. Lo más triste de aquello es que era un hombre lobo, una bestia que estaba segura que en algún momento el gremio querría asesinar si hacía un movimiento en falso.Esa conexión la sentí en mis huesos cuando nos vimos a los ojos, fue como si todas esas sensaciones cargadas bulleran hacia el exterior y una parte de mí estaba convencida de que Kael me hubiese besado si no fuera por los niños que habían regresado justo en ese momento en el que solo escasos milímetros separaban su boca de la mía.—¿Está bien la pelirroja?La pregunta del niño que me había reconocido antes hizo que Kael se levantase y se alejase
KaelBesar a Anya fue como encontrar la gloria.No había otra descripción más gráfica de mis sentimientos que esa. Me sentía un bastardo con suerte por el simple hecho de que ella lo mirase a ver, así que estaba más que complacido porque ella tomase la iniciativa. Por eso mismo aguanté pacientemente unos cuantos segundos que ella misma sostuviera su beso. Quería comprobar que yo no estaba demente, mucho menos que era producto de la imaginación.Cuando la sentí mucho más metida en el acto fue cuando respondí.La tomé de la nuca y la comencé a besar como si ella fuera el agua capaz de calmar mi sed.Ella no se quedó quieta, me apretó con fuerza, luego se dejó llevar y en menos de lo que pude imaginar éramos uno. Anya me atrapó como si hubiese tendido una red y yo caí en ella sin miramientos, sin pensar en nada más que en probarla, lo que hizo que el maldito Bazir gruñera de gusto.Era un juego peligroso, uno muy difícil de entender, pero un juego, al fin y al cabo.Sin pensarlo mucho, l
AnyaLo que había escuchado no era mi maldito problema.No directamente, sin embargo, me dejó reflexionando en la forma en la que pensaban todos, en el hecho de que lo que sea que estaba sintiendo Kael era una distracción, tanta como para verse obligado a recordar sus metas, sus sueños y el hecho de que tendría una mujer loba destinada a él.Me parecía curioso que tenía que escuchar a otros verbalizarlo para recordarme, una vez más, que yo no era una enviada, que estaba en Cunan para hallar a mi hermana y que lo demás eran minucias. No podía gastar el tiempo ni la energía en cosas intrascendentales con el Alfa que regía a las bestias que brutalmente yo cazaba.Así de claro era todo, pero la realidad era jodida.Ese beso que Kael y yo nos dimos me trastocó al grado de maldecirme por ser impulsiva.Años de entrenamiento completo se fueron al caño por solo querer probar sus labios, por solo poder tocarlo mientras sentía lo que era dejarse llevar por la atracción. No era una tonta, sin em
Kael—¿Qué haces?Fue la pregunta con la que Anya me despertó y me di cuenta de que Bazir había tomado el control porque tenía la imperiosa necesidad de protegerla. Eran muy contadas las veces en la que mi lobo hacía eso. Lo curioso es que nos acercamos a ella y comenzamos a lamerle las manos, en claro permiso para hacerle cariño.Anya sonrió y comenzó a rascarnos detrás de la oreja, lo que hizo que gimiéramos de gusto.—Eres un lobo feroz ahora, ¿eh? —dijo ella con burla y a Bazir eso poco le importó, estaba feliz de que ella le diese toda su atención—. Gracias por cuidarme, pero no debías hacerlo.Bufamos y ella se rio por el sonido.—No lo necesitaba, sé que tal vez tu instinto decidió hacerlo porque te diste cuenta de que estaba en peligro, pero creo que cuando te encargaste del chico todos entendieron que no debían acercarse o el gran lobo blanco los acabaría —murmuró con cierta seriedad que a mí me dolió—. Gracias por lo que hiciste, Bazir, pero no puedes cobrarle a la gente las
AnyaFuimos a recoger los cuerpos.Era una pareja predestinada que recién se habían unido. Ambos apenas tenían los 18 años recién cumplidos y tenían planes de mudarse a Cunan para que ella pudiera trabajar cerca del mercado. Ella era una joven hermosa, con una belleza singular que destacaba por su cabello rubio rojizo y él era un joven rubio muy apuesto que tenía un plan de entrenamiento para ingresar en el próximo llamado de los guardianes.Eran historias de personas comunes y eso fue una especie de choque de realidad.Kael estaba tenso mientras revisábamos las heridas.Por la posición de los cuerpos, el rigor mortis y la forma en la que cayeron al piso, habían sido ejecutados de una forma limpia. Ambos tenían las manos atadas, así como los ojos tapados. Sin embargo, fue las expresiones de horror en sus ojos fue lo que más me sacudió. No tenía que ser muy lista para saber que esto era obra de un cazador por las balas de plata y me preguntaba por qué demonios había matado a este par,
AnyaLuego del descubrimiento tuvimos que revisar los cuerpos de nuevo.El forense había llegado a la conclusión de la causa de muerte porque era obvia y no se observaban marcas claras ni contundentes de algún otro evento traumático. Sin embargo, luego de tomar muestras y analizar nuevamente los tejidos, se dio cuenta de que las cicatrices habían sanado. No se notaban las curas internas porque las parejas habían usado su poder de curación regenerativa.Era como si esas marcas no hubiesen existido antes y por eso no las vio.El forense se sintió miserable y Kael lo calmó, así que analizaron cada uno de los cuerpos que aún retenían, parte por parte, para darse cuenta de que en algún punto antes de ser asesinados habían recibido las mismas marcas que las víctimas humanas, pero el vínculo de pareja había sanado las heridas, la diferencia era que a la última pareja no le había dado tiempo de activar este poder de regeneración.—¿Llevaron a analizar la sustancia negra? —pregunté en medio de
AnyaUn cazador reconoce fácilmente a otro cazador.La postura, la mirada, la manera de analizar a otros y su entorno era algo fácil de ubicar del entrenamiento tan exigente al que el gremio nos somete. Sin embargo, a este lo conocía de haberle dado unas cuántas palizas en el tatami del centro de prácticas de artes marciales mixtas al que nos veíamos obligados a asistir.Era uno de los cazadores más dispersos, pero efectivos y certeros, así que me sorprendía con creces que terminase en esta situación. No era algo imposible, pero era muy improbable, por lo que me pregunté qué tan jodido había estado todo como para que resultase herido.Había tenido la sospecha de que la forma de ejecutar a las parejas era de un cazador, pero con solo verlo comprobé eso. Sin embargo, las heridas por garras eran algo inexplicable y necesita respuesta a esa incógnita. El problema era que el protocolo de las bestias no me dejaría acercarme si quisiera.—¿Este es el miserable que ha matado a todos? —pregunt
AnyaNueve horas seguidas de interrogatorio no surtieron efecto.El hombre era inquebrantable, no se rompía con nada y supe que el gremio estaría orgulloso de él. Sin embargo, me preguntaba por qué no me había delatado para hacer alguna especie de trato. Supuse que se debía al grado de desconfianza o al hecho de que creí que estaba en alguna especie de misión. Lo que fuese me beneficiaba hasta el momento. Pensé en matarlo, pero el costo era alto y quería tener la información de primera mano.El problema era que a medida que pasaban los minutos la frustración estaba llegando a niveles grandes en los hombres lobo. Waira estaba a un paso de colgarlo de las bolas, Jeremía perdía la paciencia mientras la veía a ella con sed de sangre, Jonás quería golpearlo nada más por placer y Kael estaba a nada de desgarrarle la garganta porque era un desperdicio de oxígeno.El juego del silencio les estaba pasando factura, pero mientras tuvieran a este hombre dentro de la celda, podían tener la tranqu