Una rápida comprobación de los documentos que el hombre había proporcionado parecía confirmar que, en efecto, era legítimo. Aquello cabreó indescriptiblemente a la científica por su fuerte sentido de la justicia.Su propio instinto le gritaba que había algo más, y por la expresión de la cara de los tres alfas que la acompañaban, ellos también creían que se estaban perdiendo de algo.—Bueno, estoy seguro de que entenderás que retengamos temporalmente tu CDA hasta que podamos verificar que todos los vendedores que tienes aquí listados los vendieron efectivamente de forma voluntaria, y que están a salvo y libres con sus familias—respondió Ernee, de forma demasiado dulce.El hombre maldijo en un idioma que Kary no reconoció, sin embargo, lo ignoró mientras reanudaba la inspección del impresionante camión grande…en vano. Frustrada más allá de las palabras por tener que liberar a esos conocidos criminales por falta de cargos, la humana y los tres lycans hicieron un último intento. Si al men
—Cierto. Mis feromonas como lycan femenina te fastidiarían—murmuró, sintiéndose ligeramente desanimada.—Pero tendrás otras capacidades mucho mejores—añadió Lark con un brillo travieso en los ojos.—¿En serio? ¿Cómo cuáles?—Según Msrih, aparte de aumentar tu esperanza de vida y tu capacidad de regeneración -haciendo que te cures más rápido y seas menos propensa a las enfermedades comunes que toman a cualquiera-, también deberías desarrollar poderes telepáticos y telequinéticos. Podrías comunicarte con nosotros mentalmente, no solo conmigo.Esta vez, Kary chilló y se lanzó a sus brazos, haciéndolo estallar en carcajadas.—¿Por qué chingados no me dijiste que me esperaba todo esto? ¿Por qué ese sanador tonto me lo ocultó?—preguntó, desconcertada y sintiéndose algo engañada.Lark se puso serio y le acarició suavemente la cara. —Porque yo mismo le pedí que no lo hiciera. No creía que quisiera una pareja humana. Pero si eso cambiaba alguna vez, quería estar seguro de que no consentirías
Maldición, maldición.—¿Tiene que ser ahora mismo?Kary mientras hablaba ya se estaba poniendo unos pantalones limpios, justo acababa de llegar del trabajo, exhausta solo pensaba en darse una ducha rápida y dormir, sin embargo esa llamada que recibió al salir del baño, la puso en alerta, olvidando momentáneamente su cansancio.—El príncipe está muy preocupado por su mascota y no confía en los veterinarios del país, por lo que su presencia es solicitada con urgencia…Maldijo por cuarta vez al no encontrar sus zapatos.—Lo entiendo, lo entiendo y es totalmente razonable—murmuró distraída mirando por todos lados su zapato izquierdo perdido—. Sin embargo es de noche, nadie trabaja a esta hora y acabo de llegar…—Créame señorita Kary, el príncipe heredero está muy consciente sobre ese hecho y dijo que planea recompensar su buena voluntad de manera generosa.Se masticó la mejilla interna poniendo algunas prendas al azar dentro de la primera maleta que encontró. Aunque esté haciendo esas pre
Un dolor sordo en su costado derecho la hizo despertar y gemir al instante.Mierda. ¿Qué tan mal durmió? No recuerda haber ido de fiesta por lo que ese cansancio no está justificado. El dolor de cabeza tampoco es por la resaca. ¿Entonces?Quiso moverse para levantarse ya que probablemente ya iba llegando tarde a su consultorio veterinario y su secretaria la regañaría por cuarta vez en la semana, cuando el dolor comenzó a hacerse más fuerte.¿Qué demonios?Parpadeó mucho para abrir los ojos, solo para encontrarse con un desastre peor que su cuarto los fines de semana.Jadeó al intentar levantarse por segunda vez y las imágenes, los recuerdos que le llegaron como tropel, amenazaron con volver a tumbar a Kary boca abajo.¡El viaje! ¡El avión! ¡La moza y el piloto!Movió la cabeza de un lado a otro buscando a los acompañantes pero el desastre era impresionante. Se tocó el costado y vio que estaba sangrando excesivamente. Con una rapidez que no sentía, arrugó un pedazo de tela de su panta
El lobo blanco, transformado ahora en humano, corría a toda velocidad por el denso bosque, se lo conocía como la palma de su mano, por ende, aunque llevaba a una mujer inconsciente en sus brazos, aún así podía esquivar con soltura cualquier obstáculo sin siquiera perder el ritmo.Apuró el paso cuando escuchó el aullido de dolor de unos de sus hermanos de manada.A pocos minutos, llegó al castillo de su jefe, de su alfa, pasó la valla y las seguridades que él mismo había puesto días atrás por la invasión de esos imbéciles lobos de ojos rojos, enloquecidos por algún tipo de tóxico que no logran descifrar.—¿Alfa?—se maldijo. Seguramente su alfa estaba en la frontera, custodiando el límite de su territorio, impidiendo que más lobos crucen hacia su terreno.~Alfa, por favor, estamos en problemas, hay demasiados "enloquecidos" cerca del castillo—Habló mentalmente mientras dejaba a la mujer en el pasillo principal y se apuraba en regresar junto a sus amigos licántropos.Su jefe contestó al
Kary se llevó las manos a la boca, arrepintiéndose al instante de sus acciones.¡No era su intención actuar así! ¡Era una doctora amante de todos los animales, por el amor de todo lo santo!Simplemente despertó desorientada, sin saber qué hacía en el suelo, cuando de repente observó a un lobo feroz, macizo y enorme merodeando por encima de su rostro. Su primer instinto fue golpear y después correr, pero dado que el enorme lobo negro se echó al piso a chillar como si de verdad le hubiese dolido, supo de forma tardía, que ese animal aunque grande, estaba herido.—¡Dios mío! ¡Discúlpame lobito!—subió las manos con las palmas hacia afuera, intentando consolar al lobo que seguía llorando en el piso—. Lo lamento tanto, en serio. Me asustaste y mi instinto de supervivencia…Quiso acercarse para poder examinar la herida, como veterinaria no podía ver a ningún animal herido o desatendido frente a sus narices, pero el lobo inmediatamente retrocedió, mostrándole los dientes en señal de advertenc
Abrió los ojos para encontrarse con un techo de granito o mármol, decoración ostentosa y pintada como si estuviese aún en la época renacentista.Se sentó de golpe al recordar toda la locura, las náuseas no tardaron en llegar, el hombre llamado Jarek apareció desde una esquina y la acercó un vaso de agua sin decir ninguna palabra pero con los ojos rebosantes de amabilidad.Fue lo único que le impidió gritar como posesa al encontrarse en un lugar desconocido y con un desconocido. Su garganta ya seca como lija, agradeció el buen gesto.—Gracias—escaneó la habitación. Muy minimalista y nada decorado como para que le perteneciera a alguien—. ¿Dónde estoy?—Habitación de huéspedes. Por cierto—extendió una mano hacia la rubia, como había visto hacer a los humanos que él espiaba secretamente de su alfa—. Soy Jarek, beta, mano derecha del alfa de nuestra manada. Un gusto conocer a una humana frente a frente.Kary evitó entrar en pánico. No estaba hablando mamadas, de verdad ese hombre tan pare
—¡Señor, el pueblo está siendo atacado! Un hombre totalmente desnudo con un aspecto magullado y con sangre por todos lados, apareció frente al despacho. Jadeaba como si el oxígeno no le llegara correctamente a los pulmones.El alfa ya estaba a medio camino de recibirlo.—¿Dónde?—Enviamos a todos los del pueblo a la plazoleta principal, los demás de la manada están tratando de contenerlos pero nos están sobrepasando en número…—En camino. ¿Por qué no me lo dijeron por la conexión?El hombre inhaló y la doctora arrugó el entrecejo. Esos pulmones no sonaban bien.—Hay algún tipo de interferencia…—Esos malditos hijos de perra…—Cruzó la distancia y puso una mano en su hombro—Descansa, puedo ver que ya no te puedes convertir por el cansancio.—Alfa…—sonó desanimado.—Es una orden. Llévala a su dormitorio y te quedarás a cuidarla para que no se meta en problemas—Ya estaba saliendo por la puerta cuando regresó, la miró con el fuego ardiendo en esos orbes de distintos colores—. No salgas de