AnyaUn cazador reconoce fácilmente a otro cazador.La postura, la mirada, la manera de analizar a otros y su entorno era algo fácil de ubicar del entrenamiento tan exigente al que el gremio nos somete. Sin embargo, a este lo conocía de haberle dado unas cuántas palizas en el tatami del centro de prácticas de artes marciales mixtas al que nos veíamos obligados a asistir.Era uno de los cazadores más dispersos, pero efectivos y certeros, así que me sorprendía con creces que terminase en esta situación. No era algo imposible, pero era muy improbable, por lo que me pregunté qué tan jodido había estado todo como para que resultase herido.Había tenido la sospecha de que la forma de ejecutar a las parejas era de un cazador, pero con solo verlo comprobé eso. Sin embargo, las heridas por garras eran algo inexplicable y necesita respuesta a esa incógnita. El problema era que el protocolo de las bestias no me dejaría acercarme si quisiera.—¿Este es el miserable que ha matado a todos? —pregunt
AnyaNueve horas seguidas de interrogatorio no surtieron efecto.El hombre era inquebrantable, no se rompía con nada y supe que el gremio estaría orgulloso de él. Sin embargo, me preguntaba por qué no me había delatado para hacer alguna especie de trato. Supuse que se debía al grado de desconfianza o al hecho de que creí que estaba en alguna especie de misión. Lo que fuese me beneficiaba hasta el momento. Pensé en matarlo, pero el costo era alto y quería tener la información de primera mano.El problema era que a medida que pasaban los minutos la frustración estaba llegando a niveles grandes en los hombres lobo. Waira estaba a un paso de colgarlo de las bolas, Jeremía perdía la paciencia mientras la veía a ella con sed de sangre, Jonás quería golpearlo nada más por placer y Kael estaba a nada de desgarrarle la garganta porque era un desperdicio de oxígeno.El juego del silencio les estaba pasando factura, pero mientras tuvieran a este hombre dentro de la celda, podían tener la tranqu
AnyaTenía demasiado suerte de que Bazir, el lobo de Kael, me quisiera de alguna manera porque no había una explicación lógica para que aceptase ser golpeado por todo mi peso. Lo había soportado como si fuera un pellizco, pero había aprendido que los hombres lobos guardaban más secretos de los que me gustaría admitirles yo mismo.—¿Están bien? —preguntó Waira.—Sí, creo que sí —dije y me paré de encima del lobo y enseguida este comenzó a olerme en busca de lesiones.En ese momento me di cuenta que muchos de los hombres lobo veían la interacción con mucho interés y eso me incomodó. No entendía por qué para ellos la conexión que Kael y su lobo tenían conmigo era importante, así que le di un par de golpecitos en el hocico a Bazir para que me dejase en paz.—¿Qué encontraste? —preguntó Jonás y enseguida miré mi mano.No había soltado nada, había apretado con fuerza la bolsa de seguridad y la alcé con una sonrisa. De alguna manera era una victoria y no me di cuenta en el momento en el que
AnyaEl Sabio me vio como si fuese en la oscuridad reencarnada en la tierra.Y tal vez tenía razón.Sin embargo, en ese momento no me convenía tenerlo en el lado malo de las cosas, mucho menos cuando el testigo clave de una maldita investigación de asesinato había muerto de una forma tan atroz. Para como estaba pintado el escenario, yo pude haberlo matado.—¿Qué es lo que haces aquí? —espetó este y suspiré enseguida.—Intenté interrogar al testigo, pero este ha muerto —respondí con seriedad y el viejo me miró con los ojos entrecerrados.—¿Quién te dio permiso para interrogar a alguien? ¿Crees que por ser una humana enviada a colaborar tienes derecho a hacer todo lo que te plazca? —cuestionó el hombre con furia, y tenía razón para sentirse furioso—. No sé qué ideas tengas, pero sé que viniste a Cunan a algo más que a buscar a un asesino. Algo ocultas y en algún momento lo voy a descubrir. Espero ver cómo sales de esto.Me dejó ahí y se metió a la celda, vio el desastre que era el cazad
AnyaLa lista que tenía el cazador era inmensa.Lo bueno de ello es que estaba tan bien detallada y estructurada que conocíamos los pasos del enemigo de antemano. Lo malo de ello, era que en esa lista dejaba claro que recurría todo el territorio de los hombres lobos, no solo Cunan y de algún modo no podíamos darnos abasto. Lo que decía mucho de la misión que tenía en mente y la importancia de la misma.El mi cabeza, no había lógica para matar parejas de lobos, normalmente el gremio de cazadores te daba una misión debido al riesgo que esa bestia representaba, por lo que una parte de mí estaba completamente desencajada.A pesar de eso, di todo de mí para enlazar los huecos en el hilo de los acontecimientos, así que Kael y yo establecimos un plan de investigación de los sitios que ya había visitado el cazador, en busca de pista que pudieran ayudarnos a descifrar las partes que no entendíamos de sus notas y al mismo tiempo un plan prevención para evitar que la masacre creciera. Por eso ar
AnyaIr a levantar más cuerpos se sentía como la más grande de las derrotas.No había otra forma de explicar la sensación que tenía al ver a la pareja joven dispuesta en el sueño como las parejas anteriores. Lo peor de aquello, era que la chica era muy parecida a mi hermana, tanto que me dio miedo imaginar encontrar el cadáver de Anne en el mismo estado.Algo dentro de mí se quebró lo suficiente como para querer llorar, pero había aprendido que mostrar debilidad y tristeza a la ligera era algo muy malo. Y las bestias jamás debían ser el público que lo viese.—Esto es…—Malo —respondí por Waira que se quedó petrificada al ver la situación—. Denle la vuelta a la chica para ver si todas las marcas coinciden.Con lo que estaba pasando, teníamos que asegurarnos de que todo encajaba exactamente igual con el mismo modus operandi. Aunque no me gustase la idea, teníamos que entender que había la mínima posibilidad de que algún imitador haya querido hacer las cosas divertidas para su cerebro re
AnyaEl viento frío se colaba dentro de mis huesos mientras limpiaba las armas con las que había asesinado a las bestias. La sangre espesa y seca era un incordio de limpiar de las flechas de ballesta, sin embargo, era una tarea que estaba impresa en mis músculos como una actividad mecánica que podía hacer con los ojos cerrados.Era tedioso, pero necesario para no desperdiciar nada.Para cuando terminé, acomodé todo dentro de mi auto y miré por última vez la tumba que había hecho en medio del bosque norte para ocultar los cuerpos. Asentí complacida con el resultado. Mi trabajo estaba hecho, así que podía sentirme tranquila de saber que había eliminado dos amenazas para la humanidad.Ser cazadora de seres sobrenaturales no era lo que había imaginado para mi futuro, pero en un mundo donde los seres humanos éramos la raza débil, se necesitaba poder eliminar a todo lo que representaba un riesgo y para mí, matar a un par de hombres lobo a los que gustaba abusar de chicas humanas indefensas,
AnyaCorroboré la historia del tonto de Charles, no me iba a quedar con la primera impresión. Hurgué con varios chicos hasta que, en efecto, sus versiones coincidieron con la que él y el cazador me habían dicho. Anne había corrido con dirección al bosque y no había sido la única, sin embargo, todos los demás regresaron a casa menos ella y eso me ponía de mal humor.Para nadie era un secreto quiénes éramos y la historia de nuestra familia. No éramos las más amadas, la verdad era que nuestros padres habían tomado decisiones que indirectamente afectaron a todos, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que ya tenían varios años muertos, las cosas habían cambiado y les gustase o no, Anne y yo éramos miembros de la sociedad que conformaban.Si un miembro se desaparecía, el deber de todos era buscar e investigar, lo que a la gente no le importaba en lo más mínimo. Así que fui directo al cuartel de protección y seguridad ciudadana. Me identifiqué con la placa que usábamos para pasar desaperci